UN CANDIDATO “SOCIALISTA” DEMÓCRATA EN EL
CENTRO DEL PODER DE PODERES FACTICOS DEL IMPERIO. El Senador Sanders, lo que plantea en su
Programa de Gobierno es realmente algo diferente, distinto, opuesto a la
maquinaria política presente hasta ahora, en especial “rompe” las viejas estructuras “calcinadas” del Partido
Demócrata. ¿Nos preguntamos, los
poderes facticos, concentrados en el imperio, lo dejarán ser Presidente?,
pensemos que está cuestionando la propia
estructura del sistema de partidos, la representación, la forma como se
garantiza el financiamiento y como los poderes tradicionales están manejando
esta maquinaria electoral, el poder de los bancos y la situación real de los
trabajadores; porque así como va hoy
en las Primarias, está ”barriendo” no sólo en simpatía, sino en votos y
Representantes (Delegados, para la elección final, en el esquema americano
de elección del Candidato) e
increíblemente se está llevando al encuentro – a enterrar políticamente - con
lo que aún queda de un “viejo” recuerdo,
del poder de poderes, como son los Clinton. La base y fortaleza de su
Plataforma Política, del Senador Sanders,
hoy con grandes sectores sociales que lo
apoyan y se identifican, está construido sobre las raíces de la profunda y
extensa desigualdad
económico-social – una de las más
violentas e inhumanas del mundo – la “lección” de lucha social que dieron los
miles de jóvenes del movimiento social Occupa
Wall Street – su resistencia en sus reclamos y su inmensa voluntad de
compromiso social - que sus reivindicaciones y derechos que reclaman en la gran
movilización social, deben quedar como ejemplo para las futuras generaciones en
el propio centro financiero mundial.
La profunda y extensa desigualdad económica-social en el centro del
poder mundial del Imperio, Estados Unidos, - denunciado
hace unos años por el Movimiento Social Occupa
Wall Street – los insolentes muchachos que ocupando parques y plazas
públicas denunciaron, como la riqueza se concentra en el 1% de los billonarios de billonarios propietarios de las
corporaciones y mega corporaciones transnacionales, estadounidenses y como la
promesa del “sueño americano” para la clase media, se hizo pedazos en un país
que concentra la mayor riqueza del mundo, pero hoy en tiempos electorales, algo
diferente está presente en las mismas calles, plazas y parques públicos, porque
un político, un Senador, se atreve a
enfrentarse al imperio, y su propuesta nace en las propias entrañas del poder,
y es desde dentro del propio poder está cuestionando esta realidad desigual, injusta, asimétrica, vigente en el imperio;
un “fenómeno” político opuesto, radical a la “vieja” tradición política
electoral, está removiendo sus estructuras vigentes del Partido Demócrata – política ubicada al otro extremo de extremos de
la maquinaria fascista de los republicanos - una candidatura del Senador Sanders, que
está removiendo las estructuras
políticas no sólo de su partido, sino de toda la "maquinaria política" impuesta y vigente hasta hoy por el
poder de poderes facticos del imperio. Es un fenómeno político imparable, por
los sectores sociales que lo apoyan -
juventud, trabajadores, y la clase media - víctimas directas de la profunda
y extensa desigualdad económico-social. Cuidado, tampoco es la “solución” definitiva y menos que si “gana” las elecciones el
Senador Sanders va a cambiar el
imperialismo NO, en definitivo, pero desde ahora están advertidos
políticamente los monopolios imperiales –
dentro de la vigencia de su “democracia” – que la actual situación vigente,
debe cambiar, la desigualdad económico-social es tan injusta, ilegal, fría,
violenta e inhumana, que lo conduce hacia su propia destrucción y que sus
políticas globales son rechazadas y cuestionadas en todo el mundo. Veamos en sí, lo que es
parte central, principal de su Plataforma Política de Gobierno.
