La crisis política de la Izquierda
latinoamericana, es evidente, real, presente hoy producto, no solo de
la crisis del sistema en la cual estuvo “metida”
la izquierda y sus gobiernos, no solo por mantener el viejo modelo extractivo
exportador de materias primas - que
entra en grave crisis en el sistema a raíz de la caída “olímpica” de los
precios de los Commodities en los mercados mundiales -, fue el “piso”, el
cimiento de la crisis, pero las causas también fueron Políticas - Corrupción,
ausencia de conducción Política y liderazgo Político, para salir - del mundo de
las Políticas Sociales -, no se trabajó
orgánica y políticamente, o fue temor y miedo frente al ESTADO, no se lo
todo “ni con el pétalo de una flor” fue sagrado para ellos, realidad que
permitió NO avanzar políticamente y
salir del inmenso submundo de las políticas neoliberales.
La crisis política - estructural - que hoy tiene la Izquierda en
América latina es producto de sus propios errores internos, contradicciones políticas y graves errores - olvidos -
"renuncias" a avanzar cuando se encontraban en el Gobierno. EL ESTADO, fue
“divino” e intocable; la ausencia de Partido Político y Liderazgo Político que asuma tareas y responsabilidades
Políticas más allá de las políticas neoliberales y las propias “Políticas Sociales” que fue el centro
de su Gobierno, y la Corrupción -
que destrozó a parte de su dirigencia política y fue parte de su debacle
política. Hoy se ha avanzado, no solo porque la Izquierda se "curó" internamente
de sus graves heridas - NO, aún le
debe a los pueblos la gran tarea histórica de la Crítica y la Autocrítica
Política, interna, que fortalezca la
Democracia Interna, recupere la CONFIANZA de la
Ciudadanía, sin embargo, reconoció
algunos errores, pero fue muy
superficial, epidérmico -.
Hoy la crisis es evidente y real, la DERECHA la pasa muy mal,
recurre a la represión ante su incapacidad política frente a los grandes problemas nacionales - que en
lugar de ser resueltos, hoy se han
agravado, profundizado y han adquirido contextos nacionales, por la propia
naturaleza de las políticas impuestas - que no curan naca, pero si siguen
envenenando el sistema, que en realidad
es parte, básica y centralmente, el principal de los problemas que hoy
llevan al fracaso continuo - sin parar y sin retorno - de la derecha político-empresarial-neoliberal, ausente, carente de
Política de gobierno - diferentes o distintas - a las fracasadas, políticas procedentes de las raíces del Consenso de Washington, porque en realidad sus
políticas actuales, siguen siendo "más
de lo mismo" ya conocido y fracasado desde los años 909’ del siglo XX,
por eso en parte el PUEBLO despertó, la Sociedad Civil y la Ciudadanía
están nuevamente en las calles y Plazas Públicas ante la arremetida de la
derecha y la violación de sus DERECHOS SOCIALES, conquistados en tiempos político e históricos de la
Izquierda Democrática presente en la década anterior en Nuestra América la
Patria Grande. Ojalá aprendamos la Lección y NO
defraudemos Políticamente una vez más a nuestros Pueblos.
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La crisis política de la Izquierda latinoamericana,
es evidente, real, presente hoy producto, no solo de la crisis del sistema en
la cual estuvo “metida” la izquierda y
sus gobiernos, no solo por mantener el viejo modelo extractivo exportador de materias
primas - que entra en grave crisis en el sistema a raíz de la caída “olímpica”
de los precios de los Commodities en los mercados mundiales -, fue el “piso”,
el cimiento de la crisis, pero las causas también fueron Políticas -
Corrupción, ausencia de conducción Política y liderazgo Político, para salir -
del mundo de las Políticas Sociales -, no e trabajó orgánica y políticamente, o
fue temor y miedo frente al ESTADO, no se lo todo “ni con el pétalo de una flor”
fue sagrado para ellos, realidad que permitió NO avanzar políticamente y salir
del inmenso submundo de las políticas neoliberales.
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2018. EL AÑO DE LAS
IZQUIERDAS POSIBLES EN AMÉRICA LATINA.
