viernes, 28 de noviembre de 2014

ANTECEDENTES DE LA GLOBALIZACIÓN Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS. GLOBALIZACIÓN ¿UNIVERSALIZACIÓN DE LA IDENTIDAD PERDIDA?.

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La globalización, sí efectivamente es un proceso multidimensional, que tiene una ideología y política, el neoliberalismo en su estructura está profundamente concatenada con todo el sistema, y es un concepto Polisémico, producto de la amplia, extensa y polarizada contradicción que ha originado llegar a una síntesis de su definición general; sus políticas mundializadas tienen características asimétricas, desiguales, injustas, excluyentes, que han originado la más cruel e hiriente extrema pobreza y hoy han logrado en un escenario de injusticia, explotación, violencia y crisis estructural del sistema-mundo, la más injusta e inhumana desigualdad económico-social; su visión dialéctica y concatenada de su estructura, se define en la mirada de "un proceso de difusión de ideas, valores, formas de producción y de comercio, procesos y productos, diseños organizativos y formas de conducta, a través de las fronteras nacionales. Un proceso, por lo tanto, que está conduciendo a una creciente articulación e interdependencia de todas las sociedades...". Definición del brillante académico, Politólogo Luciano Tomassini. Concepto que emerge en el centro de la crisis del “viejo” capitalismo industrial, No como expresa el autor del artículo a finales de la Guerra Fría (1989) La Caída del Muro de Berlín, el fin del “socialismo realmente No existente”; mejor leamos lo que manifiesta:

La globalización surge como un tema central en la encrucijada histórica marcada por el fin de la guerra fría, que coincide con el aceleramiento del desarrollo de las tecnologías de información y comunicación, y con la declinación en el plano económico del estado bienestar, del modelo Keynesiano  y el subsecuente auge de la ideología neo liberal que estimula el desarrollo de la economía de libre mercado en el mundo”.

La globalización, como fase superior del capitalismo, (in)surge en la década de los 70’ del siglo XX,- en el epicentro de los 30 años de oro del capitalismo - producto de las revoluciones: la comunicación electrónica, (comunicación e información) la revolución tecnológica y la revolución del transporte, pero para consolidar este proceso se impusieron un conjunto de leyes, normas, acuerdos, tratados, con la finalidad de “abrir” los mercados del mundo al capitalismo financiero especulativo. Las décadas de cuatro siglos del capitalismo industrial – que utiliza mano de obra en cantidad -. la clase obrera, los sindicatos, el partido político, la revolución socialista, etc; ingresamos al escenario turbulento, especulativo del nuevo modelo del capitalismo, el financiero – los bancos, las bolsas, Wall Street- las Aseguradoras, las corporaciones, etc – donde  la mano de obra en cantidad es sustituida por la mano de obra, especializada, tecnificada – de millones de reducen de cientos – y posteriormente imponen la información como forma de universalización del mercado neoliberal.

La globalización siempre hubo en el mundo, en Egipto, Grecia, Roma, globalizaciones político-militares, culturales, comerciales, etc. Quizás una de las más grandes porque comprende varios siglos la globalización histórico-religiosa-militar de Roma, hacia los Santos Lugares; globalización en los tiempos históricos del descubrimiento de América, los viajes de Marco Polo hacia la China, los Movimientos Campesinos del siglo XV y XVI de oposición al ingreso del capitalismo al agro. El descubrimiento de la Imprenta en el siglo XVI – 1600 – “el segundo cerebro del hombre, la formación de las primeras “empresas editoriales” y la publicación de los libros de la Reforma y la Contra-Reforma Religiosa de Calvino, Lutero y Enrique VIII.


