La Izquierda Latinoamericana
hoy se encuentra en crisis – coyuntural
o estructural, definitiva -. Realmente
es una crisis terminal producto de una cantidad de errores políticos cometidos
durante el tiempo que se encuentran en el gobierno, o ese conjunto de errores
políticos, se pueden subsanar, sobreponer en el proceso, y tener la capacidad
política de superar con la finalidad estratégica de salir del fango – donde hoy
se encuentran algunos y otros en serios problemas - de cuestionamiento político
de una oposición organizada en torno a los intereses de la burguesía
político-empresarial. Por ahora solamente, vamos a enumerar el conjunto de
problemas y su gravedad y nosotros a través de nuestra lectura e investigación,
planificamos si es que están hoy los gobiernos de izquierda en Nuestra América en condiciones de salir del
laberinto político actual o de lo contrario se hunden y son derrotados en
democracia por la oposición y si al final sumamos como se encuentran hoy, hay o
no futuro político?.
PRIMERO falta de un Proyecto Político
Nacional-Continental – no para unificar un solo proceso, NO –
si no con la finalidad de que los planteamientos centrales, la línea política a
seguir, en su visión estratégica nos proporcione los elementos necesarios que en
el camino necesitamos y debemos encontrarlos, básicamente Integración
Continental y tras este eje ordenador, surgen un conjunto de necesidades, derechos
y objetivos que debemos considerar como el sumun obligado, que alimente
diariamente el proceso democrático-progresista. El aislamiento favorece a los
enemigos políticos y abre el campo necesario para “golpear” diariamente al
gobierno-
SEGUNDO, erradicar desde raíces la corrupción,
como conjunto de prácticas, formas visibles e invisibles que al final – en términos
absolutos acumulados hacen grave daño al gobierno en general. La corrupción al
final es el veneno que destruye no solo la organización, también a sus
Dirigentes, a toda la clase política y en general siembra miles de fantasmas,
denuncias, -sicariato moral – cuando es injusta, ilegal, la acusación, donde
tiene poderosa ubicación el poder de los medios. (Al final destruyes
dirigentes, “asesinas” políticamente líderes, hundes ilegalmente familias, pero al final
el mal y el veneno ya esta rociado en toda la familia).
TERCERO, es importante, fundamental una vez en
el gobierno, consolidar las fortalezas políticas,
la organización interna, del Partido Político. El Partido debe asumir toda la
responsabilidad política en la conducción del proceso sobre la base de la activa
Participación Política, la Democracia interna, el fortalecimiento de la
Conducción, - representación dirigencial - Programa de Gobierno – Plataforma de
Gobierno con definiciones estratégicas y con aportes permanentes producto de la
lucha diaria y el gran aporte de las “masas” organizadas, es decir – los Ciudadanos
Políticos, como activos participantes del proceso.
Dr. en Sociología. Pablo Raúl Fernández Llerena. Sus trabajos de análisis e interpretación de la realidad local-global, se nutren, alimentan del pensamiento crítico latinoamericano.
***
CUARTO, es importante para el propio proceso
progresista de izquierda, avanzar más allá de las Políticas Sociales
– por más exitosas que sean al final – si no tenemos la calidad político
organizacional de mirar más allá de la coyuntura – que para la izquierda
latinoamericana, fue positiva por el alto precio de los Commodities en el mercado
mundial y que al final favoreció íntegramente la voracidad de los grupos de
poder local y global. Porque el tiempo de duración del éxito de las políticas
sociales es temporal, coyuntural – calma el dolor por un tiempo – pero si
durante el tiempo de calma NO aplicamos otras medidas que consoliden y fortalezcan ese proceso, esto se destruye rápidamente.
La burguesía como clase dominante y dueña del Poder NO tiene miramientos y menos
compasión de destruir en minutos por más positivo que sea lo logrado. Argentina
es edl mejor ejemplo.
QUINTO.- Las Políticas
Sociales, obligadamente necesitan de Políticas Públicas de Estado,
con la finalidad de fortalecer en su estructura el campo que avanzó las políticas
sociales- Un Ejemplo en el Perú cuando Izquierda Unida, en el escenario
nacional de la década del 80’, fue la segunda fuerza política electoral,
consiguió desde los Municipios donde era mayoría a nivel nacional, que la Política Social del Vaso de Leche –
política principal del Alcalde Barrantes Lingán – se transforme en Política
de Estado. Negociaciones Municipios, Congreso, Gobierno, movimientos sociales de Mujeres (Madres del Vaso de Leche), el Poder
Popular organizado, se forjaron políticas de consenso y negociación, el Congreso, lo elevó a Ley, el
Presidente, lo aprobó y hoy es un
Derecho de todos los niños del Perú, - venga gobierno que venga –
democracias, dictaduras – no pudieron y menos intentaron desconocerla. Ahora solo una mirada en Brasil, 60
millones de personas han salido de la extrema pobreza y posteriormente que pasó
con los hijos de los millones de familias se los abandonó, porque sus derechos
eran otros, no funcionó el partido político, sus dirigentes estaban ahora
metidos en otros problemas que no eran precisamente el de la Democracia.
