LA
GUERRA NUCLEAR Y EL SERIO PELIGRO PARA LA HUMANIDAD.- Chomsky no es de las
personas que se dejan impresionar por modas académicas o intelectuales; su razonamiento radical y sereno busca
evitar furores y, quizá por eso, se muestra reacio a echar las campanas al
vuelo sobre la anunciada decadencia del
imperio. Tiene 800 bases alrededor del mundo e invierte en su ejército
tanto como todo el resto del mundo junto. Nadie tiene algo así, con soldados
peleando en todas partes del mundo. China
tiene una política principalmente defensiva, no posee un gran programa
nuclear, aunque es posible que crezca. El
caso de Rusia es diferente. Es la principal piedra en el zapato de la
dominación del Pentágono, porque tiene un sistema militar enorme. El problema es que tanto Rusia como Estados
Unidos están ampliando sus sistemas militares, ambos están actuando como si
la guerra fuera posible, lo cual es una locura colectiva. Cree que la guerra nuclear es irracional y que sólo podría suceder
en caso de accidente o error humano. Sin embargo, coincide con William Perry, ex secretario de Defensa,
quien dijo recientemente que la amenaza
de una guerra nuclear es hoy mayor de lo que era durante la guerra fría.
Chomsky estima que el riesgo se concentra en la proliferación de incidentes
que involucran fuerzas armadas de potencias nucleares. La guerra ha estado muy cerca innumerables veces, admite. Uno de
sus ejemplos favoritos es lo sucedido bajo el gobierno de Ronald Reagan, cuando el Pentágono decidió poner a prueba las defensas rusas mediante
la simulación de ataques contra la Unión Soviética.
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Dr. Noam Chomsky. Maestro Universitario. Lingüista y Sociólogo estadounidense, permanente crítico de las políticas de las Administraciones del Imperio. Crítico de las políticas conservadoras y destructoras de la humanidad de los Republicanos yanquis.
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NOAM CHOMSKY: “ES EL MOMENTO MÁS CRÍTICO
DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD”.
Entrevista al Intelectual Estadounidense.
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Agustín Fernández Gabard y Raúl Zibechi.
La Jornada lunes 8 de febrero del 2016.
Chomsky repasa las principales
tendencias del escenario internacional, la escalada militarista de su país y
los riesgos crecientes de guerra nuclear, Se detiene en el proceso electoral estadounidense
y esboza una reflexión sobre las esperanzas de Paz en Colombia.
Estados Unidos fue siempre una sociedad colonizadora.
Incluso antes de constituirse como Estado estaba eliminando a la población
indígena, lo que significó la destrucción de muchas naciones originarias,
sintetiza el lingüista y activista estadunidense Noam Chomsky cuando se le pide
que describa la situación política mundial. Crítico acérrimo de la política
exterior de su país, sostiene que desde 1898 se volcó hacia el escenario
internacional con el control de Cuba, a la que convirtió esencialmente en
colonia, para invadir luego Filipinas, asesinando a un par de cientos de miles
de personas.
Continúa hilvanando una suerte de contra-historia
del imperio: Luego le robó Hawái a su población originaria, 50 años antes de
incorporarla como un estado más. Inmediatamente después de la segunda Guerra
Mundial Estados Unidos se convierte en potencia internacional, con un poder sin
precedente en la historia, un incomparable sistema de seguridad, controlaba el
hemisferio occidental y los dos océanos, y naturalmente trazó planes para
tratar de organizar el mundo a su antojo.
Acepta que el poder de la superpotencia ha
disminuido respecto al que tenía en 1950, la cima de su poder, cuando acumulaba
50 por ciento del producto interno bruto mundial, que ahora ha caído hasta 25
por ciento. Aun así, le parece necesario recordar que Estados Unidos sigue
siendo el país más rico y poderoso del mundo, y a nivel militar es
incomparable.
Un sistema de partido único.
En algún momento Chomsky comparó las votaciones en
su país con la elección de una marca de pasta de dientes en un supermercado. El
nuestro es un país de un solo partido político, el partido de la empresa y de
los negocios, con dos facciones, demócratas y republicanos, proclama. Pero cree
que ya no es posible seguir hablando de esas dos viejas colectividades
políticas, ya que sus tradiciones sufrieron una mutación completa durante el
periodo neoliberal.
Están los republicanos modernos que se hacen llamar
demócratas, mientras la antigua organización republicana quedó fuera del
espectro, porque ambas partes se desplazaron a la derecha durante el periodo
neoliberal, igual que sucedió en Europa. El resultado es que los nuevos
demócratas de Hillary Clinton han adoptado el programa de los viejos
republicanos, mientras éstos fueron completamente desplazados por los
neoconservadores. Si usted mira los espectáculos televisivos donde dicen
debatir, sólo se gritan unos a los otros y las pocas políticas que presentan
son aterradoras.
