¿FUE COLÓN UN GENOCIDA?
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"La ciudad de Los Ángeles tiene su origen y nombre en
un pasado español. La fundó, el 4 de septiembre de 1781, un
gobernador andaluz, Felipe de Neve. Para entonces, el marino genovés Cristóbal
Colón llevaba la cifra redonda de 275 años muerto. El concejal angelino Mitch
O’Farrell encabeza el movimiento que pretende demostrar que el hombre que llegó
a América creyendo que eran las Indias fue un genocida. El pasado sábado fue el
artífice de que se retirase una estatua de tamaño natural del Conquistador en un parque del centro de la ciudad que había
sido instalada en 1973, entonces un regalo de una asociación de italianos del
sur de California y hoy una “mancha de la historia”. ¿Fue este navegante el
culpable del mayor genocidio de la historia?, como proclamó O’ Farrell tras el
acto, al que acudieron más de un centenar de personas, entre ellas,
descendientes de indios que daban gritos de alegría y tocaban sus tambores.
EL CONQUISTADOR
La
mayoría de los historiadores consultados niegan con rotundidad que Cristoforo
Colombo pueda ser tildado de genocida. “Es una figura que hasta ahora no había
sido contestada gracias a sus logros en la navegación, por colonizar un nuevo
espacio y porque supuso una globalización”, dice Carlos Martínez Shaw, catedrático
emérito de Historia Moderna de la Universidad Nacional de Educación a Distancia
(UNED) y miembro de la Real Academia de Historia.
“Sin embargo, hay también un
lado oscuro, porque las motivaciones principales de aquel proceso tenían que
ver más con el ansia de hallar oro y especias. Los conquistadores se
encontraron poblaciones a las que, a veces, destrozaron su vida y cultura, y
hubo enfrentamientos con quienes tenían derecho a defenderse de unos intrusos”.
No obstante, no se puede hablar de genocidio, porque “no hubo el deseo de
exterminar una raza, entre otras razones porque se les necesitaba como mano de
obra”, una cuestión que también apunta Pablo
Emilio Pérez-Mallaína, catedrático de Historia de América en la Universidad
de Sevilla y especialista en la colonización americana.
Precisamente
desde el lado americano, Steve
Hackel, profesor de Historia de la Universidad de
California, apoya las reivindicaciones indígenas, pero la retirada de la
estatua le genera “dudas importantes, porque se ha hecho casi en secreto y sin
debate”. Para Hackel, Colón fue “una persona muy controvertida. No propuso ni
practicó el genocidio de nativos, pero se le puede condenar por esclavizar a
cientos de indios. En cualquier caso, no podemos culparle por las prácticas de
los que siguieron sus pasos”. Para el colombiano Mario Jursich, editor y
escritor, “está bien documentado que Colón no encabezó ningún genocidio. Los
que cometieron desmanes y atrocidades contra los indígenas americanos fueron
los que vinieron después de él, los colonizadores”.
Borja de Riquer, profesor de
la Universidad Autónoma de Barcelona, considera que calificar a Colón de
genocida “es excesivo”. El almirante “fue un viajero, más que un gestor”, y la
empresa de América fue “una conquista con todas sus características, en la que
los conquistadores se apropian de todo, territorios y personas. Estas historias
siempre son violentas”. De Riquer suma una cuestión terminológica. “No hay que
hablar tanto de descubrimiento como de conquista y sumisión de una población
por una potencia extranjera”. Más contundente contra las autoridades angelinas
se muestra el catedrático Santiago
Muñoz Machado, miembro de la Real Academia Española, distinguido la semana pasada con el Premio nacional de Historia, por Hablamos la misma lengua,
un libro sobre la expansión del español desde la conquista hasta la
independencia de las colonias. “No hay nada de qué arrepentirse, ni motivo de
condena. Es una agresión cultural retirar los monumentos que recuerdan a
Colón”.
