“De cualquier manera, los sindicalistas y cooperativistas que creen
que son rivales o competencia, me
parece que tienen una perspectiva muy pobre de la clase trabajadora. Para
empezar porque las primeras cooperativas de Euskal Herria eran de los
sindicatos. Y para continuar, hablando
de poder sindical, entendido como poder colectivo de los y las trabajadoras en
la empresa, ¿en qué empresa tienen los y las trabajadoras más poder que en
una cooperativa? O entendiendo también el poder sindical como herramienta
democratizadora de una empresa, ¿qué empresa es más democrática que una
cooperativa? Otra cosa es que no nos conformemos,
sólo, con democratizar la empresa. Si lo que buscamos es democratizar la
economía, no podemos quedarnos dentro de la empresa, tenemos que salir fuera.
El tema, entonces, será saber cómo conseguir una economía que ponga en el centro la sostenibilidad de la vida,
teniendo en cuenta que vivimos en un planeta finito”.
“Y aquí introduzco la segunda idea fundamental que os he adelantado;
para conseguir esa transformación de la economía debemos caminar con dos patas: resistencia y
alternativas. Por un lado resistencia al
capital, que mordisco a mordisco, o a zarpazos, nos va devorando la vida,
nos va estrechando el cerco de nuestras vidas. En este sentido, el sindicalismo
es un contrapoder que se opone a este poder del capital. Pero la resistencia no
es suficiente. Hay que construir
alternativas concretas, aquí y ahora, que respondan a las necesidades de
los y las trabajadoras, y que prefiguren esa sociedad que queremos conseguir. Esas dos patas son imprescindibles, porque
si falla alguna, sabemos que vamos a andar cojos. Es en este sentido como entendemos que son
complementarios el sindicalismo y la economía social y solidaria, de la que
Coop57 forma parte”.
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COOP57: UNA HERRAMIENTA
COMPLEMENTARIA A LA LUCHA SINDICAL.
*****
Unai Oñederra.
Rebelión martes 11 de octubre del
2016.
Intervención de Unai
Oñederra en el II Encuentro de Profesionales del Asesoramiento Laboral y
social.
Quiero aprovechar estos 10
minutos que me habéis regalado para intentar explicar que Coop57
es una herramienta útil para el sindicalismo. Que sindicalismo y Coop57, y la
economía social y solidara de la que forma parte, son instrumentos
complementarios de la clase trabajadora que se necesitan mutuamente, para
conseguir la transformación que buscamos. Intentaré explicar esto con dos ideas
fundamentales y un ejemplo:
- Sindicalismo y cooperativismo son aliados
- Cualquier transformación necesita dos patas: resistencia y alternativas
- Coop57 es un proyecto que pone en práctica esas dos ideas.
Empezando, pues, con la
primera idea, no se si os ha sorprendido encontraros en el programa de esta
tarde una presentación sobre una cooperativa. Me imagino que no, ya que todas
sois expertas en el tema. Pero ¡cuántas veces he tenido que escuchar que los
sindicatos están en contra de las cooperativas! Y también conozco
cooperativistas que están en contra de los sindicatos.
De cualquier manera, los
sindicalistas y cooperativistas que creen que son rivales o competencia, me
parece que tienen una perspectiva muy pobre de la clase trabajadora. Para
empezar porque las primeras cooperativas de Euskal Herria eran de los
sindicatos. Y para continuar, hablando de poder sindical, entendido como poder
colectivo de los y las trabajadoras en la empresa, ¿en qué empresa tienen los y
las trabajadoras más poder que en una cooperativa? O entendiendo también el
poder sindical como herramienta democratizadora de una empresa, ¿qué empresa es
más democrática que una cooperativa?
Otra cosa es que no nos
conformemos, sólo, con democratizar la empresa. Si lo que buscamos es
democratizar la economía, no podemos quedarnos dentro de la empresa, tenemos
que salir fuera. El tema, entonces, será saber como conseguir una economía que
ponga en el centro la sostenibilidad de la vida, teniendo en cuenta que vivimos
en un planeta finito.
Y aquí introduzco la
segunda idea fundamental que os he adelantado; para conseguir esa
transformación de la economía debemos caminar con dos patas: resistencia y
alternativas. Por un lado resistencia al capital, que mordisco a mordisco, o a
zarpazos, nos va devorando la vida, nos va estrechando el cerco de nuestras
vidas. En este sentido, el sindicalismo es un contrapoder que se opone a este
poder del capital. Pero la resistencia no es suficiente.
Hay que construir
alternativas concretas, aquí y ahora, que respondan a las necesidades de los y
las trabajadoras, y que prefiguren esa sociedad que queremos conseguir. Esas
dos patas son imprescindibles, porque si falla alguna, sabemos que vamos a
andar cojos.
Es en este sentido como
entendemos que son complementarios el sindicalismo y la economía social y
solidaria, de la que Coop57 forma parte.
Esa complementariedad,
además, se da en su mismo surgimiento, ya que Coop57 surge de la lucha de 57 trabajadores
de la Editorial Bruguera, cuando la editorial se declara inviable y decide
cerrar. Hablamos de 1986, y aunque la mayoría de los 800 trabajadores de la
empresa aceptaron las condiciones impuestas por el banco en la liquidación, 57
lucharon hasta el final por lo que consideraban que era lo justo. En 1995
ganaron el juicio, y con parte de las indemnizaciones que recibieron crearon un
fondo para financiar proyectos que se generaran puestos de trabajo de calidad.
