&&&&&
El neoliberalismo como ideología y política
de globalización, se nos impuso en América Latina a comienzos de la década del
90`del siglo XX - sin embargo es importante reconocer que mucho antes
fue impuesta a sangre y fuego en varios países de A.L. Chile,
Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y otros países del continente que en esos
tiempos históricos y políticos eran gobernados por feroces y criminales
dictaduras, militares, fascistas. Creo
que simboliza el crimen, la sangre y miles de vidas como fue impuesto en Chile, luego del golpe de Estado del
fascista Pinochet y la directa intervención de la CIA yanqui y el sacrificio
heroico del Dr. Salvador Allende,
Presidente Constitucional. El Estadio Nacional y el terror, descuartizamiento y
muerte de Víctor Jara sin lugar a
dudas marcan con fuego y violencia como entró el neoliberalismo en nuestro
continente. Obviamente, fue impuesto en todo el continente, en los 90, cuando la mayoría de países habíamos
recuperado la “Democracia”
en un escenario político sumamente débil, vulnerable, fracturado internamente, víctima directa de la hiper-inflación y de
movimientos radicales y violentos de izquierda. Argentina, Uruguay, Brasil y años más tarde el terrorismo en Perú. Esta radicalización extrema de
la lucha política generó en la estructura de un sistema capitalista muy
atrasado, pre-industrial, primario exportador, extractivista de recursos
naturales, fue fácilmente ganado por la
hiper-inflación, el terrorismo, el contrabando, la corrupción, la
informalidad, así
como el fracaso absoluto de las políticas populistas, asistencialistas y
subsidiarias.
Millones de jóvenes en América y en todo el mundo en desempleo absoluto - profesionales o no - son las primeras y grandes víctimas de las políticas salvajes, bárbaras y violentas, de austeridad- hasta fascistas, xenofóbicas y homofóbicas - que impone la globalización y el neoliberalismo en tiempos de la crisis estructural del sistema mundo.
***
Tiempo histórico y político que a nivel
global se produce la Caída del Muro de Berlín, el fin del
socialismo realmente no existente,
el proceso de Deslocalización Industrial – cuando primero cientos y después
miles empresas y corporaciones del capitalismo occidental se trasladan hacia el
sudoeste asiático – China, India,
Taiwán, Corea del Sur, Tailandia, Singapur, Hong Kong, etc. completan el
proceso Centro América, el Caribe y
norte de México, con la implantación
de las Maquilas – (millones de mano
de obra barata y sin derechos sociales. Los nuevos esclavos asalariados del
siglo XXI). De sus entrañas emergen una Nueva
Sociedad Civil, una nueva Ciudadanía
y “triunfa” la Democracia liberal
contra su más grande opositor, la democracia Popular o Socialista, así el
proceso de transformación del propio capitalismo financiero especulativo – la primera
era de la globalización – (in)surgen las empresas
corporativas transnacionales y se abre la era de la transnacionalización de
los monopolios imperialistas, la información en el proceso: tenemos entre
nosotros el capitalismo corporativo global,-
una nueva era de la globalización - escenario complejo, turbulento con millones
de desempleados y hambrientos en el mundo, subsumido todo este proceso histórico
en las Políticas del Consenso de
Washington. Para muchos Intelectuales, Investigadores, Académicos, se está
produciendo un “Cambio de Época
Histórica”, que marca la imposición del neoliberalismo
totalitario a nivel global, respaldado por las políticas del Consenso de Washington.
/////
El terrorífico Club de Bilderberg - los Nuevos Amos del Mundo - concentración de los poderes facticos globales. Hoy aquí nacen, crecen, se consolidan y se imponen en el mundo la ideología y política de la globalización, el neoliberalismo, salvaje, totalitario, corrupto y represivo - la ideología única universal o el catecismo universal - responsable directo de la crisis y el ocaso
de Occidente. (Miren España y México como ejemplo).
de Occidente. (Miren España y México como ejemplo).
***
LA IDEOLOGÍA DE
LA GLOBALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA.
EL NEOLIBERALISMO.
*****
Ramiro Hernández Romero.
Rebelión sábado 1 de noviembre
del 2014.
A mi hermano José Mario
Hernández Romero.
A los muertos por la
represión del Estado en el Estado de Guerrero. México.
