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“Mientras que en Chile se pudo
viabilizar una Concertación con los socialcristianos contra la derecha, en Perú la
sección oficial de la Internacional
Socialcristiana (el PPC) aún hoy se niegan a reconocer el triunfo de Castillo y
nunca han dejado de promover su desconocimiento o vacancia. En Brasil el Partido de los Trabajadores
tuvo un vicepresidente empresario republicano y luego un representante del PMDB (el partido del "centro", una variante
carioca de lo que es APP, APP y SP),
aunque luego este último partido logró que el congreso vaque a Dilma Rousseff y coloque a su militante
Michel Temer en la Presidencia.
Mientras en Brasilia el "centro" aceptó cogobernar con el PT durante 14 años, en Lima ya planean
tumbarse a Castillo,
incluso tal vez
antes de que él cumpla 14 semanas en Palacio.
“La posibilidad de conformar
un gobierno de centroizquierda o de "unidad
nacional antifujimorista" buscando una coalición con
la derecha "moderada", es
algo que no es hoy viable para el caso peruano. Esto, debido a que este sector
viene de apoyar la candidatura de Keiko
Fujimori quien ha buscado emular e indultar a su padre, el mismo que el
propio Vargas Llosa antes llegó a
describir como uno de los dictadores más sanguinarios y corruptos de nuestra
historia. El único partido
significativo e histórico de derecha que pudiese jugar el rol de colaborador de
un gobierno de centroizquierda es AP,
pero hoy éste está liderado por una presidenta del Congreso que
justifica el golpe de su correligionario Manuel
Merino en noviembre 2020 y que ha sido la segunda de la plancha de Alfredo Barrenechea, quien ha ido a
mítines con militares para implorarles para que hagan un gobierno
cívico-militar”.
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PERÚ: UN "HAPPY
BOMBDAY"
El regalo de la derecha por el cumpleaños del Presidente Castillo.
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El regalo de cumpleaños que
la derecha le dio al presidente peruano Pedro Castillo, fue el hacer que el
Parlamento apruebe una bomba de tiempo preparando su vacancia.
Isaac Bigio |22/10/2021| Opinión
Fuente. ALAI sábado 22 de octubre del 2021.
Justo
en la misma tarde en la cual Pedro Castillo cortaba
su torta de santo, el Congreso decidió darle su propio regalo. Poco más del 60%
de sus legisladores no quisieron cantarle el "happy birthday", sino aprobar contra él una bomba
tiempo, una forma de entonarle un "happy bombday".
La
moción presentada por el fujimorismo para limitar las facultades presidenciales
fue aprobada con el voto de 79 parlamentarios. Mientras tanto, fue desestimada
la moción de Castillo
para esclarecer que la vacancia presidencial solamente podría darse por
incapacidad mental o física. A pesar de que la carta magna estipula que
cualquier modificación a esta debe ser dada con el voto mínimo de 87 de los 130
congresistas, la derecha unida logró hacer pasar esta enmienda constitucional
bajo la modalidad de "interpretación".
El
Gobierno podría responder solicitando una moción de confianza al Gabinete, con
lo cual, de darse, se agotaría la última "bala
de plata" de este Parlamento antes de que el Ejecutivo pudiese
disolver constitucionalmente el Legislativo. Sin embargo, reiteradas veces Castillo ha
desestimado apelar a ello y a un choque con el Parlamento. Parece él va a
apelar al Tribunal Constitucional,
el cual, tras extensas deliberaciones, ha de poder rechazar esta medida como
ilegal. No obstante, durante el periodo en que la nueva norma valga, el
Congreso va a querer sacar la máxima ventaja de dicho lapso para censurar a
cuanto ministro o propuesta de ley oficial puedan.
Patricia Chirinos, la segunda vicepresidenta del Congreso, sustentó el planteo mayoritario insultando, con su particular estilo, a muchas personas, incluso a los ministros que han sido "coches bombas". Y, para acabar su discurso, dijo que esta nueva ley iba a ser un presente para Castillo y que ésta iba a ser su forma de desearle a él un "feliz cumpleaños Míster presidente".
Pastel bomba
Las
formas de cortesía que rigen en parlamentos "civilizados" (como el británico, no son seguidos por una
mesa directiva del Congreso cuya presidenta, además, decidió romper con su
neutralidad para ir a votar en contra del Ejecutivo.
Este
ha sido el "queque bomba"
que todas las bancadas de la oposición (RP, FP, AvP, Podemos, APP, SP y
AP) le dieron a Castillo
por su santo. Ello es algo altamente serio. El propio Vladimir Cerrón, ante las nuevas circunstancias, dio un giro ante
su anterior hostilidad al nuevo Gabinete y tuiteó:
"79
votos a favor del golpismo parlamentario, faltarían 8 votos para alcanzar una
vacancia si esta se solicitara. El Ejecutivo, sin arma de defensa, está a
merced de la derecha. La unidad de la izquierda es una necesidad vital,
impostergable e imprescindible."
