No más deforestación de la selva amazónica, asumiendo prácticas y
políticas de "deforestación cero". Esto significa dejar de ver la selva como una
oportunidad de negocios, e igualmente el suelo amazónico sin árboles como
oportunidad de más negocios. Basta de implantar el falso y
concentrador "progreso económico" del modelo del agro-negocio,
que ve a los bosques y los pueblos de la selva como obstáculos a su
expansión. Significa aprender a vivir atendiendo las necesidades
reales de una vida dignamente humana con iniciativas de convivencia, de
diálogo y cuidado de los bienes que la Tierra creó para todos los seres vivos. No más agresión a los ríos de este bioma de aguas, aguas
necesarias para ser Amazonía. En
lugar de las ecológica y socialmente destructoras hidroeléctricas, producir la
energía realmente necesaria para una vida dignamente humana con el uso de otras
fuentes, como el sol y los vientos. En lugar de pesca predatoria,
la defensa de los lagos-santuario, destinados a la reproducción de los
peces. La diversidad de formas de vida y la relación del agua con la vida
de la selva y con la atmósfera son características de la Amazonía. Así
es como genera el "río aéreo " sobre el bosque, un río que,
llevado por los vientos, humedece y garantiza lluvias y agua en muchas otras
regiones. En relación con el Cerrado, ella devuelve parte de las aguas
que ese bioma ofreció a ella. Pero a la región
de la Mata Atlántica del sureste brasileño, le ofrece graciosa y generosamente
lluvias que la mantienen fértil.
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AMAZONÍA: OPORTUNIDAD PARA UN PROYECTO
HUMANO DIFERENTE.
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Ivo Poletto
Ivo Poletto
ALAI AMLATINA, viernes 23 de octubre del 2015.
¿Qué se puede y debe hacer?
Quien oye las invocaciones de Pachamama, Madre
Tierra, ya sabe que no se debería repetir en la Amazonía lo que ha sido la
norma en las relaciones de los seres humanos con otros biomas. Tener
presente la paciente historia de la tierra significa darse cuenta, con alegría
y humildad, que la vida humana es un don de la naturaleza, incluso si
reconocemos la presencia del Espíritu de Dios en el proceso. Con
diferentes imágenes y mitos de origen, los pueblos se reconocen arcilla y
aliento divino (1). Su existencia en este planeta fue precedida
por un increíble proceso creativo, que se expresa en la espectacular
biodiversidad, en los mares, en los manantiales de agua dulce, en el suelo y
subsuelo, en las diferentes capas vegetales (2).
Pues bien, quien se da el tiempo y el placer de
dialogar con la tierra, escucha de ella la advertencia de que no tendrá
condiciones de garantizar un ambiente favorable para la vida si los biomas
fueren sistemáticamente modificados e incluso destruidos. Los territorios
de los biomas son diferentes fuentes de vida, aunque en condiciones muy diferenciadas.
Para dar un ejemplo, no pasa de ser una forma irresponsable y casi absurda de
ser y actuar lo que se ha hecho de los biomas de la Mata Atlántica y el
Cerrado, en Brasil. ¿Cómo puede mantenerse la Tierra en equilibrio si el
94% de la capa vegetal, y junto con ella, toda la biodiversidad existente en la
Mata Atlántica, ha sido modificada y herida? ¿Cómo puede la Tierra
mantener el Cerrado como el bioma de las aguas, del abastecimiento de los
acuíferos, si en tan sólo 30 años fue destruida más del 80% de su capa vegetal,
y por eso, las profundas raíces de los árboles y la biodiversidad típica de
este bioma fueron extirpados de este territorio?
Quien dialoga con la Tierra y con los pueblos que
conviven con ella desde hace miles de años, respeta su sabiduría y reconoce que
no se puede seguir agrediendo biomas creados por la Tierra (3). Y
quien percibe que, incluso tardíamente, las investigaciones científicas sobre
el “estado de salud" de la Tierra, confirman la sabiduría y los llamados
proféticos de los pueblos originarios exigiendo cambios en el modo de ser de
los que buscan riqueza a cualquier precio, sabe lo que debe hacer en la
Amazonía - que es el bioma sobre el cual se reflexiona en este artículo.
No más deforestación de la selva amazónica, asumiendo
prácticas y políticas de "deforestación cero". Esto significa
dejar de ver la selva como una oportunidad de negocios, e igualmente el suelo
amazónico sin árboles como oportunidad de más negocios. Basta de
implantar el falso y concentrador "progreso económico" del modelo del
agro-negocio, que ve a los bosques y los pueblos de la selva como obstáculos a
su expansión. Significa aprender a vivir atendiendo las necesidades
reales de una vida dignamente humana con iniciativas de convivencia, de diálogo
y cuidado de los bienes que la Tierra creó para todos los seres vivos.