La extrema pobreza, hoy mundializada,- en especial de los niños -  como cruel realidad de la desigualdad económico-social también globalizada, es el resultado más salvaje, violento e inhumano de la globalización neoliberal.
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Años después la globalización con la primera Revolución Industrial – 1670 – así como presente en los tiempos político-históricos de la Primera Revolución Burguesa. Inglaterra. La globalización política presente en los años de la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa – durante el proceso revolucionario el descubrimiento de la Propaganda, los Murales y Pinturas – como expresión de comunicación política frente a una población de más del 80% de analfabetismo – y el propio proceso que se manifiesta entre la formas de resistencia y defensa de las Lenguas Originarias – lenguas vernáculas -, el proceso socio-cultural del “nacimiento del Idioma Nacional”, la Modernidad, el surgimiento del Estado Moderno y los procesos políticos de Integración Nacional – el territorio, la nación, la cultura nacional, la identidad cultural, etc. – Presente también durante el proceso revolucionario de la Independencia de las Colonias de España: América latina.

Solamente enumeramos los procesos políticos de la lucha por los derechos políticos de la Mujer, el Sufragismo, al segunda revolución industrial de 1890, el surgimiento del imperialismo – la conquista y dominación de los mercados del mundo, la nuevas burguesías imperialistas, el capital financiero a nivel mundial, los Monopolios, Trust, Sindicatos, Corporaciones, etc. Las nuevas teorías políticas del Social-cristianismo, el Reformismo, el Populismo como propuestas políticas de las clases dominantes frente al avance del Socialismo (el anarquismo y el revisionismo). La Primera Guerra Mundial, la Revolución Socialista de Octubre- Rusia 1917. Las Internacionales Socialistas y Comunistas. El Social-progresismo que sale de la Segunda Internacional. La Tercera Internacional Comunista y su influencia en todo el mundo.
Lo que surge en la década de los 70’ del siglo XX, es:

“Nació a  finales de los 70’ producto de una sola crisis: económica-social y política. Se fortaleció con finanzas especulativas en los 80’, en el centro de una crisis básicamente Política, hasta la Caída del Muro de Berlín. Creció sin control alguno en los 90’ en el contexto mundial de las políticas del Consenso de Washington – el evangelio universal neoliberal -, escenario de profundas y extensas turbulencias culturales”. Es decir, esta con nosotros la globalización neoliberal, el neoliberalismo como ideología y política.

Presentamos dos Textos sobre la Globalización Neoliberal. Sería interesante su análisis e interpretación al “calor” de las teorías de La Sociología de las Ausencias.

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ANTECEDENTES  DE LA GLOBALIZACIÓN Y PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS.
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Mundo y Política. El Ciudadano.com

Viernes 28 de noviembre del 2014.

La globalización ha llegado a ser un término muy familiar para la gente; está muy presente en los medios de comunicación, pero también para muchos, puede ser muy difícil de explicar en pocas palabras. El propósito entonces de este trabajo es entregar distintas visiones y perspectivas acerca de este concepto, así como algunos elementos teóricos que puedan ser de utilidad a estudiantes y académicos.

El fenómeno de la globalización nos aparece como un proceso multidimensional, que influye fuertemente pero que es también diversamente contestado desde lo local. Si bien las influencias e impactos entre lo global y lo local son asimétricas, esta no sería una relación dicotómica (Jorge Larraín ( 2005), contrario a lo que sugeriría Castells cuando plantea que  “existiría una división fundamental entre el instrumentalismo abstracto y universal, y las identidades particularistas de raíces históricas” (2006: 1).

Como muestra el párrafo anterior, el asunto en cuestión no es para nada una discusión saldada por lo que se pueden apreciar muchos enfoques distintos,  miradas encontradas, oposiciones de tipo ideológicas sobre el tema. Pero esta diversidad y debate se debe tomar con amplitud, con el fin de enriquecer el estudio en torno a este proceso que suscita tanta atención y también tanta polémica.

La globalización surge como un tema central en la encrucijada histórica marcada por el fin de la guerra fría, que coincide con el aceleramiento del desarrollo de las tecnologías de información y comunicación, y con la declinación en el plano económico del estado bienestar, del modelo Keynesiano  y el subsecuente auge de la ideología neo liberal que estimula el desarrollo de la economía de libre mercado en el mundo.

Pero la globalización tiene antecedentes históricos de mucha más larga data. El ser humano desde tiempos muy remotos busco relacionarse a través de la actividad que debía desplegar para subsistir, para generar los medios necesarios para interactuar con la naturaleza, para entender lo que experimentaba.