Introducción.
La globalización antes que
ser un concepto de análisis para conocer los fenómenos de nuestra realidad
social, es más bien una ideología que legitimó un orden social, el cual
podríamos distinguirlo en términos políticos y económicos. Aunque también fue
muy importante desde la cultura y la filosofía. La llamada globalización fue un
término muy de moda en los años noventa que sustentó el dominio económico del
llamado neoliberalismo en gran parte del mundo, y en América Latina en
particular. Este supuesto nuevo orden no dejó de manifestarse en los grupos
dominantes y sus ideólogos que celebraron con bombos y platillos la gloria y el
advenimiento de un mundo mejor que supuestamente todos deberíamos vivir,
convivir y disfrutar. Sus ideólogos desde el ámbito económico celebraron
semejante falsedad; falso digo porque no fue lo mismo para la convivencia de
los sectores populares. Pero también desde una posición filosófica los
ideólogos se mostraron muy contentos al formular una serie de argumentos que
poco tenía que ver con la realidad, me refiero a los llamados nuevos filósofos,
que entre otros, platearon desde el fin de la historia, de las utopías y del
trabajo hasta glorificación de las supuestas teorías “post”: postmodernidad,
postmarxismo, poscolonialismo, posestructuralismo y pospolítica. Mostraron,
entre otras falacias, la derrota de los grupos de luchadores sociales que se
manifestaron en contra del capitalismo, como un nuevo credo que debería servir
para darle sus horas de oración. Y de paso, instituyeron el acta de defunción,
por un lado, de las luchas sociales, por el otro, del pensamiento crítico que
antes ponía en evidencia las debilidades del capitalismo. Mi objetivo es hacer
una reflexión en torno a la ideología llamada globalización que se posicionó en
un momento histórico del capitalismo en América Latina, principalmente como
resultado de la crisis que se había postrado desde los años sesenta del pasado
siglo.
Antecedentes de la globalización.
En un trabajo anterior
(populismo, dictaduras y socialismo en América Latina) mencioné que el
neoliberalismo se había experimentado por primera vez en Chile. Fueron los
tiempos de la crisis del capitalismo mundial que inició en los años sesenta. La
experiencia en Chile era una búsqueda de una salida a dicha crisis. Debemos
decir que para imponer un nuevo modelo económico y político, las elites
dominantes en la cuales se veían en peligro su status, tenía que cambiar el
funcionamiento del Estado para implementar un supuesto nuevo proyecto. De esa
manera había que ponerlo en práctica y fue en un país cuyas condiciones
económicas y políticas no se veían tan avanzadas como en los países
imperialistas euroestadounidenses. Fue en Chile justamente como se lleva a cabo
la transformación del Estado que Harvey llama Estado neoliberal. En palabras
del autor: “el primer experimento de formación de un Estado neoliberal se
produjo en Chile tras el golpe de Pinochet el «11 de septiembre menor» de 1973.
El golpe contra el gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende fue
promovido por las elites económicas domésticas que se sentían amenazadas por el
rumbo hacia el socialismo de su presidente. Contó con el respaldo de compañías
estadounidenses, de la CIA, y del secretario de Estado estadounidense Henry
Kissinger. Reprimió de manera violenta todos los movimientos sociales y las
organizaciones políticas de izquierda y desmanteló todas las formas de
organización popular (como los centros de salud comunitarios de los barrios
pobres) que existían en el país. El mercado de trabajo, a su vez, fue
«liberado» de las restricciones reglamentarias o institucionales (el poder de
los sindicatos, por ejemplo). ¿Pero de qué modo iba a ser reactivada su
estancada economía? Las políticas de sustitución de las importaciones
(fomentando las industrias nacionales mediante subvenciones o medidas de
protección arancelaria) que habían dominado las tentativas latinoamericanas de
desarrollo económico, habían caído en el descrédito, particularmente en Chile,
donde nunca habían funcionado especialmente bien. Con el mundo entero en
recesión económica, se requería un nuevo enfoque”. [1]
La política económica
impuesta en Chile durante la dictadura requirió del apoyo y del asesoramiento
de los economistas de la Universidad de Chicago, en la que laboraba Milton
Friedman. Los economistas que había sido antes poco admirados por las elites,