Posiblemente
ya se debe haber dado cuenta que la tesis de no darle voto de confianza al
nuevo Gabinete le quita piso al Gobierno y al partido, mientras que divide y
achica a su bancada. La reflexión debe ser útil a todas las izquierdas, las
mismas que han chocado por puestos o han seguido el camino de quererse moderar
para lograr que los poderosos les permitan gobernar.
Muchos
de ellos han buscado emular a modelos como el de Chile, Uruguay o Brasil donde los gobiernos constitucionales de
izquierda pudieron acabar sus mandatos y reelegirse varias veces. Un problema
es que, a diferencia de estas naciones vecinas, en el Perú no existe un solo partido de
izquierda de masas, y tampoco un oficialismo que haya ido trepando gradualmente
elección tras elección hacia la Presidencia de la nación. Lo que se ha dado en
la tierra de los incas es un globo que se ha inflado casi desde la nada y que
corre el riesgo de ser hincado, a menos que busque consolidarse con un paquete
de medidas sociales muy populares.
Mientras que en Chile se pudo viabilizar una Concertación con los socialcristianos contra la derecha, en Perú la sección oficial de la Internacional Socialcristiana (el PPC) aún hoy se niegan a reconocer el triunfo de Castillo y nunca han dejado de promover su desconocimiento o vacancia. En Brasil el Partido de los Trabajadores tuvo un vicepresidente empresario republicano y luego un representante del PMDB (el partido del "centro", una variante carioca de lo que es APP, APP y SP), aunque luego este último partido logró que el congreso vaque a Dilma Rousseff y coloque a su militante Michel Temer en la Presidencia. Mientras en Brasilia el "centro" aceptó cogobernar con el PT durante 14 años, en Lima ya planean tumbarse a Castillo, incluso tal vez antes de que él cumpla 14 semanas en Palacio.
La
posibilidad de conformar un gobierno de centroizquierda o de "unidad
nacional antifujimorista" buscando una coalición con la derecha "moderada", es algo que no es
hoy viable para el caso peruano. Esto, debido a que este sector viene de apoyar
la candidatura de Keiko Fujimori
quien ha buscado emular e indultar a su padre, el mismo que el propio Vargas Llosa antes llegó a describir
como uno de los dictadores más sanguinarios y corruptos de nuestra
historia.
El
único partido significativo e histórico de derecha que pudiese jugar el rol de
colaborador de un gobierno de centroizquierda es AP, pero hoy éste está liderado por una presidenta del
Congreso que justifica el golpe de su correligionario Manuel Merino en noviembre 2020 y que ha sido la segunda de la
plancha de Alfredo Barrenechea,
quien ha ido a mítines con militares para implorarles para que hagan un
gobierno cívico-militar.
No
conozco ni un solo presidente que haya sido electo en las Américas con más del 50% de los votos
que haya tenido tantos intentos para evitar que llegue a Palacio o de que se
mantenga en este. Resulta iluso pensar que un Congreso dominado por votantes de
Keiko le va a permitir a Castillo
durar un quinquenio, o, siquiera, la quinta parte de su periodo.
Si
las velas del bizcocho de Castillo se apagan con un suave soplido, la mecha
encendida por el Congreso puede acabar reventando en la cara
del presidente, pues cada vez más y más se siguen revelando planes de
grandes empresarios y de financistas del fujimorismo para producir la caída del
primer mandatario constitucional izquierdista. Todo ese sector ni siquiera
quiere que Castillo
siga en Palacio para la época de las navidades que en Lima se festejan con panteones.
Dilemas
Mirtha Vásquez ha
sido la única presidenta de un congreso peruano que se ha reclamado de
izquierda. Al margen de que se le pueda criticar por una u otra cosa, ella ha
demostrado grandes dotes de negociadora.
El
problema es que todas sus destrezas como una mujer dialogante y dispuesta a
hacer concesiones no van a recibir las respuestas de una oposición que se
siente envalentonada y que, además, es impulsada por numerosos empresarios y
mecenas para ir hacia un pronto golpe congresal.
Este
parlamento prepara dos tipos de golpe. Uno contra los trabajadores y otro
contra el Ejecutivo. Su presidenta, Maricarmen
Alva, a la cual no se le presentó una moción para condenarla porque 100 de
sus trabajadores agrícolas fueron intoxicados y, a la hora de ser internados,
descubrieron que ilegalmente no tenían seguro social, es la misma que ha
presentado varios anteproyectos de ley
muy anti laborales.
Dentro
de estos se contempla anular las gratificaciones como un beneficio haciendo que
estas sean parte de los sueldos, dejar que los millones de trabajadores
temporales puedan pasar a ser parte de la planilla del personal a tiempo
indeterminado tras un quinquenio en sus empleos, aumentar la jornada de medio
tiempo de 20 a 24 horas semanales, reducir el porcentaje
estipulado para el cese colectivo y sin goce de indemnizaciones, entre otras
cuestiones.
Al
anularle la capacidad al presidente de poder disolver el Congreso si
es muy obstruccionista se elimina la paridad de poderes, se desconoce a la
carta magna (la misma a la cual se ha considerado como sacrosanta que no puede
ser descartada) y se convierte al Tribunal
Constitucional (quien antes ya ha dictaminado en contra de esas "interpretaciones") como un
ente meramente consultivo. Con esa nueva ley el Congreso tiene libertad para
echar a cuanto ministro quieran y luego ir por el presidente y la
vicepresidente (incluso sugiriendo una doble vacancia presidencial para toda la
plancha presidencial).