En un país visceralmente anticomunista las promesas de Sanders de desmantelar
los grandes bancos; aumentar los impuestos a las grandes corporaciones y a los
millonarios; establecer un servicio universal de salud y de cuidado de niños;
elevar el salario mínimo a $15 la hora; establecer la gratuidad de la enseñanza
universitaria; expandir los servicios sociales; reformar el proceso electoral;
invertir un trillón de dólares en infraestructura, la reforma del proceso
electoral han encontrado entusiasta acogida entre amplios sectores
juveniles, de las clases trabajadoras y de sectores medios para quienes la
realidad del “sueño americano” ha
sido reemplazado por una desigualdad extrema, precariedad generalizada e incertidumbre ante
un futuro igualmente incierto.
/////
LO QUE SE OCULTA O IGNORA EN LA PRENSA Y EN LA TELEVISIÓN SOBRE LAS ELECCIONES DE EEUU.
*****
Vicenc Navarro.
Público.es miércoles 10 de febrero
del 2016.
La
cobertura de lo que está ocurriendo en las elecciones primarias para el cargo
de Presidente de EEUU por parte de
los mayores medios de información españoles es, con limitadísimas excepciones,
muy sesgada, traduciendo la orientación conservadora y/o neoliberal que
caracteriza a la gran mayoría de tales medios. La bien conocida (a nivel
internacional) falta de diversidad ideológica en la televisión y radio
españolas, así como en la prensa escrita, con escasísima presencia de voces
críticas de sensibilidad progresistas de izquierdas, se refleja en su
presentación de lo que está ocurriendo en aquel país. Sus corresponsales en EEUU se limitan, por lo general, a
traducir al castellano (o al catalán en Catalunya) lo que dicen los mayores
medios de información estadounidenses, sin ir más allá y sin profundizar
críticamente en lo que dicen aquellos medios. Y para complicar más las cosas,
en su traducción de lo que dice la prensa estadounidense al español, copian
literalmente lo que se escribe en tales medios, sin darse cuenta de que algunos
términos tienen un significado opuesto a los dos lados del Atlántico. Así, el término “liberal” en EEUU se utiliza en
aquel país para definir a un político que apoya el intervencionismo del Estado
en la actividad económica, proponiendo medidas redistributivas y expansión del
gasto público. Liberal, en EEUU,
quiere decir lo que en Europa se conoce como socialdemócrata, mientras que en este continente, y por lo tanto en
España, liberal define a un político que está en contra del intervencionismo
del Estado, desfavorece las políticas redistributivas, y promueve la
privatización de lo público. Definir en los medios españoles a los políticos de la izquierda
estadounidense como liberales crea enormes confusiones en España (ver, como
ejemplo de este error, el artículo de la corresponsal de El País en Washington, Amanda Mars, “Sanders centra su estrategia en asociar a Clinton con el poder
financiero”, El País, 06/02/2016).
¿Qué pasa en EEUU? .
Hoy,
la noticia mayor que existe en EEUU
es que un candidato a la Presidencia del país, que se presenta (sin tapujos y
orgulloso de serlo) como socialista, y que pide una revolución política,
utilizando esta expresión en cada uno de sus actos electorales, está causando
un tsunami político semejante al que ha ocurrido en España con Podemos o con el
candidato laborista británico, el Sr.
Corbyn, en el Reino Unido. En las primeras elecciones primarias en el país
para el cargo de Presidente de EEUU, que tuvieron lugar hace unos días en el
Estado de Iowa, tal candidato socialista empató con la candidata claramente
apoyada por el aparato del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton, que contaba con el claro apoyo, no solo de
aquel aparato, sino también del establishment político mediático de aquel
partido. Y está casi victoria del Sr.
Bernie Sanders, que es el candidato socialista, ocurrió a pesar de la clara
hostilidad que sufrió su candidatura por parte de los mayores medios de
información (prensa y televisión) de aquel país (tal como también ocurrió con Podemos en España y con el Sr. Corbin en el
Reino Unido). Predeciblemente, tal hostilidad o animosidad ha aparecido, no
solo en los mayores medios de información de EEUU, sino también de España, cuya
cobertura mediática de la vida política de EEUU, como he dicho en el párrafo
anterior, se limita, la mayoría de las veces, a la mera traducción al
castellano (o al catalán en Catalunya) de lo que dicen los mayores medios de
información estadounidenses.
