sábado, 23 de junio de 2018

ESTADOS UNIDOS: CUATRO PALABRAS QUE CAMBIARON EL CURSO DE LA HISTORIA.

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EL LLANTO DE NIÑOS SEPARADOS DE SUS PADRES EN LA FRONTERA DE EEUU PROVOCA UN ALUVIÓN DE CRÍTICAS CONTRA TRUMP.- La política de «tolerancia cero» con la  inmigración  prometida por el Gobierno de Donald  Trump en la frontera  entre Estados Unidos y México ha provocado la separación de cientos de familias y que niños  de corta edad -incluso de un año- hayan quedado recluidos sin sus padres, lo que ha generado una ola de críticas de quienes consideran esta medida no solo innecesaria, sino también contraria a los Derechos Humanos.

El Departamento de Seguridad Interior calcula que casi 2.000 menores han sido separados de sus padres o tutores en solo seis semanas e incluso ha difundido imágenes en las que se ve cómo algunos de estos niños están encerrados en jaulas. Los medios también se han hecho eco en los últimos días de historias de desgarro en las que los afectados, en su mayoría procedentes de países centroamericanos, claman a gritos permanecer juntos.

El portal Propublica difundió el lunes una grabación de sonido en la que se escuchan a varios niños llamar a voces a sus padres, ante la indiferencia de unos agentes fronterizos que incluso llegan a ironizar con la «orquesta» de gritos. Una niña salvadoreña de seis años implora que alguien la lleve al menos con su tía y explica que se sabe de memoria su número de teléfono.

«Estados Unidos no será un campo de migrantes y no habrá instalaciones para tener a refugiados», proclamó Trump el lunes, durante el encuentro en la Casa Blanca en el que anunció la creación de una nueva fuerza espacial. «No bajo mi mando», apostilló el presidente, que por ahora no ha dado muestras de cambiar su dura política.

Trump también advirtió el lunes en Twitter de que «los niños" están siendo utilizados por algunos de los peores criminales del mundo como un medio para entrar» en Estados Unidos. Así, aludió a unas cifras de delincuencia «histórica» al otro lado de la frontera y subrayó: «Esto no va a ocurrir en Estados Unidos».

El fiscal general, Jeff Sessions, no dudó en citar la semana pasada la Biblia para justificar la medida y la secretaría de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, insistió el lunes en que la Administración «no se va a disculpar por hacer su trabajo». «No podemos fingir que todos los que vienen a este país como una familia lo son de verdad», alegó.

Sin embargo, solo parte del Partido Republicano parece entender la «tolerancia cero» con los niños e incluso la primera dama, Melania Trump, reconoció en un simbólico comunicado que «odia» ver cómo las familias son separadas. También se han posicionado en contra el resto de primeras damas vivas -Rosalynn Carter, Hillary Clinton, Laura Bush y Michelle Obama-, en una unidad sin precedentes.

Los ecos de esta polémica han llegado a la ONU, cuyo secretario general, António Guterres, ha abogado por preservar la unidad familiar y por no «traumatizar» a los niños. «Los refugiados y los migrantes siempre deberían ser tratados con respeto y dignidad y de acuerdo con el Derecho Internacional existente», ha añadido. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, también ha cuestionado una práctica que implica un «abuso» contra la infancia y que, en su opinión, puede provocar «daños irreparables» y de por vida para los menores afectados. Para Zeid, es «inconcebible» que un país «busque disuadir a los padres infligiendo un abuso así sobre los niños».

La directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, ha subrayado que los menores «deben ser protegidos» y «tienen que estar con sus familias». «Hay formas efectivas de garantizar el orden y el control soberano de las fronteras sin someter a las familias al trauma psicológico de la separación entre padres e hijos», ha declarado, por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. Las asociaciones de médicos o los obispos de Estados Unidos también se han pronunciado en contra de una práctica que la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) ha tachado de «cruel» y que ha recibido la condena unánime de las organizaciones internacionales defensoras de los Derechos Humanos, en la medida en que todas ellas creen que no se está teniendo en cuenta el interés último de los menores.
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Miles de niños hijos de inmigrantes, secuestrados y encarcelados por la política migratoria de "tolerancia cero" del presidente Trump.
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ESTADOS UNIDOS: CUATRO PALABRAS QUE CAMBIARON EL CURSO DE LA HISTORIA.

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Amy Goodman y Denis Moynihan.

Democracy Now!

Rebelión sábado 23 de junio del 2018.

-¿También bebés?

-También bebés.

Estas cuatro palabras, emitidas por la cadena de noticias CBS en 1969, tuvieron un profundo impacto en la opinión pública estadounidense, en la presidencia de Nixon y en el curso de la Guerra de Vietnam. Esta semana, la pregunta sobre los bebés volvió a escucharse en la Casa Blanca, esta vez en torno a los miles de niños inmigrantes, algunos de apenas unos meses, arrancados de los brazos de sus madres y padres y encarcelados en jaulas por orden del presidente Donald Trump.

La pregunta “¿También bebés?” fue planteada hace medio siglo por el experimentado periodista de investigación Mike Wallace a un joven veterano de guerra de Vietnam llamado Paul Meadlo. “También bebés”, respondió Meadlo, un soldado raso del ejército que, junto con muchos otros soldados estadounidenses, había llevado a cabo una incursión contra un poblado vietnamita llamado My Lai el 16 de marzo de 1968.