Para ello necesito comunicarse, crear medios de transporte, formas productivas y comerciales de muy distinta índole y grado de desarrollo hasta alcanzar niveles de comunicación, producción, conectividad y mercantil de magnitud planetaria, siendo un punto de inflexión histórica en este desarrollo la segunda mitad del Siglo XIX con el explosivo auge de todos estos procesos, propulsados fundamentalmente por la revolución industrial. El mundo comienza a verse más integrado, mucho más interconectado, si bien la equidad no fue ni ha sido alcanzada.

Junto a este largo derrotero histórico, que es antecedente del contexto de fines del siglo XX, hay que destacar las características o rasgos principales que señalan los investigadores – desde distintos ángulos – como centrales para comprender lo que es la globalización.

Una de las características seria que por los avances en la información y la comunicación principalmente, las coordenadas espacio tiempo han sido modificadas (Bauman, 1998). La cultura e identidades locales sufren la embestida de la promoción de comunidades transnacionales y surgen efectos de fragmentación de las comunidades locales. Junto con esto García Canclini (1995; 1999) plantea que las identidades cada día se definen menos por esencias a – históricas sino más bien por lo que se es y lo que se posee.

Las personas se sienten interpeladas por lo que consume si bien formalmente continúan siendo ciudadanos con derechos y deberes. Esto es, seríamos “ciudadanos del Siglo XVIII, consumidores del Siglo XXI”. Otra característica de la globalización, como distinta a la internalización, surge del hecho de que hoy es más difícil distinguir lo propio de lo ajeno.  Asistimos, según el autor, a un tiempo de emergencia de comunidades imaginadas, del pasaje de lo dialógico a lo fonológico.

Sin duda esto último tiene que ver con otro rasgo fuerte de nuestros tiempos,  la producción se desterritorializa. En el mismo ámbito Bauman (1998) comenta, como una de las consecuencias sociales de la globalización, que la flexibilidad laboral más bien es ‘flexibilidad empresarial y rigidez e incerteza laboral’, que ‘los ricos se globalizan y los pobres se localizan’.

Bauman señala que esto es reflejo – y condición – del libre flujo del capital en el planeta.  Sin duda que estas características y juicios de lo que ha traído la globalización son diversos, conflictivos y a veces parecieran ideológicamente irreconciliables.  Pero no podía ser de otra manera en tanto se argumenta desde perspectivas ideológicas distintas;  también porque la globalización concerta al mismo tiempo muchos procesos que la componen; y por ultimo porque afecta en forma distinta a los habitantes del planeta, de acuerdo a las condiciones locales en que se produce la ‘glocalizacion’.

Para algunos como Callinicos (citado en Held et Al., 2003),  quien es parte de los llamados por Held & McGrew (2003) como ‘escépticos’, globalización es ‘americanización’, ‘neoliberalismo disfrazado; otros la llaman ‘McDonalizacion’, o encubrimiento del término imperialismo.

Pero Jorge Larraín (2005) llama la atención en no reducir la globalización a un fenómeno meramente económico, ni confundirla con una ideología. Por lo que insiste que la globalización es concomitante con la modernidad y que hay que distinguirla del neoliberalismo, y que este ultimo si constituiría una ideología y de esa forma se relaciona con la globalización y le imprime en gran medida un sello.

Bien, presentados algunos de los aspectos centrales que caracterizarían a la globalización, procedamos a revisarlos  más en extenso.

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René Leal Hurtado/  Doctor en Sociología, Universidad de Wollongong, Australia.

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La defensa y resistencia cultural de nuestra cultura local, de la identidad cultural colectiva, sus tradiciones, usos, costumbres originarias, sus formas diversas de  asociacionismo democrático de formas de trabajo, empleo, fiestas populares y religiosas, es parte de la defensa y resistencia de nuestra Cultura Nacional frente a la llamada “globalización cultural” o imperialismo cultural.

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GLOBALIZACIÓN ¿UNIVERSALIZACIÓN DE LA IDENTIDAD PERDIDA?.
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Publicado el Miércoles 26 de noviembre de 2014 en OPINIÓN

Víctor Cabezas.

