LA
OTRA GLOBALIZACIÓN: LA MUNDIALIZACIÓN DE LA ESTUPIDIZACIÓN VIRTUAL.- Estamos viviendo en la era de
la “cultura globalizada” la mundialización emergente de la ESTUPIDIZACIÓN ABSOLUTA, (el mundo del cretinismo, de los tontos, bobos, alcornoques y la necedad absoluta). Increíble, pero cierto, lo que fue
imposible alcanzar – imponer vertical y con violencia – a través de la llamada
globalización cultural – o la occidentalización del mundo – Hoy tomando dos
caminos, dos vías, dos propuestas propias de la globalización en tiempos de la
era de la transnacionalización de los monopolios imperialistas – la
globalización del capital financiero-especulativo – desde la globalización de
las industrias culturales – EL CINE, LA
TV, LA RADIO, EL ARTE hasta llegar a los tiempos del INTERNET – y por el otro lado el poderoso avance la revolución
tecnológica y la intensa innovación tecnológica, desde el WWW.COM hasta el TELÉFONO (celular),
E-MAIL, YOU TUBE, FACEBOOK, TWITTER, ETC. – pensaron por un momento que tenían “el mundo controlado”, pero jamás
pensaron en la respuesta de la resistencia cultural de los pueblos del mundo,
miles, millones de culturas locales, hoy son parte del llamado proceso del “DESENCLAVE CULTURAL” Mundial. Proceso
alternativo mundial que no se resiste al el poder imperial, todo lo contrario,
así como nacen y se innovan nuevas formas y técnicas de dominio, influencia, imposición, de igual
forma los pueblos del mundo – reconstruyendo sus culturas locales – siempre
poderosas fuentes históricas de resistencia cultural y protección de su propia
vida, el agua, la naturaleza – su cultura, su identidad cultural colectiva –
también la respuesta es primero local, propia, pero hoy son los nuevos poderes
locales populares de la NUEVA SOCIEDAD
CIVIL – emergente, popular, democrática – la que se encarga de ponerla
también en el plano de la defensa y resistencia mundial.
Para
las fuerzas imperiales, las poderosas mega-corporaciones que dominan el mundo y
son parte del 1% dueños, propietarios de más del 60%
de la riqueza mundial, y que originó el surgimiento de la mundialización de la
desigualdad económico-social – el resultado más conflictivo, turbulento e
injusto y que hoy es parte central de la profundización, extensión y
radicalización del escenario de las clases y la lucha de clases, pues los
poderes fácticos ensayaron, como concentrar todos estos adelantos tecnológicos
y otros que vienen a diario en el mundo de la innovación tecnológica – como LA MUNDIALIZACIÓN DEL YouTube, FACEBOOK,
TWITTER, WHATASPP y otros más que a diario están invadiendo y dominando
nuestro mundo cotidiano. Pero, nuevamente volvemos, cual fue y es el interés
supremo, comunicarnos, informarnos a diario a cada momento, estar presente en
el mundo, creo que sí, pero para una minoría, pero para las grandes mayorías
hoy metidas en carne y hueso, en corazón y fe en las REDES SOCIALES, en especial su JUVENTUD,
- nacida e hija del internet - se
olvidan del mundo, se olvidan de su entorno, viven su propio mundo creado – y
siguen inventando a diario – y siguen metidos generaciones completas de
juventud – millones de jóvenes, viven encantados en el mundo virtual – mientras el Nuevo Orden Mundial, del
Mundo Multipolar – que concentraba la construcción de una “sola vía
mundial” – se separa, se contradice en el escenario de un mundo en guerra, de
un mundo en crisis, de un mundo que no tiene solución a la vista sobre la más
grave crisis humanitaria de migración transcontinental y ese Nuevo Orden se divide,
se fractura, entra en crisis, con el surgimiento de otros poderes globales,
regionales descentralizados – La
Orientalización chino-ruso-indo – la ruta del gas - de un Nuevo Orden Mundial – el capitalismo
como sistema ingresa en nuevos procesos
globales de acumulación, pero sigue creciendo el mundo el dominio virtual
de millones de jóvenes; el mundo de LA
ESTUPIDIZACIÓN ABSOLUTA, porque claro, que la estupidez humana es altamente
contagiosa en casi todo el mundo, las trasnacionales aprovechan que la gente es
feliz matando el tiempo y en la coyuntura actual de un mundo multipolar, lo
que no se pudo conseguir, con las diferentes formas de globalización imperial
neoliberal, hoy muy “fácilmente” la están convirtiendo en “realidad” los nuevos
caminos, vías, formas de información – comunicación distorsionada, manejada por
los poderes fácticos mundiales – a la orden están en forma gratuita e intensa
el YOUTUBE, FACEBOOK, EL TWITTER, EL WHATSAPP (vía los teléfonos celulares, cada
día más modernizados y con más amplios servicios gratuitos)- y todos los
días llegan mayores y mejores formas de “entretenimiento” gratuito y crece la
publicidad, aumentan los locales puro lujo y cada vez estamos más envueltos –
dependientes absolutos, capturados directamente – de las “novedades” que hoy
nos ofrecen “gratis” los poderosos imperios mundiales que nos están conduciendo
irremediablemente al mundo de la
estupidización absoluta. Esta es pues hoy y con seguridad, seguirá perfeccionándose
las nuevas formas de globalización neoliberal mundializada.