El surgimiento de este movimiento antiestablishment, liderado por Bernie Sanders, tiene características semejantes a lo que ha estado pasando en España y en Reino Unido, y responde a una situación común en los tres países: las clases populares están hartas del maridaje entre los intereses económicos y financieros de las grandes empresas que constituyen la clase corporativa (the corporate class) por un lado, y las instituciones representativas por el otro, que las han transformado en meros instrumentos de tal clase. Tal situación ha sido posible por la privatización del proceso electoral en EEUU, donde todo candidato a un cargo electoral puede recibir tanto dinero como pueda generar y, a través de lo que se llaman Super PACs, financiar su campaña, comprando tanto espacio televisivo como quiera, sin que exista ninguna regulación al acceso a tales medios. La mayoría de los fondos que la clase política (lo que se llamaría casta en España) recibe, procede de las grandes empresas de la corporate class, el 1% top de la sociedad por su nivel de renta que controla o tiene una enorme influencia, también en la mayoría de los medios de información y persuasión del país.
El surgimiento de este movimiento antiestablishment, liderado por Bernie Sanders, tiene características semejantes a lo que ha estado pasando en España y en Reino Unido, y responde a una situación común en los tres países: las clases populares están hartas del maridaje entre los intereses económicos y financieros de las grandes empresas que constituyen la clase corporativa (the corporate class) por un lado, y las instituciones representativas por el otro, que las han transformado en meros instrumentos de tal clase. Tal situación ha sido posible por la privatización del proceso electoral en EEUU, donde todo candidato a un cargo electoral puede recibir tanto dinero como pueda generar y, a través de lo que se llaman Super PACs, financiar su campaña, comprando tanto espacio televisivo como quiera, sin que exista ninguna regulación al acceso a tales medios. La mayoría de los fondos que la clase política (lo que se llamaría casta en España) recibe, procede de las grandes empresas de la corporate class, el 1% top de la sociedad por su nivel de renta que controla o tiene una enorme influencia, también en la mayoría de los medios de información y persuasión del país.
La
consecuencia de este maridaje entre el mundo del capital y las instituciones
políticas es que las políticas aprobadas por el Congreso de EEUU (hoy
controlado por la ultraderecha estadounidense, financiada masivamente por los
elementos estadounidenses comparables al IBEX-35 de España), sistemáticamente
favorecen sus intereses a costa de los del mundo del trabajo, que constituye la
mayoría de las clases populares de EEUU.
Tal situación también afecta a gran parte del Partido Demócrata. Fue precisamente el Presidente Clinton el que desreguló la banca (siendo su Ministro de Finanzas Robert Rubin, que era en su vida privada uno de los mayores banqueros de Wall Street, el centro financiero de EEUU), creando las bases para que se diera la mayor crisis financiera que el país ha vivido desde la Gran Depresión, crisis que ha creado un gran descenso del nivel de vida de las clases populares, a la vez que ha acentuado un incremento incluso más intenso de las desigualdades existentes en EEUU. Como constantemente señala Bernie Sanders, “una décima parte del 1% superior de la población controla el 90% de la riqueza del país”. Y los datos, fácilmente accesibles, señalan la veracidad y credibilidad de su mensaje.
Tal situación también afecta a gran parte del Partido Demócrata. Fue precisamente el Presidente Clinton el que desreguló la banca (siendo su Ministro de Finanzas Robert Rubin, que era en su vida privada uno de los mayores banqueros de Wall Street, el centro financiero de EEUU), creando las bases para que se diera la mayor crisis financiera que el país ha vivido desde la Gran Depresión, crisis que ha creado un gran descenso del nivel de vida de las clases populares, a la vez que ha acentuado un incremento incluso más intenso de las desigualdades existentes en EEUU. Como constantemente señala Bernie Sanders, “una décima parte del 1% superior de la población controla el 90% de la riqueza del país”. Y los datos, fácilmente accesibles, señalan la veracidad y credibilidad de su mensaje.
