viernes, 26 de mayo de 2017

PRESTAR SERVICIOS DE MOVILIDAD Y NO FABRICAR COCHES, EL FUTURO DE LA INDUSTRIA DEL AUTOMÓVIL.

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PRESTAR SERVICIOS DE MOVILIDAD Y NO FABRICAR COCHES, EL FUTURO DE LA INDUSTRIA DEL AUTOMÓVIL.
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Ignacio Muro.

Economistas frente a la crisis.

Rebelión jueves 27 de abril del 2017.

El sector del automóvil viene predicando su buena nueva desde hace algunos meses. El objeto de negocio de la industria automovilística ya no será, como hasta ahora, “desarrollar tecnología, producir y vender coches” sino “proveer servicios de movilidad a la ciudadanía en general”.

En esos términos se expresaba Antonio Cobo, director general de General Motors España y presidente de Anfac, la patronal del automóvil, en un foro organizado por la federación de industria del sindicato CCOO y dirigido a analizar conjuntamente con otros actores interesados, (empresas, administración) el binomio Digitalización e Industria 4.0 y sus consecuencias.

Como cualquier gran industria rodeada de un potente aparato de comunicación, los fabricantes de coches disponen de un discurso elaborado. Aparentan dirigir el cambio como aparentan impulsar los cambios tecnológicos, aunque lleven décadas basando sus márgenes en las subvenciones de continuos planes PIVE al tiempo que frenaban el motor de agua o el eléctrico… Pero que ¿en qué consiste realmente y qué determina el cambio de modelo que anuncian? ¿Se les impone desde fuera o lo controlan y dirigen? ¿Conocen y reconocen sus consecuencias? ¿Qué efectos provocará en la producción y el empleo?

El automóvil, una industria a la defensiva.

Todo lo que le pasa al automóvil es especialmente relevante pues acaba modificando definitivamente las pautas dominantes del sistema industrial. Considerada “la industria de las industrias”, el sector del automóvil se caracterizó siempre por su efecto de arrastre sobre el resto de los sectores en modelos organizativos y pautas productivas. Y también por su capacidad para imponer nuevas tendencias y hábitos al consumo. Tener un automóvil y luego dos y luego tres, fue símbolo de independencia de los miembros de la familia; elegir urbanos, campestres o familiares definía preferencias sociológicas; graduar las prestaciones segregaba por estatus a la población. La oferta de nuevos productos creaba y maduraba la demanda social.

Lo que ahora se nos muestra indica, ante todo, que han perdido la iniciativa respecto a otras industrias que son las que modifican los comportamientos sociales. La iniciativa, también en el automóvil, la tienen Google, Apple, Tesla… y hasta la empresa propietaria del buscador chino Baidu, que planea poner autobuses autónomos en carretera en un plazo de dos/tres años.


Al sector del automóvil le pasa lo mismo que les pasó a otros sectores tradicionales, lentos en la percepción de las nuevas realidades. Y de alguna forma así lo reconocía el presidente de AnFac. Están obligados a asumir el coche eléctrico como respuesta a la presión social por la economía sostenible. Asumen que los vehículos deben contemplarse como un habitáculo siempre conectado en respuesta a una demanda ciudadana que no permite que el vehículo no sea un espacio sin comunicación plena con el exterior. Asumen como reto el coche autónomo para aumentar la seguridad y evitar las dependencias y los riesgos derivados de la conducción inter-conectada. Asumen como reto el carsharing ante la evidencia de “que los ayuntamientos están tomando iniciativas reguladoras muy diversas que limitan el tránsito hacia el centro de diferentes modos, como resultado de una presión ciudadana creciente e indudable”.

El tránsito de la propiedad al acceso.

La lógica digital ha incorporado nuevas pautas que impregnan ya los hábitos sociales y las lógicas económicas. Hace ya 17 años que Jeremy Riftin hablaba de la era del acceso. Lo importante, decía, no es el bien sino el servicio que aporta, no es lo material sino lo inmaterial… no es el vehículo sino la movilidad que te ofrece.

Cuando el sector del automóvil empieza a hablar en esa onda hay ya generaciones que han incorporado en sus vidas esos valores: no les representa ya lo mismo la propiedad de un coche que a las generaciones anteriores, lo que quieren es facilidades de movilidad. Supone asumir que esa movilidad es ya una ecuación múltiple en la que combinan el transporte público, el coche privado y el público, el compartido sin conductor y el compartido con conductor. O, incluso, la bicicleta, el patín eléctrico o el paseo asociado al disfrute de la ciudad. El vehículo como propiedad carece de sentido comparado con la importancia de acceder a un servicio.

