SEÑOR PRESIDENTE UD. PERDIÓ
LA CONFIANZA DEL PUEBLO. ES EL ÚNICO RESPONSABLE, DE LA CRISIS POLÍTICA PRIMERO
POR MENTIR, Y SEGUNDO POR LA TRAICIÓN A LA DIGNIDAD DE LOS PERUANOS CON EL
INDULTO POLÍTICO AL SEÑOR FUJIMORI. DIALOGO NACIONAL.- Pacificación, Derechos Humanos, Reconciliación Nacional, “Gobernabilidad” y
con que más sueñan, imposible en la actual coyuntura. Primero salvaron la DEMOCRACIA al NO permitir que el
fujimorismo desde el Congreso de “El Golpe de Estado” al producirse la VACANCIA. Se puso un “freno político” a
las ambiciones golpistas, Segundo, pero solo usted pensaba - o como afirman
otros analistas y opinologos, NEGOCIABA -
la politiquería del toma y daca - con el Congresista Fujimori para lograr la
libertad de su Padre, y tercero, para el PERÚ, el Indulto - más rápido de la
Historia - representa la TRAICIÓN
más escandalosa de fin de año y con seguridad después de la “Pagina
Once”,(1968), la más humillante de los últimos 50 años; la
LIBERTAD del ex presidente preso por
crímenes de lesa humanidad, corrupción, secuestro, robo, Renuncia por FAX, etc.
etc..
SEÑOR PRESIDENTE PERDIÓ
TOTALMENTE LA CONFIANZA DEL PUEBLO, CONCILIACIÓN, ni asomo, “SUEÑAN con
GOBERNABILIDAD”, CERO. En cambio lo
que hoy tenemos es un ESCENARIO NACIONAL
POLARIZADO, cada vez con mayor movilización de la SOCIEDAD CIVIL - La CIUDADANÍA conforme pasan los días - sigue
evaluando el daño, la ofensa a la
DIGNIDAD NACIONAL, a la Memoria de los Deudos de Barrios Altos, la Cantuta, los campesinos del
Santa, los secuestros, persecución, cárceles a sus opositores y todo el
beneficio a su Asesor Montesinos. Presidente aún queda una poderosa “arma
democrática” presente el DIÁLOGO
NACIONAL, pero no con los Politiqueros - o Jefes de movimientos políticos -
NO señor, la mayoría de ellos - estas élites, están contaminadas con la
corrupción, el robo, la mentira y la farsa política -.
SEÑOR PRESIDENTE, CON SUS
ASESORES - si aún quedan - llame, invite a los
Representantes de la SOCIEDAD CIVIL
- Colegios Profesionales, colectivos
sociales, frentes de lucha, Estudiantes
de Universidades, Organizaciones Sindicales, Campesinos, pequeños y micro-empresarios,
Dirigentes de Asentamientos Humanos, Comunidades y Pueblos Originarios - No
Señor No es imposible - es realizable un DIALOGO
DEMOCRÁTICO NACIONAL, Cívico,
Representativo, Respetuoso, Horizontal, por la “PACIFICACIÓN NACIONAL” y para comenzar con NUEVO GABINETE - No con parches, sigue la politiquería y la irresponsabilidad, la falta o ausencia de
Compromiso Político. Frente a las Movilizaciones Nacionales Señor - que no se
utilice la REPRESIÓN - hoy los
represores pierden y son derrotados, los radicaloides y “matones políticos”. El CIUDADANO sabe hoy quienes son y qué objetivos nefastos e intereses
personales persiguen….. DIÁLOGO NACIONAL DEMOCRÁTICO, SEÑOR PRESIDENTE? ………. Pablo
Raúl viernes 29 de diciembre del 2017.
/////
LA TRAICIÓN DE
KUCZYNSKI.
*****
Mario
Vargas Llosa.
La
República domingo 31 de diciembre del 2017.
El presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, se
salvó de milagro el 21 de diciembre de ser destituido por “permanente
incapacidad moral” por un Congreso donde una mayoría fujimorista le había
tumbado ya cinco ministros y tenía paralizado a su Gobierno.
La acusación se basaba en unas
confesiones de Odebrecht, en Brasil,
afirmando que en los años en que Kuczynski fue
ministro de Economía y Primer Ministro, la empresa brasileña había pagado a una
compañía suya la suma de 782.207,28 dólares. A la hora de la votación, se
dividieron los parlamentarios del APRA, de Acción Popular, de la izquierda y
–oh, sorpresa– los propios fujimoristas, diez de los cuales, encabezados por Kenji, el hijo de Fujimori, se abstuvieron. Los
que respaldaron la moción se quedaron ocho votos por debajo de los 87 que
hacían falta para echar al presidente.
Esta sesión fue precedida de un
debate nacional en el que todas las fuerzas democráticas del país rechazaron el
intento fujimorista de defenestrar a un jefe de Estado que, si bien había
pecado de negligencia y de conflicto de intereses al no documentar legalmente
su separación de la empresa que prestó servicios a Odebrecht mientras era
ministro, tenía derecho a una investigación judicial imparcial ante la cual pudiera
presentar sus descargos, y a lo que parecía un intento más del fujimorismo para
hacerse con el poder.
