PAPA
FRANCISCO: "GLOBALIZAR LA SOLIDARIDAD, JUSTICIA Y LA PAZ". El proceso social y político mundial en un escenario
Multipolar, - escenario de crisis estructural del sistema, guerras internas,
intervenciones militares, países atacados por el avance del llamado Estado
Islámico – y la destrucción del ser humano – la corrupción globalizada que
sacude las estructuras del sistema político mundial, así como desaparece la
sensibilidad humana para “intentar” una alternativa política ante la “mundialización de la desigualdad
económico-social”, el producto más salvaje, injusto e inhumano de la
globalización neoliberal. En estas condiciones sistémicas, el “mundo” abre las
puertas al Papa para forjar desde sus propias bases católicas un LIDERAZGO
MUNDIAL que otros mandatarios políticos – estando en coyunturas favorables –
sin embargo - no encontraron el terreno necesario, el tiempo político, para
consolidar un proceso político de Liderazgo global -.
La
coyuntura mundial juega a favor del Presidente Obama o del Presidente Chino Xi
Jinping o del Presidente Ruso Putin o del propio
Secretario General de las Naciones Unidas Ban
Ki-Moon - o de uno o varios Presidentes de los países capitalistas de
la Unión Europea, por ejemplo la Canciller alemana Ángela Merkel, contexto político donde , o ellos fueron protagonistas
principales de acontecimientos políticos, económicos o sociales que hoy
"remecen las estructuras del sistema mundo", como por ejemplo: la "globalización de la
indiferencia" o el proble ma de miles de refugiados de África en las
costas europeas y la muerte de miles en el mar mediterráneo - problema complejo
que tocó las "fibras" políticas de la Unión Europea - paralelo los
miles de migrantes ilegales que llegan a la frontera norteamericana aún "creyentes del sueño americano";
el problema de Palestina
y el reconocimiento del Estado donde el Papa -avanzó a kilómetros en
un escenario mundial, mientras los poderes facticos globales lo desconocían o
los gobiernos de los países ligados al imperio, simplemente lo ignoran o postergan - incluso avanzó más canonizó
monjas palestinas, cita cumbre con el Presidente
Palestino Mahmud Abbas, situación que generó el rechazo, cuestionamiento
del Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu.
Otro
problema político - el más destructivo y criticado por más de 60 años - la
última "herencia política" de la Guerra Fría, el bloqueo económico,
financiero y comercial hacia Cuba, política nefasta, salvaje y asesina con la
cual pretendió destruir y liquidar la histórica
Revolución Cubana. "papa calienta política”, que también lo abordó
y con éxito el Papa Francisco y con resultados positivos, ya en proceso de
"solución final" con los
encuentros políticos entre los Presidentes
Obama y Raúl Castro. Igualmente la política del Vaticano está dirigida a
rescatar del olvido a destacados miembros de la Iglesia, asesinados por los
fascistas - El Obispo Romero en
Centro América o religiosos propios de Argentina, asesinados por la dictadura
militar. Finalmente – pero seguro que no termina – es la política interna
propia para desterrar las prácticas ancestrales de corrupción – en sus
diferentes formas – incrustadas por siglos dentro de la Iglesia, en especial el
problema de cientos de jerarcas religiosos, protagonistas de miles violaciones de menores, de niños y niñas por
sacerdotes pederastas, que se
mantuvo en el abuso e impunidad, ante las denuncias permanentes, pero sin
embargo, se cerró y se protegió la corrupción, al igual que en asuntos
comerciales y financieros desde el Banco
Vaticano. He ahí como se forja y construye Liderazgo Mundial, abordando
problemas estructurales que por décadas no encontraban caminos alternativos
hacia una “solución final”, muchos de ellos muy difíciles por las propias
características del sistema capitalista y su esencia violenta, injusta, salvaje
e inhumana.
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PAPA FRANCISCO HACIENDO LÍO.
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Washington Uranga.
Página / 12 martes 19 de mayo del 2015.
Francisco
sigue “haciendo lío”, como él mismo se lo pidió a los jóvenes en su visita a
Brasil. De hecho, el papa argentino está decidido a jugar todo su prestigio y
el poder simbólico que tiene, que no se mide apenas por las 44 hectáreas
geográficas del estado Vaticano. El reconocimiento a Palestina, el encuentro de
Bergoglio el domingo último con el presidente Mahmud Abbas y la canonización de
María Baouardy (1846-1878) y Marie Ghattas (1843-1927), dos monjas palestinas
que a partir de ahora son consideradas santas por la Iglesia Católica, son
todos hechos que forman parte de la misma movida dentro del tablero estratégico
que Francisco juega con astucia y precisión política.
