PABLO NERUDA.-BIOGRAFÍA.- Nacido el 12 de julio
de 1904 en Parral, en la región chilena de Maule, la
madre del poeta murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que
su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo
Neruda cursó sus primeros estudios y conoció a Gabriela
Mistral. Comenzó muy pronto a escribir poesía, y en 1921 publicó
La canción de la fiesta, su primer
poema, con el seudónimo de Pablo Neruda (en homenaje al poeta checo Jan
Neruda), nombre que mantuvo a partir de entonces y que legalizaría en 1946.
También
en Temuco comenzó a trabajar en un periódico, hasta que a los dieciséis años se
trasladó a Santiago para cursar estudios de profesor de francés. Allí se
incorporó como redactor a la revista Claridad, en la que aparecieron
poemas suyos. Tras publicar algunos libros de poesía, en 1924 alcanzó fama internacional con Veinte poemas de amor y una
canción desesperada,
obra que, junto con Tentativa del hombre infinito, distingue la primera etapa de su
producción poética, señalada por la transición del modernismo a formas
vanguardistas influidas por el creacionismo de Vicente
Huidobro.
Los
problemas económicos indujeron a Pablo
Neruda a emprender, en 1926, la carrera consular que lo llevó a residir en
Birmania, Ceilán, Java, Singapur y, entre 1934 y 1938, en España, donde se
relacionó con Federico
García Lorca, Vicente
Aleixandre, Gerardo Diego
y otros componentes de la llamada Generación del 27, y fundó la revista Caballo
Verde para la Poesía. Desde su primer manifiesto tomó partido
por una «poesía sin pureza» y próxima a la realidad inmediata, en consonancia
con su toma de conciencia social. En tal sentido, Neruda apoyó a los republicanos al estallar la guerra civil y
escribió España en el corazón (1937).
Previamente,
sin embargo, sus poemas habían experimentado una transición hacia formas
herméticas y hacia un tono más sombrío al reflejar el paso del tiempo, el caos
y la muerte en la realidad cotidiana, temas dominantes en otro de sus libros
imprescindibles, Residencia en la tierra, publicado en dos partes en 1933 y 1935 y que constituye el eje de su segunda
etapa. Imágenes originalísimas y audaces de raigambre surrealista expresan en
esta obra una visión profundamente desolada del ser humano, extraviado en un mundo
caótico e incomprensible.
De regreso en Chile, en 1939 Neruda ingresó en
el Partido Comunista y su obra experimentó un giro hacia la militancia
política. Esta tercera etapa, que tuvo su preludio en España en el corazón (1937), culminaría con la exaltación
de los mitos americanos de su Canto general (1950). En 1945 fue el primer poeta en ser galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Chile.
Al mismo tiempo, desde su escaño de senador utilizó su oratoria para denunciar
los abusos y las desigualdades del sistema. Tal actitud provocó la persecución
gubernamental y su posterior exilio en
Argentina.
De allí pasó a México, y más tarde viajó por la URSS,
China y los países de la Europa del Este. Tras este
viaje, durante el cual Neruda escribió poemas laudatorios y propagandísticos y
recibió el Premio Lenin de la Paz,
volvió a Chile. A partir de entonces, la poesía de Pablo Neruda inició una nueva etapa en la que la simplicidad formal
se correspondió con una gran intensidad lírica y un tono general de serenidad;
el mismo título de una obra central de este periodo, Odas elementales
(1954-1957), caracteriza los versos de aquellos años. En 1956 se separó de su
segunda esposa, Delia del Carril, para unirse a Matilde Urrutia, que acompañaría al poeta hasta
el final de sus días.
Su
prestigio internacional fue reconocido
en 1971, año en que se le concedió el premio Nobel de
Literatura. El año anterior Pablo Neruda había renunciado a la
candidatura presidencial en favor de Salvador
Allende, quien lo nombró poco después embajador en París. Dos años más tarde, ya gravemente enfermo,
regresó a Chile. Falleció en Santiago el 23 de septiembre de 1973,
profundamente afectado por el golpe de estado que, doce días antes, había
derrocado a Salvador Allende. De publicación póstuma es la autobiografía Confieso que he vivido.
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NERUDA, UN LAUREL DE GLORIA PARA UN PUEBLO.
Hoy se cumplen 45 años del Premio Nobel
al Poeta Comunista.
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Mario Amorós.
El Siglo.
Rebelión viernes 21 de octubre del 2016.
A primeras horas de la mañana del jueves 21 de
octubre de 1971 decenas de periodistas se aglomeraron ante la puerta de la
Embajada de Chile en Francia, ubicada en el número 2 de la avenida de La
Motte-Picquet. Una noticia procedente de Estocolmo, anhelada durante largos
años por Pablo Neruda y retrasada por las maniobras de la CIA en el marco de la guerra
fría cultural, empezaba a dar la vuelta al mundo: la Academia Sueca había
concedido el Premio Nobel de Literatura al creador de Canto general.
