viernes, 16 de octubre de 2015

LA FAO: UN PLAN NO CREA DEPENDENCIA. Para ellos (FAO) los Programas Sociales reducen la pobreza alimentaria.

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LAS POLÍTICAS SOCIALES. SU CARACTERE TRANSITORIO, COYUNTURAL. O POLÍTICAS PERMANENTES.

Algunas consideraciones, opiniones y definiciones en relación a las Políticas Sociales – Políticas de gobierno – que por lo general deben ser coyunturales, transitorias – pero como Programas Sociales de Gobierno, y su continuidad y muchas veces éxitos relativos, pasan a ser parte de las políticas Sociales permanentes con la finalidad de disminuir, - luchar contra la pobreza y extrema pobreza – fortaleciendo la participación del Estado. Otras veces cuando realmente son transitorias – su tiempo de duración es un gobierno y “fin del final” -. En los últimos tiempos existen Políticas Sociales, exitosas,(Brasil, Argentina, Chile, que sacaron de la pobreza a millones de ciudadanos). Veamos ahora un conjunto de definiciones.
· Conjunto de medidas destinadas a elevar el nivel de vida de la gran mayoría de la población, mediante la distribución equitativa de los beneficios sociales actuales y futuros del desarrollo económico. (Saavedra, 1968)

· La política social usa el poder político para remplazar, completar o modificar operaciones del sistema económico, con el fin de alcanzar resultados que el sistema económico no lograría por sí mismo, y al hacer esto, lo hace orientado por valores distintos a los de las fuerzas del libre mercado. (Marshall, 1975)
· Es la aplicación de medios políticos, generalmente medios estatales de poder, con miras a la consecución de unas metas sociales. Entre estas metas sociales se cuentan la elevación del nivel de vida, la garantía de un salario suficiente en caso de enfermedad, de invalidez y vejez, y la redistribución del producto social en favor de los grupos económicamente más débiles. (Schoeck, 1981)
· Acciones y normas que tienen que ver con el bienestar de los individuos y grupos , los niveles de vida, las oportunidades de desarrollo individual y colectivo, etc. también podría incluir aspectos que se refieren a la estructura de la sociedad.(Salazar y Valdrini, 1988)
· Conjunto de planes y aplicación de medidas realizadas por el estado y otros organismos de eficiencia pública, que contribuyen a la eliminación o alivio de los antagonismos sociales e impulsan, el bienestar material y moral de la sociedad, colectivamente considerada, y prioritariamente el de los sectores de menos recursos, con el propósito adicional de fomentar el mejoramiento del nivel de vida y las aspiraciones laudales de todos, dentro de lineamientos conjuntos o de gran amplitud. (Cabarellas, 1989)

· Conjunto de medidas que el estado pone en práctica con el fin de estructurar la sociedad en forma más justa, mediante la creación y desarrollo de servicios sociales no inmediatamente rentables (educación, salud, vivienda, seguridad social, atención a grupos especiales, etc.) y también a través de disposiciones que tienden a aliviar o mejorar la situación social de los económicamente débiles y jurídicamente desprotegidos. El alcance de la expresión, en cuanto al contenido y práctica, está estrechamente relacionado a los conceptos de Bienestar Social, Desarrollo Social y últimamente la política social se vincula también a todo lo concerniente con la calidad de vida. (Ander Egg, 1990)

· Programación y la acción para el desarrollo y perfeccionamiento de las relaciones sociales que constituyen procesos sociales, incluyendo las condiciones que le sirven de base, mediante la elaboración y ejecución de planes, proyectos, métodos, medidas y otros mecanismos al respecto, con el objetivo de mantener y fortalecer los intereses y el modo de producción dominante. La Política Social constituye un principio, una estrategia formulada para la atención al hombre –protagonista y gestor de procesos sociales-, estrategia que, en armonía con su táctica, está orientada, por una parte, hacia las contradicciones con el fin de atenuar, disminuir o eliminar diferencias sociales, y por otra, para promover medidas de bienestar social. (Barreras y García, 1994)

· Sistema de principios y de orientación de acciones interdependentes, que influye en la calidad de vida o en el nivel de bienestar de los miembros de una sociedad, y determina la naturaleza de las relaciones intrasociales de los individuos, las entidades sociales y la sociedad en su conjunto. Comprende los fines y los objetivos de la acción social, las leyes, los programas y las acciones evaluables del gobierno, tomadas por una serie de consideraciones políticas para responder a un cierto número de carencias mediante mecanismos de redistribución progresiva de los ricos a los pobres, según las necesidades (Carey Bélanger, 1996)