Quito, Ecuador

Durante mi último año de colegio, confluyeron una serie de discursos sociales conducentes hacia la ponderación y glorificación de la “globalización”.

Durante mi último año de colegio, confluyeron una serie de discursos sociales conducentes hacia la ponderación y glorificación de la “globalización”; en clase nos decían como ser ciudadanos globales, de mentalidad abierta y comprometidos con los nuevos retos de la humanidad.

Es claro que la globalización puede ser entendida como un proceso para la comprensión de la interdependencia global de los problemas sociales o como un sumario de interacción e integración entre la gente, los Estados y las empresas. Sin embargo, el proceso de globalización –tal como lo estamos percibiendo hoy en día- es muy asimilable a un proceso consolidado por parte de las hegemonías mundiales conducente hacia la liberalización de mercados, la ponderación de discursos sociales y políticos inamovibles y la estructuración de nuevos consumidores ávidos de insertarse dentro del arquetipo de “ciudadano del mundo”.

Hay mucha evidencia que nos permite asimilar a la globalización a un proceso de universalización de la opinión pública. Un modelo donde, citando al profesor Noam Chomsky, existe un catálogo de ideas políticamente correctas; la democracia, la libertad de expresión, la legitimidad de los medios libres e independientes, el libre mercado, etc. Este catálogo de ideas intocables sustancia y legitima la acción monopólica de las grandes corporaciones que controlan y concentran la operancia material de dichas entelequias o ideales “correctos”. Hablemos de libertad de expresión, en Estados Unidos –ejemplo y promotor de la globalización- la opinión pública es enmarcada y dibujada por 6 empresas –Newsgroup, NBC, Time Warner, Viacom y CBS- que controlan el 90% de las televisoras, periódicos, radios, casas productoras y portales web.

Uno de los problemas más agudos dentro del proceso de construcción de identidad y preservación de nuestra cultura –en el supuesto de que existiera- es precisamente la oleada de moda, música, vocabulario, conductas y modelos de pensamiento direccionados hacia el posicionamiento y consolidación de una cultura hegemónica; ciudadanos con objetivos éticos y morales comunes, ideales concomitantes, consumidores de marcas comunes, con anhelos consonantes, con modelos morales asimilables; la terrible e inconcebible pretensión de encontrar ciudadanos universalizados; una forma de vida, un influjo cultural-aspiracional susceptible de ser hallado en Nueva York, en Praga o en Cusubamba.

No es casualidad que dentro de las comunidades y pueblos más recónditos de nuestro país exista un creciente mercado de ropa “Abercrombie” “Adidas” o “Hollister” –sin que exista ninguna razón medianamente coherente para pensar que aquello es incorrecto o peor aún indebido-. Habría que preguntarnos que fenómenos sociológicos y culturales han confluido para que una gran facción de nuestra juventud –me incluyo- haya establecido como objetivo de vida aquellos paradigmas de hombre exitoso, con el deber de ser feliz, demócrata, interconectado a través de miles de aparatos y cables, con títulos, vistiendo a la moda, en forma, con un particular acento a inglés en el hablado y con un gran arsenal de tarjetas de crédito.

Es larga la discusión doctrinaria a cerca de la verdadera naturaleza de la globalización; el celebre profesor de MIT Noam Chomsky, ha desarrollado un largo cúmulo de textos que, entre otras cosas, advierten del carácter colonialista de la globalización. Las culturas y los países ya no se conquistan con la guerra o con la violencia directa; son los influjos culturales de las hegemonías mundiales -debidamente incorporados dentro de una sociedad- los que determinan el nuevo orden de ejercicio de poder en el mundo.
Es imposible negar la globalización y pensar que, en gran medida, no somos un producto más de aquella. La moda, la tecnología, los discursos sociales y políticos hegemónicos, las muletillas al hablar y las verdades absolutas hoy demarcan y dibujan el escenario en el que deberemos encontrar y construir el nuevo sentido de identidad –que discutiblemente hayamos podido tener algún día- como individuos y sociedad.


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