El Dr. Aníbal Torres,
ministro de trabajo, ha dicho que con esta medida
"el Congreso ha roto el
equilibrio de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo. Por lo tanto, ha
infringido la constitución, por lo que no tiene capacidad moral para cuestionar
nadie".
Si
el Palacio de la plaza de la inquisición se ha puesto en contra de la ley y de
la constitución, ¿por qué no apelar a la movilización de masas, como las que se
dieron para cerrar anteriores congresos o sacar al golpista Manuel Merino (miembro del mismo
partido de Alva), para presionar
para dar paso ya a nuevas legislativas o a una nueva asamblea
constituyente?
Festejo y movilización
Castillo
bien pudo haber aprovechado la fecha de su onomástico para haber organizado una
gran celebración en la Plaza Mayor,
en uno de los barrios más populares de la capital, en Puno o en cualquier otra región del país donde ha tenido tanto
respaldo. Incluso pudo haber hecho una fiesta simultánea "con olor y sabor a pueblo" y con pantallas gigantes
puestas en diversas plazas en toda la república. Dicha celebración bien se pudo organizada por sus simpatizantes para no
gastar fondos públicos.
Un
festejo como esta hubiese podido demostrar que él mantiene un apoyo popular y
que las masas están dispuestas a respaldarles ante un Congreso que quiere sacarle con un golpe y aprobar nuevas
leyes anti laborales.
Castillo llegó a Palacio,
precisamente, gracias a masivas marchas y concentraciones, las mismas que son
su fortaleza. No obstante, no ha querido apelar a las movilizaciones para
defender su triunfo electoral y luego para gobernar. Toda su estrategia ha
consistido en ir desafilando su programa original, ir removiendo ministros que
la derecha pedía sus cabezas, e irse adaptando al status quo.
Mientras
las encuestas muestran que este Congreso es cada vez más impopular, Castillo
podría apasionar a las amplias mayorías decretando una serie de medidas como aumentar los bajísimos sueldos, salarios y
pensiones, abaratar drásticamente los precios del agua, la luz, la telefonía,
la Internet, el agua y servicios básicos, entregar cada semana o quincena
cajas con productos básicos a precios reducidos para combatir el hambre y la
mala alimentación (y así prevenir la expansión de la pandemia), con lo cual el Estado garantizaría la compra masiva (y
sin intermediario) a millones de productores campesinos y a los pescadores,
nacionalizar el gas, entre otras medidas populares.
No
obstante, Castillo
ha decidido entrar al juego de quienes quieren que él sea otro gobernante más
que continúe el modelo monetarista neoliberal, con lo cual él puede ir
desilusionando a sus electores y bases sociales y haciéndose más débil a una
derecha fujimorista cuyo método consiste en echar siempre a ministros y
presidentes.
En
los últimos 3 años el Congreso puso
la banda presidencial a 4 personas, antes de que le tocase el turno a Castillo. Si el maestro no cambia su
forma de trabajo, es probable que pronto le pase lo mismo a él y a su vicepresidenta Dina Boluarte.
Ninguna
de las grandes "palabras de
maestro" que Castillo prometió durante las elecciones,
incluyendo la de la asamblea constituyente, van a poder darse si es que no se
apela a la movilización de las masas y a la formación de asambleas
populares pro-constituyente (siguiendo su propia línea electoral). En
nombre de moderar sus medidas para lograr la tan mentada gobernabilidad, lo más
probable que él no pueda mantener su propia gobernabilidad.
Castillo es la primera persona en toda la historia de la cuenca pacífica sud y centro americanas en haber sobrepasado la cantidad de 8,8 millones de votos. Él y todos los que le apoyan están en la obligación de defender ese triunfo contra el autoritarismo y la corrupción, y en las actuales circunstancias, no hay otra forma de lograr ello si no es siguiendo el ejemplo de varias luchas de masas, las mismas que antes lograron catapultar al maestro de Puña al estrellado nacional.
La actual democracia que
aún tenemos que cuidar es fruto de las grandes
movilizaciones y huelgas obreras como las de los paros de julio 1977 y mayo 1978 (las cuales
pusieron fin a la dictadura militar), las marchas de los 4 suyos que acabaron
con la dictadura de Alberto Fujimori,
su primera dama Keiko y varios de
los actuales congresistas de la derecha dura y las marchas juveniles y
populares que motorizaron a millones de peruanos contra el golpe parlamentario de Acción Popular y el fujimorismo exactamente 11
meses atrás.
La
unidad de las fuerzas antigolpistas
que tanto claman desde el secretario general de PL hasta cientos de miles de personas que se movilizaron para
lograr el triunfo electoral de Castillo y
evitar los intentos de golpes derechistas, es algo que puede darse no en torno
al reparto de
ministerios o de cuotas de poder, sino impulsando grandes marchas para dar paso
a la brevedad posible a una constituyente plenipotenciaria.
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