ahora eran caracterizados como dioses y fueron puestos en los gobiernos de
América Latina. El caso chileno es un ejemplo, por eso cuando Pinochet se hace
del poder mediante un golpe de estado, de inmediato pone en el gobierno a los
economistas neoliberales chilenos para impulsar la economía. Estos economistas
fueron formados desde mucho antes de la implementación de dicho “modelo”, es
decir, fueron educados desde la década de los cincuenta y setenta, y los
vuelven los ideólogos de la economía política de la dictadura. Economistas como
estos, son los que imperaron o imperan en la llamada globalización. La
globalización neoliberal estadounidense está enmarcado primeramente en términos
político-económicos, durante los setenta y ochenta, poco después vendría en
términos culturales, que tanto glorificaron algunos de sus ideólogos como el
caso del antropólogo Néstor García Canclini, o el caso de la antropóloga Gloria
Delgado Cantú, que para ella consistió en “que la globalización ha traído
consigo una serie de beneficios tanto para las naciones como para los
habitantes del planeta de manera individual; la existencia de una economía y un
mercado globales han permitido, entre otras, las siguientes ventajas: un mejor
aprovechamiento de los recursos de cada país; una mejor capacidad para hacer
frente a las fluctuaciones de las economías nacionales; un mayor desarrollo de
la ciencia y la tecnología; el acceso universal de grupos e individuos a las
manifestaciones culturales y científicas” [2].
Esta postura es sumamente cuestionable, ya veremos. Más adelante vamos a ver
también como hasta el sociólogo Octavio Ianni está inmerso en dicha
glorificación, que supuestamente es o fue de izquierda.
Ante
la crisis estructural de la Política - partidos políticos, Política,
"clase" política, representación, militantes, confianza, etc. - los
Movimientos Sociales hoy constituyen y representan el camino de la lucha y la
resistencia frente a las corporaciones del capitalismo corporativo global, la
globalización y sus políticas neoliberales.
***
La globalización en su posicionamiento en el
mundo y América Latina.
Para que se impusiera a
sangre y fuego la era de la globalización neoliberal estadunidense en el mundo,
que se iniciara prácticamente en Chile, tenía que ver con la crisis del modelo
anterior al mostrar sus límites y que frenaba el proceso de acumulación desde
los años sesenta. De ahí que, de acuerdo con Marini, “La crisis capitalista
que, como resultado de la caída de las tasas de ganancia que se empieza a
verificar a mediados de los sesenta, estalló con violencia tras la primera alza
de los precios del petróleo y fue responsable, en los países industrializados,
de tres recesiones (1974-1975, 1980-1982 y 1990-1994), no constituye una
excepción” [3]. Las recetas recién
aplicadas en Chile, no dejaron de manifestar su contradicción, que como dice
Marini, se presenta una nueva recesión en 1980-82, que no sólo afectó a Chile,
sino a gran parte del subcontinente latinoamericano, por ejemplo, el caso
mexicano hizo presente el agotamiento de las condiciones materiales del pacto
social que se había construido en décadas atrás, es decir, desde el cardenismo.
Hizo presente cuando, entre otros motivos, “la inflexión se convirtió a partir
de 1983 en desplome, al cual acompañó una caída en los índices de ocupación. La
crisis puso al descubierto todos los desequilibrios internos y externos de la
economía durante el periodo de la sustitución de importaciones y del llamado
“desarrollo estabilizador” a partir de los cincuenta” [4]. Cabe considerar también que cada país latinoamericano tuvo sus
efectos particulares de la crisis. Sin embargo el síntoma que podría
caracterizar como generalizado fue, por ejemplo, la crisis de recursos
económicos para con el pago de la deuda, lo que provocaría que se hiciera
impagable. Una gran parte de los gobiernos encontró con que no había recursos
para el pago, y casi obligadamente recurrieron a un nuevo préstamo para hacer
frente a las crisis. Sin embargo las instituciones imperialistas, sobre todo el
BM y el FMI, que se verían doblemente beneficiadas por dicha crisis, impusieron
como condición a los gobiernos latinoamericanos liberar a sus economías, los
cuales recurrieron a dicha orden para obtener recursos, fue un proceso que se
llamó reformas estructurales que se aplicaron en gran parte del subcontinente.