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Katu Arkonada.
Rebelión lunes 22 del 2018.
Los 9 años transcurridos entre 2009 y 2017 nos han
dejado una contraofensiva conservadora contra los gobiernos progresistas de la
región. Los diferentes proyectos progresistas, de izquierda y/o
nacional-populares, que se incorporaron al ciclo abierto por el Comandante
Chávez en 1998, llegaron a acumular al mismo tiempo 11 gobiernos en el conjunto
de América Latina y el Caribe.
Sin embargo, el golpe de Estado contra Mel Zelaya
en Honduras en 2009, el golpe parlamentario contra Fernando Lugo en Paraguay en
2012, el impeachment contra Dilma en Brasil en 2016, y la victoria electoral de
Macri en Argentina (el único gobierno de izquierda perdido en las urnas)
lograron cristalizar parcialmente el intento de restauración conservadora. Si a
ello le sumamos la manipulación informativa que se da contra los gobiernos
actuales, como Venezuela o Bolivia, y la persecución judicial contra ex
mandatarios como Lula en Brasil y Cristina en Argentina, el panorama se
complica. Aún más si añadimos que en ocasiones ni siquiera hace falta que la
derecha llegue al poder mediante la vía electoral o el golpe, si no que los
propios sucesores de los grandes líderes se convierten en caballos de troya,
como es el caso de Ecuador donde el gobierno de Lenin Moreno ha destituido al
Vicepresidente Jorge Glas, y maniobra en el ámbito político-electoral para
impedir una futura reelección de Rafael Correa.
Los últimos meses de 2017 sintetizan la nueva etapa
del ciclo progresista en América Latina: fraude electoral descarado en
Honduras; indulto a Fujimori por un Kuczynski cuestionado tras haber recibido
cantidades millonarias de la constructora brasileira Odebrecht; y victoria de
Piñera en Chile a pesar de que el conjunto del centro-izquierda había superado
el 50% de los votos en primera vuelta, en un país que mantiene vigente la
Constitución de Pinochet.
En todos los casos citados podemos encontrar
motivos estructurales y debilidades de los gobiernos progresistas (no siempre
las mismas), que han sido explotadas por la derecha para hacerse con el poder:
un Estado herencia del neoliberalismo que solo ha sido reformado parcialmente y
que cuenta con una institucionalidad débil; ausencia de un partido que controle
el territorio, y en muchos casos, sustitución del partido por el Estado; falta
de formación política y de cuadros dirigentes; corrupción inherente a cualquier
espacio de poder amplificada por los oligopolios mediáticos; incapacidad para
construir herramientas que disputen la batalla mediática en igualdad de
condiciones; y un largo etcétera de debilidades lógicas en procesos que rondan
la década de existencia y que, al contrario que la revolución cubana, no
tiraron abajo el Estado para construir uno nuevo (también con debilidades, pero
nuevo al fin y al cabo), sino que construyen sobre los cimientos del anterior.
Y a veces los cimientos son más sólidos de lo que parece.
Sin embargo, y a pesar de la necesaria autocrítica
que debe hacerse, todos estos procesos lograron, en mayor o menos medida,
recuperar el Estado de la devastación neoliberal, y avanzar hacía un escenario
de derechos y justicia social, redistribuyendo la riqueza y reduciendo la
desigualdad.
6 procesos electorales en 2018.
El año que comienza va a ser fundamental para
determinar si se logra remontar y consolidar el ciclo progresista en la región,
o la vieja-nueva derecha avanza posiciones y conquista más espacios de poder,
en este caso alguno de los 6 gobiernos que serán electos durante los próximos
12 meses.
Costa Rica el 4 de febrero, Paraguay el 22 de
abril, Colombia el 27 de mayo (con una más que posible segunda vuelta el 17 de
junio), México el 1 de julio, Brasil el 7 de octubre (la posible segunda vuelta
sería el 28 de ese mismo mes) y Venezuela con una fecha por definir, pero con
total seguridad antes de diciembre, son los 6 escenarios de disputa geopolítica
electoral para 2018. También en El Salvador el 4 de marzo se realizarán
elecciones municipales y parlamentarias, que pueden ser un indicador de la
fortaleza del FMLN de cara a las presidenciales de 2019.