No más agresión a los ríos de este bioma de aguas, aguas necesarias para ser Amazonía. En lugar de las ecológica y socialmente destructoras hidroeléctricas, producir la energía realmente necesaria para una vida dignamente humana con el uso de otras fuentes, como el sol y los vientos. En lugar de pesca predatoria, la defensa de los lagos-santuario, destinados a la reproducción de los peces. La diversidad de formas de vida y la relación del agua con la vida de la selva y con la atmósfera son características de la Amazonía. Así es como genera el "río aéreo " sobre el bosque, un río que, llevado por los vientos, humedece y garantiza lluvias y agua en muchas otras regiones. En relación con el Cerrado, ella devuelve parte de las aguas que ese bioma ofreció a ella. Pero a la región de la Mata Atlántica del sureste brasileño, le ofrece graciosa y generosamente lluvias que la mantienen fértil.
No más agresión a los ríos de este bioma de aguas, aguas necesarias para ser Amazonía. En lugar de las ecológica y socialmente destructoras hidroeléctricas, producir la energía realmente necesaria para una vida dignamente humana con el uso de otras fuentes, como el sol y los vientos. En lugar de pesca predatoria, la defensa de los lagos-santuario, destinados a la reproducción de los peces. La diversidad de formas de vida y la relación del agua con la vida de la selva y con la atmósfera son características de la Amazonía. Así es como genera el "río aéreo " sobre el bosque, un río que, llevado por los vientos, humedece y garantiza lluvias y agua en muchas otras regiones. En relación con el Cerrado, ella devuelve parte de las aguas que ese bioma ofreció a ella. Pero a la región de la Mata Atlántica del sureste brasileño, le ofrece graciosa y generosamente lluvias que la mantienen fértil.
Basta de agredir el seno de la tierra amazónica para
retirar de ella falsa riqueza en forma de minerales, petróleo, gas; solo hacer
algo de eso cuando realmente sea necesario para una vida humana digna, actuando
con el máximo cuidado y cariño, respetando las áreas sagradas de los pueblos y
las reservas ambientales.
Plantar árboles en las áreas deforestadas, y no con
eucaliptos o pinos, sino con árboles típicos de la Amazonía.
¿Por qué ser y actuar de esta manera?
Las noticias sobre los fenómenos meteorológicos en
todo el planeta son motivo de alarma y preocupación para todas las
personas. La propia Amazonía y sus pueblos están sintiendo que el calor
aumenta cada vez más y que las crecidas de los ríos están dejando de ser
normales. Ya sienten las consecuencias de dos grandes sequías, en 2005 y 2010,
con sufrimientos humanos y animales, pero también con la muerte de innumerables
árboles de la selva. Y esto seguido por inundaciones muy por encima de
los índices tradicionales, causando desastres socio-ambientales.
En Brasil, la crisis hídrica que afecta la vida de
millones de personas en São Paulo y en toda la región sureste está causando
preocupaciones y búsqueda de entendimiento. Pero, ¿por qué esta región
tradicionalmente húmeda y bien servida de agua, llegó a esta crisis
hídrica? En busca de respuestas, aparecen responsabilidades
diferenciadas: el desperdicio de más del 30% del agua vendida por las empresas
de tratamiento y distribución en las ciudades; el abuso del agro-negocio, que
gasta el 70% del agua dulce disponible con tecnologías de riego inadecuadas;
los privilegios de grandes empresas y el abandono y descuido de los barrios
donde viven los pobres. En otras palabras, la crisis es el resultado de
la falta de una política pública que cuide y garantice agua de calidad para
todas las personas. El agua es bien común y derecho de todas las personas
y demás seres vivos, y no mercancía.
Sin embargo, la reflexión reveló otros procesos
generadores de la crisis. La existencia del “río aéreo” formado en la
Amazonía con su selva, ríos, humedad y calor, llevó a la ilusión de que la
deforestación casi completa de la Mata Atlántica no tenía nada que ver con el
clima de la región. Pero el creciente desequilibrio ya existente en la
Amazonía está disminuyendo el río aéreo y, por lo tanto, la posibilidad de que
parte de él sea enviado al sureste brasileño para garantizar lluvias, aguas
para los embalses y humedad. Es ahora que se revela el peso de la falta
de la Mata Atlántica, que un estudioso definió un "ahorro" (4):
cuando disminuye el ingreso, la vida se mantiene con los ahorros; en el caso
del agua, la falta de "ahorros" adquiere ahora la forma de crisis y
amenaza de tragedia.
