“Y
ahora paso a un legado más sobre el que, quienes manejaban ese marxismo un poco
elemental de que no quiero acordarme, decían: que era una revolución burguesa,
etcétera; pero no, es otra forma, otro legado de la emancipación la, que va a
realizar Don Benito Juárez.
¿Emancipación de qué?, de la utilización de la religión para oprimir; y de la
alta jerarquía eclesiástica, que junto con muchos de los ricos de la época
colonial fueron los que se quedaron con el poder y las riquezas cuando España
ya no los pudo retener; y fue una gran virtud de Juárez, el hacer "La
Reforma", como se le llamó, la más profunda de toda América Latina, quitándole al clero sus inmensas propiedades,
y estableciendo la educación laica y el derecho a pensar sin que le invocaran a
uno a Dios para decirle que estaba equivocado. Entonces ese es otro legado que
define a la izquierda, y a la lucha por la emancipación humana.
Con los
liberales también, aparecen otras formas más de emancipación. Una es la que se
da por la Autonomía Universitaria; la gran lucha que ocurre a lo largo del siglo XIX
y XX, y que exige la independencia del Estado para que el pensamiento oficial
no intervenga en lo que los profesores y los alumnos enseñan y aprenden. Fue y
es una lucha maravillosa, que se sigue dando a lo largo de todos los años y que
nos va a entregar hasta el
"68" mucho de lo que la emancipación humana es.
Y
en esa corriente, en ella, destaca alguien que no nació en México, pero que es
latinoamericano, y que es uno de los escritores más notables de la
lengua castellana, que es José Martí. Y
Martí representa un liberalismo radical, de una profundidad verdaderamente
extraordinaria, porque por un lado le da una fuerza, una importancia central, a
la moral como poder; y por otro, denuncia, con su riquísima pluma, al
imperialismo naciente; y por otro más..., organiza una lucha revolucionaria en
la que invita a formar parte de la dirección revolucionaria a un comunista. Todo este liberalismo radical de fines del
siglo XIX es el antecedente de la única revolución que subsiste en este
momento de todas las luchas que se hicieron en busca del socialismo; y quiere decir que quienes rechazaban, o nos pedían
incluso que no habláramos de moral, no entendían que no estábamos hablando de
moralina, como con justa razón la denominó
Benedetti, sino que estábamos hablando de moral de lucha, de moral de
cooperación y de una palabra que siempre me sale en rojo en la computadora
porque todavía no la acepta la Academia
Española y que la inventaron aquí, los compañeros zapatistas, que es la que
nos permite destacar la moral de compartición... Entonces moral de lucha, moral
de cooperación, moral de compartición aclaran de qué moral estamos hablando y
que buscamos tenazmente practicar; y ambas aclaraciones acaban completamente
con los planteamientos absurdos, y con los silogismos falsos, que padeció una
gran corriente anarquista, y acaban también con la simulación de los que hablan de
moral nada más para engañar y pretender que son lo que no son”...
/////
Dr. Maestro en Sociología. Pablo González Casanova, ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. UNAM. Maestro en Sociología de varias generaciones en México y en todo Latinoamerica.
***
MÉXICO: LOS LEGADOS DE LA IZQUIERDA.
*****
Pablo González Casanova.
Rebelión sábado 13 de mayo del 2017.
Participación en Seminario “Los muros del capital,
las grietas de la Izquierda” 15 de abril del 2017.
En primer
lugar una excusa, porque el día de ayer estuve tratando de terminar, y
terminé, una ponencia que les iba a leer y que ahora pensé que era mejor no
leer... Porque, había yo traído tres textos a Chiapas, pensando que iba hablar al principio de la reunión, del
encuentro, y resulta que me invitaron para el final del encuentro, y lo que
pensaba decir no venía al caso. Entonces decidí hacer... acordarme del maestro Alfonso Reyes, que me decía que
cuando pudiera dar una conferencia sin leer, sería mucho mejor darla sin leer,
y que si la leía viera más... al público que al papel. Aquí puedo ver un poco,
en medio de la oscuridad, al público, y decirle que pensé en la conveniencia de
definir qué es la izquierda para... en parte, contradecir a quienes nos están
acusando de dividir a la izquierda. Y me pareció que ese problema es
interesante traerlo aquí, y entonces se me ocurrió ver cómo ha definido el
pueblo mexicano a la izquierda a lo largo de su historia.