De esta manera los
gobiernos iniciaron un cambio del papel del Estado que se llevó a cabo con el
desmantelamiento de las empresas públicas, los programas sociales, etc., es
decir, un cambio del Estado que, siguiendo la propuesta de Harvey, fue a un
Estado neoliberal. Cabe decir que las políticas hacia la trasformación de las
economías, y por lo tanto del Estado, tuvo su segundo paso, después de Chile,
en los países más avanzados: Gran Bretaña en 1979 con Margaret Thatcher, EU en
1980 con Ronald Reagan, pero antes, en 1978, Deng Xiaoping lo había hecho en
China. En ese sentido, la política estadounidense va imponiendo una oleada de
gobiernos neoliberales latinoamericanos de manera sucesiva o en diferentes
momentos; los cuales, cabe decir, algunos fueron precisamente domesticados en
universidades estadounidenses. James Petras y Morris Morley proponen tres
oleadas de gobiernos neoliberales que empezaron desde la década de los ochenta
hasta los noventa, años en los que se glorifica la llamada globalización. Estos
son, por ejemplo, Fernando Belaúnde-Alan García en Perú, Raúl Alfonsín en
Argentina, Miguel de la Madrid en México, Julio Sanguinetti en Uruguay y José
Sarney en Brasil [5], de la primera
oleada, que se caracterizaron porque asumieron el poder en medio de un discurso
populista y apoyo popular, que inmediatamente abandonaron y aplicaron por
primera vez la receta neoliberal o reformas de libre mercado, en el caso
mexicano, y en otros lo profundizaron. La segunda fueron Carlos Andrés Pérez en
Venezuela, Carlos Menen en Argentina, Fernando Collor en Brasil, Alberto
Fujimori en Perú, Jaime Paz Zamora en Bolivia, Luis La Calle en Uruguay, Carlos
Salinas en México [6], los nuevos
presidentes asumieron el gobierno bajo una cantidad de irregularidades en las
elecciones, como el caso de México, que con un que fraude electoral se
posicionó, pero que en el fondo tuvo que ver con los efectos de descontento
popular generado por los anteriores gobiernos al aplicar por primera vez las
recetas (o la biblia) neoliberales. La tercera oleada que va de los años 1993 y
1995 fueron Alberto Fujimori en Perú y Carlos Saúl Menen los cuales fueron
reelectos, así como Rafael Caldera en Venezuela, Ernesto Cedillo en México,
Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia y Fernando Henrique Cardoso en Brasil [7]. En medio de las políticas
económicas neoliberales que, como vimos, iniciaron en los ochentas pero que
tuvieron su auge en los noventa, se hablaba de un fin de la historia, un fin de
las utopías e inclusive del trabajo, discursos que eran propios de la llamada
globalización. Debemos decir que la caída del bloque socialista, es decir, con
la caída del Muro de Berlín en 1989 y la URSS en 1991, los ideólogos se
apresuraron en declarar el fin de la historia como lo hizo un funcionario de
Estado estadounidense Francis Fukuyama,
mostrando superficialmente su triunfalismo. Con ello daba pie a que sólo el
mundo consistía en disfrutar la vida basada en el consumo, y ese consumo a
todos les tocaba por igual. En el fondo, con la caída del bloque socialista,
dejaba a Estados Unidos el camino a dominar política, económica y culturalmente
el mundo. Podría decir que era un plan estratégico estadounidense, y en ese
sentido, se fue imponiendo hasta dominar una parte del mundo que antes era influencia
del bloque socialista, a ese nuevo dominio se le denominó globalización, pero
no era una globalización a secas, por decir, como muchos de sus ideólogos le
llamaban y que nunca le dieron un calificativo, era más que nada la
globalización capitalista estadounidense, el cual se imponía progresivamente a
sangre y fuego en cada rincón del mundo.
Los ideólogos exaltaron la
globalización, crearon una biblia que habría que consultar cada segundo para
brindarle oración a la diosa (globalización), desde lo económico y político
hasta en lo cultural. El discurso de Octavio Ianni no deja ser parte de este
credo, sin que sea muy exagerado, me parece importante citar sus propias
palabras: “La globalización está presente en la realidad y en el pensamiento,
desafiando a muchos en todo el mundo” [8].
