Los resultados del 27 de mayo metieron miedo a los personeros del régimen político y de los estamentos económicos dominantes. Por eso horas después de conocidos los resultados electorales y en los días siguientes todo el establecimiento económico, político y mediático filaron, sin vergüenza, a las toldas de la candidatura de la extrema derecha con los argumentos más inverosímiles. Allí llegaron las huestes de Germán Vargas Lleras, y su partido Cambio Radical. Solo Carlos Fernando Galán senador de dicho partido e hijo del inmolado Luis Carlos Galán, tuvo la honradez política de renunciar a dicho partido y a su curul en el Congreso de la República argumentando que no compartía la adhesión de su partido a la candidatura de Duque al tiempo que anunció su voto en blanco, opción legal que en Colombia es permitida por la legislación electoral.
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Iván Duque - el uribista de extrema derecha - y Gustavo Pero, representa a la Izquierda Democrática, ex alcalde de Bogotá. Todas las Encuestas (La Encuestología) anuncian el triunfo de Duque o Petro
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ELECCIONES
EN COLOMBIA: TODO EL RÉGIMEN CONTRA GUSTAVO PETRO.
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Pedro Santana
Rodríguez
ALAI. Martes
12 de junio del 2018.
ALAI
AMLATINA, 07/06/2018.- El resultado de la primera vuelta presidencial dejó
como hemos señalado varios hechos innegables que merecen la pena de ser
recordados. El centro izquierda logró cosechar unos resultados que no había
logrado en la historia del país a lo largo de toda su vida republicana. El voto
libre representado en las candidaturas de izquierda democrática por Gustavo
Petro y el voto del centro político representado en la candidatura de Sergio
Fajardo, obtuvieron 9´440.950 votos y sumaron el 48,81%. Si a ello se agregan los
votos del candidato Humberto de la Calle, 399.180, estos tres candidatos que
representan en Colombia el espectro político del centro izquierda lograron el
50,87% del total de la votación que hubiese bastado, de lograr una coalición,
para ganar en primera vuelta. Estos tres candidatos además a lo largo de la
campaña se comprometieron a cumplir con los Acuerdos de Paz sin reparos. Si a
ello se suma la votación de Germán Vargas Lleras que al final de su errática
campaña manifestó que apoyaría los acuerdos puesto que sus críticas ya habían
sido recogidas por el Congreso y las Cortes, se llegaría un 58,15% de los
electores que concurrieron a las elecciones este 27 de mayo. Por su parte la
extrema derecha representada en Iván Duque Márquez logró 7´569.693 votos, el
39,14% del total de la votación. Esta campaña hizo de la promesa de reformar
los acuerdos del Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia,
FARC, uno de los ejes de su campaña,
En un
sistema electoral como el colombiano en que se contempla el sistema de dos
vueltas cuando ninguno de los candidatos logra más del 50% del total de los
votos, que fue lo que ocurrió este 27 de mayo, se requiere una segunda vuelta
presidencial entre los dos candidatos que sacaron la mayor cantidad de votos.
Así que este domingo 17 de junio los colombianos/as concurriremos a las urnas
para definir quién regirá los destinos del país por los próximos cuatro años.
En esta nueva contienda los candidatos son el de la extrema derecha Iván Duque
y el de la izquierda democrática Gustavo Petro.
Los
resultados del 27 de mayo metieron miedo a los personeros del régimen político
y de los estamentos económicos dominantes. Por eso horas después de conocidos
los resultados electorales y en los días siguientes todo el establecimiento
económico, político y mediático filaron, sin vergüenza, a las toldas de la
candidatura de la extrema derecha con los argumentos más inverosímiles. Allí
llegaron las huestes de Germán Vargas Lleras, y su partido Cambio Radical. Solo
Carlos Fernando Galán senador de dicho partido e hijo del inmolado Luis Carlos
Galán, tuvo la honradez política de renunciar a dicho partido y a su curul en
el Congreso de la República argumentando que no compartía la adhesión de su
partido a la candidatura de Duque al tiempo que anunció su voto en blanco,
opción legal que en Colombia es permitida por la legislación electoral.