En
el lado opuesto se sitúa el historiador británico Roger Crowley, autor
de El mar
sin fin, Portugal y la forja del primer imperio global. Considera
que cuando Colón pisó suelo americano el 12 de octubre de 1492, “abrió una era
de asesinato masivo por parte de los conquistadores europeos”, por lo que “es
el padre fundador del genocidio en el Nuevo Mundo”, aunque niega que hubiera
intención de exterminio. En esa línea se mueve el historiador de la Autónoma de
Barcelona Antonio Espino López,
autor del libro La conquista de América: Una revisión crítica. “No
se puede hablar de genocidio planificado, pero sí del inicio de grandes
hecatombes en el continente americano”. Mientras que José Luis de Rojas,
profesor de Antropología de América en la Complutense de Madrid, especialista
en la conquista de México, aporta una razón vinculada a la propia vida del
almirante. “Estuvo allí muy poco tiempo, se pasó embarcado media vida”. Además,
“las cifras de muertos están muy exageradas. Mataron más las epidemias como la
viruela, que los españoles”.
JUZGAR HOY LA HISTORIA
Visto
el personaje, toca preguntarse si se puede revisar lo pasado con los ojos de
hoy. Carmen Sanz Ayán,
de la Academia de Historia, catedrática de Historia Moderna de la Complutense,
asegura que este revisionismo histórico sobre Colón era “esperable”. “Es una
corriente que procede desde hace tiempo de algunos departamentos de
universidades americanas, aunque es curioso que venga de descendientes de
comunidades que casi fueron exterminadas por otras civilizaciones”. Según Sanz,
en esos ámbitos universitarios “se está dando peso a quienes quieren imponer
interpretaciones unívocas desde el presentismo y en clara descontextualización.
Esto es algo que va en contra de nuestra ciencia y los historiadores no nos lo
podemos permitir”. En su opinión, este movimiento puede desembocar en “un
peligro mayor, la construcción de lo nacional desde lo etnoculturalista".
"Y en Europa ya sabemos lo que supuso esto”, advierte.
Para Espino López, en cambio,
“hay que revisar todos los imperialismos a fondo, no es solo una cuestión de la
monarquía hispánica del siglo XVI. Todos han sido igual de negativos y han
tratado de justificarse con que las poblaciones resultaron beneficiadas. Ese
tipo de argumentación ya no se sostiene”. Por el contrario, Pérez-Mallaína defiende
que no se puede “calificar lo que pasó en el siglo XV con la moral y las leyes
del siglo XXI. Todos los pueblos han sido dominadores y dominados. Los aztecas
esclavizaban a sus enemigos, los sacrificaban y se comían su corazón”. Borja de Riquer coincide
en que si se juzga con los criterios morales de hoy a personajes históricos del
pasado, “se salvarían muy pocos”.
Martínez Shaw advierte
de que la historia “permite distintas interpretaciones incluso de un hecho
verificado y comprobado”. A Colón hay que “valorarlo desde la historia
universal, más que desde el sometimiento que hubo. Yo prefiero no tocar esas
cuestiones por su gran significado, aunque entiendo que haya quien quiera
hacerlo”. El profesor De Rojas remacha que “hay reconocer lo que pasó para que
no vuelva a suceder, como está ocurriendo en África Central. Lo único que
podemos hacer es asumir nuestro pasado, aunque no seamos los responsables”.
LOS IMPERIOS
En
el debate recurrente entre quienes fueron los malos o los peores, “la conquista
de América no fue muy distinta de las que hicieron los británicos, los
holandeses o los mismos romanos”, apunta De
Riquer. “El colonizador nunca es bueno, pero si comparamos
la huella de los españoles en Hispanoamérica con lo que hicieron los ingleses
en Estados Unidos o los portugueses, en Brasil…”, apunta Consuelo Varela, doctora en
Historia de América e investigadora de la Escuela de Estudios
Hispano-Americanos del CSIC, que además pone este ejemplo: “España fundó la
universidad en Perú en el siglo XVI [Lima, 1551]; mientras que los ingleses
fundaron Harvard en 1636 y en Brasil no la hubo hasta principios del XX, cuando
ya era independiente”. Pérez-Mallaína defiende
que “la colonización española no fue de las peores, porque estuvo muy pegada a
la religión católica y los conquistadores tenían cierto cargo de conciencia;
algo que no ocurrió entre los ingleses”.