· Conjunto de reglas mediante las cuales se determinan los niveles y las modalidades de la reproducción de la fuerza de trabajo. (Garavito, 1996)

· Articulación direccionada del conjunto total de procesos administrativos públicos, tendientes a modificar positivamente las posibilidades de integración social. (Gurza, 1996)

· El concepto de política social abarca un conjunto de leyes, instituciones y acciones en torno a la visión y metas que gobierno y población se han fijado respecto al bienestar social buscado, manifiesta una determinada modalidad y contenidos de relación entre el Estado y la población. (Herrasti, 1998)

· Conjunto de intervenciones públicas (estatales) en las relaciones del mercado; que se realiza para encarar situaciones consideradas injustas o inconvenientes de acuerdo con los criterios valorativos predominantes en la sociedad, y/o para promover el mejoramiento de la calidad de vida de determinados actores a quienes se considera discriminados por el libre desenvolvimiento de las fuerzas del mercado, y que se aplica en situaciones consideradas como incidiendo negativamente en la capacidad de reproducción de segmentos determinados de la población o que resultan disfuncionales al proceso de acumulación. (Vilas, 1998)

· Es la intervención en la realidad, mediante acciones planificadas que asignan recursos escasos para aumentar el bienestar de la población en su conjunto, lo que en general se logra -ante todo- disminuyendo los sectores que viven en situación de pobreza (Franco, 1998)

· Es la parte integrante del conjunto de las políticas públicas, pero que contrario a lo que se dice, no sólo son para combatir la pobreza, sino que van encaminadas a mantener la estructura social fundamental; aquella que mantiene el equilibrio social, es decir, la que proporciona condiciones de gobernabilidad en el sistema. (Martínez, 1999).


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Niños desplazados reciben alimentos de ONG en Goma, República Central del Congo.
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LA FAO: UN PLAN NO CREA DEPENDENCIA.
Para ellos (FAO) los Programas Sociales reducen la pobreza alimentaria.
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Según el informe anual del organismo de la ONU especializado en alimentación, los programas de protección social mejoran la nutrición, la salud y la educación, no reducen el esfuerzo laboral y tampoco fomentan la dependencia.

Elena Llorente

Desde Roma Página /12 viernes 16 de octubre del 2015.

La FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, con sede en Roma, celebra hoy el Día Mundial de la Alimentación, una ocasión cada año para hacer un balance sobre el estado nutricional de la población mundial. Para eso la FAO presenta anualmente el “Informe mundial sobre el estado de la agricultura y la alimentación” que este año se centró sobre todo en los efectos de la “protección social” –las ayudas provistas por el Estado como las asignaciones familiares– sobre la pobreza y la malnutrición. Entre sus conclusiones destacó que “los programas de protección social reducen la pobreza alimentaria”, que esos programas si están dirigidos hacia las mujeres “tienen mayores efectos en la seguridad alimentaria y la nutrición”, que “la protección social mejora la nutrición, la salud y la educación”, que “no reduce el esfuerzo laboral” y tampoco fomenta “la dependencia”. En una entrevista con Página/12, Benjamin Davis, economista, vicedirector de la División de Economía del Desarrollo Agrícola y líder del programa PtoP (De la protección a la producción) de la FAO –uno de los departamentos que más trabajaron en el Informe de este año– abordó todos estos temas.

–Señor Davis, ¿qué entiende la FAO por protección social?

–No hay una definición única pero hablando ampliamente podemos decir que es un conjunto de intervenciones del Estado cuyo objetivo es reducir el riesgo y la vulnerabilidad social y económica, la pobreza extrema y el hambre. Hay tres tipos de programas de protección social: la asistencia social, que supone transferencias –en dinero efectivo o en bienes– sin que el beneficiario tenga que hacer ninguna contribución. Este es el programa más común en América latina, como el llamado “Bolsa familia” en Brasil. El segundo tipo es el seguro social, es decir especie de pensiones para grupos específicos de trabajadores donde esas personas contribuyen con una parte y el Estado con otra. El tercero está referido al mercado laboral, y son por ejemplo las ayudas para los desempleados o para mejorar la preparación de los trabajadores.

–¿Por qué esta protección social es fundamental para la seguridad alimentaria y la nutrición en las familias?