Cabe decir que este trabajo llamado Teorías de la globalización fue
publicado en 1996, año en que la pretendida globalización neoliberal se imponía
y era la moda en el mundo, particularmente en América Latina. Luego dice: “Ya
son muchas las teorías empeñadas en esclarecer las condiciones y los
significados de la globalización. Unas con cierta timidez, mientras que otras
con bastante audacia; algunas veces se desconocen mutuamente y otras se
influyen. Pero todas abren perspectivas al esclarecimiento de las
configuraciones y los movimientos de la sociedad global” [9]. Su discurso, en el presente texto, aunque hay otros en el que
aborda el tema, está lleno de exaltación. Me parece que la eleva a verdad
universal, le otorga un carácter absoluto y un rango ontológico a algo que no
es más un momento determinado de la historia de la humanidad, pero en
particular del capitalismo mundial dominado por EU. Por otro lado, nunca habla
del origen del concepto de globalización, que es importante decirlo porque este
discurso no sale de la nada. El concepto proviene justamente de los ideólogos
de la administración empresarial, sobre todo de aquellos que estaban innovando
tanto en su personal como en su sistema productivo en general. Por ejemplo en
la década de los setenta y ochenta Peter F. Drucker en su trabajo referente a
la innovación y los empresarios innovadores, hablaba precisamente de sus
intenciones de llevar a cabo una expansión que se debería expresar en una
globalización del sistema productivo empresarial, que prácticamente servía para
el boom de lo que llaman la empresa multinacional o trasnacional. Debemos decir
que en la llamada globalización es el dominio de la empresa trasnacional en el
mundo. El término también fue utilizado por Theodore Levitt en la década de los
ochenta, al hacer referencia a los cambios de la economía internacional, es
decir, a los cambios el ámbito económico empresarial que empezó a partir de los
sesenta. Cabe decir que la empresa trasnacional se viene desarrollando antes de
la segunda guerra, inclusive desde principios del siglo XX, y no desde los
sesenta como afirma Levitt. Entonces la oración se traslada desde el discurso
empresarial al discurso académico y/o político, inclusive los que son
supuestamente de izquierda (marxistas y no marxistas) abrazaron con fervor el
discurso de la globalización. Es decir, grandes cantidades de personas se
alinearon al discurso dominante para no quedarse atrás.
En Octavio Ianni hay más, dice que “en este clima, la reflexión y la
imaginación no sólo caminan a la par sino que se multiplican metáforas,
imágenes, figuras, parábolas y alegorías destinadas a dar cuenta de los que
está sucediendo, de las realidades no codificadas, de las sorpresas
inimaginadas. Las metáforas parecen florecer cuando los modos de ser, de
actuar, de pensar y fabular más o menos sedimentados se sienten conmovidos” [10]. Debo decir que las metáforas en
lugar de aclarar los problemas o por lo menos de hacer entendible más o menos
nuestra realidad, lo que hace en el fondo es oscurecerla. Muchas veces funciona
para confundir y manipular y legitimar un proyecto político, económico o de
otra índole, es una medio para confundir metáforas y realidades, es una forma
de disimular la realidad social que cuestiona sus efectos o la legitimación de
dominación de las elites [11], por
ejemplo puedo decir el caso de la metáfora creada por Smith de la mano
invisible que sirvió o sirve para legitimar un orden económico dominante,
ocultando sus intenciones. Entonces la pretensión de Ianni no convence más que
a las personas que se sienten asombradas por una supuesta realidad que hemos
asumido: la vida plena. La globalización no es más que una ideología, y
sumamente conservadora es “un discurso, eufórico y determinista, se basa en un
conjunto reducido de preposiciones simples que se asumen como verdades auto
evidentes; el cuestionamiento de las mismas es considerado la mejor prueba de
ignorancia, estupidez incluso, de quien aventura sus dudas” [12].