Hay otros, problemas
centrales como el del Estado – no tocado ni con el pétalo de una flor – el problema del Liderazgo político – en claro
enfrentamiento y lucha diaria contra el caudillismo, y los propios caciques
locales y regionales; trabajos políticos como derechos sociales – educación,
sanidad, servicios públicos, empleo, salarios, vivienda, transporte, deporte,
medio ambiente, etc. Donde los gobiernos progresistas han manifestado graves
errores políticos, han dejado profundos vacíos sociales, así como han
polarizado asuntos culturales, ambientales, regionales, que en el ,proceso de crítica
y auto-crítica de sus dirigentes es necesario, importante y obligatorio para
poder enmendar errores, corregir faltas muy graves o solucionar las fisuras
sociales y políticas que el propio proceso ha generado, pero que es importante reconocerlo a la luz de
la crítica y la autocrítica democrática, respetuosa, cívica y horizontal.
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Dr. Sociólogo Emir Sader. Maestro y Académico brasileño, conspicuo representante del Pensamiento Crítico Latinoamericano.
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LAS CRISIS DE LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA.
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Emir Sader.
Página /12 sábado 27 de febrero del 2016.
Se
puede decir que hay dos izquierdas en América latina y que ambas padecen de
crisis, cada una a su manera. Una es la que llegó a los gobiernos. Empezó
procesos de democratización de las sociedades y de salida del modelo neoliberal
y hoy se enfrenta a dificultades –de distinto orden, desde afuera y desde
adentro– para dar continuidad a esos procesos. La otra es la que, aún viviendo
en países con continuados gobiernos neoliberales, no logra siquiera constituir
fuerzas capaces de ganar elecciones, llegar al gobierno y empezar a superar el
neoliberalismo.
La
izquierda posneoliberal ha tenido éxitos extraordinarios, aun mas teniendo en
cuenta que los avances en contra de la pobreza y la desigualdad se han dado en
los marcos de una economía internacional que, al contrario, aumenta la pobreza
y la desigualdad. En el continente más desigual del mundo, cercados por un
proceso de recesión profunda y prolongada del capitalismo internacional, los
gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador han
disminuido la desigualdad y la pobreza, han consolidado procesos políticos
democráticos, han construido procesos de integración regional independientes de
Estados Unidos y han acentuado el intercambio Sur-Sur.
Mientras
tanto las otras vertientes de la izquierda, por distintas razones, no han
logrado construir alternativas a los fracasos de los gobiernos neoliberales.
Los casos de México y de Perú son los dos más evidentes, mostrando incapacidad,
hasta aquí, de sacar lecciones de aquellos otros países, para adaptarlas a las
condiciones específicas de los suyos.
¿En
qué consiste la crisis actual de las izquierdas que han llegado al gobierno en
América latina? Hay síntomas comunes y rasgos particulares a cada país. Entre
aquellos están la incapacidad de contrarrestar el poder de los monopolios
privados de los medios de comunicación, aún en los países en que se han
aprobado leyes y medidas concretas para quebrar lo que es la espina dorsal de
la derecha latinoamericana. En cada uno de esos países, en cada una de las
crisis enfrentadas por esos gobiernos, el rol protagónico ha sido de los medios
de comunicación privados, actuando de forma brutal y avasalladora en contra de
los gobiernos, que han contado con sus éxitos en el gobierno y con un amplio
apoyo popular.
Ellos
han escondido los grandes avances sociales en cada uno de nuestros países, los
han censurado, han tapado las vidas nuevas que los procesos de democratización
social han promovido en la masa de la población. Por otro lado, destacan
problemas, aisladamente, dándole proyecciones irreales, difundiendo incluso
falsedades, con el propósito de deslegitimar las conquistas logradas y la
imagen de sus líderes, ya sea negándolas, ya sea intentando destacar aspectos
secundarios negativos de los programas sociales.
Los
medios han promovido sistemáticamente campañas de terrorismo y de pesimismo
económico, buscando bajar la confianza de las personas en su propio país. Como
parte específica de esa operación están las sistemáticas denuncias de
corrupción, tanto a partir de casos reales a los que han dado proporción
desmesurada, como en los casos de denuncias inventadas, por las cuales no
responden cuando son cuestionados, pero los efectos ya han sido producidos. Las
reiteradas sospechas sobre el accionar de los gobiernos produce, especialmente
en sectores medios de la población, sentimientos de crítica y de rechazo, a los
que pueden sumarse otros sectores afectados por esa fabricación antidemocrática
de la opinión pública.
Sin
ese factor, se puede decir que las dificultades tendrían su dimensión real y no
serían transformadas en crisis políticas, movidas por la influencia unilateral
que los medios tienen sobre sectores de la opinión pública, incluso de origen
popular.