Manuel López Obrador, primero en la CONFIANZA del pueblo mexicano. Hombre de izquierda presente en "mil batallas" de la izquierda democrática. Su gran enemigo, en esta tercera elección que se presenta es el FRAUDEcomo en elecciones anteriores. Está notificado hasta dodne llega el poner de la naco-política mexicana.
***
México, ¿la tercera es la vencida?
Por su locación geopolítica, el país que muchos
califican como frontera sur de los Estados Unidos, nunca gobernado por la
izquierda, es la elección más importante de 2018 para Nuestra América.
También para México es probablemente la elección
más importante de su historia electoral, pues además de la Presidencia de la
República, el 1 de julio se eligen 128 senadurías, 500 diputaciones y 9
gobernaciones (entre ellas una fundamental como es la de la Ciudad de México),
además de centenares de cargos locales.
Y por tercera vez Andrés Manuel López Obrador, el
candidato de una amplia alianza con raíces en la tradición del nacionalismo
revolucionario de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, además
de la izquierda del PT, y un sector de la derecha como el PES (Partido
Encuentro Social), se presenta como favorito en todas las encuestas (1) para ganar una elección donde
puede pesar más que nunca el descontento ciudadano hacia la clase política
tradicional.
Enfrente tendrá a José Antonio Meade, postulado por
el PRI, que ha tenido que recurrir al candidato menos priista de todos sus
candidatos (un tecnócrata que ha tenido altos cargos en diferentes
administraciones del PRI y del PAN).
Asimismo, el tercero en discordia es Ricardo Anaya,
candidato de una coalición anti natura entre la derecha del PAN y la ex
izquierda del PRD que, después de enterrar el proyecto histórico para el que
nació, va de comparsa del partido de Vicente Fox y Felipe Calderón. El mayor
peligro es que logre instaurar en el electorado no politizado el mensaje de
centralidad frente a los “extremos”, el PRI y Morena.
También es necesario destacar la presencia de otros
candidatos y candidatas como Marichuy, la vocera del CNI y EZLN, que a pesar de
que previsiblemente no logre reunir las firmas necesarias para poder
postularse, es importante el recorrido que está haciendo por el país, llevando
la voz de los sin voz. Quienes sí parece reunirán las firmas para presentarse
como candidatos independientes son la ex panista y esposa (2) de Felipe Calderón, Margarita Zavala, y el ex priista y
Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”. Los porcentajes de
votación que puedan arañar estas candidaturas independientes podrían ser
determinantes para el resultado final.
El escenario de la contienda electoral no es
sencillo. Un gobierno en horas bajas acosado por escándalos de corrupción y
malversación de fondos públicos durante todo el sexenio; una renegociación del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México, Canadá y
la administración Trump, favorable incluso a romper el acuerdo; violencia
estructural, con el narco cada vez enraizado en economía mexicana y 40
periodistas asesinados durante el sexenio de Peña Nieto; y una Ley de Seguridad
Interior que permite entregar el control de la seguridad interna a las Fuerzas
Armadas en un escenario de por ejemplo, protestas populares ante un posible
fraude electoral al más puro estilo Honduras.
Ante eso, López Obrador se ha rodeado de un equipo
donde destacan varios nombres como Esteban Moctezuma, ex secretario de
Gobernación de Zedillo; Víctor Villalobos, denunciado por Greenpeace (3) y otras organizaciones por
ser un hombre de Monsanto y los transgénicos; o su coordinador de programa, y
estrategia de campaña, Alfonso Romo, empresario vinculado en el pasado con Pinochet. (4)
La apuesta es clara, pragmatismo para ganar (y,
sobre todo, que las élites económicas que gobiernan México, y los Estados
Unidos, te permitan hacerlo), sin sacrificar el horizonte del proyecto
político. Un gobierno de López Obrador, aun desde la moderación, que combata
frontalmente la corrupción, afronte de verdad el problema del narco,
redistribuya la riqueza mejorando las condiciones materiales de los sectores populares,
y recupere la soberanía en política exterior, sería una importantísimo avance
para todo América Latina y el Caribe.