El Papa le dijo al
presidente palestino que “he pensado en ti como un ángel de la paz” y le
entregó un medallón con la figura del Angel de la Paz, que “destruye el
espíritu malo de la guerra”.
Francisco se ha fijado
como propósito de su pontificado hacer contribuciones significativas a la paz
mundial, sin atender a las dificultades y las circunstancias. Frente a las
consideraciones que calificaron de “fracaso” el intento de acercamiento entre
Israel y Palestina el año anterior –cuando reunió a Mahmud Abbas y a su par
israelí Shimon Peres a rezar juntos por la paz en el Vaticano–, Francisco no
detuvo su marcha hacia el objetivo trazado. Tampoco fue obstáculo la reacción
del conservadurismo judío, representada por el primer ministro de Israel,
Benjamín Netanyahu, claramente negativa a la acción de Francisco. El Estado
israelí sigue considerando a Palestina como una amenaza y se opone a todo
reconocimiento del Estado palestino.
Bergoglio actúa con los
tiempos propios de la Iglesia. “Sin prisa, pero sin pausa”, suelen decir a su
alrededor para describir la estrategia. Quienes lo conocen en Argentina saben
además que el hoy papa Francisco no es un hombre al que le interese dar
publicidad a sus acciones y movimientos antes de alcanzar los propósitos
fijados. En consecuencia, todas las iniciativas, los encuentros, los diálogos,
los movimientos diplomáticos transcurren con la mayor discreción, sin que nada
trascienda y pueda perjudicar o echar a perder las negociaciones. La Iglesia
cultiva este modo de actuar. Y Bergoglio es experto en la puesta en práctica de
este estilo de gestión.
Buen ejemplo de lo
anterior es la manera en que se manejó, desde Roma, el proceso de acercamiento
entre Estados Unidos y Cuba. El mayor sigilo, diálogos y contactos directos,
sin intermediarios, yendo a la raíz de las diferencias. Y en esto Francisco, si
bien delega en sus colaboradores, interviene de manera directa cuando él lo
cree necesario y considera que puede generar saltos cualitativos. El
reconocimiento dado ahora al Estado palestino, el encuentro con Abbas y la
canonización de las monjas palestinas puede leerse también como una señal: el
Papa no va a dejar de lado sus esfuerzos de paz entre las dos naciones, aun
cuando haya quienes se oponen. “Que nuestras santas palestinas traigan
solidaridad y convivencia fraterna”, dijo el Papa en la plaza de San Pedro
durante la ceremonia de canonización.
Netanyahu acusó el
golpe, pero prefirió no responder directamente. Eligió reafirmar que “Jerusalén
es sólo la capital del pueblo judío y de ninguna otra nación”. Y agregó, ante
las demandas de las diferentes religiones sobre la internacionalización
religiosa de la ciudad, que “la libertad de culto sólo es garantizada a todas
las religiones en la ciudad bajo el dominio israelí. Los creyentes rezan en sus
sitios sagrados, no a pesar de nuestro control, sino gracias a él”, subrayó.
Francisco está dispuesto
a seguir “haciendo lío” en el escenario internacional. Y al hacerlo –él lo
sabe– consolida también su imagen como líder global y contribuye, a su vez, a
recuperar el prestigio para la Iglesia Católica que hoy conduce. Sabe que tiene
muchos frentes abiertos, pero no está dispuesto a renunciar a ninguno de ellos.
El acercamiento a China sigue siendo uno de sus objetivos centrales. A quienes
quieran oírlo, el Papa que sorprende hoy a muchos de los que conocieron tiempo
atrás a Jorge Bergoglio, cardenal de Buenos Aires, sigue diciendo que su
propósito es “globalizar la solidaridad, la justicia y la paz”.
Como
parte de la misma estrategia, Francisco también “hace lío” en el interior de la
Iglesia. Esta semana elevará a los altares como beato al obispo salvadoreño
Oscar Romero. El mártir a quien los sectores más progresistas del catolicismo
bautizaron hace mucho San Romero de América. No pasará mucho tiempo antes de
que los argentinos vean también en los altares al obispo riojano Enrique Angelelli,
asesinado por la dictadura militar en 1976. Pero así como aparecen las
resistencias en el escenario internacional, los conservadores de la Iglesia
también trabajan hoy activamente para contrarrestar los cambios impulsados en
el sínodo 2014. Buscarán su revancha en octubre próximo, cuando vuelva a
reunirse la asamblea sinodal en Roma. Será ésa una prueba de fuego para
Francisco. Una instancia a la que seguramente no llegará sin antes realizar
algunos movimientos estratégicos que le permitan mejorar su posición relativa.
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