Todos a una contra Petro
El director
del Partido Liberal, el ex presidente César Gaviria adhirió también a la
campaña de Duque con argumentos traídos de los cabellos. Que Duque tenía una
formación liberal, que respetaría en lo fundamental los acuerdos de Paz cuando
en la campaña siempre ha anunciado reformas a los Acuerdos del Gobierno con las
FARC; Gaviria sin sonrojarse anunció que su Partido y él mismo, que por encargo
de Santos fue el coordinador de la campaña del SI a los Acuerdos en el
plebiscito del 2 de octubre de 2016, anunció sin mucha trascendencia su ingreso
a la campaña de Duque y del uribismo a quienes había acusado del deterioro de
la institucionalidad, de acudir a la mentira y al engaño para oponerse a los
Acuerdos de Paz y de las alianzas de Uribe con la criminalidad cuando ejerció
como presidente de la República (2002-2010). Ver para creer. En esa misma línea
de argumentación los principales soportes políticos del Gobierno de Santos,
incluido su partido, el Partido de la Unidad Nacional así como los restos del
Partido Conservador, que aún estaban por fuera de la campaña de Duque, le
anunciaron su respaldo.
Detrás de
ellos han venido los pronunciamientos de gremios económicos como la
tradicionalista y terrateniente, Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, que
ha calificado el programa agrario de Duque que no es más que el respaldo del
Estado al latifundismo como el mejor programa agrario para el país. Los gremios
de los fondos privados de pensiones que quieren acabar con el sistema de prima
media y privatizar completamente el sistema público representado en
Colpensiones anuncian su respaldo no sin dejar de señalar que se requiere la
privatización del sistema de pensiones en el país y detrás de ellos está el
respaldo de los “cacaos” es decir de los principales grupos económicos del
país. Se da por descontado además el respaldo activo de los principales medios
de comunicación de los cuales son propietarios esos mismos “cacaos”. Todo el
régimen respalda a Duque.
Entre tanto
los principales líderes del centro político se lavan las manos y anuncian su
voto en blanco. Tanto Sergio Fajardo, Humberto de la Calle y Jorge Enrique
Robledo han anunciado su voto en blanco. Han argüido diversas razones: que no
comparten parte del programa de Petro, que para ser coherentes con sus
electores no se sienten representados en el candidato de la izquierda que tiene
rasgos autoritarios y demostró en su paso por la Alcaldía de Bogotá que no sabe
trabajar en equipo; que por eso hicieron una campaña diferente a la de Petro y
que no pueden llamar a votar por una propuesta que pondría en riesgo la
propiedad privada y que ellos se diferenciaron en esos puntos en la campaña de
primera vuelta. La verdad es que en esta coyuntura, pese a que el voto en
blanco es un derecho y que tienen valga la redundancia, todo el derecho para
ejercerlo, el voto en blanco ayuda a que Duque gane en esta segunda vuelta sin
que ese voto tenga más efecto que deslegitimar tanto a Petro al que no apoyan
como a Duque al que tampoco respaldan.
Las primeras
encuestas publicadas después del 27 de mayo nos dan la razón en este análisis.
Una de ellas señala que Duque ganaría con el 52% que hoy tendría en intención
de voto, Gustavo Petro tendría el 34% y el voto en blanco el 14%. Las encuetas
que en las elecciones del pasado 27 de mayo estuvieron cerca de los resultados
finales muestran que entre el respaldo a Petro y el voto en blanco se tendría
un 48% de la intención de voto hoy. La verdad es que el voto en blanco sirve a
Duque en la práctica sin efectos prácticos más allá de tranquilizar sus
conciencias y de una supuesta deslegitimación de los dos candidatos en pugna.
