sábado, 13 de febrero de 2016

FRANCISCO EN EL CAMINO A MÉXICO. MIL AÑOS DE DESENCUENTRO REPARADOS EN LA HABANA. LOS MUROS QUE DERRIBA EL PAPA.

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LOS MUROS QUE DERRIBA EL PAPA.
El encuentro entre el papa Francisco y Kirill, patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, pone fin a 938 años de diferencias. Mil doscientos millones de católicos representados en la Iglesia Católica, apostólica y romana, frente a ciento veinte millones de ortodoxos rusos. Ese es el muro que se cayó este viernes en Cuba. El nuevo muro que derriba Francisco pone fin a una relación rota en el año 1054. Las causas de la ruptura hay que hurgarlas en la liturgia de ambas iglesias. En aquel tiempo, ambos papas, el de Roma y el de Constantinopla se excomulgaron mutuamente. En Occidente se hablaba latín, mientras que en el Oriente bizantino se optaba por el griego. Asimismo, se discutía la figura del purgatorio y la llamada “controversia trinitaria”: Occidente cree y reza al Espíritu Santo, que de acuerdo con las corrientes teológicas más extendidas en la Iglesia occidental “procede del Padre y del Hijo”, los ortodoxos prescinden de la figura del Hijo.
Hoy, tras casi un milenio de enfrentamiento, la búsqueda de la paz a través del multilateralismo y la solución del conflicto entre Rusia y Ucrania son los motivos que propiciaron la destrucción de este muro. A ambas iglesias las une la preocupación por la persecución a los cristianos, católicos y ortodoxos y la destrucción de monumentos cristianos en Africa y Asia, sobre todo a manos del autodenominado Estado Islámico en Siria. “En esta trágica situación necesitamos dejar de lado nuestros desacuerdos internos y unir esfuerzos para salvar el cristianismo en las regiones donde es objeto de persecución”, afirmó Hilarión Alfeyev, jefe de política exterior de la Iglesia Ortodoxa rusa. “Iré donde tu quieras, llámame y yo voy”, le dijo Francisco en noviembre del 2014 al patriarca ruso.
El Papa jerarquiza la relación con Rusia desde 2013, cuando pudo evitar la invasión a Siria de Estados Unidos, anunciada por Obama. Gracias a la carta que envió a la cumbre del G-20 que se realizaba en San Petersburgo con la presidencia de Vladimir Putin, logró que los 19 países restantes convencieran al presidente norteamericano de no concretar su anuncio. Desde entonces se entrevistó dos veces con el premier ruso, en noviembre del 2013 por Siria y en junio del 2015 por la crisis de Ucrania, donde hay una porción importante de población católica.
La Iglesia rusa está muy vinculada a Putin, como antes lo estuvo al zar y luego al Partido Comunista. Cuando en 1917 triunfó la Revolución Bolchevique los católicos de Rusia y de Ucrania fueron perseguidos y sus bienes confiscados fueron entregados a los ortodoxos. Este es el tercer puente que inaugura el jefe católico en Cuba. Uno ya lo terminó, el restablecimiento de relaciones entre la isla y EE.UU. El segundo, cuando en plena misa en la Plaza de la Revolución en su visita a Cuba, pidió por la paz en Colombia. ¿Logrará el papa Bergoglio que Raúl Castro vuelva a rezar, como amagó éste en su visita vaticana en mayo del 2015? Paradoja del destino Cuba, que antes de Francisco era considerada exportadora de violencia, hoy es el lugar elegido por él para derribar un nuevo muro hacia la paz. Así como fue signado por la Laudato Si, el 2016 está marcado por el ecumenismo y la visita a la sinagoga de Roma, el encuentro con el presidente de Irán, país de religión musulmana chiíta, y la visita a Suecia en septiembre para conmemorar los 500 años de la reforma de Martín Lutero, algo impensable hace muy poco tiempo. Eduardo F. Valdés. * Ex embajador en el Vaticano.

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El Papa Francisco es recibido en Ciudad de México, por el Presidente y esposa. Un grupo de niños lo reciben en nombre de toda la ciudadanía mexicana con la esperanza que su visita, pueda influir en algo en el cambio sobre el reconocimiento y  vigencia de los Derechos Humanos.
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FRANCISCO EN EL CAMINO A MÉXICO.
Expectativas y temores por la visita papal y la misa del domingo.
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Francisco va a oficiar misa el domingo frente a una multitud que se espera supere los 300.000 en Ecatepec, la ciudad con más femicidios de México. Apenas un símbolo de la pesada agenda de temas que viene en este viaje.