Por ejemplo, destaca que todos los candidatos
republicanos niegan el calentamiento global o son escépticos, que si bien no lo
niegan dicen que los gobiernos no deben hacer algo al respecto. Sin embargo el
calentamiento global es el peor problema que la especie humana ha enfrentado
jamás, y estamos dirigiéndonos a un completo desastre. En su opinión, el cambio
climático tiene efectos sólo comparables con la guerra nuclear. Peor aún, los
republicanos quieren aumentar el uso de combustibles fósiles. No estamos ante
un problema de cientos de años, sino de una o dos generaciones.
La negación de la realidad, que caracteriza a los
neoconservadores, responde a una lógica similar a la que impulsa la
construcción de un muro en la frontera con México. “Esas personas que tratamos
de alejar son las que huyen de la destrucción causada por las políticas
estadounidenses.
En Boston, donde vivo, hace un par de días el
gobierno de Obama deportó a un guatemalteco que vivió aquí durante 25 años;
tenía una familia, una empresa, era parte de la comunidad. Había escapado de la
Guatemala destruida durante la administración Reagan. En respuesta, la idea es
construir un muro para prevenirnos. En Europa es lo mismo. Cuando vemos que
millones de personas huyen de Libia y de Siria a Europa, tenemos que
preguntarnos qué sucedió en los últimos 300 años para llegar a esto.
Las invasiones militares del Imperio como de la Unión Europea hoy
en Siria, Irak, Libia, por ejemplo, originan estos dramas humanos, con asesinatos
colectivos, destrucción del país – sobre todo su agricultura y fuerte migración
interna primero y posterior migración transcontinental, coyuntura de la crisis
humanitaria, sin solución en el "horizonte político".
Invasiones y cambio climático se retroalimentan.
Hace apenas 15 años no existía el tipo de conflicto
que observamos hoy en Medio Oriente. Es consecuencia de la invasión
estadounidense a Irak, que es el peor crimen del siglo. La invasión
británica-estadounidense tuvo consecuencias horribles, destruyeron Irak, que
ahora está clasificado como el país más infeliz del mundo, porque la invasión
se cobró la vida de cientos de miles de personas y generó millones de
refugiados, que no fueron acogidos por Estados Unidos y tuvieron que ser recibidos
por los países vecinos pobres, a los que se encargó recoger las ruinas de lo
que nosotros destruimos. Y lo peor de todo es que instigaron un conflicto entre
sunitas y chiítas que no existía antes.
Las palabras de Chomsky recuerdan la destrucción de
Yugoslavia durante la década de 1990, instigada por Occidente. Al igual que
Sarajevo, destaca que Bagdad era una ciudad integrada, donde los diversos
grupos culturales compartían los mismos barrios, se casaban miembros de
diferentes grupos étnicos y religiones. La invasión y las atrocidades que
siguieron instigaron la creación de una monstruosidad llamada Estado Islámico,
que nace con financiación saudita, uno de nuestros principales aliados en el
mundo.
Uno de los mayores crímenes fue, en su opinión, la
destrucción de gran parte del sistema agrícola sirio, que aseguraba la
alimentación, lo que condujo a miles de personas a las ciudades, creando
tensiones y conflictos que explotan apenas comienza la represión.
Una de sus hipótesis más interesantes consiste en
cruzar los efectos de las intervenciones armadas del Pentágono con las
consecuencias del calentamiento global.
En la guerra en Darfur (Sudán), por ejemplo,
convergen los intereses de las potencias con la desertificación que expulsa
poblaciones enteras de las zonas agrícolas, lo que agrava y agudiza los
conflictos. Estas situaciones desembocan en crisis espantosas, como sucede en
Siria, donde se registra la mayor sequía de su historia que destruyó gran parte
del sistema agrícola, generando desplazamientos, exacerbando tensiones y
conflictos, reflexiona.
Aún no hemos pensado detenidamente, destaca, sobre
lo que implica esta negación del calentamiento global y los planes a largo
plazo de los republicanos que pretenden acelerarlo: Si el nivel del mar sigue subiendo
y se eleva mucho más rápido, se va a tragar países como Bangladesh, afectando a
cientos de millones de personas. Los glaciares del Himalaya se derriten
rápidamente poniendo en riesgo el suministro de agua para el sur de Asia. ¿Qué
va a pasar con esos miles de millones de personas? Las consecuencias inminentes
son horrendas, este es el momento más importante en la historia de la
humanidad.
Chomsky cree que estamos ante un recodo de la
historia en el que los seres humanos tenemos que decidir si queremos vivir o
morir: “Lo digo literalmente. No vamos a morir todos, pero sí se destruirían
las posibilidades de vida digna, y tenemos una organización llamada Partido
Republicano que quiere acelerar el calentamiento global No exagero –remata– es
exactamente lo que quieren hacer”.
A continuación cita el Boletín de Científicos Atómicos y su Reloj del Apocalipsis, para
recordar que los especialistas sostienen que en la Conferencia de París sobre
el calentamiento global era imposible conseguir un tratado vinculante,
solamente acuerdos voluntarios. ¿Por qué? Debido a que los republicanos no lo
aceptarían. Han bloqueado la posibilidad de un tratado vinculante que podría
haber hecho algo para impedir esta tragedia masiva e inminente, una tragedia
como nunca ha existido en la historia de la humanidad. Eso es lo que estamos
hablando, no son cosas de importancia menor.
