“La energía es el hilo de oro que une el crecimiento económico, el
aumento de la equidad social y un medio ambiente que permita que el mundo
prospere. Claro que el crecimiento debe ser traducido en
desarrollo. Desarrollo que significa implementar un modelo de acumulación
de capital, tecnología, conocimiento, capacitación de los recursos humanos,
mejoramiento de los procesos de desarrollo de gestión, articulación
público-privada. Ese es justamente el modelo que impulsa un Estado Nacional: un paradigma basado en
el concepto de desarrollo y transformación, en un tipo de cambio competitivo, en superávit gemelos, en un
aliento a la demanda agregada, al consumo, a la inversión y a las exportaciones;
en preservar al mercado interno de
la competencia desleal y en una revalorización del rol del Estado en la
inversión pública productiva y social, con una participación fuerte en la
articulación público-privada.
Está cada vez más generalizado el consenso de la necesidad de un
Estado presente. Estuvo presente en Estados Unidos, en Alemania, en Corea del
Sur. Un Estado presente vuelve a
ser hoy un mandato, quizás aprendido un poco a los golpes en los países
desarrollados, y aprendido por nosotros en base a historias que nos costaron
mucho. Un Estado presente que
articule acciones con el sector privado para favorecer el proceso de desarrollo
económico. Y para eso debemos mejorar la
competitividad y la productividad, y la clave es la inversión. Una materia pendiente era tener un financiamiento
competitivo y hoy lo estamos alcanzando.
El crecimiento económico es el ritmo al que se incrementa la
producción de bienes y servicios de una economía, y
por tanto su renta, durante un periodo determinado. Este periodo puede ser muy
corto (un trimestre o un año); pero la teoría
del crecimiento económico se ocupa principalmente de analizar los factores
que influyen en el ritmo al que crece una economía por término medio
durante periodos más largos. De esta forma el énfasis se pone más en la expansión de la capacidad productiva de
un país que en sus
fluctuaciones a corto plazo, de las que se ocupa la teoría del ciclo económico”.
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La
energía es el hilo de oro que une el crecimiento económico, el aumento de la
equidad social y un medio ambiente que permita que el mundo prospere.
Claro que el crecimiento debe ser
traducido en desarrollo.
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¿PUEDE SER SOSTENIBLE EL CRECIMIENTO
ECONÓMICO CONTINUO O ES SIMPLEMENTE UNA ILUSIÓN?.
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Ann Pettifor.
Sin Permiso.
Domingo 4 de octubre del 2015.
Tendemos a asumir que nuestros sueldos o salarios
deben aumentar en términos reales, y que eso ocurrirá siempre. Que el nivel de
vida seguirá esta misma trayectoria. Que el precio de la vivienda no caerá. Que
se puede confiar en que el precio de los cuadros de Picasso o los anillos de
rubí continuarán "rompiendo récords". Y que la economía va a
"crecer" exponencialmente con el paso del tiempo. En efecto, la idea
de "crecimiento económico" está interiorizada en la forma en que
pensamos y medimos la economía.
Es algo delirante, aunque sólo sea en términos lingüísticos. El "crecimiento" tiene su origen en la naturaleza. Las plantas se siembran, los animales nacen, crecen, maduran y luego mueren. Y aunque los seres humanos en su mayoría viven negando la realidad, nuestras vidas siguen la misma trayectoria.
La muerte es tan inevitable como los impuestos.
Es algo delirante, aunque sólo sea en términos lingüísticos. El "crecimiento" tiene su origen en la naturaleza. Las plantas se siembran, los animales nacen, crecen, maduran y luego mueren. Y aunque los seres humanos en su mayoría viven negando la realidad, nuestras vidas siguen la misma trayectoria.
La muerte es tan inevitable como los impuestos.
Sabemos, en nuestro fuero interno, que existen
límites. Que los mercados y las empresas crecen, maduran y luego mueren - o
colapsan. Pensemos en el mercado de hipotecas de alto riesgo, en la obligación
de deuda garantizada, en la permuta de incumplimiento crediticio, o incluso en
los deshollinadores. Pensemos en empresas como Woolworths, HMV, PanAm, Arthur
Andersen o Enron.
Todas ellas han desaparecido.
Hay límites. No sólo en la vida de las empresas, de
los mercados y en las vidas de las personas, sino sobre todo en nuestro
ecosistema y en el planeta.
¿Entonces por qué cuando aplicamos esta palabra a la economía asumimos que el "crecimiento" es ilimitado?
