EL EXTRAÑO CASO DE
FRIDA SOFÍA, LA “NIÑA FANTASMA” TRAS EL TEREMOTO DE MÉXICO. SIGLO XXI. Jueves 21
de setiembre del 2017.
Las
horas posteriores al terremoto del pasado martes 19 de septiembre México estuvo
en vilo por el inminente rescate de “Frida
Sofía”, una de las niñas atrapadas entre los escombros en el Colegio
Rébsamen. Sin embargo, este jueves, las autoridades anunciaron que “Frida no existe”; no había ninguna
menor entre los escombros. Este caso
rememoró el de Luis Ramón “Monchito” Navarrete, de
9 años, el “niño fantasma” que también captó la atención de la prensa nacional
e internacional, y de toda la sociedad mexicana en 1985. El joven iba rumbo
a Cozumel con su familia, y durmió la noche del 18 de septiembre en la vecindad
de su abuelo. La mañana siguiente, el
sismo de 8.2 grados en la escala de Ritcher destruyó por completo las
viviendas del complejo ubicado en La Merced, en la capital mexicana.
Tras varios días de incesantes tareas,
los equipos de rescate aseguraron haber oído golpes desde el fondo de los
escombros. Esta señal mantuvo en vilo al país durante una semana.
Además, otro factor que sorprendía a los rescatistas es que no había “olor a muerto”. La aparición con vida de
Monchito, quien sería el último sobreviviente del terremoto,
afloró las esperanzas de un pueblo que se encontraba afectado y conmovido por
la brutal tragedia. Expertos internacionales que habían viajado para
colaborar advirtieron que ya nadie estaba vivo. Pero los mexicanos se aferraban a la fe para encontrar a “Monchito”. Hasta se montaron cadenas
de oración en las adyacencias del lugar.
El presidente de ese entonces, Miguel
de la Madrid, ordenó que siguieran con los trabajos de
búsqueda. Pero esa búsqueda finalizó el
11 de octubre. Los rescatistas aseguraron que no pudieron encontrar a
nadie. Varias personas civiles, todavía con la esperanza de encontrar a “Monchito”, lo buscaron por sus propios
medios. Pero el niño nunca apareció. Su
padre, Mauricio Nafarrete, había exigido su aparición con vida y la de su suegro.
Lo llamativo es
que el cuerpo del abuelo sí apareció, pero el de “Monchito” no.
México prolongará los rescates hasta que no haya señales de vida.
Lo
que vino después es pura conjetura. Nunca hubo certezas. Algunos sostienen que el niño murió junto a su abuelo. Otros, en tanto, aclaran que nunca existió. Varios
psicólogos de la época explicaron
que los rescatistas, los primeros que aseguraron haber escuchado los supuestos golpes de “Monchito”, habían sufrido un
caso de “psicosis colectiva”,
producto del trauma generado por el terremoto. En las últimas horas se hizo un paralelismo de
este caso con el de “Frida Sofía”.
Un miembro de la Marina mexicana
aseguró haber tomado contacto con la niña, quien
presuntamente se encontraba entre los escombros. En un primer momento se divulgó que su nombre era Frida. No obstante, lo curioso era que las
autoridades del Colegio Rébsamen no tenían en su lista de alumnos a una niña
con ese nombre. Al mismo tiempo, tampoco se acercaron sus supuestos padres a
reclamar su aparición con vida. Lo
que en un momento fue esperanza por encontrar una vida más, con el correr de
las horas las nuevas informaciones solo aportaban más confusión. Hasta este
jueves, cuando Enrique Sarmiento
Beltrán, subsecretario de la Marina, se paró frente a los medios y aseguró
que “Frida no
existe. Hay indicios de que posiblemente haya una persona con vida todavía. En fotografías hay rastros de sangre como si se hubiera
arrastrado”.
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MÉXICO: EL SISMO Y EL DERRUMBE DE LA
INFORMACIÓN.
Ética y Semiótica de la Verdad.
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Fernando Buen Abad Domínguez.
Rebelión/Instituto de Cultura y Comunicación UNLa
Viernes 22 de setiembre del 2017.
En una situación de emergencia, de consternación y
miedo como la que se produce con un sismo, la información es un aliado o es un
enemigo según los intereses de quien la genera o manipula. Lo que debería ser
un derecho inalienable y una responsabilidad social obligatoria, pasa a ser una
mercancía lábil ahogada en mares de incertidumbre y angustia. Los monopolios
mediáticos aprendieron a hacer, de esto, un festín comercial muy peligroso.
México, tal cual. Poco es más desesperante que la insoportable levedad de la
información mercantilizada. Avasalla conciencias para que reine el
desconcierto. Toda información que se distribuya sobre México a partir del
sismo debe ser verificada. Respeto por las víctimas y los damnificados.
Saber qué pasa, quiénes son los protagonistas, qué
hacen, qué dicen, qué temen y qué necesitan. Objetivamente, concretamente. El
maremágnum de acontecimientos es un desafío metodológico si se quiere
contribuir a despejar confusiones pero es un caldo de cultivo idóneo si de lo
que se trata es de que impere el desorden, el oportunismo y la proverbial manía
burguesa de comerciar con las mentiras. En cada víctima del sismo está la
sombra de la corrupción con las mafias inmobiliarias y gubernamentales. Ayudar
no es sinónimo de cómplices.