Desde Ciudad de México Eduardo Febbro.

Página /12 sábado 13 de febrero del 2016.
Los camiones todavía se agitan en un vaivén frenético sobre el gigantesco predio donde se levanta el altar. Las polvorientas calles de la colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec, han cambiado de aspecto. Esta localidad situada a 27 kilómetros de la capital mexicana de contornos pobres e insalubres, de calles de tierra y casas inestables vive una suerte de milagro espiritual y urbano. El domingo 14 de febrero el papa Francisco ofrecerá una misa en este barrio enclavado en el corazón de una ciudad que ha sobrepasado a Ciudad Juárez por la cantidad de femicidios.
En la avenida que da al tramo de cerca de 50 hectáreas donde Francisco hablará ante 300 mil personas, las casas fueron pintadas y casi todas las mañanas los camiones riegan con agua esa zona agitada por remolinos que levantan nubes de polvo. De repente, ya no es lo mismo. El olor a tierra mojada tapa las emanaciones insalubres y el agua aquieta la polvorienta rebeldía de los meses de febrero y marzo. Ecatepec tiene más de millón y medio de habitantes y es muy probable que, en apenas unas horas, multiplique por dos esa cifra. Ya han llegado miles de personas de muchas partes. Muchos preparan un milagroso negocio vendiendo fotos del Papa, imágenes de la Virgen o crucifijos. Los 8 kilómetros que el sumo pontífice recorrerá en papamóvil son hoy un camino de leyendas y transformaciones del paisaje. Un domingo de concordia y multitudes sedientas de una palabra reconciliadora, de una mirada al fondo de sus almas golpeadas por la miseria, la violencia y esa forma de transcendencia extraña y eterna que se llama la esperanza. Todo encarnado en un hombre que ha sabido con gestos y palabras acercarse a la intimidad dolida y solitaria de millones de personas.
México espera al Papa como a un mensajero de lo absoluto. Esta séptima visita papal al segundo país con mayor números de católicos en el mundo es inusual por la magia epifánica que la rodea y la polifonía trágica de los temas que la atraviesan. Epifanía porque muchos esperan una revelación conciliadora. Trágica porque Francisco y los mensajeros vaticanos no han cesado de hacer circular la narrativa dominante: la pobreza, la violencia, la injusticia y la corrupción. Hasta un ateo irrenunciable se sentiría interpelado. En un mundo hedonista e infiltrado por la comunicación compulsiva, el Papa llega envuelto de un aura de justiciero renovador. México lo aguarda con los brazos abiertos y el corazón sediento, con una devoción que contrasta con las eternas jugadas maquiavélicas de la curia romana. Los calificativos de “papa anticapitalista” con que cierta prensa lo retrata provocan en México una adhesión todavía más fuerte hacia la figura de ese latinoamericano que revolucionó la historia de los papados con una práctica pastoral única. Los siempre bien llamados “medios dominantes” se pierden en sonseras eternas: los papamóviles, la comida del papa, la ropa, los cruces oficiales, las estadísticas que maquillan el contenido de un mensaje ya adelantado. La expectativa se centra en los mensajes sociales que Francisco emitirá en cada uno de los lugares que visitará. Será un recorrido por las fracturas de un país: Ecatepec, Ciudad Juárez, Michoacán, Chiapas. En cada etapa y con diferentes actores, el sistema prueba que “se ha pasado de rosca”, como suele decir Francisco cuando se refiere al poder y las riquezas de los muy poderosos. En México, la pobreza, la desigualdad, las desapariciones, la violencia y la corrupción se han pasado muchas veces de “rosca”. Y el Papa acude allí donde mejor se encarnan las desigualdades. Los medios han hecho de la visita papal una suerte de final de Copa del Mundo. El pueblo, en cambio, ansía una palabra para creer que el mundo no tiene fin. Antes de viajar, Francisco ha dicho cosas fuertes. Retomando su idea de que el mundo vive una tercera guerra mundial en “pedazos”, el sumo pontífice declaró que “México vive un ‘pedacito’ de guerra”. Luego, afirmó que no venía “como un Rey Mago cargado de cosas para llevar, mensajes, ideas, soluciones a problemas...” Como lo hizo en Roma la noche en que fue elegido papa y le pidió al pueblo que lo bendijera, el Papa resaltó que “si yo voy ahí, es para recibir lo mejor de ustedes y para rezar con ustedes, para que los problemas... que ustedes saben que está sucediendo, se solucionen, porque el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los carteles, no es el México que quiere nuestra Madre”.
La agenda política papal ni ha sido fácil, ni aún está cerrada. Hay temas que trastornan el consenso posible y van más allá de las denuncias contra las disparidades sistémicas. Todavía no se sabe si Francisco recibirá en “visita privada” a las víctimas de los curas pederastas y, sobre todo, a las de la narcoviolencia, en especial a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014. El Episcopado mexicano y el gobierno negocian este encuentro, al margen de la invitación especial cursada por el papa para que los familiares de los 43 normalistas sean los invitados especiales de las misas y celebraciones del papa. El vocero del Episcopado y coordinador de la visita, el obispo Eugenio Lira Rugarcía, negó que se haya previsto una reunión “privada” con víctimas o familiares. Pero la agenda, en estos casos, la maneja Francisco y el papa ha sido, hasta ahora, un líder de sorpresas. Cabe destacar, además, que las familias de los 43 normalistas están representadas por jesuitas. Joaquín Aguilar, una de las víctimas de los curas pederastas, dijo que había “altas” posibilidades de que el papa los recibiera el domingo.
Las frases que han precedido este viaje son contundentes. Ni Cristo, ni Dios, ni la Virgen de Guadalupe, ni la fe han sacado de la narrativa papal las confrontaciones con la realidad: sea la de la violencia de los carteles de la droga, sea la de la inmigración, sea la de la corrupción o las desapariciones de personas. Francisco no cambiará a México ni hará más visible su inmenso drama. Este país, a diferencia de otros, no se oculta a sí mismo. El Papa, al menos, volverá a sacar de la periferia esa masa enorme de sufrimiento humano. Su mensaje es para toda esa gente que ya llena y llenará los caminos y las ciudades. Al peregrino de las misericordias lo espera un magma inusual de desconsuelos y pesares.