El
británico Roger Crowley arrima
la ascua a su país, reconociendo que toda colonización implica “violencia,
saqueo y opresión”, pero que “el dominio de los belgas en el Congo fue peor que
el del Imperio británico en India”. A modo de conclusiones, el profesor De Rojas señala
el motivo real por el que Colón acabó el pasado sábado tumbado en un camión:
“Lo han quitado por lo que representa, más que por lo que realmente hizo”.
Mientras que Jursich lamenta que “nada se gana con ocultar los hechos problemáticos del pasado
eliminándolos de la vista pública”.
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LA CARTA DE LÓPEZ OBRADOR PROVOCA UNA REFRIEGA POLÍTICA EN ESPAÑA.
El presidente mexicano asegura que instar a pedir perdón "para
nada" pone en riesgo las relaciones entre ambos países.
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Sonia
Corona. Miquel Alberola. Eva Saiz.
Diario
El País-España.
México.
Buenos Aires. Jerez de la Frontera.
Martes
26 de marzo del 2019.
El ministro de Exteriores, Josep
Borrell, lo quiso dejar claro: España no pedirá perdón a México por los abusos
de la conquista, como ha solicitado el
presidente de ese país por carta al rey Felipe VI y al Papa. “Del mismo modo que
no vamos a pedir a la República francesa que presente disculpas por lo que
hicieron los soldados de Napoleón cuando invadieron España. Ni los franceses
van a pedir a los italianos que se disculpen por la conquista de las Galias de
Julio César”, dijo. Borrell informó de una conversación con su homólogo mexicano.
“Vamos a hacer todo lo posible para que las relaciones entre los pueblos y los
Gobiernos no se vean enturbiadas por esta iniciativa desafortunada”, señaló.
Fuentes del Gobierno mexicano afirman que Borrell trasladó “el malestar” de
España con el contenido, el tono y el destinatario de la carta y manifiestan su
sorpresa por la repercusión de la misiva en España.
El presidente mexicano aseguró este martes, durante
una rueda de prensa, que su intención al enviar esas cartas era abrir una
reflexión sobre lo
sucedido durante la conquista. “Queremos ver si se puede integrar un grupo conjunto para hacer
una relatoría de lo sucedido y a partir de ahí, de manera humilde, aceptar
nuestros errores, pedir perdón y reconciliarnos entre todos”, dijo. El
mandatario mexicano negó que la polémica por las cartas supusiera un riesgo
para las relaciones diplomáticas:
“Es un asunto de voluntades y de conciencia
de cada quien. Independientemente de la postura que se tenga, esto abre la
posibilidad de la revisión de nuestra historia”. López Obrador avanzó, no
obstante, que no asistirá a los actos de los 500 años de la fundación de la
ciudad de Veracruz el 22 de abril mientras no exista un acuerdo de
reconciliación con España: “No puedo participar en un festejo como jefe del
Estado mexicano hasta que no resolvamos este asunto”.
Tras conocerse la carta del presidente mexicano al
Rey, el Gobierno emitió un comunicado en el que manifestaba su malestar con la
misiva. “Rechazamos con toda rotundidad su contenido”, rezaba el texto. Sin
embargo, el líder del PP, Pablo Casado, recurrió este martes a la polémica para
atacar al Gobierno a la vez que al “amigo izquierdista de Pedro Sánchez” [en
alusión a López Obrador].
