martes, 21 de abril de 2020

LA CRISIS DEL IMPERIO Y UN MUNDO NUEVO. PIÑERA PEOR PARA CHILE QUE LA COVID.

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Dos lecturas de mucha importancia hoy en plena crisis del sistema mundo del capitalismo salvaje y su modelo el neoliberalismo criminal.







LA CRISIS DEL IMPERIO Y UN MUNDO NUEVO.
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Por Emir Sader | 21/04/2020 | Mundo.

Rebelión martes 21 de abril del 2020.

A lo mejor nada ha expresado de forma más clara la pérdida de capacidad hegemónica de EE UU que la patética posición de Donald Trump en contra de la OMS. En caso de que tuviera argumentos y liderazgo, convocaría a una campaña de boicot político en contra de la OMS, actitud que EE UU pudo mantener en otros momentos con efectos tangibles.

Pero no tiene ni lo uno ni lo otro, la postura de EE UU en estas circunstancias tuvo que reducirse a su lenguaje preferido: el boicot económico; pero con otra ola de desgaste de la imagen de EEUU, que, en una situación de emergencia mundial, debilita al organismo internacional que busca orientar y coordinar acciones en contra de la pandemia.

El “American first” revela toda la pérdida de capacidad hegemónica de EE UU, porque supone algo que ya no es real: defender los intereses de EE UU es defender la democracia, el desarrollo económico, la libertad, el fortalecimiento de un mundo solidario y armonioso.

American first” se ha revelado ser “American alone”. Nunca los EE UU han estado tan aislados en el mundo. Nunca el destino de EE UU estuvo tan separado –y hasta contrapuesto– al de los otros países del mundo. Trump representa el aislacionismo en su forma más extrema. Cuando más necesita el mundo un liderazgo político coordinado para enfrentar la pandemia, más EE UU se encierra sobre sí mismo y da la espalda al mundo.

La estrategia de Trump es la de la extrema derecha de hoy en el mundo. Retomar posturas de la guerra fría, buscando chivos expiatorios para sus problemas –mexicanos, China, OMS, entre otros-, para camuflar el fracaso del gobierno de EE UU para enfrentar los efectos de la pandemia, que hace del país el mayor foco de la pandemia en el mundo con efectos descontrolados. Trump quiso disfrazar la impotencia de su gobierno liberando recursos mil millonarios, como el dinero pudiese resolver los problemas de la humanidad.

Pero que esperar de un país que promueve las maravillas de la empresa privada, del mercado, de los planes privados de salud, pero que no asiste a su población con planes públicos de salud. El pueblo norteamericano, en particular los más desvalidosnegros, latinos, pobres en general–, sufren en carne propia el discurso neoliberal y el debilitamiento de los servicios públicos.

De ahí, la necesidad de Trump de culpar a China y a la OMS por los efectos de la pandemia. Aparte de culpar a la ciencia y a los científicos, promoviendo medicamentos mágicos, que apenas disimulan sus intereses privados como accionista de la empresa que produce el que él más difunde.

Pero si ya se anunciaba la superación de la hegemonía norteamericana en el mundo antes de la pandemia, con la economía china disputándole el liderazgo mundial, se va estableciendo un consenso de que la pandemia ha acelerado la decadencia del imperio norteamericano y la proyección de China como un nuevo liderazgo mundial.

La forma de combatir al coronavirus por parte de China y de EE UU y de los países de Europa, revela la superioridad de un estado fuerte, ágil, que prioriza las necesidades de las personas a las del mercado. Mientras EE UU da la espalda a los otros países, China y Cuba desarrollan un intenso y amplio rol de solidaridad, incluso con los propios EE UU y Europa.

La crisis de la pandemia acelera la decadencia de EE UU como la gran potencia mundial. La economía de todos los países estará profundamente afectada por la mayor recesión desde la de 1929, con una tasa récord de desempleo. La derecha retornará con fuerza, valiéndose del monopolio de los medios y con su propuesta de ajuste fiscal, como si esa política no fuera la responsable de la mayoría de los efectos de la pandemia al debilitar los servicios públicos.

El mundo postpandemia será un mundo de reconstrucción de las economías y de las sociedades de cada país, en medio de una brutal disputa entre neoliberales y antineoliberales, para saber con qué horizonte se realizarán esas reconstrucciones. Lo cierto es que China será una referencia mucho más amplia que los EE UU, como modelos de resistir a la pandemia y de la reconstrucción postpandemia.


El mundo postpandemia será un mundo de profundización de la decadencia del imperio y de posibilidad de construcción de un mundo más justo, más solidario, más colaborativo.



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PIÑERA PEOR PARA CHILE QUE LA COVID.

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Hedelberto López Blanch | 21/04/2020 | Economía.

Rebelión martes 21 de abril del 2020.