Ahora
bien en las Fuerzas que respaldaron la opción del centro político esto es, el
Polo Democrático y la Alianza Partido Verde, sus mayorías parlamentarias y sus
órganos directivos han anunciado su respaldo a Gustavo Petro y lo han hecho suscribiendo acuerdos para un gobierno
de cambio, de transición, de coalición, en lo cual Petro ha sido generoso.
También el Movimiento Nuestro Partido es Colombia de la candidata a la
Vicepresidencia de la campaña de Humberto
de la Calle, Clara López, anunció un acuerdo programático y su respaldo al
candidato de la Colombia Humana, Gustavo
Petro.
Varios
hechos hay que resaltar de lo que ha dejado al país esta campaña electoral. El
primero que ha sido una campaña en que pese a la polarización en las redes
sociales, en el saboteo de la derecha a la candidatura de Rodrigo Londoño, Timochenko, de la Fuerza Alternativa
Revolucionaria del Común, FARC, partido surgido del proceso con la
guerrilla de las FARC, que terminó
con el retiro de su candidatura presidencial y al ataque a Gustavo Petro el viernes 2 de marzo en la ciudad de Cúcuta, son
pese a ello, las elecciones más pacíficas realizadas en los últimos cincuenta
años en el país. Un segundo hecho a resaltar es que desaparecida la principal
guerrilla en el país emergieron en el debate presidencial los temas de mayor
preocupación de los colombianos: la corrupción que carcome a todas las
instituciones públicas en el país y a una buena parte del sector privado; la
salud en que pese a que el 95% de los colombianos/as tenemos afiliación somos
víctimas de un sistema ineficiente y corrupto en que mueren por causas
evitables más ciudadanos que los que perecieron en el conflicto armado; la
crisis del modelo extractivista como el eje del crecimiento económico y la
necesidad de transitar a las energías limpias y a un modelo de desarrollo
responsable con el medio ambiente; la necesidad de diseñar políticas públicas
para un 48% de la población que sobrevive en oficios informales, la economía
del rebusque, que va de la mano de una reindustrialización del país; la
necesidad de una reforma agraria integral que formalice la propiedad de
campesinos poseedores que no tienen títulos de propiedad y que haya una
redistribución de la tierra concentrada de manera excesiva en que no más de
2.500 propietarios son dueños del 52% de las tierras productivas del país; se
corrió el velo que ocultaba que Colombia es el tercer país más desigual del
planeta apenas superado por Haití y Angola. Y ello en buena medida se debió a
la campaña de Gustavo Petro que desde el comienzo insistió en estos problemas y
obligó a todas las campañas a referirse a los mismos.
No tengo la
menor duda que en esta coyuntura hay que respaldar al candidato de la Colombia
Humana si queremos avanzar en la construcción de un país moderno y con justicia
social profundizando la democracia, fortaleciendo la división de poderes,
redistribuyendo una parte de la riqueza y fortaleciendo a las entidades
públicas al tiempo que se combate la elusión y evasión fiscal y estableciendo
un régimen de hacienda pública en que tributen más los que más tienen. Un país
en que se combata la corrupción que defrauda a las finanzas públicas en 50
billones de pesos cada año, unos 15 mil millones de dólares, según la
Contraloría General de la República. El programa de Petro recoge las banderas de la izquierda democrática en el país y
de los sectores progresistas que desde Rafael
Uribe Uribe a comienzos del siglo XX batalló por construir una sociedad más
justa e igualitaria legado recogido por la revolución liberal en marcha de Alfonso López Pumarejo y por el
inmolado líder popular Jorge Eliécer
Gaitán, asesinado el 9 de abril de
1948. No sé si nos alcanzará para ganar en esta contienda, pero, de una cosa
estoy seguro, el país reclama un cambio y se ha puesto en marcha para lograrlo.
Bogotá junio 7 de 2018.
Pedro Santana Rodríguez.- Director
Revista Sur
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