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OTRO MUNDO SI
ES POSIBLE. HISTORIA UNIVERSITARIA. UNIVERSIDAD NACIONAL SAN AGUSTIN. FACULTAD
DE EDUCACIÓN. PROMOCIÓN 1967. “GLORIOSO COMANDANTE ERNESTO CHE GUEVARA”. NUEVA
GENERACIÓN de Docentes
Universitarios, que ingresamos a la Universidad el año de 1963, tiempos
extraordinarios en el Perú y América Latina; escenario
de escenarios de clases y lucha de clases, continente de grandes Reformas Sociales y Cambios Políticos.
América Latina era sacudida políticamente
por el Triunfo de la Histórica
REVOLUCIÓN CUBANA. Fidel, Raúl Castro, Ernesto” Che”
Guevara, Camilo Cienfuegos y
otros tantos revolucionarios
que bajaron de Sierra Maestra, enero de 1959. Pero América Latina desde inicios
de la década de los 60’ – Administración
del presidente John. F Kennedy – la respuesta del imperialismo fue en
tiempos oportunos, dominantes y de mayor control político desde la OEA, la CIA,
los Convenios, y principalmente el Plan de la Alianza
para el Progreso. El mundo vivía
la época de los tiempos Anticoloniales y de las Revoluciones anti
imperialistas.
FUIMOS LA GENERACION DE NUEVOS DOCENTES DE
ECUCACIÓN SECUNDARIA con una extraordinaria
VOCACIÓN de Servicio a las Nuevas Generaciones de Estudiantes, de la Ciudad y
el campo. La Ciudad, en los 60’ pasa
a ser un nuevo centro de “Caravanas Migrantes”, que
salían del campo producto de la larga
SEQUÍA que vivió el Perú en la década de los 50’ y en los 60’ del siglo
XX; el CAMPO, era el epicentro de grandes Movilizaciones Campesinas – Invasión de Haciendas
– nacimiento de los primeros Sindicatos
Agrarios. El Sur Andino, centro de los primeros movimientos Guerrilleros (Ayacucho, Huancavelica) movilizaciones
campesinas. Hugo
Blanco. La Convención y Lares y años después LUIS DE LA
PUENTE UCEDA, el MIR y los grandes
cambios económico-sociales, pero también la sobrevivencia de la débil “Democracia” con el gobierno del Arq. BELAUNDE y la feroz oposición de la Oligarquía de la
alianza – anti natura – de Odría y el APRA. Vergüenza nacional. Esta
realidad nacional, exigía NUEVOS MAESTROS para
una Nueva Generación de Estudiantes en
la Ciudad y el Campo. Nos pusimos a trabajar en todo el sur andino la
Promoción.
EGRESAMOS
de nuestra Universidad cerca de 100 Nuevos DOCENTES de EDUCACIÓN SECUNDARIA de Varias
Especialidades. Lengua y Literatura; Ciencias Sociales. Físico -Matemáticas,
Química, Biología, Todos Trabajamos
en la Región Sur Andina del Perú. A los años siguientes 1968-1969- 1970, fuimos Actores principales de la más Importante REFORMA de la EDUCACIÓN– en calidad- modernidad- y visión nacional
– presentada por el Gobierno
“Revolucionario” del General Velasco y su
autor era el Dr. AUGUSTO SALAZAR BOMDY.
Tiempos Históricos de nacimiento del Glorioso SUTEP Necesitamos
una NUEVA
EDUCACIÓN para forjar socialmente desde los cimientos de la Ciudad y el Campo una NUEVA DEMOCRACIA, que en verdad era la necesidad
más importante que el PERÚ exigía en los tiempos de la década de los 70’ y los 80’ del siglo XX. Pero todos fallamos en NO superar
alternativas de SOLUCIÓN, desarrolladas en su primera
etapa por el conjunto de Reformas del Gobierno de la Fuerza Armada, en
especial del de la Reforma Agraria que acabó
para siempre, con la dominación Oligárquica y la explotación feudal en el campo – Reformas años, después traicionadas por el Felón de
Morales Bermúdez; problemas estructurales que por más de 150 años eran dominantes y generaban una violenta DESIGUALDAD SOCIAL. Saludamos a todos Nuestros Colegas
Docentes -. ya todos Cesantes y Jubilados – VIVA nuestra
Promoción Universitaria "GLORIOSO COMANDANTE ERNESTO CHE GUEVARA" UNSA 1967.
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EL CHE GUEVARA, UN ETERNAUTA
QUE TRASCIENDE Y SE RENUEVA.
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Por Luis Bruschtein.
ALAI lunes 11 de octubre del 2021.
Fuente Cuba y Economía sábado 9 de octubre del 2021
El Che Guevara: los años pasan, pero su figura trasciende el tiempo y se renueva. Imagen: AFP.
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Los años pasan y el Che Guevara queda
como el si fuera el eternauta y lo hubiera inventado Héctor Oesterheld.
