Muchas personas sospechan que las máquinas
tragamonedas y otras opciones para realizar apuestas en Las Vegas son
manipuladas. La misma crítica se ha hecho
a los debates presidenciales. Los dos principales partidos conformaron una
compañía privada en el año 1987, la
Comisión de Debates Presidenciales, para quitarle el control de los debates
a la organización independiente Liga de
Mujeres Votantes. Dadas las reglas que establece esta compañía, los demás
partidos prácticamente no tienen oportunidad de participar de los debates
realizados en el marco de las elecciones generales. La Comisión de Debates Presidenciales está dirigida por un
demócrata y un republicano: Mike McCurry,
exsecretario de Prensa de la Casa Blanca durante la presidencia de Bill Clinton, y el
ex presidente del Comité Nacional Republicano Frank J. Fahrenkopf.
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CAPITALISMO DE
CASINO: DEMÓCRATAS Y REPUBLICANOS SE JUEGAN LA DEMOCRACIA.
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Amy Goodman y Denis Moynihan.
Rebelión sábado 17 de octubre del 2015.
“Buenas noches a todos. Estamos en vivo en el
hotel Wynn Resort de Las Vegas para el debate presidencial demócrata de CNN y
Facebook. ¡Bienvenidos!”. Con estas palabras se dio inicio al primer debate de
pre-candidatos demócratas a la presidencia de cara a las elecciones generales
de 2016. Sí, la sede del evento fue un casino hotel de Las Vegas.
Cinco candidatos demócratas
tuvieron un lugar reservado en el escenario: la exsecretaria de Estado Hillary
Clinton, el senador de Vermont Bernie Sanders, el exgobernador de Maryland
Martin O’Malley, el exsenador de Virginia Jim Webb y el exgobernador de Rhode
Island Lincoln Chafee. CNN, la cadena que emitió el debate, tenía preparado un
sexto podio con la esperanza de que el vicepresidente Joe Biden entrara al
cuadrilátero a tiempo para aumentar sus índices de audiencia. Pero Biden
declinó la invitación.
El candidato demócrata
Larry Lessig estaba dispuesto a utilizar el sexto podio, pero se le prohibió
participar. Lessig es docente de la Universidad de Harvard y un reconocido
intelectual que se postula a la presidencia por el Partido Demócrata con una
plataforma que incluye un único punto: eliminar el dinero de la política. Según
su campaña, Lessig recaudó un millón de dólares en 28 días gracias al aporte de
unas 10.000 personas, obtuvo el apoyo de votantes de todo el espectro político,
alcanzó el 1% en la primera encuesta nacional desarrollada por su campaña y
habló en la Convención del Partido Demócrata en New Hampshire junto a otros
candidatos. Aún así, el Comité Nacional Demócrata ha ignorado sistemáticamente
su candidatura. El exgobernador Chafee, por el contrario, recaudó poco menos de
28.000 dólares en el primer semestre de 2015.
Bernie Sanders se ha convertido en el
candidato sorpresa de este año al atraer a una cantidad sin precedentes de
público a sus actos de campaña, recaudar millones de dólares en pequeñas
donaciones y subir de manera sostenida en las encuestas en comparación con Hillary Clinton. Se describe a sí mismo
como socialista, hecho en el que centró su atención desde el principio el
moderador del debate de CNN, Anderson
Cooper: “Senador Sanders, una encuesta de Gallup muestra que la mitad de la
población no pondría a un socialista en la Casa Blanca. Usted se describe como
un demócrata de orientación socialista. ¿Cómo podría ganar una elección general
en Estados Unidos un socialista, del tipo que fuera?”.
“Vamos a ganar, primero
porque vamos a explicar qué significa esta visión demócrata-socialista. Y esta
visión demócrata de orientación socialista se trata de decir que es inmoral e
incorrecto que el 1% más rico de la población de este país posea casi el mismo
patrimonio que el restante 90% junto, que está mal que hoy en día, con un
sistema económico fraudulento, el 57% de todo nuevo ingreso vaya a parar al 1%
más rico”.
Cooper insistió: “Entonces, ¿usted no se considera capitalista?”.