Guerra nuclear, posibilidad cierta.
Chomsky no es de las personas que se dejan
impresionar por modas académicas o intelectuales; su razonamiento radical y
sereno busca evitar furores y, quizá por eso, se muestra reacio a echar las
campanas al vuelo sobre la anunciada decadencia del imperio. Tiene 800 bases
alrededor del mundo e invierte en su ejército tanto como todo el resto del
mundo junto. Nadie tiene algo así, con soldados peleando en todas partes del
mundo. China tiene una política principalmente defensiva, no posee un gran
programa nuclear, aunque es posible que crezca.
El caso de Rusia es diferente. Es la principal
piedra en el zapato de la dominación del Pentágono, porque tiene un sistema
militar enorme. El problema es que tanto Rusia como Estados Unidos están
ampliando sus sistemas militares, ambos están actuando como si la guerra fuera
posible, lo cual es una locura colectiva. Cree que la guerra nuclear es
irracional y que sólo podría suceder en caso de accidente o error humano. Sin
embargo, coincide con William Perry, ex secretario de Defensa, quien dijo
recientemente que la amenaza de una guerra nuclear es hoy mayor de lo que era
durante la guerra fría. Chomsky estima que el riesgo se concentra en la
proliferación de incidentes que involucran fuerzas armadas de potencias
nucleares.
La guerra ha estado muy cerca innumerables veces,
admite. Uno de sus ejemplos favoritos es lo sucedido bajo el gobierno de Ronald
Reagan, cuando el Pentágono decidió poner a prueba las defensas rusas mediante
la simulación de ataques contra la Unión Soviética.
Resultó que los rusos se lo tomaron muy en serio.
En 1983 después de que los soviéticos automatizaron sus sistemas de defensa
detectaron un ataque de misil estadunidense. En estos casos el protocolo es ir
directo al alto mando y lanzar un contraataque. Había una persona que tenía que
transmitir esta información, Stanislav Petrov, pero decidió que era una falsa
alarma. Gracias a eso estamos acá hablando.
Sostiene que los sistemas de defensa de Estados
Unidos tienen errores serios y hace un par de semanas se difundió un caso de
1979, cuando se detectó un ataque masivo con misiles desde Rusia. Cuando el
consejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski, estaba levantando el
teléfono para llamar al presidente James Carter y lanzar un ataque de
represalia, llegó la información de que se trataba de una falsa alarma. Hay
docenas de falsas alarmas cada año, asegura.
En este momento las provocaciones de Estados Unidos
son constantes. La OTAN están llevando a cabo maniobras militares a 200 metros
de la frontera rusa con Estonia. Nosotros no toleraríamos algo así sucediendo
en México.
El caso más reciente fue el derribo de un caza ruso
que estaba bombardeando fuerzas yihadistas en Siria a fines de noviembre. Hay
una parte de Turquía casi rodeada por territorio sirio y el bombardero ruso
voló a través de esa zona durante 17 segundos, y lo derribaron. Una gran
provocación que por suerte no fue respondida por la fuerza, pero llevaron su
más avanzado sistema antiaéreo a la región, que le permite derribar aviones de
la OTAN. Argumenta que hechos similares están sucediendo a diario en el mar de
China.
La impresión que se desprende de sus gestos y
reflexiones es que si las potencias que son agredidas por Estados Unidos
actuaran con la misma irresponsabilidad que Washington, la suerte estaría
echada.
Visión sobre Colombia.
El lingüista estadounidense Noam Chomsky conoce de
primera mano la realidad colombiana. Fiel a su estilo y sus ideas, visitó el
país en puntillas, lejos de los focos académicos y mediáticos, para adentrarse
en el Cauca, donde los indígenas nasa construyen su autonomía en resguardos y cabildos,
con base en sus saberes ancestrales actualizados en medio del conflicto armado.
Parece haber señales positivas en las negociaciones
de paz, reflexiona Chomsky. Colombia tiene una terrible historia de violencia
desde el siglo pasado, la violencia en los años 50 era monstruosa, reconociendo
que la peor parte ha sido la de las operaciones paramilitares. Más recientes
son las fumigaciones de Estados Unidos, verdaderas operaciones de guerra
química que desplazaron poblaciones campesinas para beneficio de
multinacionales.
En consecuencia, Colombia es el segundo país del
mundo en desplazados, detrás de Afganistán. Debería ser un país rico, próspero,
pero se está rompiendo en pedazos, añade. Por eso, si las negociaciones de paz
funcionan, eliminarán algunos de los problemas, no todos. Colombia aun sin el
problema de la guerrilla sigue siendo uno de los peores países para los
defensores de derechos humanos, para líderes sindicales y otros.
Uno de los peligros que observa en caso de que se
firme la paz, sería la integración de los paramilitares en el gobierno, una
realidad latente en el país. Así y todo, sostiene que la reducción del
conflicto con las FARC sería un gran paso hacia adelante, por eso cree que se debe hacer
todo lo posible para contribuir al proceso de paz.
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