Hay muchos presupuestos que deben
ser tratados con destreza de quirófano si se quiere ser útil a las víctimas y a
la justicia luego de que un fenómeno telúrico (o cualquier otro) hace de las
suyas e impone sus consecuencias más duras (o menos) según su tamaño y según
mil condiciones. Eso incluye la dialéctica entre la información y la opinión,
entre los hechos y sus interpretaciones, entre la realidad y las ideologías.
Eso incluye el acuerdo sobre principios universales que deben ser referentes y
orientadores para que lo humano no se subordine a los negocios de los
mercachifles, a los negociados políticos de sectas burguesas, o al “opio de los
pueblos” en cualquiera de sus presentaciones. Son presupuestos teórico-metodológicos
inexcusables a sabiendas de que, bajo el capitalismo que es mentiroso por
definición, “por el engaño nos han dominado más que por la fuerza”. Por cierto,
¿alguien sabe qué relación hay entre sismos y fracking yanqui? (fractura de
placas tectónicas para obtener petróleo). Toneladas de dinamita.
Y resulta que los gobiernos, que se han dedicado a
defraudar a los pueblos al servicio de los empresarios, piden confianza en sus
destrezas técnicas y administrativas para resolver o paliar las penurias, el
duelo y las pérdidas que sufren las personas bajo esas condiciones duras. Piden
“unidad” y “solidaridad” a-críticas para postergar debates, reclamaciones o
denuncias a cambio de una reconciliación de clase coyuntural,
ficticia y muy conveniente para el momento. A cambio de eso promesas, promesas
y más promesas. Todo con sus cartas (de industrias inmobiliarias, de la construcción
y del crédito) meticulosamente escondidas bajo la manga, para sacar jugo
comercial al dolor de la gente. Todo con un decorado fastuoso de cámaras y
micrófonos para simular el “derecho a la información” con gran tecnología
mientras se distorsiona la semiología. CNN miserable -como es su naturaleza
mercantil- comercia con el sismo y juega al “raiting” amarillista. Sus
periodistas disléxicos terribles.
El misterio de Frida, la Niña que resiste entre los escombros de una Escuela, tras el Terremoto de México.
***
Un capítulo especial merece México, ensangrentado
por el crimen organizado, golpeado por uno y otro fenómeno de la naturaleza
(huracanes, terremotos, plagas…) aniquilado por las hambrunas, el desempleo, la
expulsión de mexicanos a USA, el analfabetismo, la inflación, la especulación,
la corrupción, los fraudes… ese México, pues, sacudido por el terremoto del
neoliberalismo salvaje y que tiene millones y millones de damnificados. Ese
México, en suma, que hoy padece en unos cuantos días dos terremotos, ahora
vuelve a ser presa de las jugarretas informativas más irritantes y más
dolorosas, porque han jugado con la esperanza del pueblo para volver a
derrotarlo anímicamente en plena etapa pre-electoral. A esa clase de bajezas
juegan los gerentes neoliberales cuando se juega con la información en medio de
la tragedia. Son los amigos de Trump, cómplices del Muro. Quiere Peña Nieto un
“padrón” de damnificados para “canalizar” la ayuda. ¿Pensará en créditos
bancarios de sus cuates “inmobiliarios”? En México, ¿la urgencia de la
demolición es urgencia de la contratación de negocios inmobiliarios? ¿Nuevos
negocios con oficinas y viviendas? Cuando digan “es mala la calidad de la
construcción” están queriendo culpar a los albañiles para esconder
funcionarios.
A estas alturas de nuestra experiencia
“informativa” global, después de que la bomba de Hiroshima se vendió como salvación
de la humanidad; después de las “armas de destrucción masiva”; después de la
ofensiva mediática contra Gadafi; después del ataque mediático monstruoso
contra Venezuela… después de tanta falacia y tanto engaño, no podemos enfrentar
acontecimiento alguno con ingenuidad ni lamentaciones a la hora en que se
desnudan las mentiras y nos muestran el “estiércol del diablo” con que han sido
fabricadas.
Y con esos antecedentes, con marcos teóricos y
metodológicos pertinentes, con imaginación y suspicacia, con experiencia y con
principios éticos sabemos que todo episodio será usado como emboscada para
arrodillarnos ante los negocios de unos cuantos vivales que secuestraron el
poder para extorsionar a los pueblos. Con esos antecedentes ya podemos
ratificar que el “Derecho a la Información” es también un territorio de disputa
social y que se trata de una disputa entre un pueblo urgido de orientación y
claridad, frente a un puñado de comerciantes, para quienes los derechos humanos
son sólo pretextos para negocios, para manipular, para extorsionar y para
derrotar a los pueblos.
No se usen las imágenes duras para solazar morbos
sino para sensibilizar solidaridades. El terremoto no es un “reality show” y
nada de construir un muro, lo que nos urge es re-construir a México. Basta de
saquear la riqueza del pueblo. Todo el dinero debe ir a las a las víctimas
todas. Además de las necesidades que deja un terremoto a la vista, se hace
visible también la necesidad del abrazo solidario de los pueblos hermanos. El
sismo de 1985 produjo una sacudida nacional de la conciencia. Hoy, la
auto-organización del pueblo superó al gobierno miserable. Saldremos de los
escombros mediáticos.
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