Empecé a pensar en los curas rebeldes que se vinieron
huyendo de la inquisición y del cristianismo de Carlos V y Felipe II. Y esos
curas rebeldes son el principio de un proceso que corresponde a la emancipación
humana; y que naturalmente incluye una categoría que no existía en las ciencias
sociales, o que no era central en las ciencias sociales, y que es central en la
vida humana; que es la categoría de la explotación de unos hombres por otros.
Esa categoría no existía antes, pero no es la única
que hace suyo el pensamiento emancipador; es decir, no puede haber emancipación
humana si hay explotación de unos hombres por otros, eso es absolutamente
claro, pero acabar con la explotación no es suficiente porque la emancipación
humana es mucho más que eso. Entonces, a partir de esta toma de posición, me
pareció que aquellos curas; aquel cura que se subió al púlpito en la isla de
Santo Domingo y ante la furia, la rabia desatada de los conquistadores, declaró
o dijo en su sermón que los indios tienen alma; es decir, que no son
animales...aquel cura exigió respeto a ellos por su dignidad humana. Y los
conquistadores se pusieron furiosos, y bueno, en realidad eran herederos del
Aristóteles que manejó la inquisición, aquél que le recomendó a Alejandro el
Grande, un discípulo suyo, cuando se fue a conquistar Asia; y le dijo: "a
los griegos trátalos como ciudadanos y a los bárbaros como animales o como
plantas"...
Entonces, el respetar al ser humano, el respetar la
dignidad del ser humano, es una lucha muy grande que se sigue dando hasta hoy;
y la palabra, el término dignidad, es parte de la terminología más cara para
nosotros.
Yo acabo de mandar a la Enciclopedia Marxista de
Ciencias Sociales de Alemania un trabajo sobre la dignidad, y allí cito a esos
curas rebeldes que defendieron vigorosamente la dignidad de los indios. Pero
como se ve, esta lucha siguió hasta nuestros días y entre los teólogos apareció
la teología de la liberación con Gustavo Gutiérrez, en Perú; con varios
teólogos notables y pensadores políticos en Brasil, como Leonardo Boff, o como
Frei Betto, a quien me he encontrado muchas veces en Cuba, y que está luchando
ya no sólo por reconocer la dignidad humana de los nativos sino por el
socialismo.
Una primera definición entonces de izquierda sería
esa: la que lucha por la dignidad humana de cuanto ser humano es oprimido y
discriminado.
Una segunda, es la lucha por la independencia, una
lucha a la que no se le dio la importancia que tenía, y que tiene, sino hasta
años muy recientes; hasta hace unas cuantas décadas con Fanon, en que el hombre
colonial --el que vive en los países coloniales--apareció como un hombre
oprimido, y bajo una opresión y una forma de dominación y de desprecio, y de
privación, especiales; y tan especiales, que ahora vemos por ejemplo con lo que
está ocurriendo en África. En 7 países de África, están por morirse, o ya
murieron o se están muriendo varios millones de habitantes, de hambre; cosa que
ocurrirá si lo que nos contaba ayer, según me dijeron, ¡Magdalena Gómez, que
ocurre en México, donde no sólo nos están quitando los recursos como el
petróleo, la electricidad, etcétera, sino las tierras, el agua y el subsuelo, y
donde se están creando “enclaves coloniales! como los que ella mencionó.
Entonces sigue siendo un problema especial el estar
contra el colonialismo, que más tarde se va a vincular al capital monopólico y
va a adquirir otro nombre, el de imperialismo, y de eso hablaré un poco
después. La lucha por la independencia además, unió a los pueblos indios con
los líderes de la Independencia... Cuando Guadalupe Victoria le propuso a
Morelos, perdón a Hidalgo, el dirigir la guerra, Hidalgo, según me contaron, le
respondió: "No, ésta es una guerra del pueblo"; y parece que en la
guerra había más pueblos indios luchando por la independencia que mestizos, o
blanquitos. Entonces, los indios han estado insertos en nuestra historia, desde
que nació este país como un país independiente, y hay que darse cuenta que lo
que ahora se está haciendo es volviendo a decir eso; volviendo a expresar la
estrecha vinculación, la total vinculación, que en México tiene el indio y el
que no es indio. También, de ese par de curas que eran Hidalgo y Morelos,
aparte de hacer la guerra del pueblo, uno de ellos, Morelos hizo la primera
comunidad que se autogobernaba, y esa es otra forma de definir a la izquierda.