“Lo que ha dicho es una auténtica afrenta contra
España. No lo voy a admitir”, declaró Casado en un acto de partido en Jerez de
la Frontera, informa Eva Sáiz. “El Gobierno tiene que decir claramente a este
tipo de gobiernos izquierdistas que no compartimos esas palabras”. El dirigente
popular aprovechó para criticar la política en Latinoamérica de Pedro Sánchez,
a quien acusó de ponerse del lado de Nicolás Maduro en Venezuela y de los
sucesores de Castro, en Cuba. Y añadió: “Yo no creo en la leyenda negra de
España. Ni en la que se trazó hace siglos ni en la que la izquierda acomplejada
intenta ahora escribir. Somos una de las naciones más importantes de la
historia de la humanidad”, señaló.
Casado destacó que, “al contrario de otros imperios”,
los españoles que fueron a América, “acabaron teniendo familia allí”. “Y el
mestizaje, que nos llamen ‘la madre patria’, que compartamos costumbres, lengua
y religión es algo que vamos a reivindicar”, abundó. El ex portavoz del PP en
el Congreso Rafael Hernando declaró en Twitter: “Los españoles fuimos allí y
acabamos con el poder de tribus que asesinaban con crueldad y saña a sus
vecinos”.
Para el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, la carta
es “una ofensa intolerable al pueblo español”. “Así actúa el populismo:
falseando la historia y buscando el enfrentamiento”. Santiago Abascal, de Vox,
opinó: “López Obrador, contagiado de socialismo indigenista, no entiende qué al
pedir reparaciones a España, en realidad está insultando a México”.
En Unidas Podemos, sin embargo, salieron en defensa
del presidente mexicano. “Tiene mucha razón en exigirle al Rey que pida perdón
por los abusos en la conquista”, señaló la portavoz adjunta en el Parlamento,
Ione Belarra. Si llegan al Gobierno, prometió “un proceso de recuperación de la memoria
democrática y colonial que restaure a las víctimas”.
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Andrés Manuel
López Obrador, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, en Tabasco,
este lunes. FOTO Y VIDEO: GOBIERNO DE MÉXICO
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EL
PRESIDENTE MEXICANO RECONOCE LA DISCULPA DE
ESPAÑA
COMO LA ÚNICA FORMA POSIBLE DE LOGRAR UNA
RECONCILIACIÓN
PLENA.
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Javier Lafuente. Sonia Corona.
Diario
El País. España.
México
martes 26 de marzo del 2019.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se ha mostrado tajante en el desafío diplomático que
ha lanzado a España por la conquista del país hace 500 años. Poco después de
que el Gobierno de Pedro Sánchez rechazase y lamentase el envío de una carta en
la que López Obrador pide al Rey que España se disculpe por los abusos
cometidos durante la conquista, el mandatario recalcó en un acto:
“No es el
propósito resucitar estos diferendos, sino ponerlos al descubierto, porque
todavía, aunque se nieguen, hay heridas abiertas y es mejor reconocer que hubo abusos
y se cometieron errores”.
López Obrador explicó, como
adelantó EL PAÍS, que ha
enviado sendas cartas al Rey de España, Felipe VI y al papa Francisco “para
invitarlos a que juntos hagamos un relato de lo sucedido desde el inicio de la
ocupación, de la invasión, de los tres siglos de colonia y también los 200 años
de México independiente”, en referencia al año 2021, en que se conmemoran 500
años de la caída de Tenochtitlán y del bicentenario de la independencia.
El
presidente incidió en que en aquella época “se cometieron actos de
autoritarismo, de avasallamiento, se asesinaron miles de personas durante todo
este periodo. Se impuso una cultura, una civilización sobre otra. También se
excomulgó a quienes son los padres de nuestra patria, a Hidalgo y a Morelos.
Todo esto debe narrarse, debe saberse, se debe conocer también de lo que
significó el saqueo colonial de nuestros recursos naturales”.
La
presentación pública de disculpas es la vía que defiende López Obrador como la
única forma posible de lograr una reconciliación plena: "No podríamos
conmemorar los 500 años sin ponernos al corriente con lo que aconteció".