Cuando parecía que el régimen chileno de Sebastián Piñera estaba al borde de la debacle tras grandes manifestaciones estudiantiles y obreras, la pandemia del nuevo coranovirus le trajo un inesperado alto de las revueltas callejeras lo que aprovechó al presidente para decretar nuevas medidas neoliberales a favor de las compañías y en detrimento del pueblo.  

Las masivas protestas en el país sudamericano se iniciaron en octubre del pasado año cuando el gobierno exacerbó las penurias de la mayoría de la población desfavorecida al imponer un aumento del 30 % en el precio del transporte.  

Miles de jóvenes, estudiantes, obreros y clase media, a los que no les alcanza el dinero para sufragar la canasta básica familiar y los servicios privatizados de agua, electricidad, alcantarillado, educación y atención médica, salieron a las calles a rechazar la medida.  

Al estilo de la dictadura de Pinochet, el
presidente ordenó reprimir las manifestaciones pacíficas que se extendieron por todo el territorio con saldo 45 jóvenes asesinados, centenares de heridos, miles de detenidos que sufrieron vejaciones y violaciones en las cárceles del régimen.


Los carabineros, además de lanzar gases lacrimógenos, dispararon sin escrúpulo sus escopetas de perdigones contra mujeres y hombres jóvenes por lo que 545 perdieron la visión de uno o de sus dos ojos.    


La población chilena esta hastiada de la privatización de los servicios básicos pues la mayoría tiene que endeudarse para poder acceder a la atención médica, educación, vivienda, agua, electricidad, servicio de alcantarillado.

Tras la proliferación del coronavirus en Chile (más de 11 500 contagiados y alrededor de 230 muertos) fue decretada una cuarentena obligatoria y el toque de queda por lo cual han cesado momentáneamente las manifestaciones.


Esta situación fue aprovechada por Piñera para promulgar un decreto bajo la ley de Protección del Trabajo, promulgada en 1996, que deja en total desprotección a los empleados, pues establece que los patronos están exentos de pagar los trabajos de sus empleados y a su vez, estos no tienen el deber de asistir a sus puestos de trabajo.


El anuncio hecho por el presidente, estipula que el empleador solo pagará 50 % de las cotizaciones laborales durante la suspensión del vínculo. Antes de estas indicaciones, el dueño tenía que abonar la totalidad de las cotizaciones del trabajador.

Piñera informó que quienes no pueden desempeñarse van a recibir el 70 % de su remuneración durante el primer mes y el monto irá reduciéndose gradualmente en los 10 meses siguientes. Los empleadores podrán negociar con sus subordinados reducir en un 50 % la jornada laboral y en ese caso los salarios se reducirán de modo proporcional.


El informe publicado por el Congreso precisa que, para sostener la relación laboral, la nueva ley estipula que durante el estado de contingencia no será obligatorio que los trabajadores presten servicio ni tampoco que los empleadores paguen sus respectivos trabajos.

El dictamen generó numerosas declaraciones de condena en las redes sociales las cuales referían que el Departamento de Trabajo, por instrucciones de Piñera, dejaba sin remuneración ni protección a los empleados en las difíciles circunstancias que vive el país.

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) emitió un comunicado y su secretario general Nolberto Díaz, significó:

“lo que se está patrocinando es una carnicería de trabajadores precarios que perderán sus empleos y sin dinero en los bolsillos van a padecer una pandemia para lo cual todos debíamos estar preparados”.

En la nación sudamericana, el Producto Interno Bruto se concentra desde hace años en manos de unos pocos: el 1 % de la población acumula el 33 % de la riqueza generada, mientras que el 50 % de los hogares de menores ingresos solo el 2,1 %.

Como era de esperar, varias compañías aplicaron de inmediato el dictamen como la Cadena MicroPlay de tiendas especializadas en juegos y accesorios la cual notificó a sus trabajadores que, tras el cierre de sus locales por la pandemia, a partir del 25 de marzo, suspenderá el pago a sus empleados.

La empresa inmobiliaria Moller Pérez Cotapos indicó que al suspender sus obligaciones laborales también concluyen sus derechos y obligaciones de contratos de trabajo lo que afectará las remuneraciones.

La drástica decisión de la compañía, amparada por el dictamen del gobierno motivó que la Fundación Sol declarara que la Moller Pérez Cotapos sumó utilidades por 20 000 millones de dólares en los últimos dos años y que la crisis sanitaria la están pagando los trabajadores.

El presidente Sebastián Piñera, quien acumula una fabulosa fortuna estimada en 2 800 millones de dólares, sigue apostando a imponer severas recetas neoliberales porque le importa más salvaguardar a las compañías y sus dueños que a la mayoría de los chilenos. Innegablemente que sus dos años al frente de la nación austral han sido funestos para el pueblo.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e
investigador cubano.

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