La globalización neoliberal
estadounidense asume su dominación plena en los años noventa, por decirlo de
alguna manera. Por eso todo el mundo que lo abrazaba se sentía seguro y la
glorificaba, pero esa pretendida globalización tuvo casi desde el primer
momento su cuestionamiento que partía precisamente de la realidad. Es decir,
nunca su tomó en cuenta la realidad para formularla y por eso encontró su
freno. Los ejemplos sobran, y el punto de partida de este cuestionamiento en la
realidad social se llevó a cabo en las movilizaciones y luchas, como el
alzamiento en armas del EZLN en enero de 1994 en Chiapas, México. El
advenimiento de nuevos gobiernos que posteriormente cambiarían el curso, como
el ascenso al gobierno de Venezuela que asumió del militar Hugo Chávez Frías,
no sin dejar de lado las luchas internas del país que llevaron al triunfo de
Hugo Chávez. La crisis de Argentina en 2001, que antes seguía al pie de la
letra las órdenes del FMI y del BM, se ve inmersa en una crisis económica que
frenó el curso de las políticas neoliberales. Se suma la crisis en Bolivia con
la privatización del agua, entre otros problemas, que llevó al ascenso de una
nueva organización política, que se conjunta en el MAS.
En efecto, los años noventa
se presentaron cambios en el proceso del capitalismo, pero no es tanto como se
quiere presentar. Estoy de acuerdo con John Saxe-Fernández en el sentido de que
distingue dos perspectivas del fenómeno de la globalización, del que nos da más
elementos de análisis para comprender dicho fenómeno. El primero afirma que la
globalización es una categoría histórica, es “un concepto cuyo referente
histórico y empírico este centrado en el largo proceso multisecular de la
internacionalización económica que se observa en el periodo posrenacentista , y
que adquirió gran fuerza después de la segunda mitad del siglo XIX como
resultado de la segunda revolución industrial y la multiplicación de grandes
unidades empresariales de base nacional que, con los antecedentes de las compañías
mercantiles de los siglos anteriores, empezaron a operar internacionalmente” [13]. Esta postura me parece mucho más
interesante porque nos ayuda a comprender mejor la nueva expresión del proceso
de acumulación, que muchos otros estudiosos lo ubican desde el llamado
“descubrimiento” de América por los europeos. El segundo se trata de desde una
concepción de la sociología del conocimiento. “Desde este ángulo se enfoca la
atención crítica sobre el “discurso globalista” que se ha instalado como una oferta
de moda, eufórica y determinista, acrítica y superficialmente aceptada por
grandes públicos empresariales políticos y académicos” [14]. Esta última postura es la que se inserta el discurso de
Octavio Ianni y muchos otros ideólogos.
En nuestros días la pretendida
globalización (neoliberal estadounidense) vive en su momento de crisis
profunda. Eso no quiere decir que no tenga poder de decisión en el mundo, de
hecho sigue siendo hegemónica, por usar un término gramsciano, pero desde la
crisis que se desató en 2007-2008, ya no es posible ni viable el “modelo”. Sus
ideólogos que ganaron mucho dinero por favorecer al proyecto globalizador en
años anteriores, hoy se mantienen callados. La crisis los ha puesto en
evidencia, casi desde el momento de su aplicación en el mundo y en nuestro
subcontinente. La crisis se muestra desde lo político y económico hasta en lo
cultural. La grave crisis que vive México, con un Estado asesino y/o terrorista
que mata a sus habitantes (como los normalistas del estado de Guerrero) para
seguir manteniendo el proyecto de la globalización neoliberal estadounidense,
es una clara muestra.
Neoliberalismo es sinónimo de corrupción, violencia, salvajismo, austeridad, podridos, farsantes, traidores, y hoy sicarios, economía criminal, economía de la guerra, economía de casino y capitalismo del desastre.
***
Conclusiones.