Comprar o compartir, dos modelos de demanda solo en parte complementarios.

Está en juego dos modelos representados en las opciones de comprar o compartir. Significa definir en qué medida el automóvil sobrevive como expresión material y sigue siendo un bien apreciado en propiedad o cuaja la nueva orientación y se limitan a ser suministradoras de servicios de movilidad.

Diferentes análisis de EEUU mencionan que alrededor del 70% de los milenians sigue considerando que disponer de coche es un símbolo de estatus y valora disponer de un vehículo en propiedad. Si esa disposición se trasladara a nuestro país indicaría ya un menor interés por la propiedad del coche pues, en España, el porcentaje de familias que disponen de coche alcanza el 77%.

Ocurre que a esa merma de interés, específica de los milenians, habría que sumarle los cambios de comportamiento de las familias que disponen de más de uno, pues es ese segundo coche destinado a cortas distancias y a la movilidad urbana, el que puede estar más afectado por el carsharing. En España, 13 millones de hogares disponen de al menos un vehículo, pero hay, por ejemplo, un 5% de esos hogares que disponen de cuatro o más vehículos. Y el promedio es de 1,75 de vehículos por hogar.

Grandes efectos sobre la producción y el empleo.

¿Cómo afectan esos cambios de demanda a la produccion de coches? Teniendo en cuenta que según Automative News, se fabrican, en todo el mundo, alrededor de 90 millones de unidades al año, sus efectos serán considerables en cualquier caso. Para el mundo y también para España donde la producción de coches representa más del 10% del PIB. La victoria de la lógica del comprar o del compartir tendrá grandes efectos sobre la producción y el empleo.

Daimler Benz y Peugeot han tomado la delantera en carsharing con Car2go y Emov pero, aunque controlen la propiedad, la lógica no es la del coche en propiedad, es de servicio. Un estudio de la Universidad de California estima que un vehículo de Car2go reemplaza, al menos, a 11 vehículos privados lo que, medido en tiempo, significa entre 3 y 6 horas al día de uso mientras un vehículo privado no alcanza una hora al día de media. O sea que es seguro que, cada coche compartido, significa varias unidades de venta menos de los fabricantes. También que los efectos se empezarán a notar en el descenso de la demanda del segundo vehículo del hogar, el destinado a cortas distancias. Y del mismo modo, en la renovación de las flotas de alquileres o de taxis. Cuanto más sufra el sector del taxi por efecto del carsharing menos demanda y más daño para la producción de coches.

No solo los robots y la inteligencia artificial. Todo parece indicar que también el cambio de hábitos y paradigmas en el consumo, mayor si es intenso el ritmo en el que se instala la opción entre comprar o compartir, tendrá efectos sobre la fabricación de coches. Y, con ellas, no lo dudemos, efectos sobre el modelo de fabricación industrial y de empleo que conocemos.

Ignacio Muro @imuroben, miembro de Economistas Frente a la Crisis EFC.

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8 LECCIONES DE MOVILIDAD PARA LAS CIUDADES DEL FUTURO.



Camila Alicia Ortega. Marzo 2017.

La movilidad fluida y sostenible es una de las cualidades más destacadas de las ciudades inteligentes alrededor del mundo. Pero ¿cómo logran tener un sistema de transporte que realmente cumpla con las necesidades de los ciudadanos?  Las ciudades más inteligentes del mundo se caracterizan por poseer sistemas de transporte que garantizan la movilidad fluida de los ciudadanos. Diferentes tecnologías y modos de operar han consolidado a ciudades como Amsterdam, Copenhagen, Río de Janeiro, Singapur, París, entre otras, como modelos a seguir para construir las bases de lo que será la movilidad del futuro.

A continuación les presentamos distintas lecciones dictadas por los proyectos más innovadores de movilidad en el mundo, que abarcan desde el fomento de la bicicleta como medio de transporte hasta los peajes wireless que reducen la congestión de vehículos en las horas pico.
 

1.- La bicicleta, el vehículo del futuro.
La bicicleta es un vehículo que cada vez toma más fuerza alrededor de todo el mundo: aproximadamente 2.500 millones de personas realizan sus trayectos diarios en este medio de transporte. Muchas ciudades se están uniendo a una cultura creciente «bike friendly», que promueve a la bicicleta como el medio de transporte ideal para los ciudadanos, una elección que mejora la calidad de vida, reduce notablemente la contaminación causada por los vehículos tradicionales y disminuye el ruido de las zonas urbanas causados por el tráfico y los innumerables silbatos de los vehículos.