La revuelta popular en
contra del establishment político-mediático .
Resultado
de esta situación, la legitimidad y popularidad de las instituciones políticas
están por los suelos. La enorme abstención en el proceso electoral de la
población, (y muy en particular de las clases populares), es un indicador de
esta pérdida de fe en ellas. El “no nos
representan” del 15M tuvo una gran resonancia también en EEUU a través del
movimiento Occupy Wall Street,
inspirado, en parte, por el 15M español.
De ahí que la llamada del candidato Bernie
Sanders a una revolución política que rompa este maridaje entre la
corporate class y las instituciones que se definen, sin serlo, como demócratas,
son un elemento central de su mensaje. Su tesis, fácilmente sostenible, es que
sin tal revolución política no se darán los cambios políticos que está
proponiendo, que son, ni más ni menos, que propuestas características de la
socialdemocracia, antes de que ésta se transformara en social-liberalismo como
ha ocurrido en la mayoría de países europeos, incluyendo España. Un indicador
de esta situación es que el candidato Pedro
Sánchez a Presidente del Gobierno por parte del Partido Socialista, pidiera
el asesoramiento de Larry Summers, que fue, junto con Robert Rubin, el
arquitecto de la desregulación financiera cuando fue nombrado Ministro de
Finanzas (Secretary of the Treasury) como sucesor de Rubin en aquel cargo bajo
el Presidente Clinton.
Las propuestas del
candidato socialista .
Entre
las propuestas de Sanders, se
encuentra la de romper con los grandes
bancos, dividiéndolos en entidades más pequeñas que, además, devuelvan el
rescate de fondos públicos que los salvó del colapso (con intereses incluidos)
medidas todas ellas altamente populares. Tiene también en su programa, como
medidas estrella, hacer una inversión
masiva en obras públicas, facilitando la transición de las fuentes de
energía, pasando de ser fósiles a renovables (proponiendo crear 13 millones de
puestos de trabajo) y establecer una reforma
sanitaria, para garantizar la universalidad del acceso al sistema sanitario
(hoy, en EEUU, hay más muertes por falta de acceso a los servicios sanitarios,
y no poder pagar las facturas médicas, que por Sida). Y el grado de cobertura
sanitaria es muy insuficiente: el 45% de personas que se están muriendo (es
decir, con enfermedades terminales) expresan preocupación de que no saben cómo
ellos o sus familiares pagarán sus facturas médicas.
Otra
propuesta muy popular del candidato Sanders
es llevar a cabo las reformas que permitan el acceso a todos los niveles del sistema educativo (desde las
escuelas de infancia a las universidades), a todos los niños y jóvenes
independientemente de la clase social de sus padres, medida muy popular y
necesaria pues, debido al enorme encarecimiento tanto de las escuelas de
infancia como de las matrículas universitarias (tanto públicas como privadas),
el acceso a tales centros por parte de las clases populares ha disminuido de
una manera muy marcada. De ahí que el 80% de las personas de 18 a 30 años
apoyaron a Sanders en las primarias
de Iowa. Y lo mismo ocurrirá mañana en New Hampshire. Y a nivel nacional, según
la mayoría de encuestas, un porcentaje semejante de jóvenes apoya a Sanders.
Por otra parte, según los últimos sondeos de apoyo popular, citados por el Financial
Times (06/02/2016), los candidatos Clinton
y Sanders están hoy muy igualados en apoyo entre los miembros del Partido
Demócrata (Clinton 44%, Sanders 42%).
¿Podría un socialista
llegar a ser Presidente de EEUU? .
Existe
una percepción bastante extendida en los mayores medios de información de que
un candidato socialista no podrá ganar las elecciones de EEUU. En realidad,
algunos dirigentes del Partido Demócrata, incluyendo la Sra. Clinton, consideran que la victoria del candidato socialista
en las primarias del Partido Demócrata sería el mejor regalo que se le podría
dar al Partido Republicano, al hacerle muy fácil el camino de este último hacia
su victoria, debido a la enorme vulnerabilidad que representa el hecho de que
Sanders sea socialista y se enorgullezca de su socialismo.