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LA NUEVA GLOBALIZACIÓN?.
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José Pablo Feinmann.
Página /12 domingo 14 de febrero del 2016.
La
política imperial de los actuales EE.UU. es nueva: quiere, sin más, el dominio
del mundo. Tiene, se sabe, serios rivales. Pero nadie posee el armamento y la
industria de armamentos de EE.UU. Ni –menos aún– nadie tiene ni por asomo su
aparato mediático ideológico-propagandístico. Estamos, sin más, ante un imperio
que lo quiere todo. Que no se conformará con menos. Su formidable poder
mediático convence a su pueblo (no difícil de ser convencido) de que hoy más
que nunca el destino manifiesto debe hacerse realidad. (Además, EE.UU. es ahora
–junto a sus fuertes aliados europeos: Alemania, Francia, Gran Bretaña– el
Occidente capitalista, un bloque con unidad de miras y objetivos, tan poderoso
que su única posible derrota es su implosión.)
El
Big Brother Panóptico es la culminación de una obra maestra: someter por medio
del goce. Pasen horas frente a Internet, jueguen a todo lo que quieran jugar,
escríbanse mails con sus amigos, métanse en Facebook, escriban esas breves,
ingeniosas y limitadas palabras en Twitter. Cuando lleguen al final empiecen
otro. Twitter puede no terminar nunca, ser infinito. Exhiban su ingenio que
antes acaso algún tonto jefe de redacción no supo reconocer y los echó rumbo a
cualquier parte que no estuviera dentro del diario. Algo más (y sustancial):
insulten. Llenen de insultos a quienes quieran. Es gratis. Es impune. Es
anónimo. Se sacan las ganas y se acabó. Siguen siendo los mismos de siempre: simples,
oscuras personas sumergidas en una vida sin objetivos, errática, que chapotean
en la infinitamente poblada ciénaga de los mediocres y no ignorando que la
orilla está lejos, cada vez más, para siempre inalcanzable. Al Big Brother
Panóptico eso no le importa mucho. Sólo quiere saber qué hacen. Incluso a
quiénes insultan. ¿Insultan a quiénes ellos quieren o insultan a sus
representantes en cada rincón del mundo? El Big Brother informa: en Ecuador se
está insultando mucho a la oposición del dictador Correa, ese enemigo de la
prensa libre, ese autoritario fanático de la Ley Mordaza que cierra la boca del
periodismo libre y con ella la boca de la libertad de expresión y con ella, sin
más, la boca de la libertad que nosotros defendemos. Recuerden a nuestros niños
diciendo: Freedom, Freedom, Freedom. Como zombies, de acuerdo. Los hemos
sepultado con films de zombies últimamente tratando de hacer uno más de cada
uno de ellos. Sin embargo, América prefiere un zombie que diga libertad a otro
que diga Castro o Lenin.
En
el campo estrictamente filosófico, el Big Brother Panóptico implica una
revolución. El sujeto se ha centrado. Se acabó su trizamiento, su
deconstrucción, su fragmentación. Este sujeto –el Panóptico– es tan perverso
como Heidegger (ese olvidado filósofo campesino) solía describirlo. Sí, está al
servicio de la técnica. Palabra vieja, de comienzos del siglo XX. Antes de
Heidegger, Oswald Spengler escribió un libro que llevaba por nombre La
Decadencia de Occidente y luego otro llamado El hombre y la técnica. La palabra
técnica, para nuestros científicos, huele a naftalina. Estamos mucho más allá
de eso.
Este
sujeto centrado, no en la razón sino en el poder bélico y comunicacional, se
entrega a constituir a los restantes sujetos. Nos van a entretener hasta morir.
No es la primera vez que lanzamos esta advertencia. Porque eso quieren de
nosotros: erosionar nuestra subjetividad obligándonos a ver lo que nos dan. Y
eso que nos dan nos lo dan para idiotizarnos. Es la cultura de estupidización.