Siempre igual y siempre distinto. Porque las épocas eligen del Che lo
que prefieren. Sobre ese fondo del luchador contra la injusticia, a fines de los '50 se lo quiso equiparar a
un comando civil antiperonista, en los '60
fue el aventurero y el guerrillero
heroico, el foco ejemplar, la conciencia y la voluntad como motor, es la lucha
contra las dictaduras y por el socialismo y es el promotor de los estímulos morales sobre los materiales en la vida de los seres humanos. Es el
idealista, el marxista, el foquista. El Che es
uno y mil, pero en toda encarna el impulso ancestral de la humanidad de
rebelarse ante las injusticias, el impulso sobre el que cabalga la esperanza,
sin la cual es imposible la vida.
El mismo Che renegó de algunos de esos
estereotipos. Por lo menos, eso quedó plasmado en su larga carta de respuesta a
Ernesto Sábato cuando el escritor le preguntó si los
barbudos que bajaban de Sierra Maestra
para derrocar a Batista podían
equipararse a los que habían derrocado a
Perón. Y la respuesta del Che fue un rechazo furibundo en el que hace una
reivindicación del peronismo como movimiento antimperialista y popular, aunque
deja entrever sus dudas con Perón.
Y
más o menos lo mismo le dijo a su madre
Celia en la carta que le envió tras el derrocamiento de Perón. Las dos cartas y otros textos
del Che, donde se refiere al
peronismo, fueron publicadas en un libro muy interesante de Norberto Galasso donde el Che, a contrapelo
de la mayoría de la izquierda argentina de
la época --que era antiperonista--, hace una lectura del peronismo como movimiento
nacionalista y popular y subraya los aspectos positivos y las limitaciones
que le veía.
El Che Guevara junto a Fidel Castro.
Télam
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Pero también fue producto de una época.
El Che foquista quedó atrapado en
el remolino de su momento histórico. Es el Che de “La
guerra de guerrillas” donde repite un esquema casi elemental que era
producto de un momento específico y un país muy particular. Pero esa misma idea
llevada a la forma del relato literario en “Los
relatos de la guerra revolucionaria”, lo revela como escritor y lo rescata.
A
pesar de esas múltiples facetas, no hay
ruptura en el camino que comenzó el joven aventurero que en sus viajes abrió los ojos a la realidad
latinoamericana y se convirtió en el guerrillero de Sierra Maestra, y más tarde
ministro de la Revolución y
finalmente el comandante Ramón en el
Congo y Bolivia. Más que ruptura, hay una línea de ascenso vertiginoso
impulsado por esa autoexigencia al compromiso
y la solidaridad que el Che aplicó en su
vida y proponía para la construcción del Hombre
Nuevo.
Está la figura del Che antiburocrático, el que prefirió retomar la lucha en Bolivia y renunció a la vida acomodada del ministro. Pero si el Che hubiera considerado que era más útil quedándose en Cuba, lo hubiera hecho. Como ministro impulsó la movilización popular solidaria en las campañas de trabajo voluntario y dio un debate profundo que influyó en los movimientos revolucionarios de todo el planeta, al contraponer los estímulos morales en la producción frente a los estímulos materiales del capitalismo y del modelo soviético. De la misma manera planteó el internacionalismo de los gobiernos revolucionarios en un plano diferente al del mero intercambio comercial de conveniencia. La idea del Hombre Nuevo que forjaría las sociedades del futuro se publicó en el periódico uruguayo Marcha y muestra una práctica donde ya aparece la importancia que asignaba a los procesos culturales.
El Che Guevara y Raúl Castro a
principios de los 60. AFP
***
Fueron debates que el Che perdió la mayoría de
las veces porque la época imponía urgencias a los procesos revolucionarios. Pero esos debates dejaron herramientas, embriones, semillas de ideas
que tomaron importancia con el tiempo,
quizás ya no como parte del morral de un
comandante guerrillero, sino como parte de la búsqueda de una opción al mundo del individualismo exacerbado,
las injusticias y el poder de las corporaciones que plantea el capitalismo
salvaje de la globalización neoliberal.
Una parte de la humanidad valora a los
que la valoran a ella, por eso la figura del Che trasciende
y se renueva. La esperanza es una llama que se alimenta de
la capacidad de los seres humanos
para mejorar sus vidas como sociedad. Todas las acciones y las ideas del Che
se basan en la confianza
en la humanidad, en la naturaleza y la esencia de los seres humanos. Son valores que todavía resisten a la presión cultural hegemónica que busca
denigrarlos para naturalizar sociedades de cada vez menos mega-ricos y poderosos y cada vez más pobres y sumergidos.
Es cada vez más difícil asegurar, como
en la época del Che, que la humanidad marcha
hacia un futuro socialista y hasta se puede dudar si llegará siquiera a un
futuro mejor. Y más aún: el cambio climático instaló la duda sobre si hay realmente un futuro. Son
preguntas que dan por ganadora la idea
de que este mundo de desigualdad e injusticia se
corresponde con la naturaleza humana. La imagen más conocida del Che, con
la mirada perdida hacia el futuro, ya
descarnada del hombre que fue, surge y sobrevive como
la esperanza de que la humanidad puede encontrar un camino diferente.
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