A los pocos días de asumir el cargo, el presidente Trump, durante una cena con
su yerno Jared Kushner y otros
asesores, aprobó un operativo militar del equipo especial SEAL 6 de la Marina estadounidense en Yemen. El ataque le costó la vida al integrante de los SEAL “Ryan” Owens, así como la pérdida
de un helicóptero estadounidense. ¿Pero qué se supo de las bajas civiles? Pese
a las declaraciones del gobierno de Trump
de que la ofensiva recopiló amplios datos para inteligencia, han surgido
informes de al menos 30 muertes de civiles; entre ellos, varios niños. Según Reuters, autoridades militares de
Estados Unidos dijeron: “Trump aprobó su
primera operación encubierta de antiterrorismo sin suficiente información de
inteligencia, apoyo terrestre ni preparativos de respaldo adecuados”. Esto
fue solamente un operativo militar en Yemen
entre miles, en una devastadora guerra civil exacerbada por el armamento y
apoyo de Estados Unidos a Arabia Saudí,
que está arrasando Yemen. Trump visitará
Arabia Saudí esta semana, el primer país extranjero al que irá como
presidente. Donald Trump es el
comandante en Jefe, y su orden casual en medio de esa cena condujo a la muerte
violenta de decenas de personas inocentes. ¿Acaso
no se trata de un crimen?". Amy Goodman.
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ESTADOS UNIDOS: CRÍMENES Y
DELITOS DE DONALD TRUMP.
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Amy Goodman y Denis Moynihan.
Democracy
Now.
Rebelión,
sábado 20 de mayo del 2017.
El presunto intento del presidente Donald Trump de socavar la
investigación del FBI sobre su ex asesor de seguridad nacional, el teniente
general Michael Flynn, y su posterior despido del director del FBI , James
Comey, ha inspirado un sin fin de especulaciones en los medios de comunicación
hegemónicos sobre la posibilidad de que sea sometido a juicio político. Sin duda, las pruebas presentadas por el periódico
The New York Times, junto con
todo lo ocurrido durante los primeros meses de gobierno de Trump, amerita una investigación independiente.
Tal vez, como en el escándalo de Watergate de 1974, que forzó al presidente Richard Nixon a
renunciar caído en desgracia para evitar el proceso de juicio político y
destitución, el encubrimiento del delito termine siendo mayor que el delito
mismo. ¿Pero qué pasaría si a Donald Trump se le hiciera rendir cuentas por sus
verdaderos delitos, como matar civiles en ataques con aviones no tripulados,
causarles sufrimiento o la muerte a los refugiados al negarles asilo y conducir
el planeta hacia una catástrofe climática? ¿Qué sucedería si Donald Trump mantuviera sus promesas de
campaña, tan indignantes como incendiarias, que, de ser implementadas, en su
mayoría constituirían crímenes? Lamentablemente, el poder presidencial
excesivo, y a menudo letal, ahora se considera algo normal.
A los pocos días de asumir el cargo, el presidente Trump, durante una cena con
su yerno Jared Kushner y otros
asesores, aprobó un operativo militar del equipo especial SEAL 6 de la Marina estadounidense en Yemen. El ataque le costó la vida al integrante de los SEAL “Ryan” Owens, así como la pérdida
de un helicóptero estadounidense. ¿Pero qué se supo de las bajas civiles? Pese
a las declaraciones del gobierno de Trump
de que la ofensiva recopiló amplios datos para inteligencia, han surgido
informes de al menos 30 muertes de civiles; entre ellos, varios niños. Según Reuters, autoridades militares de
Estados Unidos dijeron: “Trump aprobó su
primera operación encubierta de antiterrorismo sin suficiente información de
inteligencia, apoyo terrestre ni preparativos de respaldo adecuados”. Esto
fue solamente un operativo militar en Yemen
entre miles, en una devastadora guerra civil exacerbada por el armamento y
apoyo de Estados Unidos a Arabia Saudí,
que está arrasando Yemen. Trump visitará
Arabia Saudí esta semana, el primer país extranjero al que irá como
presidente. Donald Trump es el
comandante en Jefe, y su orden casual en medio de esa cena condujo a la muerte
violenta de decenas de personas inocentes. ¿Acaso
no se trata de un crimen?
Amy Goodman, extraordinaria periodista norteamericana. Un ejemplo de Libertad de Expresión en el mundo.
***
A mediados de abril, el ejército estadounidense lanzó una bomba sobre un presunto objetivo
del autoproclamado Estado Islámico (
ISIS , por su sigla en inglés) en Afganistán,
que estos días no atrae la atención de los medios, a pesar de que la guerra más
larga en la historia de Estados Unidos ha llegado a su 17º año, con promesas de Trump de extenderla y enviar miles de
tropas terrestres más al terreno. Pero
esta no era una bomba común. Trump dejó caer sobre territorio afgano lo que
el Pentágono ha calificado como “la madre de todas las bombas” ( MOAB
, por su sigla en inglés). La bomba GBU -43/B es la mayor bomba no nuclear del mundo.
Se encuentra en el arsenal estadounidense desde principios de la guerra en
Irak, pero nunca se había usado hasta que el comandante en jefe Donald J. Trump
asumió el cargo.
El Dr. “Hakim” es un médico
que ha hecho trabajo humanitario en Afganistán durante más de una década. Hakim trabaja en Voluntarios por la Paz en Afganistán, un grupo inter-étnico
de jóvenes afganos dedicados a crear alternativas no violentas a la guerra.
Recientemente dio su opinión sobre el primer despliegue de la MOAB en una entrevista con Democracy Now!. En declaraciones desde Kabul, se mantuvo de espaldas a la
cámara por temor a sufrir represalias si era identificado:
“Creo que es un insulto llamarla ‘La
Madre de Todas las Bombas’. Esta mañana, cuando estaba hablando con un
integrante de Voluntarios por la Paz en Afganistán, Ali, él dijo: ‘¿Alguna
madre le haría eso a la Madre Tierra? ¿O se lo haría a algún niño?’ El efecto es
lo que el ejército estadounidense o lo que los ejércitos de todo el mundo
quieren infligirles a los ciudadanos comunes; es decir, miedo, pánico, hambre,
ira”.
Los medios de
comunicación hegemónicos han asumido un tono más opositor desde que Donald Trump asumió el cargo, sin
embargo, vuelven a alinearse cuando Trump se involucra en acciones militares.
Entonces, los medios declaran, que Trump
está actuando como un “presidente”.
El mismo artículo del periódico The New York Times que sostenía que Trump interfirió en la investigación
sobre las relaciones entre Flynn y Rusia
contenía otra sorprendente revelación.
El medio informó que “según uno de sus asesores, el señor Comey debería considerar encarcelar a los periodistas por
publicar información clasificada”. La libertad de prensa es la base de nuestra
sociedad democrática. Trump también se ha comprometido a ampliar las leyes de
difamación para que sea más fácil perseguir a quienes lo critican.
Rod Rosenstein,
vicefiscal general, acaba de nombrar al ex director del FBI Robert Mueller como asesor especial para
supervisar la investigación en curso de la presunta
influencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016. Mueller debería evaluar los hechos
enérgicamente y hacer públicas sus conclusiones. Pero la investigación completa de los crímenes
de Donald Trump debería ir mucho más lejos.
© 2017 Amy
Goodman
Traducción al
español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy
Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la
conductora de Democracy Now!,
un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de
radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro
"Los que luchan contra el sistema:
Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado
por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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