La carta, dirigida al Rey pero canalizada a través del Ministerio de
Exteriores, abona la confrontación entre las autoridades españolas y mexicanas
cuando se cumple el quinto centenario de la llegada a México del conquistador
Hernán Cortés. Ese duro mensaje llega a Madrid apenas dos meses después de
que el presidente, Pedro Sánchez, visitara
oficialmente el país norteamericano.
México,
que en ningún caso ha pedido ni pedirá a España resarcimiento económico, según
garantizan las fuentes consultadas, asegura que también pedirá perdón por los
abusos cometidos durante los dos últimos siglos, “sobre todo por la opresión a
las comunidades indígenas, por el exterminio que hubo a los pueblos yaquis
durante el Porfiriato, a los pueblos mayas, y también pedir perdón porque hubo
exterminio de la población china, miles asesinados”.
López
Obrador insistió en su petición en Centla, en el Estado de Tabasco, donde se
produjo, hace ahora 500 años, la primera batalla de Hernán Cortés a su llegada
a suelo mexicano, contra los mayas chontales, un episodio al que se
refirió Beatriz Gutiérrez Müller,
presidenta honoraria de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y
Cultural de México y esposa del presidente López Obrador.
“Para reflexionar es
necesario que retomemos a la memoria para comprender qué pasó y en qué
terminó”, dijo al comenzar el recuento histórico. Para ella, la historia deja
claro que Cortés tenía un "propósito de explorar, poblar y explotar” las
tierras a las que recién había llegado y que el conquistador fue recibido por
los nativos “en son de guerra”.
Gutiérrez
Müller es profesora universitaria y escritora. Buena parte de sus publicaciones
han estado orientadas hacia distintos episodios de la historia de México, como
la Revolución Mexicana y la Reforma. En febrero presentó en la Feria del Libro
de Minería su libro La memoria artificial en la
Historia Verdadera de la conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del
Castillo, su tesis de maestría, donde defiende que a partir de las
primeras crónicas sobre América se ha creado una forma de pensamiento
occidentalizado en México.
La esposa de López Obrador renunció al cargo de
primera dama para colaborar con el trabajo de memoria histórica encargado por
el nuevo Gobierno mexicano. Con su intervención pública de este lunes — aunque
no suele acompañar al presidente a sus actos públicos— ha mostrado su influencia en la perspectiva
sobre la historia que el nuevo Gobierno tomará en los próximos años.
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ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR: ESPAÑA RECHAZA CON FIRMEZA LA EXIGENCIA DE
MÉXICO DE PEDIR PERDÓN POR LOS ABUSOS DE LA CONQUISTA.
El presidente de México defiende que es la única forma posible de lograr
una reconciliación plena entre ambos países.
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Javier
Lafuente. Lucía Abellán.
Diario
El País. España.
Martes
26 de marzo del 2019.
México lanza un desafío diplomático contra España por
la conquista del país norteamericano hace 500 años. El presidente
mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió recientemente una carta al Rey de España, Felipe VI, en la que le
insta a reconocer los atropellos que las autoridades mexicanas consideran que
se cometieron durante la conquista y a pedir disculpas por ellos. El Gobierno
español reaccionó a la divulgación del contenido de la misiva, adelantado por EL PAÍS, y en un comunicado ha afirmado que
“lamenta profundamente” su publicación y que “rechaza con firmeza” el argumento
de la misma.
El Ejecutivo español agregó
que “reitera su disposición para trabajar conjuntamente con el Gobierno de
México y continuar construyendo el marco apropiado para intensificar las
relaciones de amistad y cooperación existentes entre nuestros dos países, que
nos permita afrontar con una visión compartida los retos futuros”.
La presentación pública de disculpas es la vía que
defiende López Obrador como la única forma posible de lograr una reconciliación
plena. La carta, dirigida al Rey, pero canalizada a través del Ministerio de
Exteriores, abona la confrontación entre las autoridades españolas y mexicanas
cuando se cumple el quinto centenario de la llegada a México del conquistador
Hernán Cortés. Ese duro mensaje llega a Madrid apenas dos meses después de
que el
presidente, Pedro Sánchez, visitara oficialmente el país norteamericano.