Pero la globalización ha cambiado. Se ha hecho más profunda. Hasta ayer
apenas implicaba el dominio del imperio y el control del mundo por medio del
poder bélico y el comunicacional. Ahora van por más. Hunden sus raíces en los
territorios que quieren manejar, controlar. En Argentina, esta segunda derrota
de la izquierda peronista debe ser analizada adecuadamente. Pareciera –por
decirlo tersamente– que los sueños de unidad continental, que la unidad
bolivariana, que la América latina unida que predicó Felipe Varela, luego Manuel
Ugarte, luego Forja y luego muchos otros hasta llegar al último intento en el
siglo XXI con Hugo Chávez a la cabeza y el Mercosur y el triunfo sobre el ALCA
ha llegado a su ocaso. Pero no se vuelve a los noventa. La nueva globalización
siglo XXI toma el Estado por asalto. En el siglo XIX, en el Parlamento
británico, notables políticos como Richard Cobden dijeron: nada de invadir las
colonias, que tengan lo suyo, que tengan bandera, himno y Estado nacional. Pero
que hagan negocios sólo con nosotros. Con los negocios nos alcanza. Con eso los
dominaremos.
A fines del siglo XX todo el mundo académico hablaba de la caída
del Estado-nación. Hay un libro paradigmático: Las culturas de fin de siglo en
América Latina (1994), se trata de una compilación llevada a cabo por Josefina
Ludmer de una serie de ponencias en un Coloquio de Yale. Vale la pena comparar
las posiciones de este Coloquio con las del Foro realizado en 2015, en Tucumán,
organizado por Ricardo Forster. El de Yale daba por terminado el Estado-nación.
El de Tucumán se deslizaba en su exaltación a-crítica. El primero era expresión
de gobiernos como el de Carlos Menem, que habían destrozado la noción de
soberanía. El segundo aún creía vivir los días de gloria del Estado nacional.
Derrotado éste, se nos presenta la administración-Macri que globaliza al Estado
desnacionalizándolo. Dejando atrás todas esas “viejas” ideas de soberanía,
anticolonialismo, unidad latinoamericana, Mercosur, licuación de las
desigualdades y los sueños de nuestros “padres fundadores”: Moreno, Bolívar,
Artigas, Varela, Mariátegui, Ugarte, Forja, Perón, Hugo Chávez y los Kirchner.
Hasta se dejan atrás las tesis de los parlamentaristas británicos.
Esta
globalización es nueva, más profunda. Los agentes de la globalización toman en
sus propias manos el manejo del Estado. El 3 de enero de este año, en este
diario, Fernando Krakowiak publicó un estudio de alto valor teórico. Su título
era: El país atendido por sus propios dueños. Para quienes aman las nociones de
patria, Estado nacional y soberanía el panorama es trágico. Por ahora, luego de
una derrota que nadie ha explicado aún, y antes de lamentarse al extremo de no
pensar, tratemos de (precisamente) pensar la originalidad de la nueva
situación. Se han acentuado dos cosas: 1) el dominio del imperio capitalista
occidental; 2) la inserción del país en la globalización que ese imperio
propugna. La Cancillería está en manos de Telecom e IBM. El Ministerio de
Hacienda en manos de JP Morgan. El Ministerio de Energía, Shell. La Secretaría
de Finanzas, Deutsche Bank. El Directorio del Banco Central, JP Morgan y
Goldman Sachs. Y así sucesivamente. Las empresas son: Thomson Reuters, Morgan
Stanley, Exxon-Esso, Axion, General Motors, Techint, Coca Cola, Banco de
Galicia, Edesur y Edenor, Pan American Energy y muchas más. La globalización,
que sostiene la teoría del mercado libre, no es para todos. Ama más la economía
que la política y la democracia. Suele ser expulsiva y no inclusiva. La
expulsión genera delincuencia e inseguridad. Algo que la lleva a incurrir en la
represión y a darle un peligroso vuelo autónomo a una policía no preparada para
tenerlo. Todo esto le genera problemas que llevan a ponderar el autoritarismo
como etapa necesaria para consolidar la balanza de pagos, la macroeconomía.
Cuando Marx –en cierta etapa– dio su apoyo a las conquistas británicas en la
India citó unas líneas de Goethe: “¿Quién lamenta los estragos/ si los frutos
son placeres/ no mató a miles de seres/ Tamerlán en su reinado?” Un funcionario
del Gobierno-Macri, sabiéndolo o no, dijo algo semejante: “Es espantoso, pero
necesario”.
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