Definitivamente no es una crisis coyuntural, la crisis vigente hoy
en el sistema capitalista, pero en realidad entonces que es? Un
ciclo recesivo largo, extenso en el tiempo sin fecha de terminación ¿ o ese ciclo recesivo es parte central de
la crisis estructural del sistema mundo?. Si existe, una realidad cierta,
vigente hoy, es la crisis del capital
financiero especulativo – la primera era de la globalización neoliberal –
es decir se “agotó” la forma como se produce la acumulación del capital por el
camino de la especulación mundial, formas que sustituyeron históricamente a las
del capital industrial en especial
en su última fase, la de la industria automotriz y la vigencia de las grandes corporaciones.
El proceso de la desregulación sistémica,
- menos Estado más “dios” mercado”, constituye un ciclo “largo” de más de tres
décadas, tiempo histórico, final donde explosiona la crisis de las hipotecas subprime o la crisis del
capital financiero – que explotó en septiembre del 2008 – año en que se produce
un “Cambio de
Época Histórica” – no sólo por la
crisis – Poli-crisis mundial hoy – que la tenemos presente, sino que se
presentan un conjunto de hechos multidimensionales histórico-políticos que
marcan un antes y después de la “gran
crisis” de las hipotecas. Por ese conjunto de hechos que se producen
sucesivamente en el escenario mundial, es que nos referimos al “Cambio de Época
Histórica”.
El fin de la Unipolaridad mundial – Estados Unidos deja de ser el Estado
corporativo global – (in)surge
la Multipolaridad – un país, un Estado un voto – pero multipolaridad
multidimensional – económica –
economías BRICS, el Banco, como también
la APEC o el Foro de Cooperación
Económica Asia-Pacífico, o el propio MERCOSUR
–
social - emerge una Nueva Sociedad Civil como escenario de escenarios de
las clases y la lucha de clases –
política –Nuevas potencias regionales descentralizadas – Unión Europea,
Rusia, China, India, Brasil y Estados Unidos –. En el escenario mundial primero
se fortalece el G-8 y después el G-7 – separan a Rusia y el bloqueo económico por su intervención directa en la
guerra de Ucrania – más allá también lucha por ocupar un buen lugar en el escenario
global, el G-20, así como el G-77 + China, pero este largo periodo
recesivo, también nos trae dos “novedades”, porque el capital está en crisis, pero
no se duerme y menos está derrotado, son dos nuevas formas, dos caminos “nuevos” de acumulación del capital:
estos primeros años de la crisis, el capital centra toda su inversión
corporativa global en el llamado Consenso
de los Commodities –o la acumulación del capitalismo por desposesión – explotación, saqueo – de los recursos
naturales – y nuevas formas – sin derechos sociales – de explotación de los
llamados – esclavos asalariados del
siglo XXI, proceso mundial con
fuerte resistencia de los pueblos en defensa de su riqueza patrimonial y
segundo la acumulación mundial vía los
Derechos y Servicios Públicos: Educación, Sanidad, Pensiones de los
Jubilados, tarjetas de crédito, empresas de seguridad, deuda externa, economía
militar, etc. ciclo económico en el cual nos ubicamos actualmente con fuerte
imposición y violencia para subsistir pero también con resistencia social y
cultural de los pueblos y nuevas formas de lucha política de los Movimientos Sociales
anti- globalización en general, movimientos políticos post-neoliberales.
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LA CRISIS QUE VINO PARA QUEDARSE.
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Emir Sader.
La Jornada domingo 14 de
febrero del 2016.
La crisis actual de la
economía internacional, iniciada en 2008 en el centro del sistema capitalista,
no tiene plazo para terminar. Genera desconcierto, agotamiento de argumentos y
fórmulas, tasas de interés negativas y tasas de interés estratosféricas –nadie
sabe ya cómo reaccionar, nada se resuelve. Es ya como si la crisis recesiva
estuviera naturalizada.