Acompañado por Matilde Urrutia y Louis Aragon,
Neruda ofreció unas primeras declaraciones a la prensa, que interrumpió para
conversar con el Presidente Allende por teléfono. “Quisiera que este Premio
beneficie la lucha por la libertad en América Latina, la riqueza de la cultura
latinoamericana y el desarrollo del potencial creador de nuestro continente”,
comentó a los periodistas. Fue el tercer escritor latinoamericano y el sexto en
lengua española que logró un galardón que entonces estaba dotado con cuatrocientas
cincuenta mil coronas suecas, unos noventa mil dólares. Una parte la donaría a
su Partido para la compra de la nueva imprenta de la sociedad Horizonte.
Aquella misma tarde, Augusto Olivares, director de
Televisión Nacional, logró conversar por teléfono con Neruda, quien le
manifestó: “Estoy como aplastado… pero aplastado por una felicidad que me
desborda”. “Este premio se lo dedico a todos los chilenos. Ojalá que se sientan
tan orgullosos como yo”.
En Chile, el Premio Nobel fue acogido como un gran
logro nacional. A la una de la tarde, el Presidente Allende leyó una
declaración ante los medios de comunicación en la que destacó: “Este galardón,
que incorpora a la inmortalidad a un hombre nuestro, es la victoria de Chile y
de su pueblo, y, además, de América Latina”. “Por la poesía de Neruda pasa
Chile entero, con sus ríos, montañas, nieves eternas y tórridos desiertos…”.
Destacó su condición de embajador en Francia del Gobierno de la Unidad Popular
y de militante comunista. “Fue mi compañero de muchas giras, en el norte,
centro y sur de Chile, y siempre recordaré con emoción cómo el pueblo, que oía
nuestros discursos políticos, escuchaba con emoción, en un silencio expectante,
la lectura que hacía Pablo de sus versos”.
Desde Arica a Magallanes, fue festejada la noticia
procedente de la nieve de Estocolmo. El cardenal Raúl Silva Henríquez, el
presidente de la Corte Suprema, los rectores universitarios, el presidente de
la Central Única de Trabajadores y dirigentes de todas las tendencias políticas
celebraron la noticia. “La buena nueva emocionó y conmovió a Chile, que sintió
con orgullo nacional el alborozo por la suprema distinción literaria otorgada a
un hombre suyo que ha sabido expresar con belleza y verdad el sentimiento más
íntimo de su humanidad, la odisea de sus trabajadores, los antiguos sueños y
las nuevas esperanzas de los pueblos de América Latina”, señaló con legítimo
orgullo la declaración difundida por el Partido Comunista. El Premio Nobel era
“un laurel de gloria sobre la frente de toda nuestra Patria”.
En el mundo de la cultura la reacción también fue
unánime. El científico Alejandro Lipschutz proclamó que solo por haber escrito Alturas
de Macchu Picchu ya merecía tal honor. “El más grande poeta de la hora
contemporánea ha recibido un premio que merecía desde hace treinta años (…) ha
sido reconocido el talento americano y universal de poeta que ha cantado todos
los temas de la tierra y del hombre”, afirmó, por su parte, Volodia Teitelboim.
En Parral, las autoridades municipales ordenaron que se engalanara la ciudad
con la bandera nacional y visitaron el museo local, instalado en la que fue
casa natal del poeta. En la Población “Pablo Neruda” de Conchalí, la emoción
embargó a sus modestos habitantes, que también enviaron un telegrama al poeta.
La prensa internacional acogió de manera favorable
la noticia. El 22 de octubre, The New York Times le dedicó una
página y uno de los artículos portaba un título que debió llenarle de orgullo
por la mención a uno de sus poetas predilectos: “Un Walt Whitman
latinoamericano”. Por su parte, el diario comunista francés L’Humanité destacó:
“Es, sin duda, el más universal de todos los poetas”.
El sábado 23 de octubre, Pablo Neruda dirigió, a
través de las cámaras de Televisión Nacional, un mensaje de agradecimiento a su
país. En primer lugar, al Presidente Salvador Allende y a su esposa, Hortensia
Bussi, también al Cardenal Silva Henríquez y a los mineros, a los campesinos,
incluso a los carteros… “por los centenares y centenares de telegramas que he
recibido”. Su mensaje finalizó con un fervoroso llamamiento al compromiso del
pueblo chileno con la Unidad Popular.
Aquel mismo día, TVN grabó en su residencia oficial
una conversación con Gabriel García Márquez. “Quiero mandarle al pueblo chileno
una felicitación por la merecidísima distinción que se ha hecho a un poeta que,
para mí, es el más grande poeta del siglo XX, en todos los idiomas”, dijo el novelista
colombiano, quien obtendría el Nobel en 1982.
Mario Amorós es autor de la biografía Neruda.
El príncipe de los poetas (Ediciones B, 2015).
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