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El papa Francisco y el patriarca Cirilo en La Habana. Se saludaron con tres besos, se dieron regalos y acercaron sus iglesias.
Imagen: AFP

MIL AÑOS DE DESENCUENTRO REPARADOS EN LA HABANA.

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La reunión de los jefes de dos iglesias separadas hace un milenio fue el primero en casi diez siglos. La agenda incluyó un acercamiento doctrinario y coordinar esfuerzos contra la persecución a los cristianos en el Medio Oriente.
El papa Francisco y el patriarca Cirilo se reunieron ayer en La Habana, cita con la que le pusieron fin a más de mil años de desencuentros entre la Iglesia Católica y la Ortodoxa rusa. Además de limar viejas asperezas, el principal y más urgente objetivo por el que se encontraron ambos líderes fue para trabajar juntos contra la persecución que sufren los cristianos en Medio Oriente y Africa, conflicto que requiere que tanto el Papa como el patriarca utilicen su gran influencia política a favor de la estabilidad en la zona.
Tras viajar durante catorce horas a bordo del avión de Alitalia, Francisco llegó a Cuba, escala en su viaje a México. Poco después de las dos de la tarde, el Papa fue recibido por el presidente cubano, Raúl Castro, quien lo esperaba al pie de la escalerilla del avión. Momentos después, llegó al aeropuerto José Martí de La Habana el patriarca ruso, quien ya se encontraba en la isla desde el jueves. Francisco y Cirilo se dieron un apretón de manos y se saludaron con tres besos en la mejilla ante las cámaras para escenificar el primer encuentro entre los jerarcas de ambas iglesias desde el Gran Cisma del cristianismo en el año 1054. Al saludar a su par ruso, el Papa estaba visiblemente emocionado. “Finalmente. Está claro que es la voluntad de Dios”, le dijo al saludarlo. Y el líder de la Iglesia Ortodoxa rusa tampoco pudo esconder su felicidad. “Es por la voluntad de Dios: nos reunimos en el momento y el lugar correctos”, le comentó mientras lo saludaba.
El lugar donde se desarrolló la charla entre ambos líderes religiosos fue una sala del aeropuerto de la capital cubana, donde ambos estuvieron de paso antes de continuar sus respectivas giras por el continente americano. Tras la conversación, que duró cerca de dos horas, los máximos representantes de la Iglesia Católica y de la Ortodoxa rusa firmaron una declaración conjunta en la que exigieron a la comunidad internacional tomar medidas para evitar un mayor desplazamiento de los cristianos de Medio Oriente. “En muchos países de Medio Oriente y Africa del Norte, se exterminan familias completas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, pueblos y ciudades enteros habitados por ellos. Sus templos están sometidos a la destrucción bárbara y a los saqueos, los santuarios –a la profanación, los monumentos– a la demolición”, señaló el documento final firmado por ambos líderes. “En Siria, Irak y otros países de Medio Oriente observamos con dolor el éxodo masivo de cristianos de la tierra donde nuestra fe comenzó a extenderse, y donde ellos vivían a partir de tiempos apostólicos, junto con otras comunidades religiosas”. En el texto, los