Porque en verdad no se
trata de una crisis coyuntural, aunque prolongada, en la que el mismo mercado,
depurándose de los más frágiles, recomponga la economía para volver a un ciclo
expansivo. Se trata de un ciclo recesivo largo, al que el capitalismo
internacional ingresó cuando se agotó el ciclo expansivo largo de la segunda
posguerra, alrededor de las décadas de 1970/1980, en el cual sigue.
Además de los ciclos
cortos, caracterizados por Marx como
típicos del proceso de acumulación de capital, el economista ruso Nicolás Kondratieff agrupó esos ciclos
en conjuntos, algunos con tendencia expansiva, otros con recesiva, llamándolos
de ciclos largos.
El ciclo largo de la
segunda posguerra, hasta alrededor de los años 1970/1980 del siglo pasado, fue
un ciclo largo expansivo, la edad de oro del capitalismo, según Eric Hobsbawm. Crecían virtuosamente
todos los principales sectores de la economía mundial: EU, Alemania, Japón,
América Latina (Argentina, México y Brasil, principalmente), el campo
socialista. Fue un ciclo largo en el cual el sector hegemónico en la economía
fue el de las grandes corporaciones industriales monopolistas internacionales,
del que la industria automotriz fue el modelo más característico.
Cuando ese ciclo se agotó
vino el debate sobre sus causas y cómo superarlas. Triunfó el diagnóstico
neoliberal, con su propuesta de desregulación y libre comercio, menos Estado y
más mercado, menos derechos y más mercantilización. Como resultado se desplazó
el eje del proceso de acumulación hacia el capital financiero bajo su forma
especulativa. Porque el capital busca realizarse donde tiene más ganancias, en
plazos más cortos y con menor tributación.
El rol hegemónico del
capital financiero explica que se trate de un ciclo largo recesivo porque la
especulación no genera bienes ni empleos, sino vive de la compra y venta de
papeles y del endeudamiento de gobiernos, empresas y personas.
La crisis recesiva pronunciada, iniciada en 2008, es apenas la expresión de esos factores. Desde que se inició el ciclo largo recesivo, cuando las economías centrales del capitalismo crecen, es a niveles incomparablemente más bajos que los del ciclo anterior. Las economías que están fuera de ese tono son las de China, India y países posneoliberales de América Latina, que aún así han pasado a sufrir los efectos de la recesión internacional generalizada.
La crisis recesiva pronunciada, iniciada en 2008, es apenas la expresión de esos factores. Desde que se inició el ciclo largo recesivo, cuando las economías centrales del capitalismo crecen, es a niveles incomparablemente más bajos que los del ciclo anterior. Las economías que están fuera de ese tono son las de China, India y países posneoliberales de América Latina, que aún así han pasado a sufrir los efectos de la recesión internacional generalizada.
Es una recesión
estructural, característica de este ciclo histórico y del cual no hay plazos de
salida. Al contrario de los otros ciclos largos, que agrupados tendían a durar
más o menos 25 años. Este ya dura bastante más que eso, pero no se avizoran
elementos de su superación. Una vez establecida la desregulación y la libre
circulación de capitales, no hay forma de retornar a modalidades de regulación.
Es como si el conjunto del sistema fuera arrastrado por la lógica de la
especulación financiera, sin formas de contenerla.
En 2008, cuando irrumpió la
profunda y prolongada recesión actual, Obama afirmó que habría que salvar a los
bancos o el techo caería sobre la cabeza de todos. Los bancos fueron
rescatados, están más fuertes que nunca, y son los países los que han quebrado
–Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia.
Hay, por tanto, que
convivir con ese ciclo recesivo largo, buscando, mediante mecanismos como los BRICS y su banco de desarrollo, formas
de resistir a las fuertes tendencias recesivas producidas y reproducidas en el
centro del sistema. Al tiempo en que en Europa comienzan a surgir fuerzas que
se opongan a las políticas de austeridad, forma que asume el ciclo recesivo
largo en ese continente. De la alianza entre los BRICS –incluyendo a los gobiernos progresistas de América Latina– y fuerzas nuevas de
Europa puede surgir un horizonte político de superación del ciclo recesivo
largo actual del capitalismo.
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