Con comunidades y redes de comunidades autogobernadas y autosuficientes.
Y ahora paso a un legado más sobre el que, quienes
manejaban ese marxismo un poco elemental de que no quiero acordarme, decían:
que era una revolución burguesa, etcétera; pero no, es otra forma, otro legado
de la emancipación la, que va a realizar Don Benito Juárez. ¿Emancipación de
qué?, de la utilización de la religión para oprimir; y de la alta jerarquía
eclesiástica, que junto con muchos de los ricos de la época colonial fueron los
que se quedaron con el poder y las riquezas cuando España ya no los pudo
retener; y fue una gran virtud de Juárez, el hacer "La Reforma", como
se le llamó, la más profunda de toda América Latina, quitándole al clero sus
inmensas propiedades, y estableciendo la educación laica y el derecho a pensar
sin que le invocaran a uno a Dios para decirle que estaba equivocado. Entonces
ese es otro legado que define a la izquierda, y a la lucha por la emancipación
humana.
Con los liberales también, aparecen otras formas
más de emancipación. Una es la que se da por la Autonomía Universitaria; la
gran lucha que ocurre a lo largo del siglo XIX y XX, y que exige la
independencia del Estado para que el pensamiento oficial no intervenga en lo
que los profesores y los alumnos enseñan y aprenden. Fue y es una lucha
maravillosa, que se sigue dando a lo largo de todos los años y que nos va a
entregar hasta el "68" mucho de lo que la emancipación humana es.
Y en esa corriente, en ella, destaca alguien que no
nació en México, pero que es latinoamericano, y que es uno de los escritores
más notables de la lengua castellana, que es José Martí. Y Martí representa un
liberalismo radical, de una profundidad verdaderamente extraordinaria, porque
por un lado le da una fuerza, una importancia central, a la moral como poder; y
por otro, denuncia, con su riquísima pluma, al imperialismo naciente; y por
otro más..., organiza una lucha revolucionaria en la que invita a formar parte
de la dirección revolucionaria a un comunista. Todo este liberalismo radical de
fines del siglo XIX es el antecedente de la única revolución que subsiste en
este momento de todas las luchas que se hicieron en busca del socialismo; y
quiere decir que quienes rechazaban, o nos pedían incluso que no habláramos de
moral, no entendían que no estábamos hablando de moralina, como con justa razón
la denominó Benedetti, sino que estábamos hablando de moral de lucha, de moral
de cooperación y de una palabra que siempre me sale en rojo en la computadora
porque todavía no la acepta la Academia Española y que la inventaron aquí, los
compañeros zapatistas, que es la que nos permite destacar la moral de
compartición... Entonces moral de lucha, moral de cooperación, moral de
compartición aclaran de qué moral estamos hablando y que buscamos tenazmente
practicar; y ambas aclaraciones acaban completamente con los planteamientos
absurdos, y con los silogismos falsos, que padeció una gran corriente
anarquista, y acaban también con la simulación de los que hablan de moral nada
más para engañar y pretender que son lo que no son...
Así las contribuciones a la izquierda de las
corrientes liberales son muy fuertes; y van a llegar hasta nuestros días en que
se enriquecen mucho con incontables experiencias y prácticas que comprueban su
fuerza en el poder de movimientos y colectividades...