jerarcas religiosos también se refirieron al conflicto en Ucrania. “Lamentamos el enfrentamiento en Ucrania que ya cobró muchas vidas, causó sufrimientos innumerables a los civiles, hundió a la sociedad en una profunda crisis económica y humanitaria”. La firma del documento contó con la presencia de altos representantes de ambas Iglesias y del presidente cubano, quien ofició de anfitrión del encuentro. La elección de la isla como sede de la reunión no fue casual, ya que existe una larga relación de cooperación entre Cuba y Rusia.
Tras la firma del documento conjunto, Francisco aseguró que ambos hablaron con claridad y respeto. “Yo les confieso que he sentido la consolación del espíritu en este diálogo, agradezco la humildad de su santidad y sus buenos deseos de unidad”, dijo. Por su parte, Cirilo afirmó haber quedado satisfecho con la charla. “Fue una conversación con mucho contenido. Se puede cooperar conjuntamente defendiendo a los cristianos en todo el mundo y con plena responsabilidad trabajar conjuntamente para que la vida humana se respete en todo el mundo.”
La histórica reunión busca, tras una decenas de siglos de separación, ser un gesto de distensión entre ambas iglesias. Si bien el encuentro era posible, Jorge Bergoglio admitió durante su visita a Turquía en 2014 que las negociaciones iban por buen camino. “Le he hecho saber (al patriarca ruso), y él también está de acuerdo, la voluntad de que nos reunamos. Le he dicho: yo voy a donde tú quieras; tú me llamas, y yo voy. Y el tiene la misma intención. Los dos queremos reunirnos y caminar hacia adelante”, había dicho.
Desde el cisma existen varias iglesias ortodoxas autónomas, mientras que los ortodoxos representan hoy en día el tercer grupo más grande dentro del cristianismo de católicos y protestantes. Con unos 150 millones de fieles, según sus propias cifras, la rusa es la más grande de las iglesias ortodoxas. Las viejas diferencias entre católicos y ortodoxos se acrecentaron al desaparecer la Unión Soviética y, de hecho, Juan Pablo II murió sin poder realizar su anhelada visita a Rusia por sus desencuentros con Alejo II. Aunque la histórica desconfianza entre ambos líderes desapareció con Francisco y Cirilo, el patriarca sí estableció una “línea roja” para aceptar el encuentro: que la reunión no se celebrara en Europa, dado que fue en ese continente el lugar donde se gestó la división de los cristianos entre Oriente y Occidente.
Cirilo, de 69 años, es considerado un defensor del diálogo de religiones o ecumenismo. El patriarca ruso es también un defensor de valores familiares tradicionales y es cercano al presidente ruso, Vladmir Putin. El líder del Kremlin ve a la Iglesia ortodoxa como parte de su aparato de poder. Bergoglio, por su parte, es conocido ya por sus esfuerzos por lograr el diálogo entre el catolicismo y las demás iglesias cristianas.
Cirilo permanecerá en Cuba hasta el domingo y tiene previsto oficiar liturgia en la Catedral de Nuestra Señora de Kazán, la única ortodoxa en la isla. También aprovechará para visitar una escuela para niños con capacidades especiales y el Mausoleo del Soldado Soviético.
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