Así
es como se creó Coop57, bajo la figura jurídica de
cooperativa de servicios financieros. Con el tiempo ha ido aumentando en número
de socios y ha ido diversificando las entidades a las que proporciona
financiación.
Visto que lo que surgió en
Cataluña funcionaba, se han ido creando secciones territoriales de Coop57 en
Aragón, Madrid, Andalucía, Galicia, y en junio del 2015 en Euskal Herria.
Pero, ¿qué es Coop57? Ya
he dicho al principio que para mi Coop57 es un ejemplo práctico de las dos
ideas fundamentales he subrayado: sindicalismo y cooperativismo son aliados, y
la transformación social necesita las dos patas de la resistencia y la construcción
de alternativas.
Coop57 es, en ese sentido,
una cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios, que busca la
transformación social. ¿Cómo lo hace? Captando ahorro de la sociedad civil y
canalizándolo hacia proyectos democráticos, sostenibles, que buscan mejorar el
bienestar de la comunidad, respondiendo a sus necesidades. Son proyectos y
entidades que ponen en el centro la sostenibilidad de la vida, y no la
maximización de beneficios.
Pero Coop57 no se conforma
sólo con financiar proyectos transformadores. También busca ir creando un
circuito de economía alternativa. ¿Cómo lo hace? Haciendo socias a todas las
entidades que piden financiación a Coop57, e involucrándolas en las actividades
de la propia Coop57. De esta forma se entrelazan muchos proyectos pequeños
alternativos que aisladamente en el mercado son invisibles, pero que juntos,
cogen tal volumen que ya comienzan a visibilizarse, y a constituirse en una
alternativa real al mercado convencional capitalista. Esto hace que exista un
circuito en el que un trabajador o trabajadora sabe que cuando compra un
producto o contrata un servicio, el dinero que está pagando va a un proyecto
cuyo fin es similar al que el o ella persigue. Podemos decir que se le da a la
persona trabajadora la oportunidad de no devolver su salario al capital.
Por lo tanto esta es la
complementariedad que quería explicar entre Coop57 y el sindicalismo. Tenemos
una red de economía social y solidaria como alternativa real, que ya funciona,
prefigurando la sociedad que queremos, y tenemos la lucha sindical en la
empresa, para mejorar las condiciones laborales, y fuera de ella, para mejorar
las condiciones de vida.
No quiero terminar sin
decir que Coop57 también funciona como instrumento de resistencia y de lucha
contra la precariedad laboral, tal y como lo hizo en la huelga de las
subcontratas de MoviStar en primavera de 2015. Los y las trabajadoras estaban
dispuestas a luchar y a hacer huelga, pero no tenían caja de resistencia.
Antes, ya ha explicado aquí Lluis qué es una caja de resistencia, y cómo aquí
algunos sindicatos en Euskal Herria ya la tienen. Esa caja de resistencia hace
que los y las trabajadoras en lucha puedan alargar las huelgas tanto como sea
necesario, dado que, como sabéis, una huelga la gana el que más aguante, y
normalmente las empresas tienen mucha capacidad de aguantar. Sin la caja de
resistencia no se explica la huelgas que hay ahora abiertas aquí como la de carreteras de
Gipuzkoa (7 meses), TMB-Arraiz
(6 meses), Limpieza
viaria de Trápaga (desde abril), Kaiku-Jundiz
(desde el 4 de julio), la de las residencias
de Bizkaia (ya llevan más de un mes)…
El caso es que los y las
trabajadoras de las subcontratas de MoviStar no tenían caja de resistencia, por
lo que Coop57 les ofreció financiación para que tuvieran un fondo que les
ayudara a aguantar en la huelga. Se les concedió 80.000 euros a interés cero,
avalado por 6 cooperativas de Coop57. La huelga duró tres meses y los y las
trabajadoras consiguieron lo que buscaban.
Tocaba devolver el
préstamo a Coop57. Para conseguirlo los y las trabajadoras de MoviStar
organizaron con otros movimientos sociales Correscales. Una carrera, tipo
Korrika, de 800 km, con 80 corredores/as, desde Bilbao a Barcelona, que se
desarrolló en febrero de este año. El objetivo de Correscales era, además de
activar la movilización en contra de la precariedad en los lugares por donde
pasaba Correscales, conseguir recaudar mediante crowdfunding 100.000
euros.
Se supero lo esperado y se
consiguieron 146.000 euros de 360 entidades y personas donantes. Con ese dinero
se devolvió el préstamo y se creó un fondo para futuras luchas en contra de la
precariedad.
Esta lucha fue una lucha
contra la precariedad y contra la degradación los derechos laborales que está
impulsando el capital. Una lucha por la dignidad humana. Una lucha que une
resistencia y construcción de alternativas. Sindicalismo y economía social y
solidaria de la mano. Ese es el reto. Empezamos a intentar responder a este
reto aquí, en Bilba,o hace un año, organizando Alternatiben
Herria. Eso sólo fue el principio, hay mucho que hacer. Estáis invitados a
participar en el proyecto.
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