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"Sachs expone la hipocresía del BM, sobre todo, durante la presidencia del republicano David Malpass cuando el Congreso de EEUU presionaba en forma rutinaria al gobierno federal y al BM para enviar miles de millones de dólares a los regímenes apoyados por EEUU (como los 5 mil 300 millones de dólares a Afganistán durante la ocupación de EEUU) mientras intentaba bloquear fondos a los gobiernos con crisis de liquidez cercanos a China y a Rusia.
"Sachs exclama que Georgieva
recibe una persecución anticomunista al
estilo McCarthy que llevará a la defenestración
de la directora del FMI, que probaría en
forma concluyente que el FMI es una institución dirigida por EEUU, lo cual orillará a que China, Rusia y otros busquen
crecientemente su propia vía. Aduce
en forma dramática que tal
perspectiva retrocedería al planeta al
crudo nacionalismo monetario y financiero de la década de 1930 que profundizó
la Gran Depresión y colocó al mundo en el camino de la guerra total. Exhortó finalmente a que el FMI no deba capitular a la histeria congresista contra China.
Sea lo que fuere, el eje Wall Street/La City de la anglósfera y su nuevo Aukus
ya sellaron la suerte de KG en su muro financierista globalista.
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JEFFREY
SACHS DEFIENDE A KRISTALINA GEORGIEVA, DIRECTORA DEL FMI, PERSEGUIDA POR
SINOFILIA.
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Alfredo
Jalife-Rahme.
La Jornada, sábado 2 de octubre del
2021.
El omnipotente eje Wall Street/La City
de la anglósfera y su nuevo
Aukus optó destituir a Kristalina Georgieva, directora del FMI, mediante
su bufete de abogados WilmerHale,
sin juicio ni juez ni jurado de por medio (https://bit.ly/2WpVAKc).
El economista israelí-estadounidense Jeffrey Sachs, en un artículo surrealista en el globalista Financial Times (27/9/21), defiende a la acorralada
directora del FMI, la búlgara Georgieva,
quien sufre un linchamiento de los
multimedia de la anglósfera que la acusan de favorecer a China en los
rankings Ease of Doing Business del Banco Mundial (BM).
Sachs, graduado de Harvard,
estuvo muy de moda en la década de 1990 por
su propedéutica sobre el desarrollo sustentable que abogó en la Escuela de Gobierno Kennedy y hoy
dirige el mismo tópico en la Universidad
de Columbia. No obstante, Sachs ha cometido graves errores al haberse
entrometido en la política interna de Bolivia
con su nefario plan de estabilización de
corte fiscalista neoliberal: pecado muy común de los académicos estadounidenses, quienes se inmiscuyen en países de los
que ignoran su idiosincrasia y donde
experimentan su reingeniería
neomalthusiana. Sachs apoyó al dictador boliviano Hugo Banzer que fue defenestrado por los
ciudadanos. Tras haber aconsejado a las economías
poscomunistas, ahora Sachs se ha consagrado a la mitigación (sic) de la pobreza y a
la sustentabilidad ambiental con enfoque globalista
Usual a su estilo tajante, Sachs alega sobre el caso de Georgieva que los candentes (sic) ataques no tienen nada que ver en realidad con la presunta santidad de los datos del BM o sobre la calidad de su gestión, sino que se trata más bien del papel de China en la institución multilateral con sede en Washington. Confiesa que muchos en el Congreso de EEUU desean a Georgieva fuera porque no es una jurada enemiga de Pekín.
Sachs, hoy
partidario de su correligionario, el
senador Bernie Sanders, exhibe la carta de
tres congresistas republicanos a la también israelí-estadounidense secretaria del Tesoro, Janet
Yellen, que fustigan la participación
de China
en instituciones multilaterales como FMI,
OMS y la ONU (https://bit.ly/3F1YNRC).
Los congresistas
exigen que la Secretaría del Tesoro
reporte las interacciones de Georgieva
con los representantes chinos en el FMI
que desembocaron en la aprobación de la nueva
asignación por 650 mil millones de
dólares de derechos especiales de giro (DEG) –de los que, por cierto, se
benefició México
con un maná de 18 mil
millones de dólares.
Sachs
arguye que se trata meramente de la creciente obsesión de EEUU con China, ya que los alegatos específicos contra Georgieva son veniales (sic) a primera vista. Expone que Shanta Devarajan, profesor de la Universidad Harvard a cargo del Ease of Doing Business del BM “niega que Georgieva lo
hubiera presionado
(https://bit.ly/3CTll51)”.
Sachs
expone la hipocresía del BM, sobre todo,
durante la presidencia del
republicano David Malpass cuando el
Congreso de EEUU presionaba en forma
rutinaria al gobierno federal y al BM
para enviar miles de millones de dólares
a los regímenes apoyados por EEUU (como los 5 mil 300 millones de dólares a Afganistán durante la ocupación de EEUU) mientras intentaba bloquear fondos a los gobiernos con crisis de liquidez cercanos a China y a Rusia.
Sachs exclama que Georgieva
recibe una persecución anticomunista al
estilo McCarthy que llevará a la defenestración
de la directora del FMI, que probaría en
forma concluyente que el FMI es una institución dirigida por EEUU, lo cual orillará a que China, Rusia y otros busquen
crecientemente su propia vía. Aduce
en forma dramática que tal
perspectiva retrocedería al planeta al
crudo nacionalismo monetario y financiero de la década de 1930 que profundizó
la Gran Depresión y colocó al mundo en el camino de la guerra total. Exhortó finalmente a que el FMI no deba capitular a la histeria congresista contra China.
Sea lo que fuere, el eje Wall Street/La City de la anglósfera y su nuevo Aukus
ya sellaron la suerte de KG en su muro financierista globalista.
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