El presidente, cuyo abuelo nació en Cantabria, tenía
previsto abordar este asunto en un acto en la localidad mexicana de Centla,
donde conmemorará la batalla contra los españoles. Antes, en un vídeo desde ese
lugar difundido en su cuenta de Twitter, aseguró que también había enviado una
misiva al Papa. "Envié ya una carta al Rey de España y al Papa para que se
haga un relato de agravios y que se pida perdón a los pueblos originarios por
las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos; hubo matanzas,
imposiciones... la llamada conquista se hizo con la espada y con la cruz",
aseguró.
En 2021 se celebran 500
años de la caída de Tenochtitlán y los 200 años de la independencia de México. Pero ya este año el calendario obliga a recordar un
acontecimiento algo incómodo: la
llegada de Cortés con medio millar de hombres y que acabó con la victoria de
los conquistadores españoles. El Gobierno de López Obrador sostiene que no se
puede celebrar ninguna conmemoración sin ir antes a una reconciliación, por lo
que quiere diseñar una hoja de ruta hasta ese año para convertir a 2021 como el
año “de la gran reconciliación”, en palabras del presidente mexicano.
La disculpa que López Obrador le ha pedido al Rey,
matizan las fuentes, no es por la conquista como concepto, sino por los delitos
y vejaciones que se cometieron contra los pueblos nativos durante aquella
época. En la redacción del texto, que según las fuentes mexicanas hace
referencia a la reparación hacia los judíos sefardíes y a la experiencia
española de memoria histórica, ha tenido una participación activa Beatriz Gutiérrez
Müller, esposa de López Obrador, a quien el presidente nombró coordinadora del
Consejo Asesor Honorario de la iniciativa de Memoria Histórica y Cultural de
México. En el vídeo en el que ambos aparecen recuerdan la primera batalla que
tuvo Cortés con los mayas chontales: "La primera batalla de la llamada
conquista o descubrimiento o encuentro de dos mundos, de dos culturas; lo
cierto es que fue una invasión y se cometieron muchas arbitrariedades",
incide López Obrador.
Malestar en España.
Desde el Gobierno de México admiten que la carta no ha
sentado bien en España, pero insisten en que el texto no está inspirado en el
rencor y que el fondo del tema —la idea de iniciar un proceso de
reconciliación, no la carta en sí— ya se había tratado durante la
visita de Pedro Sánchez a finales de enero.
México, que en ningún caso ha pedido ni pedirá a
España resarcimiento económico, según garantizan las fuentes consultadas,
asegura que estaría dispuesto a tener la misma actitud crítica sobre las
vejaciones cometidas por parte de los indígenas autóctonos contra los que se
enfrentaron los conquistadores españoles, pero primero ha de conocer qué
atropellos están dispuestas a poner sobre la mesa las autoridades españolas.
"Yo lo voy a hacer también [pedir perdón] porque después de la colonia
hubo mucha represión a los pueblos originarios, fue lamentable lo que pasó con
el exterminio a los yaquis o a los mayas", aseguró el mandatario en el
vídeo.
En el Gobierno de López Obrador irrita, en cierta
manera, la idea de que en España no haya una reflexión sobre lo ocurrido hace
500 años. “Es un emplazamiento que no se puede evadir”, asegura una de las
fuentes. El Gobierno español, de hecho, ha evitado organizar ningún tipo de
conmemoración. En un reciente encuentro con la prensa, el ministro de Cultura,
José Guirao, admitió que la figura de Cortés “no es muy simpática en México” y
se escudó en que el anterior Ejecutivo del PP no había dispuesto presupuesto
para desvincularse de posibles actos oficiales de conmemoración.
En su lugar, el Ejecutivo de Sánchez se ha centrado en
conmemorar una efeméride mucho más conciliadora con México: el 80º aniversario
de la llegada de la diáspora republicana a ese país tras el fin de la Guerra
Civil.
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