Tal
opinión a primera vista parecería razonable teniendo en cuenta los estereotipos
que se reproducen en los medios sobre EEUU. Ahora bien, tal línea de
argumentación ignora que según las principales encuestas (la última, Real Clear
Politics Average), el candidato Sanders
ganaría a Donald Trump y Ted Cruz - los dos candidatos republicanos con mayor
apoyo electoral- con un margen de victoria sobre estos candidatos mayor que el
sostenido por la otra candidata del Partido Demócrata, la Sra. Hillary Clinton,
que cuenta con el claro apoyo del establishment del Partido Demócrata.
¿Permitiría el Congreso de
EEUU que se aplicaran las propuestas de Sanders? .
Ni
que decir tiene que este supuesto sería cierto en caso de que el Congreso
estuviera controlado por la ultraderecha que domina hoy el Partido Republicano.
Ahora bien, si el candidato Sanders ganara,
sería un indicador de que habría creado un movimiento a lo largo del país que
se traduciría en un cambio en la configuración del mismo Congreso en el día de
las elecciones presidenciales, que coinciden con las elecciones al Congreso. El
candidato Sanders, durante su campaña, ha señalado repetidamente la importancia
de crear un movimiento progresista de profundas convicciones demócratas,
claramente comprometido con un cambio político revolucionario, anulando, por
ejemplo, la enorme influencia (que alcanza niveles de control) que la clase corporativa (the corporate
class), el 1% de la población con
mayores ingresos (la clase de billonarios como la llama Sanders), tiene sobre
el proceso electoral y sobre las instituciones representativas.
¿Podrían pagarse las
propuestas de Sanders? .
Este
argumento se reitera constantemente, en cualquier país, por voces conservadoras
y neoliberales, como objeción a medidas que requieran una expansión del gasto
público social. Es interesante subrayar que nunca se hizo la pregunta, por
parte de las mismas voces que señalan que no hay recursos para la expansión del
gasto social, si el país tenía dinero para pagar el rescate de sus bancos. De
haberse hecho ésta, se podría haber contestado ahora de la misma forma. Si el
país tuvo dinero para rescatar a los bancos, también lo tenía para rescatar a
la población (y la misma respuesta aplica a España).
Y
en EEUU (y en España) los fondos existen. Y así lo muestra el candidato
Sanders: reduciendo el gasto militar significativamente, prohibiendo las
inversiones de las empresas (del organismo equivalente al IBEX-35) en los
paraísos fiscales haciendo que paguen impuestos como todos los demás, y
aumentado la carga fiscal de las grandes fortunas, entre otras medidas. Con
ellos se generarían recursos más que suficientes para asumir tales gastos. La
no existencia de estos fondos ahora se debe a causas políticas (el maridaje
poder económico-poder político) no a causas económicas.
El grupo de economistas del candidato Sanders ha publicado cómo se pagarían cada una de las reformas que él propone. Por ejemplo, el programa de universalización de los servicios sanitarios (conocido como single payer) sustituiría la financiación privada del sistema sanitario estadounidense (que se basa en el pago de pólizas a los seguros privados, pólizas que alcanzan unos niveles prohibitivos para millones de personas y que determina que tengan muchas dificultades para poder recibir atención sanitaria) por una financiación pública, de manera que la ciudadanía, en lugar de pagar a las compañías de seguro privadas (que ofrecen una cobertura insuficiente), lo harían en una cantidad mucho menor a una agencia pública, que les garantizaría una cobertura sanitaria completa, tal como ocurre en Canadá (cuya popularidad del sistema sanitario es mucho mayor que la del sistema privado estadounidense). En realidad, los impuestos para la mayoría de la población no aumentarían, pues la expansión de los servicios públicos sería a base del aumento de los niveles impositivos de los billonarios, que hoy apenas pagan impuestos, y cambios en las prioridades del gasto público, transfiriendo fondos de las áreas militares hacia las sociales.