–Cuando se reciben transferencias de dinero las personas inmediatamente pueden comprar comida e incluso mejorar la calidad de los alimentos que consumen. Asimismo esas transferencias ayudan a minimizar el nivel de pobreza. Muchos de los beneficiarios viven en las zonas rurales o trabajan por cuenta propia, y a menudo no tienen acceso al crédito. Por eso la gente puede invertir también parte de ese dinero en la propia actividad económica, sea agrícola o de pequeña empresa. La protección social tiene como objetivo aumentar el consumo de alimentos pero también mejorar el acceso a la educación y a la salud.

–¿Por qué los planes de protección social son particularmente eficaces cuando están dirigidos a las mujeres?

–En América latina en general, las mujeres tienen más responsabilidades sobre lo que es el cuidado de los niños, la preparación de la comida, la educación, etc. Ha habido muchos estudios que han demostrado que cuando una transferencia de dinero llega a las manos de una mujer, ella piensa más en la salud, la comida, la educación. También puede aumentar su propia capacidad económica y su capacidad de decisión en la familia. Por eso, particularmente en América latina, se tiende a focalizar los programas en las mujeres.

–En algunos países de América latina los programas de protección social, como las asignaciones familiares en Argentina, han sido acusados de favorecer la pereza. Pero el informe de FAO subraya que la protección social no reduce el esfuerzo laboral y refuerza los medios de vida en lugar de fomentar la dependencia. ¿Podría explicar mejor los alcances de esta afirmación?

–Esa acusación es un mito. Decir que los programas de protección social fomentan la dependencia y bajan el esfuerzo laboral no es verdad. Lo que nosotros hemos visto, basado en las evidencias que surgen de nuestras investigaciones, es que el impacto es al contrario. Ese impacto cambia según los continentes. En África las familias, además de usar la transferencia de dinero para la comida, como son pequeños productores lo invierten también en sus actividades productivas. Por lo cual producen más, no menos. Lo que sí se produce es una mayor flexibilidad en el tipo de actividades laborales que desarrollan. Por ejemplo, tienden a reducir su participación en el trabajo temporario agrícola (recolección de verduras o frutas por ejemplo, ndr), que son actividades que la gente hace sólo cuando necesita. En vez de eso prefieren trabajar más en su propia parcela o actividad. De hecho hay un cambio en la actividad laboral pero no una reducción del esfuerzo.

–¿Y en América latina?

–En América latina es un poco diferente, aunque en las zonas agrícolas donde hay pequeños productores se da este mismo fenómeno. No hay una reducción laboral sino que la gente se concentra en la propia actividad y no en ir a trabajar para otros. Un tema que no está en el informe de FAO pero es un punto de investigación en América latina es si esos programas generan o fomentan el trabajo informal (en negro o no regularizado, ndr). Dadas las reglas de esos programas, si tienes un trabajo formal pierdes la posibilidad de seguir recibiendo las ayudas. Entonces ocurre que la gente tiende a mantenerse en el mercado informal para no perder esa asistencia. Este tema se está estudiando pero en general no se ve que exista un impacto negativo.

Davis nombró un estudio realizado por dos expertos del Cedlas –Centro de Estudios distributivos laborales y sociales– de la Universidad de La Plata, que analizaron los efectos del programa de Asignación Universal por Hijo sobre el mercado laboral. El estudio destacó que ese programa tiene “un innegablemente positivo impacto social” aunque podría tener “algunos efectos no queridos sobre el mercado laboral” que podrían corregirse con ciertos ajustes al programa.

–Las afirmaciones del Informe parecen provenir del análisis a nivel agrícola, pero dado que el hambre y la malnutrición no son sólo un problema de las familias que viven en el campo, ¿esas conclusiones se aplican a los programas de protección social puestos en práctica en las ciudades?

–El enfoque del Informe de FAO se centró sobre protección social y agricultura. Pero obviamente muchos de esos programas también están implementados en zonas urbanas como por ejemplo en Brasil, México o Argentina. Los impactos de programas de esta naturaleza sobre la nutrición siguen siendo válidos, lo mismo que sobre el consumo de alimentos y su diversidad. En cuanto al impacto a nivel de la nutrición, se ha demostrado que estos programas son aún más eficaces en las zonas urbanas El impacto sobre salud y educación a veces hasta son más fuertes que en las zonas agrícolas porque en las ciudades se tiene más fácil acceso a un sistema escolar y al sistema sanitario.

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