Pero, voy a seguir más o menos el curso de la
historia de los legados y me voy a pasar a la Revolución Mexicana, en la que
México también es el que hizo la reforma agraria más profunda de toda América
Latina, una reforma revolucionaria en la que participaron los campesinos y los
pueblos indios de México muy activamente, sobre todo con el zapatismo
histórico, con el primer zapatismo, y fue una revolución de esas que se
menospreciaron en cierto momento como burguesas por quienes incluso también
califican de burguesas a las revoluciones del socialismo de Estado, en un modo
de pensar bajo estereotipos que nos impiden ver la evolución de las luchas y de
las acciones revolucionarias y contrarrevolucionarias. Y son las luchas en su
accionar histórico las que realmente definen los procesos... En efecto, la
Revolución Mexicana no fue una Revolución que hubiesen hecho los obreros solos,
y es más, el comunismo no se había difundido tanto como el anarquismo entre los
trabajadores. Pero los trabajadores participaron en esa guerra, y activamente;
y participaron los campesinos y los pueblos indios y la pequeña burguesía, y se
hizo una Revolución que logró esa Constitución de 1917 que estaba mucho más
avanzada que la de la Unión Soviética, con principios de política de libre
autodeterminación de los pueblos y de no intervención, realmente
extraordinarios, y con derechos de los trabajadores, de los campesinos... y todo
eso ocurrió en procesos en los que parece que por un momento la burguesía se
alía con las fuerzas populares para los objetivos que éstas buscan pero poco a
poco esas alianzas se van echando a perder, y las burguesías vuelven a
recuperar su avidez; y su egoísmo y el proceso funciona de la manera más
perversa... Se da un fenómeno que hemos visto recientemente con la mayoría de
los nuevos gobiernos progresistas de América Latina. Es un fenómeno que se
repite y se va a repetir cada vez que pueda, si no nos preparamos para
enfrentarlo en cuanto aparezca. Y ese proceso se dio con la Revolución Mexicana
de entonces, que vemos cómo tuvo momentos de definición de izquierda realmente
extraordinarios. Su política, por ejemplo, de recibir a Trotsky, fue realmente de
un talento muy, muy grande para explicar realmente cuál era nuestra posición;
porque por otro lado estaba la alianza con Lombardo y con los trabajadores, una
alianza de clases que Lombardo llevó demasiado lejos y que se desprestigió,
pero que en un momento dado le ayudó a radicalizar muchas de las posiciones del
propio cardenismo. Entonces, en México vemos una de las revoluciones, que a
nivel mundial lleva al nacionalismo revolucionario, a las más profundas
reestructuraciones de la soberanía nacional, del derecho a la tierra de los
campesinos, de los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, del derecho
de los obreros a organizarse para defender sus valores e intereses. Y esa
revolución, como muchas otras, sufre un proceso de recuperación que la lleva
primero a establecer gobiernos de tipo llamado populista, con un populismo en
el que empieza la falta de moral pública a prevalecer, pero no al grado que va
a dominar hoy. Realmente hay un salto cualitativo en la desvergüenza, y en este
momento este salto se ha dado y uno ve que la impunidad y la exhibición de la
riqueza obtenida ilegalmente, coinciden con el empobrecimiento del pueblo y del
país.
Entonces ese populismo va a dar tumbos y va a ir
perdiendo fuerza, y ahí entra el gran proyecto de dominación y acumulación a
nivel mundial del neoliberalismo globalizador. Y ese proyecto ha alcanzado un
nivel mundial porque estaba ocurriendo algo semejante en la Unión Soviética y
en China; a tal grado que Kissinger organizó muy bien a la llamada
ultraizquierda que en Perú hizo estragos y acabó con muchos cuadros del Partido
Comunista, que era pro-soviético. Y en el caso del presidente Allende..., yo
estuve allá cuando fue el compañero Fidel Castro y estaba operando la política
de desestabilización en que al mismo tiempo que subían los precios, se
ocultaban los víveres y se agitaban los provocadores, en verdad desatados; y
muchos de ellos eran genuinos, no eran agentes de la policía, pero se creían
más revolucionarios y tenían luz verde como consecuencia de la plática previa
de Mao Tse Tung y Kissinger. Y así, vimos y vemos un proceso muy, muy doloroso,
en el que fue inútil el discurso, el discurrir y razonar de Fidel.