A lo que Sanders respondió:
“¿Si me considero parte del casino capitalista que hace que tan pocos tengan
tanto y tantos tengan tan poco, el que permite que la codicia y la
irresponsabilidad de Wall Street arruinen la economía de este país? No. Creo en
una sociedad en la que a toda la gente le va bien, no solo a un puñado de
multimillonarios”.
Por supuesto que los
demócratas no tienen el monopolio de la política de casino. Unos días antes del
debate demócrata, el candidato republicano Marco Rubio hizo un peregrinaje a
otro casino, el The Venetian Casino-Hotel de Las Vegas, para reunirse con su
dueño, el magnate del juego Sheldon Adelson. Los candidatos republicanos hacen
fila para “besarle el anillo" a este multimillonario que según Forbes es
la decimoctava persona más rica del mundo. Con la generosidad de su dinero
puede lanzar o hacer caer una candidatura y los candidatos acuden a su casino
en una competencia que fue apodada como "las primarias de Adelson”. Se
dice que Rubio lleva la delantera en la carrera por ganarse el apoyo de este
magnate de la industria del juego. En el ciclo electoral de 2012, Sheldon
Adelson gastó cien millones de dólares en apoyo a la causa republicana.
Y no nos olvidemos del
favorito de los republicanos, el multimillonario Donald Trump. Él también es un
magnate de los casinos por sus propios méritos y tiene una escabrosa
trayectoria en el rubro. Ha sido dueño y ha dirigido numerosos casinos, desde
establecimientos en Atlantic City y Las Vegas, hasta un barco-casino en el Río
Mississippi, la mayoría de los cuales terminaron en la quiebra a lo largo de
los años.
Muchas personas sospechan
que las máquinas tragamonedas y otras opciones para realizar apuestas en Las
Vegas son manipuladas. La misma crítica se ha hecho a los debates presidenciales.
Los dos principales partidos conformaron una compañía privada en el año 1987,
la Comisión de Debates Presidenciales, para quitarle el control de los debates
a la organización independiente Liga de Mujeres Votantes. Dadas las reglas que
establece esta compañía, los demás partidos prácticamente no tienen oportunidad
de participar de los debates realizados en el marco de las elecciones
generales. La Comisión de Debates Presidenciales está dirigida por un demócrata
y un republicano: Mike McCurry, exsecretario de Prensa de la Casa Blanca
durante la presidencia de Bill Clinton, y el expresidente del Comité Nacional
Republicano Frank J. Fahrenkopf.
Hasta el año 2013, Fahrenkopf dirigió además la Asociación Estadounidense de Juegos de Azar (AGA, por sus siglas en inglés). Sí, dirigió el grupo de presión de la industria del juego. La AGA lanzó recientemente una iniciativa, llamada “¡Voto a favor de los juegos de azar!”, en apoyo a los candidatos partidarios de los juegos de azar en estados clave en los que la contienda está muy disputada, entre ellos, como habrán imaginado, Nevada. Según parece, a la AGA no le gusta correr riesgos, por lo que divide sus donaciones casi por partes iguales entre demócratas y republicanos.
Hasta el año 2013, Fahrenkopf dirigió además la Asociación Estadounidense de Juegos de Azar (AGA, por sus siglas en inglés). Sí, dirigió el grupo de presión de la industria del juego. La AGA lanzó recientemente una iniciativa, llamada “¡Voto a favor de los juegos de azar!”, en apoyo a los candidatos partidarios de los juegos de azar en estados clave en los que la contienda está muy disputada, entre ellos, como habrán imaginado, Nevada. Según parece, a la AGA no le gusta correr riesgos, por lo que divide sus donaciones casi por partes iguales entre demócratas y republicanos.
El mundo arde en llamas. El
clima está cambiando y se cierne sobre el planeta la amenaza de daños
catastróficos e irreversibles. Mientras estallan guerras que obligan a millones
de personas a huir desesperadamente, en Estados Unidos, la desigualdad alcanza
su punto más alto en la historia. Hay mucho en juego en las elecciones
presidenciales estadounidenses y su resultado no tendría que estar determinado
solamente por aquellos que hacen las grandes apuestas. Nuestra democracia y el planeta merecen mucho
más que eso.
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© 2015 Amy Goodman
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del
texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en
español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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