Las entidades gubernamentales de diferentes ciudades han optado por crear extensas ciclorutas que faciliten el desplazamiento de los ciclistas por las zonas urbanas.
Bogotá cuenta con más de 350 kilómetros de vías destinadas exclusivamente para los ciclistas, una obra que la convierte en la red de ciclovías más grande en América Latina. En la capital colombiana, se realizan 450 mil viajes diarios en bicicleta, según reportó la Secretaría de Movilidad en el 2013, en un artículo de El Tiempo.
Amsterdam. Sin duda Amsterdam es una de las ciudades con mayor uso de la bicicleta. Según un reporte de Fast Company, el 67% de los viajes que realizan los habitantes de esta ciudad son hechos a pie o en bicicleta. Esto se debe en parte a la vasta red de ciclorutas Fietspad, que cuenta con más de 400 kilómetros de vías exclusivas para los ciclistas.



2. Intersecciones seguras
El auge de la bicicleta, ha permitido que diferentes ciudades trabajen en proyectos de planeación urbana que tienen como objetivo velar por la seguridad de los ciclistas. En Portland, Estados Unidos, el diseñador urbano, Nick Falbo, ideó un proyecto que busca crear intersecciones seguras para los ciclistas, que se constituye de esquinas en forma de isla, barras de stop, un paso de cebra exclusivo para ciclistas y señales de semáforo dirigidas a las personas en bicicleta.
http://www.vimeo.com/86721046
3. Sistemas de bike sharing.
Además de promover su uso, muchas ciudades han comenzado a integrar sistemas donde las personas pueden transportarse en bicicleta, aunque no dispongan de una propia. Los sistemas de «bike sharing» consisten en un servicio donde las bicicletas están disponibles para el uso compartido de los individuos en un determinado período de tiempo, para que se transporten de un punto A a un punto B.
Copenhagen. El diferencial más notable en el sistema de la capital de Dinamarca frente a otros sistemas de bike sharing, es que cada bicicleta cuenta con una tablet que contiene GPS e información de rutas y horarios de los sistemas de transporte de la ciudad que se integran con un servicio llamado Go Bike.
 

4. Bicicletas inteligentes.
Inspirado en la ciudad de Copenhagen, estudiantes del MIT, crearon The Copenhagen Wheel, una bicicleta inteligente que recolecta información mientras el usuario pedalea, sobre el ruido, la temperatura ambiente, la humedad, el tráfico, entre otros. Esta información puede ser consultada posteriormente a través de una aplicación para smartphones, o a través de las redes sociales del proyecto, y utilizada para planear diferentes rutas de desplazamiento o informarse sobre diferentes variables ambientales que afectan a la ciudad. The Copenhagen Wheel promueve la colaboración e intercambio de datos entre los ciudadanos con el fin de mejorar la experiencia de ciudad.



5. Car-sharing
El car-sharing es un servicio donde las personas pueden alquilar un carro por un determinado período de tiempo, lo cual puede ayudar a reducir el número de carros particulares y por efecto colateral disminuir el tráfico en la malla vial.
París cuenta con uno de los sistemas más grandes de carros eléctricos compartidos: Autolib, el cual tiene estaciones de parqueo y carga y centros de información y alquiler donde se puede rentar uno de los 2.000 vehículos eléctricos disponibles para el uso de ciudadanos y visitantes.