Yo lo oí ahí, estuve en varios actos a los que fue
Fidel, y en uno de ellos estábamos en el Palacio de Gobierno de la Ciudad y
ellos --Allende y Fidel--estaban en el balcón central, y yo estaba un poco a la
izquierda, y.… bueno, a la izquierda físicamente, ¿no? Y entonces Fidel
pronunció un discurso maravilloso, en verdad; y de pronto cuando ya tenía cautivado
a todo su auditorio, dijo: - “¿Y ustedes creen, ustedes creen... que el pueblo
se equivoca?” y entonces todos en la plaza gritaron: -“¡No, no se equivoca!” -
“¡Pues fíjense que si!” ... Y aquélla fue la risa más fuerte que yo he oído en
mi vida. Y entonces lo que él trataba de explicarles es que la correlación de
fuerzas que tenía Allende, no la podían desconocer, y que Allende no podía ir
más lejos, ni más aprisa, y que la estaban tratando de llevar más lejos para
tirarlo; porque a una gente que va corriendo, lo puede uno tirar de dos
maneras: metiéndole el pie, o empujándolo por la espalda. Y era lo que estaban
haciendo.
Entonces ahí tenemos otro problema, otra forma de
definir a la izquierda en el sentido de que tiene uno que calcular con mucho
cuidado el tipo de alianzas que se hacen, y que siempre hay posibilidades de
error, pero que pensar en términos de una sola corriente es completamente
contradictorio y la unidad en la diversidad se impone necesariamente.
Hay un elemento más al que querría referirme y es
el que concierne al enriquecimiento de los valores, o de las metas por los que
la izquierda lucha. Ese enriquecimiento se dio de una manera notable en el caso
de Cuba, donde es auténticamente cierto que el maestro, o el autor intelectual
de la Revolución... es Martí, y donde vemos que realmente se trata de otro
socialismo. Y basta ver el papel que juega el Partido Comunista Cubano, que no
es un partido que domine la verdad y que sea el vocero de la conciencia del
proletariado; sino que es un partido que orienta y que aprende. Y nosotros
vemos ahí una enorme importancia que define a la izquierda con la pedagogía de
la liberación de Paulo Freire y con los discursos de Fidel, que son realmente
ejemplares para transmitirle el poder al pueblo; porque es muy, muy lindo
pensar que el pueblo gobierne, pero ¿sabe hablar, sabe oír? No, pero se le
puede enseñar, y al enseñarle uno, también uno puede aprender. Y eso es lo que
les pasó a los dirigentes de la Revolución del 26 de julio, que aprendieron mucho.
Entonces, ahí aparece una nueva revolución, que vemos que tiene una capacidad
de resistencia que las otras no tuvieron, y que será el tema final al que me
refiera; porque antes querría decir algo más en relación a los nuevos valores,
a las nuevas metas que definen a la izquierda y a la emancipación humana. Y una
se refiere justamente a lo que dijo la compañera: a la mujer, al homosexual, al
transexual; a una serie de valores que no se reconocían y que de pronto surgen
en un primer plano con sufrimientos espantosos que no nos habíamos percatado de
su existencia, y eso ocurre en el 68 con los movimientos estudiantiles. Y como
la población antes tenía una esperanza de vida mucho menor, por ejemplo, yo no
estaría hablando aquí si estuviéramos en el siglo XIX; pues aparece un nuevo
personaje muy importante en las revoluciones, que es la juventud. Y la juventud
cumple un papel de vínculo entre todas las edades y trae estas nuevas, estos
nuevos valores a un primer plano; y los trae por ejemplo con otro movimiento
sumamente original del que voy a hablar con mucho cuidado porque no quiero,
este... elogiar demasiado a mis huéspedes, que me dan esta hospitalidad
fraternal; pero lo que ha ocurrido en la Lacandona, yo creo que es el principio
de un proyecto de Democracia Universal.
Si el imperialismo, si el capital monopólico, si
los complejos empresariales, militares, políticos y mediáticos tienen un
proyecto de globalización neoliberal, yo creo que nosotros tenemos un proyecto
aquí, que nació aquí en la Lacandona, que no sólo es nacional, que es universal
y que va a ser universal si la humanidad se salva. Porque ese es el último
problema que les quería tratar. Y es que estamos viendo una efectividad
tremenda de las nuevas formas organización que están usando dos técnicas, o dos
tecnologías científicas, muy eficaces. Una de ellas está relacionada con las
ciencias de la comunicación, de la información, de los mensajes, de la lectura
del mensaje y de la ejecución del mensaje. Otra está vinculada con la
existencia, o la modelación y escenificación, de sistemas que se llaman
inteligentes y que buscan alcanzar un objetivo. Y todo ese conjunto está
dominado por un sistema completamente tonto, que es el capitalismo, y que está
negando la validez... el valor de las propias ciencias que cultiva en cuanto
estas dicen que algo que afecta su avidez de poder, de riquezas y de
utilidades.