¿Entonces por qué cuando aplicamos esta palabra a la economía asumimos que el "crecimiento" es ilimitado?
De hecho esta ilusión es reciente. Antes de los
economistas de la década de los sesenta, especialmente Keynes hablaba sobre la
economía en términos de "niveles" de actividad. Estaba preocupado por
el nivel de producción, el nivel de empleo y el nivel de precios. ¿Era una
nivel demasiado elevado, y por lo tanto inflacionario? ¿O era un nivel demasiado
bajo, con amenaza de recesión? ¿O era simplemente el correcto, sostenible?
En 1961, la
OCDE, alentada por los economistas "clásicos" como Samuel Brittan y
desalentada por lo que eran - en comparación con los estándares actuales - unos
niveles altos y sostenibles de actividad económica, propusieron un cambio
rápido de la economía. En ese momento, Gran Bretaña se encontraba en la feliz
situación de poder proporcionar pleno empleo a su gente. Los comentarios de
1957 de Macmillan que señalaban que los británicos "nunca había estado tan
bien" aún eran ciertos.
Fue en este punto en el que la OCDE, el gobierno británico (la Corporación Nacional de Desarrollo
Económico) y Samuel Brittan defendieron un nuevo objetivo insostenible y
delirante para lograr algo que definían como "crecimiento" - una tasa
como una función constante - que resultó ser del 50% para el Reino Unido
durante la década.
Sam Brittan se llamaba
a sí mismo con orgullo "el hombre del crecimiento" y, al mismo tiempo
que promocionó este objetivo insostenible e inflacionario, también impulsó
políticas de liberalización financiera.
Estas políticas condujeron a una serie de auges del
crédito, considerados como 'booms infinitos' por parte de, por ejemplo, los
gestores de hipotecas de alto riesgo o de las obligaciones de deuda
garantizadas en Wall Street y en la ciudad de Londres.
Pero también hay límites para los auges de crédito.
De hecho los auges de crédito son los mejores predictores de las crisis
financieras.
Así que de la misma forma que la noche sigue al
día, la liberalización de las finanzas ha venido seguida por una serie de
crisis bancarias. Estas estallaron en los países avanzados y emergentes en la
década de 1970. La crisis de la deuda latinoamericana lanzó otra serie de
crisis de la deuda soberana en 1982. Gracias a la desregulación financiera de
la industria americana 'de segunda mano', la crisis de ahorros y préstamos de
la década de 1980 fue seguida por la crisis del mercado de valores de 1987; la
crisis de los bonos basura de 1989; la crisis del Tequila de 1994; la crisis
asiática de 1997-1998; la burbuja punto. com de 1999-2000 y, por último, la
crisis financiera mundial de 2007-2009.
Pero mientras que los mercados, los bancos, las
empresas y millones de personas "se estrellaron y se quemaron", las
teorías y las políticas detrás del crecimiento económico ilimitado siguieron
intactas. Permanecen intactos hasta nuestros días.
No solo eso. El último boom del crédito se ha
expandido masivamente y es más grande incluso que el que precedió a la crisis
de 2007-2009. Según el último informe de McKinsey:
"Siete años después del estallido de la
burbuja crediticia mundial que dio lugar a la peor crisis financiera desde la
Gran Depresión, la deuda sigue creciendo. De hecho, en lugar de reducir el
endeudamiento, o apalancamiento, todas las grandes economías hoy en día tienen
un mayor nivel de endeudamiento en relación al PIB que el que tenían en 2007.
La deuda global en estos años ha crecido en 57 billones de dólares, elevando la
ratio de deuda sobre el PIB en 17 puntos porcentuales".
La deuda total de China ha alcanzado el 282 por
ciento del PIB, según McKinsey, y el ritmo de expansión del crédito de China
preocupa a los bancos centrales, ya que plantea nuevos riesgos para la estabilidad
financiera global.
A pesar de que China tiene una enorme capacidad y
potencial, también se enfrenta a límites. La pregunta es: ¿cuándo va a alcanzar
la frontera de esos límites?
Hubo un tiempo en que esa era la pregunta de los 64
dólares. Luego se convirtió en la pregunta de los 64 millones de dólares. Ahora
es la pregunta de los 64 billones de dólares.
Porque mientras que existen límites claros para el
crecimiento de la economía real, parece que hay un aumento infinito en el
crecimiento del crédito.
¿O no? -
¿O no? -
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