El grupo de economistas del candidato Sanders ha publicado cómo se pagarían cada una de las reformas que él propone. Por ejemplo, el programa de universalización de los servicios sanitarios (conocido como single payer) sustituiría la financiación privada del sistema sanitario estadounidense (que se basa en el pago de pólizas a los seguros privados, pólizas que alcanzan unos niveles prohibitivos para millones de personas y que determina que tengan muchas dificultades para poder recibir atención sanitaria) por una financiación pública, de manera que la ciudadanía, en lugar de pagar a las compañías de seguro privadas (que ofrecen una cobertura insuficiente), lo harían en una cantidad mucho menor a una agencia pública, que les garantizaría una cobertura sanitaria completa, tal como ocurre en Canadá (cuya popularidad del sistema sanitario es mucho mayor que la del sistema privado estadounidense). En realidad, los impuestos para la mayoría de la población no aumentarían, pues la expansión de los servicios públicos sería a base del aumento de los niveles impositivos de los billonarios, que hoy apenas pagan impuestos, y cambios en las prioridades del gasto público, transfiriendo fondos de las áreas militares hacia las sociales.
¿No es Sanders demasiado
“viejo”? .
Por
vulgar que parezca este argumento también se ha utilizado para desacreditar a Sanders como si ancianidad quisiera
decir menos habilidad. Este argumento también ha aparecido en más de un
rotativo español. Sanders, que está en sus 70, goza de buena salud y, como ha
mostrado a lo largo de la campaña, capaz de llevar a cabo una vida activa, sin
frenos o incapacidades. En realidad, la edad es un punto a su favor, pues
muestra la coherencia en su vida política, siempre puesta al servicio de las
clases populares, habiendo ganado con ello una credibilidad que otros no
alcanzan por su escasa experiencia o sus constantes vaivenes en sus posturas y
creencias.
Sanders, el político de mayor edad en el Senado de EEUU, y a la vez, el político más popular entre los jóvenes en aquel país, siempre apoyó activamente todas las causas progresistas en EEUU, empezando por su apoyo a la campaña de Martin Luther King a favor de la liberación de los negros. Y ha sido alcalde, miembro del Congreso y del Senado, distinguiéndose siempre por haber apoyado al movimiento sindical, a los movimientos sociales, feministas, y ambientales, habiendo también liderado la campaña de concienciación del cambio climático. Es precisamente esta historia la que le hace especialmente atrayente a la gente joven, que tiene ansia y deseo de liberación, integridad y compromiso.
Sanders, el político de mayor edad en el Senado de EEUU, y a la vez, el político más popular entre los jóvenes en aquel país, siempre apoyó activamente todas las causas progresistas en EEUU, empezando por su apoyo a la campaña de Martin Luther King a favor de la liberación de los negros. Y ha sido alcalde, miembro del Congreso y del Senado, distinguiéndose siempre por haber apoyado al movimiento sindical, a los movimientos sociales, feministas, y ambientales, habiendo también liderado la campaña de concienciación del cambio climático. Es precisamente esta historia la que le hace especialmente atrayente a la gente joven, que tiene ansia y deseo de liberación, integridad y compromiso.
¿Tiene Sanders experiencia
en política exterior? .
Esta
pregunta, por regla general, se la hacen los asesores dela candidata Sra.
Hillary Clinton, que fue Ministra de Asuntos Exteriores (Secretary of State)
del gobierno federal de EEUU. Como bien ha respondido Sanders, lo que importa, sin embargo, no es la experiencia, sino el
criterio y el juicio que tenga el que diseña y configura la política exterior
en EEUU. Y ahí, el candidato Sanders
ha mostrado tener mejor juicio y criterio que la candidata Clinton en
decisiones clave que ha tomado el gobierno de EEUU. Por ejemplo, Sanders se
opuso a la invasión de Irak, mientras que Clinton la apoyó. Sanders se opuso al
bombardeo de Libia y al golpe contra Moammar al-Gadaffi. Hillary Clinton lo
apoyó. Sanders se opone a seguir una política de confrontación con Rusia e
Irán. Hillary Clinton la favorece. Sanders se opone al Tratado TTIP. Hillary
Clinton lo apoyaba (aunque últimamente se ha distanciado de tal tratado).