Vale la pena recordar que Kuczynski ganó las
elecciones presidenciales poco menos que raspando y gracias a que votaron por
él todas las fuerzas democráticas, incluida la izquierda, creyéndole su firme y
repetida promesa de que, si llegaba al poder, no habría indulto para el
exdictador condenado a 25 años de cárcel por sus crímenes y violaciones a los
derechos humanos. Hubo manifestaciones a favor de la democracia y muchos
periodistas y políticos independientes se movilizaron contra lo que
consideraban (y era) un intento de golpe de Estado. En un emotivo discurso (por
el que yo lo felicité) el presidente pidió perdón a los peruanos por aquella
“negligencia” y aseguró que, en el futuro, abandonaría su pasividad y sería más
enérgico en su acción política.
Lo que muy pocos sabían es que, al
mismo tiempo que hacía estos gestos como víctima del fujimorismo, Kuczynski negociaba a
escondidas con el hijo del dictador o con el dictador mismo un sucio
cambalache: el indulto presidencial al reo por “razones humanitarias” a cambio
de los votos que le evitaran la defenestración. Esto explica la misteriosa
abstención de los diez fujimoristas que salvaron al presidente.
De esta manera, quienes en las
últimas elecciones presidenciales votamos por Kuczynski creyéndole
que en su mandato no habría indulto para el dictador que asoló el Perú,
cometiendo crímenes terribles contra los derechos humanos y robando a mansalva,
hemos contribuido sin saberlo ni quererlo a llevar otra vez al poder a Fujimori y a sus huestes.
Porque, no nos engañemos, el fujimorismo tiene ahora, gracias a Kuczynski, no sólo el control
del Parlamento, por el 40% de votantes que en las elecciones respaldaron a Keiko Fujimori; controla
también el Ejecutivo, pues Kuczynski,
con su pacto secreto, no ha utilizado al exdictador, más bien se ha convertido
en su cómplice y rehén. En adelante, deberá servirlo, o le seguirán tumbando
ministros, o lo defenestrarán. Y esta vez no habrá demócratas que se movilicen
para defenderlo.
Por lo pronto, el proyecto
fujimorista para defenestrar a los fiscales y jueces que podrían ahondar en la
investigación, ya insinuada por Odebrecht,
de que Keiko Fujimorirecibió dinero
de la celebérrima organización para sus campañas electorales, podría tener
éxito. Recordemos que el avasallamiento del poder judicial fue una de las
primeras medidas de Fujimori cuando dio el
golpe de Estado en 1992.
El fujimorismo tiene ya un control
directo o indirecto de buen número de los medios de comunicación en el Perú,
pero algunos, como El Comercio, se le han ido de las manos. ¿Hasta cuándo podrá
mantener ese diario la imparcialidad democrática que le impuso el nuevo
director desde que asumió su cargo? No hay que ser adivino para saber que el
fujimorismo, envalentonado con la recuperación de su caudillo, no cesará hasta
conseguir reemplazarlo por alguien menos independiente y objetivo.
Luego de este descalabro democrático
¿en qué condiciones llegará el Perú a las elecciones de 2021? El fujimorismo
las espera con impaciencia, ya que es más seguro gobernar directamente que a
través de aliados de dudosa lealtad. ¿No podría Kuczynski traicionarlos
también? Las próximas elecciones son fundamentales para que el fujimorismo
consolide su poder, como en aquellos diez años en que gozó de absoluta
impunidad para sus fechorías. En su discurso exculpatorio Kuczynski llamó “errores
y excesos” a los asesinatos colectivos, torturas, secuestros y desapariciones
cometidos por Fujimori. Y éste le dio
inmediatamente la razón pidiendo perdón a aquellos peruanos que, sin quererlo,
“había decepcionado”. Solo faltó que se dieran un abrazo.
Felizmente, la realidad suele ser
más complicada que los esquemas y proyecciones que resultan de las intrigas
políticas. ¿Imaginó Kuczynski que el indulto
iba a incendiar el Perú, donde, mientras escribo este artículo, las
manifestaciones de protesta se multiplican por doquier pese a las cargas
policiales? ¿Sospechó que partidarios honestos renunciarían a su partido y a su
gabinete? Yo nunca hubiera imaginado que tras la figura bonachona de ese
tecnócrata benigno que parecía Kuczynski,
se ocultara un pequeño Maquiavelo ducho en intrigas, duplicidades y mentiras.
La última vez que nos vimos, en Madrid, le dije: “Ojalá no pases a la historia
como el presidente que amnistió a un asesino y un ladrón”. Él no ha asesinado a
nadie todavía y no lo creo capaz de robar, pero, estoy seguro, si llega a infiltrarse en la historia será
sólo por la infame credencial de haber traicionado a
los millones de compatriotas que lo llevamos a la Presidencia.
Madrid,
diciembre de 2017.
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