Lo que siguió llegó a conocerse como la Masacre de My Lai. Los soldados estadounidenses masacraron a más de 500 civiles en el transcurso del día. “Suplicaban y decían: ‘No, no’. Y las madres abrazaban a sus hijos y… bueno, seguimos disparando. Ellos agitaban los brazos y suplicaban”, le declaró Meadlo a Wallace.

Meadlo llegó a la entrevista con CBS gracias a un joven periodista independiente llamado Seymour Hersh, que estaba investigando la masacre. Hersh localizó a Meadlo, obtuvo su testimonio y lo convenció de hacer la entrevista para CBS. Lo que el periodista descubrió sobre la masacre de My Lai lo atormenta hasta el día de hoy. En una entrevista para Democracy Now! sobre su nuevo libro, Reporter: A Memoir (Periodista: una autobiografía, en español), Hersh expresó:

“En lugar de encontrarse con el enemigo, en el poblado solo había familias, mujeres, niños y ancianos. Y entonces comenzaron a asesinarlos. Los arrojaron a una zanja, violaron a las mujeres, los mataron. Arrojaban a los bebés y les disparaban con bayonetas. Esto fue difícil de procesar para mí, fue muy difícil en el primer año. Algunas de las cosas que mantuve fuera del artículo inicial eran simplemente horrendas”.

En cuanto a la aparición de Meadlo en CBS , Hersh recordó: “Mike Wallace, que era fuerte como un toro, le preguntó cinco veces en esa entrevista, ‘¿También bebés?’ y siguió repitiendo ‘¿También bebés?’”.

Más adelante, Hersh publicó el informe sobre la masacre en la pequeña agencia de noticias antibélicas Dispatch News Service, después de que varios de los principales medios estadounidenses la rechazaran. En 1970 recibió el Premio Pulitzer por esta investigación. Hersh considera que existen paralelismos entre aquella situación y la cobertura que finalmente está haciendo la prensa sobre la actual crisis de separación de familias inmigrantes. “Esto podría ser un punto de inflexión”, opinó Hersh.
 
 
Niño inmigrante secuestrado, encarcelado y  separado de sus padres. Presos en cárceles por al política "tolerancia cero" del presidente Trump. Actos verdaderamente criminales. Un nuevo "Niño Símbolo" de la Inmigración mundializada  producto de la miseria, el saqueo del capitalismo corporativo global de los recursos naturales, así como la profunda, salvaje e inhumana desigualdad social 2018.
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Hoy vemos fotos de niños y niñas llorando junto a sus padres y madres esposados, y hemos podido escuchar una grabación publicada por el medio ProPublica donde se escucha a los niños gritar “¡Mamá! ¡Papi!” mientras un guardia se burla de ellos, diciéndoles “Bueno, aquí tenemos una orquesta. Solo falta el director”. Autoridades electas y medios de comunicación se han congregado en la región fronteriza de Estados Unidos y México para exigir el acceso a los centros de detención. La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, fue interrogada en una conferencia de prensa en la Casa Blanca acerca de por qué su departamento solo había publicado fotos de niños de más de 10 años de edad encarcelados en jaulas y ninguna foto de niñas o niños pequeños. “¿Dónde están las niñas? ¿Dónde están los bebés?”, le preguntaron varias veces. La confusión de la secretaria Nielsen sobre el paradero de bebés y niñas desató reacciones aún más fuertes.

La política de Trump de “tolerancia cero” hacia inmigrantes indocumentados y solicitantes de asilo en la frontera sur de Estados Unidos, anunciada por el fiscal general Jeff Sessions el pasado 6 de abril, permitió que el Departamento de Seguridad Nacional, con su Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y su Patrulla Fronteriza, arrestara a los adultos sospechosos de cruzar la frontera sin la documentación adecuada, y los separara de sus hijos. La cantidad de niños y niñas secuestrados por estos organismos es mayor a 2.300. La revista electrónica The Intercept estima que han sido más de 3.700 desde octubre.

Decenas de activistas defensores de los derechos de los inmigrantes han organizado protestas en todo el país contra la orden de Trump desde el mismo día de su emisión. El movimiento se fue multiplicando. Muchos congresistas exigieron ver a los niños encarcelados. Gobernadores demócratas y republicanos comenzaron a emitir órdenes ejecutivas para retirar o impedir que las tropas de la Guardia Nacional dependientes de sus estados acudan a la frontera para ayudar al Departamento de Seguridad Nacional. Varias aerolíneas se unieron en su rechazo de transportar a los niños separados de sus padres. El miércoles, finalmente, Trump emitió una orden ejecutiva que revierte su propia decisión. Desde ahora, las familias ya no serán separadas al atravesar la frontera.

Sin embargo, eso no soluciona la crisis de los miles de niños y niñas que ya han sido arrancados de los brazos de sus padres. No se generó un mecanismo para reunir a los padres, de los cuales algunos ya han sido deportados, con sus hijos, que todavía están en jaulas, cárceles y campamentos de emergencia establecidos a lo largo de todo el país en 17 estados.

Hace cincuenta años, cuatro palabras escuchadas en todo el país cambiaron el curso de la Guerra de Vietnam: la pregunta “¿También bebés?” y la respuesta “También bebés”. Cuatro palabras que se escucharon esta semana, “Mamá, mamá. Papi, papi”, expusieron la crueldad del gobierno de Trump y cambiaron poderosamente el curso del debate sobre la inmigración.

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© 2018 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

AMY GOODMAN es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

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