¿Es Sanders excesivamente
utópico y poco realista? .
Esta
postura es idéntica a la que se ha utilizado contra Podemos, contra el nuevo
laborismo británico, y otras fuerzas políticas contestatarias que se oponen al
status quo actual. Ni que decir tiene que el establishment llama por definición
“utópico” y “poco realista” a todas aquellas fuerzas políticas que cuestionan
su poder. Pasa en España y pasa en EEUU. Pero lo que propone Sanders es ampliamente reconocido por
los expertos como necesario. Por ejemplo, una medida de gran importancia
propuesta por Sanders es el
desmembramiento de los grandes bancos (que fueron rescatados con dinero
público) evitando que el propio tamaño de la empresa financiera sea un elemento
negativo al procurar que el sistema económico dependa de un número
excesivamente limitado de entidades bancarias. Hillary Clinton no apoya tal medida. El hecho de que sea o no
realista depende primordialmente de la voluntad política. Por lo demás, técnica
y científicamente, es fácil de realizar y aconsejable de llevar a cabo.
Una situación semejante ocurre en cuanto al retraso de la edad de jubilación (que es 67 años en EEUU), propuesta a la que se opone Sanders pero que no descarta la Sra. Clinton. Ni que decir tiene que la Sra. Clinton es una alternativa mucho mejor que cualquiera de los candidatos republicanos. Pero para una persona progresista, Sanders cubre mejor la papeleta.
Una situación semejante ocurre en cuanto al retraso de la edad de jubilación (que es 67 años en EEUU), propuesta a la que se opone Sanders pero que no descarta la Sra. Clinton. Ni que decir tiene que la Sra. Clinton es una alternativa mucho mejor que cualquiera de los candidatos republicanos. Pero para una persona progresista, Sanders cubre mejor la papeleta.
¿Permitiría el establisment
político-mediático que Sanders fuese Presidente? .
Esta
observación, procedente de grupos escépticos en las izquierdas, tiene mucho
peso. Es una realidad que el establishment muestra enorme hostilidad a la
candidatura de Sanders. Los mayores
canales de televisión ABC, CBS y NBC,
por ejemplo, dan mucha más cobertura a los otros candidatos que a Sanders.
Según el análisis de tiempo de cobertura de los candidatos (The Tyndall
Report), tales canales ofrecieron en el año 2015 dieciséis veces más tiempo de
exposición televisiva al candidato republicano Trump que al candidato demócrata
Sanders, que goza de mayor apoyo popular que Trump. Similar discriminación
ocurrió en España, comparando el
tiempo de exposición y presentación favorable a Albert Rivera versus Pablo
Iglesias en las elecciones últimas.
Hacerse
esta pregunta lleva al centro del problema: la captación de las instituciones
democráticas por los intereses económicos y financieros corrompen el
significado de democracia. De ahí
que la llamada a que cambien las instituciones políticas (y mediáticas) que
Sanders define como Revolución Política sea la misma que la llamada a un nuevo
orden económico, justo y solidario. Y este es el gran reto que hoy tienen tanto
EEUU como España. Sin lugar a duda, estamos en un periodo histórico, en el que
estamos viviendo el fin de una época con los albores de una nueva, de la cual
no conocemos todavía su posible configuración. El enorme enfado de las clases
populares puede canalizarse por fuerzas políticas profundamente reaccionarias
(como Trump en EEUU) o profundamente democráticas (como Sanders). Ahora bien, el
futuro a favor de las alternativas democráticas y progresistas dependerá de las
movilizaciones populares que presionen para que ello ocurra. Así de claro.
*****
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