No
es que sea un tema de fácil solución, pero no considerarlo como un tema
fundamental a enfrentar es subestimar la mayor debilidad de la izquierda: la
lucha de las ideas. La izquierda ha logrado llegar al gobierno por el fracaso
del modelo económico neoliberal, pero ha recibido, entre otras herencias, la hegemonía
de los valores neoliberales diseminados en la sociedad. “Cuando finalmente la
izquierda llegó al gobierno, tenía perdida la batalla de las ideas,” dijo Perry
Anderson. Tendencias a visiones pre-gramscianas en la izquierda han acentuado
formas de acción tecnocráticas, que creyeron que hacer buenas políticas para
las personas bastaría para producir automáticamente una conciencia
correspondiente de apoyo a los gobiernos. Se ha subestimado el poder de acción
en la conciencia de las personas de los medios y de los efectos políticos de
desgaste de los gobiernos que esa acción promueve.
Otro
factor condicionante, en principio a favor, después en contra, fue el
relativamente alto precio de las commodities durante algunos años, de que los
gobiernos se aprovecharon, pero no para promover un reciclaje en los modelos
económicos para que no dependieran tanto de esas exportaciones. Para ese
reciclaje habría sido necesario formular y empezar a poner en práctica un
modelo alternativo basado en la integración regional. Se ha perdido un período
de gran homogeneidad en el Mercosur, sin que se haya avanzado en esa dirección.
Cuando los precios bajaron, nuestras economías sufrieron los efectos, sin tener
como defenderse, por no haber promovido el reciclaje hacia un modelo distinto.
Habría
que haber comprendido también que el período histórico actual está marcado por
profundos retrocesos a escala mundial y que las alternativas de izquierda están
en una posición defensiva. De que lo que se trata en este momento es de salir
de la hegemonía del modelo neoliberal, de construir alternativas apoyándose en
las fuerzas de la integración regional, en los Brics y en los sectores que
dentro de nuestros países se suman al modelo de desarrollo económico con
distribución de renta, priorizando las políticas sociales.
En
algunos países no se ha cuidado debidamente el equilibrio de las cuentas
públicas, lo cual ha generado niveles de inflación que han neutralizado en
parte los efectos de las políticas sociales, porque los efectos de la inflación
recaen sobre los asalariados. Los ajustes no deben ser trasformados en
objetivos, pero sí en instrumentos para garantizar el equilibrio de las cuentas
públicas y eso es un elemento importante del éxito de las políticas económicas
y sociales.
Aunque
los medios hayan magnificado casos de corrupción, no se puede negar que no hubo
control suficiente de parte de los gobiernos respecto al uso de los recursos
públicos. El tema del cuidado absoluto de la esfera pública debe ser sagrado
para los gobiernos de izquierda, que deben ser los que descubran eventuales
irregularidades y las penalicen, antes que sean los medios opositores quienes
lo hagan. La ética en la política tiene que ser un patrimonio permanente de la
izquierda. La transparencia absoluta en el manejo de los recursos públicos
tiene que ser una regla de oro para los gobiernos de izquierda. El no haber
actuado siempre así hace que los gobiernos paguen un precio caro, que puede ser
un factor determinante para poner en riesgo la continuidad de esos gobiernos,
con daños gravísimos para los derechos de la gran mayoría de la población y
para el destino mismo de nuestros países.
Otro
problema de esos gobiernos es que el rol de los partidos oficialistas no ha
sido bien resuelto en prácticamente ninguno de esos países. Como los gobiernos
tienen una dinámica propia, incluso de alianzas sociales y políticas, de
centroizquierda en varios casos, esos partidos debieron representar el proyecto
histórico de la izquierda, pero no han logrado hacerlo, perdiendo relevancia frente
al rol preponderante de los gobiernos. Así se debilita la reflexión estratégica
que va más allá de las coyunturas políticas, la formación de cuadros, la
propaganda de las ideas de la izquierda y la misma lucha ideológica.
Nada
de eso autoriza a hablar de fin de ciclo. Las alternativas a esos gobiernos
están siempre a la derecha y con proyectos de restauración conservadora, de
carácter netamente neoliberal. Los gobiernos posneoliberales y las fuerzas que
los han promovido son los elementos más avanzados de que los que dispone la
izquierda latinoamericana actualmente. Funcionan también como referencia para
otras regiones de mundo, como España, Portugal y Grecia, entre otros.
Lo
que estamos viviendo es el final del primer período de la construcción de modelos
alternativos al neoliberalismo. Ya no se podrá contar con dinamismo del centro
del capitalismo, ni con precios altos de las commodities. Las clave del paso a
un segundo período tienen que ser: profundización y extensión del mercado
interno de consumo popular; proyecto de integración regional; intensificación
del intercambio con los Brics y su Banco de Desarrollo.
Además
deben ser superados los problemas apuntados anteriormente. Antes que nada se
impone crear procesos democráticos de formación de opinión pública y dar la
batalla de las ideas, cuestión central en la construcción de una nueva
hegemonía en nuestras sociedades y en el conjunto de la región.
Hay que construir un proyecto estratégico para la región, no solo de
superación del neoliberalismo y del poder del dinero sobre los seres humanos,
sino también de construcción de sociedades justas, solidarias, soberanas, libres, emancipadas
de todas las formas de explotación, dominación, opresión y alienación.
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