Hablando francamente, las variadas crisis y amenazas
a la vida provocadas por el cambio climático exigen que no se repita en la
Amazonía lo que se hizo con la Mata Atlántica y el Cerrado, en Brasil, y en
otros biomas en todo el planeta. Es ahora cuando nos damos cuenta de que
el equilibrio hídrico y, en parte, el equilibrio del carbono, absolutamente
indispensable para la vida, dependen de la existencia de bosques extensos y
ricos en biodiversidad - como los que la Tierra creó y ofreció como parte
esencial del ambiente necesario para la vida.
Necesidad de abordar otros desequilibrios.
Un significativo consenso científico reconoce que la
destrucción de los bosques y la agresión general a los biomas no fueron
causadas por el aumento de la cantidad de personas en el planeta. Es
claro que eso cuenta, pero la causa profunda radica en la forma en la que el
propio aumento de la población fue enmarcada por los intereses de quienes se
apropiaron de la producción y distribución de los bienes necesarios para la
vida de las personas amontonadas en las ciudades: una oportunidad para aumentar
la explotación del trabajo, ahora asalariado, rebajado por la existencia de una
creciente reserva de trabajadores, cada vez más sobrantes, y para aumentar la
venta de mercancías, una vez que las personas perdieron contacto con la tierra
y, por lo tanto, disminuyeron su autonomía.
Con el avance del proceso capitalista, todo se va transformando en propiedad privada y en mercancía, incluso las instituciones estatales, subordinadas y al servicio del crecimiento económico sin fin comandado por empresas cada vez más grandes y más poderosas. Y recientemente, por empresas de especulación financiera, ya que tan sólo 28 grandes bancos transnacionales controlan la moneda en el planeta (5).
Con el avance del proceso capitalista, todo se va transformando en propiedad privada y en mercancía, incluso las instituciones estatales, subordinadas y al servicio del crecimiento económico sin fin comandado por empresas cada vez más grandes y más poderosas. Y recientemente, por empresas de especulación financiera, ya que tan sólo 28 grandes bancos transnacionales controlan la moneda en el planeta (5).
Para un crecimiento económico sin fin y con
velocidad cada vez mayor, se necesitaría un planeta infinito. Pero es
finito, y es debido a esto que la dominación y la imposición de esta forma de
pensar la producción, las ventas y la vida, comandada por la especulación, no
sólo condujeron a la apropiación privada del conocimiento y tecnologías, sino
también los frutos de su aplicación. El descubrimiento y el uso de
fuentes de energía fósiles cada vez más intensivos es una de las mayores
expresiones de este proceso de dominación y explotación de las fuerzas y bienes
de la Tierra para concentrar la riqueza y poder para explotar a los propios seres
humanos.
Sumado todo, llegamos a lo que provocó la emisión de cantidades absurdas de dióxido de carbono equivalente en la atmósfera y, consecuentemente, al progresivo calentamiento del planeta, además porque, en el mismo proceso, se registra la destrucción de bosques, la afección del equilibrio de los océanos, la extracción de inmensas cantidades de minerales, la invención de motores movidos por combustibles fósiles, el aumento de la cantidad de ganado, la imposición de la agricultura química y llena de venenos del agro-negocio, los agro-combustibles, etc.
Sumado todo, llegamos a lo que provocó la emisión de cantidades absurdas de dióxido de carbono equivalente en la atmósfera y, consecuentemente, al progresivo calentamiento del planeta, además porque, en el mismo proceso, se registra la destrucción de bosques, la afección del equilibrio de los océanos, la extracción de inmensas cantidades de minerales, la invención de motores movidos por combustibles fósiles, el aumento de la cantidad de ganado, la imposición de la agricultura química y llena de venenos del agro-negocio, los agro-combustibles, etc.
La urgencia de un cambio profundo.
La meta mundial, vía la ONU, es evitar que la
temperatura aumente más de 2ºC. Esto requiere cambios en las estructuras
del sistema económico y político mundial, pero sería ilusorio pensar que estos
cambios los realizarán quienes, con poder económico, dominan la política.
Lo máximo que harán será buscar nuevos negocios a partir de la crisis ecológica
y social, que es una sola y tiene las mismas causas, insiste el Papa Francisco
en Laudato Si`. Y uno de esos negocios, presentado como
"economía verde" - capitalista, de las grandes empresas - son los
denominados "créditos de carbono" y "pago por servicios
ambientales". Son falsas soluciones, señuelos. Su objetivo es
subordinar lo que queda de los bienes comunes a su criterio de valor: definir
el precio del carbono retenido en los árboles, definir el precio de cada
"servicio" que los bienes de la naturaleza proporcionan al ambiente,
colocando los territorios que todavía existen bajo su guardia a través de
títulos de deuda. Una vez consolidados esos títulos, podrán generar
ganancias especulativas, con "valores" pagados por empresas que
continuarán contaminando y emitiendo gases de efecto invernadero.