La globalización es una
ideología que legitimó un orden social. Fue un término muy de moda en los años
noventa que sustentó el dominio económico del llamado neoliberalismo en gran
parte del mundo. El neoliberalismo tuvo su primer experimentado en Chile con la
imposición a sangre y fuego de la dictadura, que después se aplicó en otros
países. Se lleva a cabo en los tiempos de la crisis del capitalismo mundial que
inició en los años sesenta, y la experiencia en Chile era precisamente una
búsqueda a la salida de dicha crisis. El experimento de un nuevo modelo
económico y político obligó a las elites a cambiar el funcionamiento del
Estado, modificando su funcionamiento, a través de lo que se llamó las reformas
estructurales. Cada país latinoamericano tuvo sus efectos particulares de la
crisis, sin embargo el síntoma que podría caracterizar como un comportamiento
generalizado fue la crisis del pago de la deuda, lo que provocaría que se
hiciera impagable. Una gran parte de los gobiernos encontró con que no había
recursos y casi obligadamente recurrieron a un nuevo préstamo para hacerle
frente, pero las instituciones imperialistas impusieron como condición a los
gobiernos latinoamericanos liberar a sus economías. Los gobiernos iniciaron un
cambio del papel del Estado, que se llevó a cabo con el desmantelamiento de las
empresas públicas, los programas sociales, etc. En el contexto de “nuevos”
gobiernos en favor del imperialismo estadounidense, se distinguen tres oleadas
que empezaron desde la década de los ochenta, hasta los noventa, años en los
que se glorifica la llamada globalización. En medio de las políticas económicas
neoliberales, se hablaba de un fin de la historia, un fin de las utopías e
inclusive del trabajo, discursos que eran propios de la llamada globalización.
La caída del Muro de Berlín en 1989 y la URSS en 1991, favoreció el discurso,
que ideólogos se habían apresuraron en declarar el fin de la historia como lo
hizo un funcionario de Estado estadounidense Francis Fukuyama. Con ello daba
pie a que sólo el mundo consistía en disfrutar la vida basada en el consumo,
que a todos les tocaba por igual. En el fondo dejaba a Estados Unidos el camino
para dominar política, económica y culturalmente el mundo. Pero ese dominio
encontró su freno, mostrando su límite y su crisis casi desde el principio, que
posteriormente mostraría mayor su dificultad. Eso se dio a través de la
movilización de los principales sectores sociales afectados por las políticas
de la pretendida globalización y por las mismas contradicciones del capitalismo
supuestamente globalizador. El caso mexicano, en los días que transcurren, es el caso más
vivo.
*****
Bibliografía utilizada.
Delgado de Cantú, Gloria
M., Antropología, ciencia
que estudia al ser humano, edere, México, 2007..-
Ianni, Octavio, Teorías de la globalización, Siglo XXI,
CEIICH-UNAM, México, 1996..-
Marini, Ruy
Mauro, América Latina. Dependencia y globalización, CLACSO, Colombia,
2008..- Saxe-Fernández, John,
(coord.) Globalización: Critica a un paradigma, UNAM, IIE, Plaza y
Janés, México, 2003.-
Valenzuela Feijóo,
José, El capitalismo mexicano en los ochenta, ERA, México, 1986.
Notas:
[1] David Harvey, Breve historia del neoliberalismo, p. 14, En
línea.
[2] Gloria M. Delgado de Cantú,
Antropología, ciencia que estudia al ser humano, edere, México, 2007, p. 346.
[3] Ruy Mauro Marini, América Latina.
Dependencia y globalización, CLACSO, Colombia, 2008, p.253.
[4] José Valenzuela Feijóo, El capitalismo
mexicano en los ochenta, ERA, México, 1986, p. 13.
[5] James Petras y Morris
Morley, “Los
ciclos políticos neoliberales: América Latina se ajusta a la pobreza y a la
riqueza en la era de los mercados libres” en John Saxe-Fernández (coord.) Globalización:
Critica a un paradigma, UNAM, IIE, Plaza y Janés, México, 2003, p. 216.- [6] Ibíd., p. 220.- [7] Ibíd., p. 227.
[8] Octavio Ianni, Teorias de la
globalizacion, Siglo XXI, CEIICH-UNAM, México, 1996, p. 1.- [9] Ibíd..- [10] Ibíd., p. 4.
[11] Carlos M. Vilas, “Seis ideas falsas sobre
la globalización” en John Saxe-Fernández (coord.) Globalización: critica a un
paradigma. UNAM. IIE. DGAPA. Plaza y Janés, México, 1999, p.72.- [12] Ibíd., p. 70.
[13] Jonh Saxe-Fernández,
“Globalización e Imperialismo” en John Saxe-Fernández (coord.) Globalización:
critica a un paradigma. UNAM. IIE. DGAPA. Plaza y Janés, México, 1999, p.
9.- [14] Ibíd., p. 10.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del
autor mediante una Licencia de Creative Commons, respetando su libertad para
publicarlo en otras fuentes.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario