La reciente creación del Banco Asiático de Inversión en
Infraestructura (BAII), al cual
ya se han adherido unos 57 países (entre ellos los BRICS, además Alemania,
Reino Unido, Francia, Italia, Australia, España, Corea del Sur, Israel),
también molesta. La nueva diplomacia financiera china incomoda
sobremanera al FMI. El Consenso de Beijing, como muchos lo
denominan, actúa como contrapeso al Consenso de Washington. El FMI
no está solo en este mundo. Lo saben y por ello reaccionan contra los BRICS
y contra todo aquel país que no se atenga a su mandato. Así intentan
construir un sentido común global, en lo económico, de qué todo es culpa de
los BRICS, todo es culpa de los países emergentes. De esta manera, el
FMI, con Estados Unidos a la cabeza, intenta a la desesperada una
restauración conservadora a nivel mundial, para que todo vuelva a la hegemonía
de antes, a la del siglo XX, aunque a veces se
olvida que estamos ya en el siglo XXI.
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LA GUERRA CONTRA LOS BRICS.
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Alfredo Serrano Mancilla
ALAI. Jueves 8 de octubre del 2015.
ALAI AMLATINA, 08/10/2015.- La guerra contra los BRICS continúa. El
país hegemón, Estados Unidos, junto a sus satélites centrales, persiste en el
intento de explicar el actual enfriamiento de la economía mundial por culpa de
los países emergentes. Esto no va a parar. El FMI aprovecha su
informe anual de previsiones de crecimiento económico para situar el foco
afuera del epicentro capitalista. Y lo hace como sabe: abusando de su
posición dominante para proyectar un panorama preocupante para China, Rusia,
Brasil, India y Sudáfrica. De esta forma, se pretende desviar la atención
de los verdaderos problemas estructurales del sistema capitalista
mundial. Se obvia discutir acerca de subordinación de la economía real
frente a la financiarización neoliberal.
¿Qué dice el FMI como garante de
un sistema económico que permite que el 90% de los movimientos de capitales
sean no productivos? ¿Cuál es la política económica del FMI para un
sector financiero que es 18,1 veces superior a la economía real? ¿Por qué
no prohíbe la existencia de fondos buitres que atentan y desestabilizan las
economías de muchos países? ¿Por qué no dedica sus informes a exigir el
cumplimiento de normas concretas para acabar con la conexión privilegiada entre
transnacionales y paraísos fiscales? No. El FMI prefiere no aclarar
nada acerca de la evasión de 11,5 billones de dólares que casi nadie sabe dónde
está. Todo lo contrario: el FMI apunta a todos aquellos países que no les
obedece solo con el ánimo de salvar “su sistema” que no es ni por asomo
beneficioso para la mayoría social.
En esta ofensiva en contra de los BRICS, vale todo; incluido tergiversar las cifras de crecimiento económico para aparentar un estancamiento relativo de las economías emergentes en comparación con las potencias tradicionales. Pero la letra pequeña no engaña. Los datos hablan por sí mismo y es absolutamente incierto que los países emergentes sean los que menos crecen ni siquiera los responsables actuales de la contracción económica mundial. El mismo FMI estima que el PIB de este grupo de países crecerá al 4% mientras que los denominados países avanzados lo harán al 2%. Es más, si comparamos China con Alemania o Japón, el resultado es aún más esclarecedor: el Fondo estima que el PIB chino crecerá el 6,8% en este año 2015 mientras Alemania lo hará en 1,5% y Japón, 0,6%.
En esta ofensiva en contra de los BRICS, vale todo; incluido tergiversar las cifras de crecimiento económico para aparentar un estancamiento relativo de las economías emergentes en comparación con las potencias tradicionales. Pero la letra pequeña no engaña. Los datos hablan por sí mismo y es absolutamente incierto que los países emergentes sean los que menos crecen ni siquiera los responsables actuales de la contracción económica mundial. El mismo FMI estima que el PIB de este grupo de países crecerá al 4% mientras que los denominados países avanzados lo harán al 2%. Es más, si comparamos China con Alemania o Japón, el resultado es aún más esclarecedor: el Fondo estima que el PIB chino crecerá el 6,8% en este año 2015 mientras Alemania lo hará en 1,5% y Japón, 0,6%.
Las cuentas no salen a pesar que el FMI se esfuerce
en repetir insistentemente el mismo titular: “el frenazo de los emergentes
enfría el crecimiento mundial” (El País, 6 Octubre 2015); “los emergentes
amenazan con arrastrar al mundo a una nueva recesión” (Financial Times, 7
Septiembre 2015). Este acecho contra los BRICS no es casual.
Estados Unidos procura ganar la batalla de las expectativas con la intención de
frenar la actual transición geoeconómica (hacia el mundo multipolar). La
Reserva Federal desde hace meses viene anunciando una subida de interés que
nunca se produce. El objetivo es crear expectativas a nivel global para
que los capitales que se fueron hace una década, ahora vuelvan a casa por
navidad. Ni al FMI ni a Estados Unidos les gusta en absoluto que los
BRICS sigan consolidando un espacio geoeconómico tan amplio, tan sólido, y tan
ramificado por el mundo.
La reciente creación del Banco Asiático de
Inversión en Infraestructura (BAII), al cual ya se han adherido unos 57 países
(entre ellos los BRICS, además Alemania, Reino Unido, Francia, Italia,
Australia, España, Corea del Sur, Israel), también molesta. La nueva diplomacia
financiera china incomoda sobremanera al FMI. El Consenso de Beijing,
como muchos lo denominan, actúa como contrapeso al Consenso de
Washington. El FMI no está solo en este mundo. Lo saben y por ello
reaccionan contra los BRICS y contra todo aquel país que no se atenga a su
mandato. Así intentan construir un sentido común global, en lo económico,
de qué todo es culpa de los BRICS, todo es culpa de los países
emergentes. De esta manera, el FMI, con Estados Unidos a la cabeza,
intenta a la desesperada una restauración conservadora a nivel mundial, para
que todo vuelva a la hegemonía de antes, a la del siglo XX, aunque a veces se
olvida que estamos ya en el siglo XXI.
Hoy más que nunca la disputa geopolítica se traslada
al terreno de lo geoeconómico. Aunque también podría decirse al revés,
tal como así lo manifestó la propia Presidenta
argentina Cristina: “¡no es la economía, es la geopolítica, estúpido!”.
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Alfredo Serrano Mancilla es Director de CELAG,
Doctor en Economía,
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