Por eso, junto con las luchas ciudadanas en favor de los cambios estructurales, que deben ser definidos e implementados por la COP21, y como fundamentos y mística de estas luchas, es urgente trabajar para un proceso de educación popular que motive a las personas, comunidades, pueblos a asumir con coraje la "conversión ecológica", sugerida por el Papa Francisco. Se trata de un cambio interior, una liberación del estándar de vida centrado en el consumismo, una nueva manera de percibirse y de ser con la Tierra, donde están, estrechamente vinculados entre sí, los seres humanos, los demás seres vivos, el agua, el suelo y subsuelo y la atmósfera. Asumir la visión de "la ecología integral", luchando por la superación, al mismo tiempo, de la crisis climática y la crisis social, construyendo sociedades verdaderamente humanas, con relaciones de cooperación entre las personas, comunidades y pueblos, y las relaciones armónicas con la Tierra. Es así que los pueblos indígenas proponen el enfrentamiento de la crisis de paradigma del mundo actual: buscando el Buen Vivir.
Por eso, junto con las luchas ciudadanas en favor de los cambios estructurales, que deben ser definidos e implementados por la COP21, y como fundamentos y mística de estas luchas, es urgente trabajar para un proceso de educación popular que motive a las personas, comunidades, pueblos a asumir con coraje la "conversión ecológica", sugerida por el Papa Francisco. Se trata de un cambio interior, una liberación del estándar de vida centrado en el consumismo, una nueva manera de percibirse y de ser con la Tierra, donde están, estrechamente vinculados entre sí, los seres humanos, los demás seres vivos, el agua, el suelo y subsuelo y la atmósfera. Asumir la visión de "la ecología integral", luchando por la superación, al mismo tiempo, de la crisis climática y la crisis social, construyendo sociedades verdaderamente humanas, con relaciones de cooperación entre las personas, comunidades y pueblos, y las relaciones armónicas con la Tierra. Es así que los pueblos indígenas proponen el enfrentamiento de la crisis de paradigma del mundo actual: buscando el Buen Vivir.
Y es en esta perspectiva que, desde hace años, se
llevan a cabo muchas iniciativas de organización y articulación de los pueblos
amazónicos, especialmente el Foro Social Pan-amazónico, la Articulación
por la Convivencia con la Amazonía (ARCA), en Brasil, y la Red Eclesial
Pan-Amazónica (REPAM). Nos queda esperar que estos esfuerzos movilicen a los pueblos de la Pan-Amazonía en favor de un proyecto de
vida amazónica y convivencia con el bioma. (Traducción ALAI).
*****
Notas:
[1] Ver, por ejemplo, Libro
del Génesis 2,7
[2] Esos largos tiempos del proceso son descritos en la
Biblia como “días”, puesto que, en el séptimo, también Dios descansó.
[3] Los cinco informes del IPCC confirman, con
seguridad cada vez más fuerte, que el calentamiento constatado de forma
permanente desde la revolución industrial es provocado por acciones humanas, y,
por tanto, el cambio climático que afecta de modo especial a los más pobres
también tiene causas humanas.
[4] Ver O futuro climático da Amazônia – Relatório de
investigação científica. Antônio Donato Nobre (investigador del INPE).
Publicação da ARA, Articulação Regional Amazônica, em 2014.
[5] Ver François Morin. L´Hydre Mondiale. L´Ologopole
Bancaire. Ed. Lux, 2015. Citado en el portal OUTRAS PALAVRAS, reproducido en el
blog www.facebook.com/ivopoletto
el 23/09/2015.
- Ivo Poletto,
filósofo, teólogo, científico social y educador popular. Participó en la
Comissão Pastoral da Terra, Cáritas Brasileira, Pastorais Sociais.
Actualmente, es asesor nacional del Fórum Mudanças Climáticas e Justiça Social
y miembro de la Red Eclesial Pan-Amazónica -REPAM.
* Artículo parte de la edición 508 (octubre 2015) de la revista América Latina en Movimiento de ALAI que, bajo el título “Cambio climático y Amazonia”, aborda el cambio climático desde la realidad amazónica, principalmente con aportes de integrantes de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM).
* Artículo parte de la edición 508 (octubre 2015) de la revista América Latina en Movimiento de ALAI que, bajo el título “Cambio climático y Amazonia”, aborda el cambio climático desde la realidad amazónica, principalmente con aportes de integrantes de la Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM).
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