El ex presidente LULA es el favorito a nivel nacional, de CONFIANZA del pueblo brasileño, por el gran trabajo político-social que realizó en sus dos gobiernos anteriores, pero también es el "favorito" para ser destrozado personalmente, demolido políticamente esta semana cuando se proceda con el Juicio que le siguen la "santa alianza": El gobierno corrupto y mafioso actual, sectores conservadores y corruptos del Poder Judicial y el Poder de poderes de los medios de comunicación. El Poder de O'Globo, por ejemplo.
***
Brasil, ¿elecciones sin Lula?
Todo parece indicar que, tras el impeachment contra
Dilma, y después de meses donde Lula aparece primero en todas las encuestas, el
24 de enero se va a consumar el golpe parlamentario, judicial y mediático, si
como todo parece indicar Lula es finalmente condenado (sin una sola prueba) en
segunda instancia, y, por lo tanto, inhabilitado para volver a postularse como
candidato.
En ese caso, el PT y sus aliados de izquierda, como
el PCdoB, tienen la tarea de ganar con otro candidato o candidata que no sean
Lula o Dilma, con la enseñanza aprendida de que si llegan de nuevo al gobierno
no se puede pactar con las élites económicas ni el agronegocio esperando que no
te traicionen.
Todo ello en un escenario de alta complejidad
social donde el segundo candidato con mejor intención de voto es Jair Messias
Bolsonaro, un ex militar de ultraderecha, la versión brasileira de Trump o Le
Pen.
Venezuela, ofensiva chavista.
2017 ha sido el año de la contraofensiva chavista,
en el país donde la lucha de clases se expresa de manera más descarnada en
forma de chavismo contra antichavismo.
Es probable que las elecciones sean convocadas lo
antes posible, una vez terminen las negociaciones entre oficialismo y oposición
en República Dominicana. La victoria en las sucesivas elecciones, Asamblea
Constituyente, Gobernaciones (19 de 23) y Alcaldías (más del 90% para el PSUV y
fuerzas aliadas), así como la fragmentación y división opositora (entre quienes
apuestan por el diálogo y quienes lo hacen por la violencia), permiten avizorar
un escenario de recuperación para el chavismo.
Aun así, garantizar la cohesión de las Fuerzas
Armadas (eslabón que intenta romper la oposición y el imperialismo), lucha
frontal contra la corrupción, y el mayor desafío de todos, recuperación
económica después del terrorismo político, económico y mediático sufrido por la
Revolución Bolivariana tras la muerte de Chávez, son los principales desafíos
de un proyecto que seguirá teniendo a Nicolás Maduro (el mejor Canciller que ha
tenido el ALBA, el mejor Presidente que pudo dejar Chávez a cargo) al frente.
Colombia, consolidar la paz.
Mientras tanto en Colombia se juega mucho más que
la presidencia del país. En las primeras elecciones tras los Acuerdos de La
Habana, la antigua guerrilla de las FARC-EP, ahora Fuerza Armada Revolucionaria
del Común, se presenta a unas elecciones que no va a ganar, pero donde es
necesario posicionar el discurso de la paz y la exigencia de cumplimiento de
los acuerdos. Suman más de 30 ex combatientes de las FARC-EP asesinados desde
la firma de la Paz, y un largo numero de acuerdos todavía por cumplir en esta
fase de posconflicto, como la amnistía para los más 600 presos y presas
políticas farianas.
En ese escenario, son numerosos los candidatos y
candidatas que se presentan a las elecciones, y todavía incierto el desenlace.
El peor escenario posible, una segunda vuelta entre
el candidato del uribismo, Iván Duque, y el ex Vicepresidente de Santos, Germán
Vargas Lleras, que ha mostrado públicamente su discrepancia con algunos puntos
de los Acuerdos de La Habana. Este escenario sería ciertamente peor que el de
las anteriores elecciones presidenciales, cuando hubo que escoger entre el
uribista Zuluaga, y el ex Ministro de Defensa de Uribe, y actual Presidente,
Juan Manuel Santos.
