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La
Izquierda en el siglo XXI. La estrategia
de la izquierda del siglo XXI combina la lucha democrática de masas
con la democratización radical del Estado y de todas las estructuras sociales,
económicas, políticas y culturales. La
izquierda del siglo XXI incorpora la cuestión democrática como fundamental. Ya sea porque nació de la resistencia a las
dictaduras, o porque se apoya directamente en los movimientos sociales, que valoran
fuertemente la democracia,
espacio indispensable para su
desarrollo.
Pero también porque la estrategia de la izquierda
del siglo XXI no descarta la democracia existente simplemente
como "democracia burguesa",
sobre todo porque fue lograda por las luchas democráticas llevadas
a cabo por el movimiento
popular, a menudo contra las posiciones e intereses burgueses. La
relativa autonomía de las estructuras
políticas - según las teorías de Nicou Poulantzas - da un importante margen de maniobra. Fue así, por
ejemplo, como Bolivia,
en el proceso más radical de este siglo
en América Latina, logró refundar su Estado,
cambiando su carácter. Sin embargo, basados en sociedades
capitalistas, los estados tienen limitaciones estructurales. El sistema liberal es la forma predominante de sistema político en las sociedades
capitalistas. Sin embargo, cuando entró en crisis, las oligarquías dominantes no dudaron en implantar dictaduras, rompiendo abiertamente con
la democracia
o con nuevas formas de judicialización
de la política, que distorsionan la democracia desde dentro, como el régimen
instalado en Brasil desde el golpe de Estado de 2016, así como en Bolivia.
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SOCIÓLOGO: LA IZQUIERDA DEL SIGLO XXI
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Por Emir Sader. Dr. en Sociología.
Página /12 domingo 10 de octubre del
2021.
Desde Río de Janeiro
Hoy se lucha en Brasil en dos niveles. En el primero de ellos, por la derrota de Jair Bolsonaro, en una lucha democrática a la que pertenecen todos los que hoy están en contra de Bolsonaro, sin importar sus posiciones en el pasado, ni el grado de
responsabilidad que tuvieron por la
llegada de Bolsonaro al gobierno.
Juntos
No hay que establecer ningún tipo
de acuerdo formal, simplemente caminar por separado y golpear a Bolsonaro juntos. Cualquier posición
que haga depender del pasado de los otros, que excluya -incluido el uso de la
horca física- a los del PSDB (socialdemócratas)
por ejemplo, es una posición sectaria. Esto no los exime de sus
responsabilidades en el golpe contra Dilma
Rousseff, en la exclusión de Lula da Silva de
las elecciones de 2018, en la
elección de Bolsonaro.
Militares
Pero se
necesita a todos los que están en contra de Bolsonaro para derrotarlo y a todos los que todavía
están con él, incluida parte del empresariado
y de los militares. No es una lucha fácil, hay que aislarlos y construir un frente muy amplio que exprese el
deseo y los intereses de la gran mayoría de los brasileños.
Se lucha contra un régimen autoritario, blindado militarmente, que necesita ser
derrotado, para que se instale la democracia plena en
Brasil. Los militares se retiraron del primer plano del escenario político
cuando se agotó la dictadura que habían instalado, pero no sufrieron una derrota política abierta. Esto
sucedió en Argentina, luego del
intento militar de utilizar las Malvinas para recuperar prestigio. Ocurrió en Chile, cuando Pinochet fue derrotado en
el referéndum de 1988, cuando quiso
poder postularse nuevamente. Ocurrió en Uruguay,
cuando dos consultas de la dictadura militar para poder privatizar empresas
públicas fueron derrotadas. Hasta ahora
no ha sucedido en Brasil.
Superación
El rescate de la democracia es
el primer plan de lucha. Derrotar a
Bolsonaro, mediante impeachment o en elecciones. La toma de posesion de un
gobierno democrático en Brasil es una condición para el segundo plano de la
lucha.
Esta es la derrota y superación
del modelo neoliberal. En la etapa histórica actual, el capitalismo se adhirió a este modelo,
desde el agotamiento del modelo anterior, desarrollista o como queramos
llamarlo, vigente desde el final de la Segunda
Guerra Mundial hasta alrededor de finales de la década de 1970 y principios de la de 1980.
Es un modelo profundamente regresivo, concentrador de ingresos, promoviendo desigualdades sociales, un modelo cuya concepción es que la sociedad en su conjunto debe ser mercantilizada, según la visión de que todo tiene precio, todo se vende, todo se compra. Es el reino indiscutible del dinero, la riqueza monetaria, es el dominio absoluto de los bancos privados, el capital financiero y la especulación financiera.
Ajuste
Por eso la izquierda del siglo XXI es frontalmente antineoliberal. Lucha por la derrota de esta cosmovisión y sus políticas de centralidad
del ajuste fiscal en lugar de la prioridad de las políticas sociales. Por la derrota
del debilitamiento de las políticas de
Estado, con la privatización del
patrimonio público, con el recorte
de recursos para políticas sociales y el recorte de servidores públicos.
La lucha contra el neoliberalismo es la forma hoy de luchar contra
el capitalismo, en su etapa histórica actual, centralmente neoliberal. Esta es la lucha
fundamental que tiene hoy, para derrotar al modelo neoliberal, eje de todos
los retrocesos que se ha sufrido en la década
de los noventa y se ha vuelto a sufrir en los últimos cinco años, motivo fundamental del golpe de Estado contra Dilma y la detención de Lula. La derecha eligió a Bolsonaro
porque tenía la mayor cantidad de votos en las encuestas, para
montar el operativo que lo llevó a la presidencia, para preservar el modelo
neoliberal, reimplantado por el gobierno de Temer y radicalizado con las políticas de
Paulo Guedes.
Las dos luchas
Brasil sólo podrá retomar el camino elegido por la mayoría de los
brasileños en cuatro elecciones democráticas consecutivas, con el rescate de la democracia, con la elección del presidente de Brasil nuevamente por el voto libre de todos los brasileños. Para que, desde la democracia, se pueda sustituir el nefasto modelo neoliberal
por otro, centrado en inversiones productivas, en políticas de distribución
del ingreso y de generación de empleos formales, para
reducir las desigualdades
sociales en el país más desigual del continente más desigual del mundo.
La táctica es la lucha contra
Bolsonaro, la lucha estratégica es contra el modelo neoliberal.
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