“Contrariamente
a la Cosa Nostra, los carteles colombianos se formaron en torno al
narcotráfico. El más conocido de todos , el Cartel de Medellín
-capital del departamento de Antioquia-, tuvo
la habilidad de asociar a la elite urbana de Medellín con Pablo Escobar Gaviria
con las elites financieras y políticas del país proponiéndoles tomar parte en
el negocio de la cocaína. La guerra de
Escobar contra la sociedad más allá de suplir al Estado en muchos aspectos
llevó a su muerte en 1994. En este caso, las autoridades colombianos contaron
con el apoyo de Washington Sin embargo,
la desaparición del cartel de Medellín y Cali -época dorada de las grandes
organizaciones criminales, dieron lugar a centenares de organizaciones: los
cartelitos. En los primeros años del
siglo XXI, en Nápoles, luego del desmantelamiento de la camorra, habría
unas cien familias con 6 mil o 7 mil afiliados. La Ndrangheta calabresa lidera
el tráfico de drogas. El otro aspecto
fue la deslocalización. Por ejemplo, la Cosa Nostra se instaló en
Sudáfrica, que después del apartheid se transformó en un mercado importante de
cocaína y heroína, en plataforma de tránsito y en centro de lavado de activos. El desarrollo de
las redes colombianas la podemos ver en Argentina”.
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AMÉRICA DEL SUR. GEOPOLÍTICA: TERRITORIALIDAD, MAFIAS Y CORRUPCIÓN.
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Miguel Ángel Barrios.
ALAI.-
Lunes 10 de octubre del 2016.
Los Estados continentales industriales son los
únicos sujetos o actores que podrán poseer soberanía o capacidad de autonomía
en un "orden" mundial emergente. En nuestro caso, esto significa
retomar el camino de la integración latinoamericana que empieza por la unidad
del macizo geopolítico suramericano y por el programa de San Martin, Bolívar y
Perón, entre tantos otros.
Sin embargo, el crimen organizado como
empresa multinacional territorial del delito con fines de rentabilidad
económica, al imbricarse con Estado, lo fragmenta. Y además, nos parece una
equivocación analizar al crimen organizado como un poder externo, en verdad
éste es abstracto sin el Estado.
Primero daremos un concepto de mafia.
Históricamente remite a la Cosa Nostra siciliana. Es decir, una organización
criminal estructurada fuertemente en un territorio y a una familia y al
interior de los cuales el vasallaje es reforzado por la ley del silencio y por
ritos de iniciación. Entonces el concepto de mafia se fue generalizando desde
esta acepción: la de organización criminal.
Algunas de ellas como los carteles en América
Latina se fueron especializando en torno al tráfico de droga, y ya en los
últimos años las organizaciones criminales se dedican al politráfico.
Desde el punto de vista geopolítico, consideramos
interesante la clasificación que realiza Alan Larousse (Alan Labrousse, Geopolítica
de las Drogas, Editorial Marea.BsAs.2014) porque la consideramos didáctica
como una Introducción a modelos de relaciones entre territorialidad, Estado y
Organizaciones Criminales
MAFIAS "CONTRA" EL ESTADO
1. La mafia siciliana en y en contra el Estado
El clan de los Corleone comercializaba el 80 %de la
droga en los estados del noreste de los EEUU, además de imponerse violentamente
a otros clanes al precio de cientos de muertos, así fueron asesinados
personalidades como los jueces Falcone y Borsellino que fueron a combatir la
mafia a Sicilia. Este uso de la violencia demuestra la geopolítica ambigua de
la mafia siciliana producto de una estrategia en su relación con el Estado: por
un lado lo combate y por el otro, se mixtura con el Estado y se convierte en
Estado, con la penetración al interior de los Estados. Esta primera guerra
contra el Estado acarreó la caída de la Primera República y el derrumbe del
Partido Demócrata Cristiano y del Partido Socialista que se habían beneficiado
con los intercambios de servicios con la mafia .Y constituye otro capítulo los
vínculos asociativos entre la mafia siciliana y la creación del partido Forza
Italia y luego con Silvio Berlusconi.
2. Los carteles colombianos: el caso del Cartel de
Medellín y el Estado colombiano
Contrariamente a la Cosa Nostra, los carteles
colombianos se formaron en torno al narcotráfico. El más conocido de todos , el
Cartel de Medellín -capital del departamento de Antioquia-, tuvo la habilidad
de asociar a la elite urbana de Medellín con Pablo Escobar Gaviria con las
elites financieras y políticas del país proponiéndoles tomar parte en el
negocio de la cocaína.
La guerra de Escobar contra la sociedad más allá de
suplir al Estado en muchos aspectos llevó a su muerte en 1994. En este caso,
las autoridades colombianos contaron con el apoyo de Washington
3. Descentralización y deslocalización
Sin embargo, la desaparición del cartel de Medellín
y Cali -época dorada de las grandes organizaciones criminales, dieron lugar a
centenares de organizaciones: los cartelitos. En los primeros años del siglo
XXI, en Nápoles, luego del desmantelamiento de la camorra, habría unas cien
familias con 6 mil o 7 mil afiliados. La Ndrangheta calabresa lidera el tráfico
de drogas. El otro aspecto fue la deslocalización. Por ejemplo, la Cosa Nostra
se instaló en Sudáfrica, que después del apartheid se transformó en un mercado
importante de cocaína y heroína, en plataforma de tránsito y en centro de
lavado de activos. El desarrollo de las redes colombianas la podemos ver en
Argentina.
MAFIAS "EN" EL ESTADO
Una criminalización desde lo "alto"
En la segunda mitad de los años 90 del siglo
pasado, los carteles mexicanos aprovecharon el debilitamiento de los carteles
colombianos y desplazaron a estos, de una parte del mercado de distribución en
EEUU. Esto transformó a los carteles mexicanos en actores estratégicos del
tráfico de cocaína a los EEUU.
En México, es el poder político y el crimen
organizado que se fusionan, a tal punto que ciertos carteles fueron favorecidos
por el Estado en detrimento de otros.
La participación de la policía en el tráfico de
drogas en ciudades como Tijuana y Juárez fue notoria en un momento. Así como la
guerra a la droga con miles de desaparecidos, involucra al Estado como actor y
embrión de un Estado narco criminal. Esto coexiste con la lucha de la sociedad
mexicana y de la fuerza de la cultura de la misma
¿Argentina?
En el caso de Argentina podemos afirmar que no
existen carteles del narcotráfico. Pero si evidentemente la Argentina es un
país no solo de tránsito, sino productor y consumidor. Porque la droga de
diseño, vuelven porosos los límites entre países productores y consumidores.
Y entonces podemos realizarnos el siguiente
interrogante
¿Quién cumple el papel de cartel?
Aquí es fundamental estudiar a través de un
sistema de inteligencia criminal profesionalizado -que no existe- si las
policías o un gran sector -por ejemplo en Buenos Aires-, no toda la policía,
cumplen el papel de cartel.
No olvidemos que la Diputada Nacional Elisa Carrio
denunció al jefe de la policía bonaerense como el jefe del narcotráfico
públicamente. Esto coloca a la Argentina en la senda de priorizar una agenda en
seguridad que no la tiene hace mucho tiempo, para no caer en un Estado narco
democrático, pero desde una agenda nuestra, no desde una agenda engañosa donde
el "terrorismo “es el enemigo, que es el discurso donde parece apuntar el
actual Ministerio de Seguridad peligrosamente.
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Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en
educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América
Latina.
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