El problema es que en la vida académica hay
una...eh, un temor, una actitud de cautela, un miedo que les impide a sus
miembros decir que realmente no hay solución para resolver problemas vitales
dentro del capitalismo. Que... y esto lo dice lo dije la vez pasada que estuve
aquí; que todas las medidas que el capitalismo ha tomado con anterioridad para
resolver sus crisis y los problemas que le plantea a la humanidad y a la
tierra, a la vida en la tierra, están en crisis, pero muchos especialistas no
se atreven a decirlo y les doy un ejemplo: Hace poco, Trump negó que el cambio
climático se debiera a los gases de las industrias y volvió a echar carbón y demás
contaminantes; y desconoció el valor de la ciencia, y el presidente de la
Academia de Ciencias de los Estados Unidos hizo una carta protestando muy
fuertemente; pero al final de la carta, él mismo dice que la ciencia abrió la
caja de Pandora; es decir, pensar esta gente, que el capitalismo es el origen
de su propia muerte y de la muerte de sus propios herederos les resulta
imposible, y son tontos y necios, y se ponen furibundos; como los habrán visto
ustedes si se les dice una cosa que es absolutamente elemental. Es como si se
enojara uno porque existe la ley de la gravedad y se pusiera uno furioso.
Entonces, nos encontramos en una situación
realmente delicada en la que movimientos como el zapatista son importantísimos;
y para mí, tanto Cuba como la Lacandona, son la esperanza para la humanidad.
Porque en ambas se dan todos los valores de la emancipación humana en potencia,
y se da un hecho en el que debemos reparar con cuidado, y es que, en otros
países creímos que se estaba yendo al socialismo, y yo por lo menos nunca me
imaginé que íbamos a regresar al capitalismo; y el capitalismo fue restaurado y
está gobernando ahora en Rusia, en China y en Occidente. Entonces, la
responsabilidad de nuestro proyecto es inmensa porque da los elementos para
pasar de la idea de la Democracia, a la idea de la democracia con el poder
distribuido entre todo el pueblo. Hay la posibilidad de pasar de la pura
retórica a la democracia de todos, con todos y para todos, y a un mundo en el
que quepan todos los mundos. Se puede pasar en la realidad a eso que podría
quedarse nada más en una frase, en un conjunto de palabras, en un conjunto de
conceptos; se puede pasar a la realidad por las técnicas de que hoy disponemos
y por la moral de lucha, de cooperación y de compartición que sustentamos.
Entonces..., ahora sí tenemos una ventaja, y es que lo que antes se tenía que
quedar en la retórica, ahora se puede volver real y debemos aprovecharlo y
tener la capacidad de aumentarlo; tenemos que aumentar nuestra capacidad de
comunicar nuestros proyectos con el resto del mundo, empezando por nuestro
país. Por eso la decisión que ha tomado el EZ con el Congreso Nacional
Indígena, de participar en las elecciones, y de hacerlo en la forma en que ha
planteado su ingreso, a sabiendas de que los procesos electorales han servido
exclusivamente para mediatizar las luchas de clases y las luchas de los
pueblos, ahora está entrando, no para jugar ese papel mediatizador y no para
ocupar puestitos públicos, sino para hacerse de un espacio de lucha ideológica
que abra la conciencia de muchos mexicanos más, de los que hablan lenguas
originarias, que es así como podemos definir mejor a los pueblos indios, por
sus idiomas. Y ahora sí, desde el principio, se nos plantea el problema de
impedir la restauración, y para eso hay un teórico Durito; el teórico Durito
que nos dijo algo que es muy importante y es que hay que enterrar al capitalismo
boca abajo para que si se quiere salir se meta más y más y no regrese. Gracias.
*****
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