Los sistemas de vehículos eléctricos compartidos no solo brindan la oportunidad de reducir la contaminación ocasionada por los carros tradicionales, sino que además abren un espacio de sociabilidad, donde las personas pueden optar por realizar sus viajes en compañía de vecinos, amigos o familiares, donde cada uno tenga la oportunidad de llegar a su destino.
Por su parte, el «car-pooling» es una cultura global que muchas personas han comenzado a adoptar, la cual consiste en ofrecer ‘puesto’ en su carro privado a otros individuos, con el fin de reducir el consumo de gasolina, dinero y tiempo y crear un sistema de transporte colaborativo, fluido y asequible.
Por ejemplo, en Europa existe Carpooling.com, una plataforma que conecta a personas de más de 40 ciudades como Berlín, París, Barcelona, Milan, Atenas, Vienna, entre otras, para que puedan ofrecer sillas vacías o reservar un puesto en un vehículo para llegar a su destino.
En América Latina incluso existen servicios que ofrecen integrar el car-pooling en organizaciones y universidades, como Aventones, una red privada que facilita y promueve el uso de carro compartido dentro de comunidades de confianza. Por su parte, Bogotá también cuenta con un sistema de transporte compartido llamado Easy Way, que ayuda a solucionar los problemas de movilidad en la ciudad, en donde los usuarios pueden personalizar su oferta y demanda de transporte de acuerdo a sus necesidades.
6. Peajes urbanos
Muchas ciudades cuentan con peajes urbanos que cobran una tarifa a los carros particulares para poder transitar en la ciudad en determinadas horas, de modo que se motiven, bien sea a utilizar el transporte público o a compartir el vehículo con amigos o vecinos.
En Singapur, por ejemplo, existe un sistema llamado Electronic Road Pricing System (ERP), que consiste en una serie de peajes wireless, distribuidos en las vías más transitadas, que funcionan las 24 horas y que cobran una tarifa determinada dependiendo de la hora. Como resultado, la velocidad promedio de los vehículos en sus vías más transitadas es de 48 kilómetros por hora.
7. Sistemas inteligentes de movilidad.
El buen manejo de los datos puede ser la diferencia para tener o no un caos vehicular en la ciudad. Los sistemas inteligentes de manejo de tráfico utilizan los datos proporcionados por sensores y cámaras ubicadas en toda la ciudad, para brindar a los conductores y peatones información en tiempo real sobre cambios bruscos en el tráfico para crear ciudades con una movilidad más fluida. Para esto, se utiliza la tecnología M2M (machine-to-machine) que conecta vía wireless diferentes dispositivos entre sí para proveer la los datos necesarios.
Además, estos sistemas pueden ser muy útiles para investigaciones y estudios sobre movilidad, pues permiten determinar en qué períodos se produce mayor congestión vehicular y cuál es la razón número uno de accidentes vehiculares, entre otros.
Rio de Janeiro. Según informa el portal Business Innovation, la ciudad brasileña tiene un Centro de Operaciones, en donde los trabajadores reciben toda la información, proveniente de sensores, cámaras y dispositivos ubicados en más de 215 puntos estratégicos por toda la ciudad, para que puedan ser analizada. Las personas tienen la posibilidad de ingresar al portal web oficial y ver las cámaras del lugar que deseen y conocer boletines informativos sobre cualquier cambio en la movilidad de la ciudad. 
Tennessee. El sistema de Smart Way cuenta con alrededor de 1.221 sensores que reportan la velocidad y los tiempos de viaje de los vehículos, 425 cámaras, entre otros. 
Medellín. El Sistema Inteligente de Movilidad de Medellín  (SIMM) tiene como fin reducir la accidentalidad y mejorar la movilidad de la ciudad colombiana. La plataforma se compone de paneles de información, la optimización de semáforos, las cámaras de foto detección, la gestión de la flota de transporte (metro y bus), un software de gestión, las redes sociales y un circuito cerrado de televisión. Este sistema ha ayudado a consolidar a Medellín como una de las ciudades más innovadoras del mundo y ha dado la posibilidad a sus habitantes de conocer más a fondo el funcionamiento de su ciudad y minimizar los tiempos de sus viajes.

Como complemento de los sistemas inteligentes de manejo de tráfico, existen herramientas como Waze o Google Maps, en donde los usuarios encuentran e intercambian información vial con el objetivo de optimizar el tiempo y dinero en los desplazamientos.
8. Estacionamientos inteligentes
En distintos núcleos urbanos del mundo, los trancones y las congestiones vehiculares son causados en gran parte por los conductores que desesperadamente buscan un espacio libre para estacionar el vehículo
Londres. Como una apuesta para resolver esta problemática, la capital del Reino Unido lanzó recientemente un proyecto llamado Smart Parking, que consiste en instalar 3.000 sensores en algunas de las calles de Westminster – una de las zonas turísticas y más congestionadas de la ciudad – los cuales tienen la capacidad de indicarle a los conductores, a través de una aplicación para smartphones, qué espacios se encuentran disponibles para estacionar.  El sistema de Smart Parking es una solución inteligente para reducir el tráfico de la zona y agilizar la ubicación de estacionamientos.
 
Sin duda alguna, las ciudades inteligentes del mundo están apostándole a sistemas y proyectos de transporte innovadores que empiezan a trazar las bases de lo que será la movilidad del futuro. Si bien es cierto que esto es ya una antesala a la manera cómo nos transportaremos en pocos años, aún faltará que se desarrollen nuevas tecnologías futuristas que encontrarán la manera de brindarle a ciudadanos y conductores una dinámica de ciudad alejada del ruido, la contaminación, las imprudencias y las largas horas de trancón.

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