Otro escenario podría ser el de Vargas Lleras,
apoyado por el uribismo, frente a una alianza más amplia como la que se está
conformando en torno al ex Alcalde de Medellín y ex Gobernador de Antioquia,
Sergio Fajardo, con el apoyo del Polo Democrático y el Partido Verde (Jorge
Enrique Robledo y Claudia López serían candidatos al Senado por la Coalición
Colombia).
En este contexto, será determinante el discurso y
el porcentaje de votos que puedan obtener en primera vuelta no solo las FARC,
si no otros candidatos como el ex Jefe Negociador de Santos en La Habana,
Humberto de La Calle, avalado por el Partido Liberal, o la defensora de los
Derechos Humanos, Piedad Córdoba, que ha reunido las firmas necesarias para ser
candidata independiente, así como Gustavo Petro, ex Alcalde de Bogotá, que
podría terminar sumándose al bloque de Fajardo.
Las izquierdas posibles.
En la mayor parte de los escenarios electorales que
hemos repasado, las candidaturas son la izquierda posible en cada lugar y
momento histórico.
Con excepción de Cuba (cuya Asamblea Nacional del
Poder Popular también escogerá Presidente de la República el 19 de abril),
donde 59 años después de su triunfo, se sigue construyendo una revolución
socialista, en el resto de América Latina, la por otra parte única región en el
mundo donde se construyen escenarios posneoliberales, es necesario seguir
apoyando las alternativas posibles de izquierda para hacer frente al auge, en
otras parte del continente y el planeta, del populismo de derecha que legitima
las políticas criminales de Estados Unidos y la Unión Europea, en lo económico
terminando de desmontar, con la complicidad de la socialdemocracia, las
conquistas sociales de la clase obrera; y levantando muros, físicos o mentales,
que legitiman el racismo y la xenofobia. Todo ello amparado un brazo armado, la
OTAN, que abre paso al saqueo de los recursos naturales de los países de Medio
Oriente, provocando un círculo vicioso de bombardeos, muertes, migraciones y
más muertes en las fronteras, como la invisible del Mar Mediterráneo.
Mientras tanto, el desafío para estas izquierdas
posibles es el de construir alternativas al capitalismo en el ámbito económico,
donde la apuesta es la uberización de la economía, la desregularización total
de la misma (excepto cuando necesiten al Estado para desmontan las conquistas
del ciclo progresista); pero sobre todo, construir alternativas en el ámbito
cultural, disputar la hegemonía capitalista en el ámbito cultural (y mediático)
para construir pueblo y no ciudadanos consumidores diluidos en la falsa ilusión
de la clase media.
Todo ello en
un mundo devorado por el penúltimo intento de Estados Unidos por mantener su
hegemonía y donde la victoria de Trump (que a pesar de las amenazas vía Twitter
y su vergonzosa política hacia Cuba o Palestina, hasta el momento ha provocado
menos guerras que Obama y Hillary Clinton) solo es un síntoma de la época que nos ha tocado vivir, y de
una enfermedad llamada capitalismo.
*****
Notas:
1.- Una de
las múltiples encuestas realizadas en estos días por medios del régimen. En
todas ellas aparece AMLO en primer lugar https://www.eleconomista.com.mx/politica/AMLO-sigue-al-frente-Anaya-en-segundo-sobre-Meade-20180117-0007.html
2.- No
debería ser argumento para ninguna mujer candidata ser la esposa de nadie, pero
en este caso es necesario subrayar que no se le conoce a Zavala ninguna
trayectoria política propia, más allá de ser la esposa del ex Presidente
Calderón, en una operación destinada a debilitar a Anaya y fortalecer, en
última instancia, a Meade, quien fue Secretario/Ministro de Energía, y de
Hacienda Crédito Público de Calderón.
3.- http://www.greenpeace.org/mexico/es/Noticias/2017/Noviembre/Con-Victor-Villalobos-en-el-gabinete-de-Morena-el-campo-mexicano-esta-en-riesgo/
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