¿Cuáles son las deudas pendientes en materia
ideológica, filosófica y política de los gobiernos progresistas, nacionalistas
y de izquierdas de los últimos años? Las deudas pendientes son muchas. Nosotros,
izquierda y progresistas, no hemos sido radicalmente éticos, y no siempre hemos
sancionado a nuestros compañeros comprobadamente involucrados en actos de
corrupción. No tratamos de organizar políticamente a los sectores pobres
beneficiados con nuestras políticas sociales. No hemos sabido trabajar bien con
los medios de comunicación de masas, en especial en la Internet. Igualmente, muchas veces cambiamos un proyecto de
país por un proyecto de poder. Vencer en las elecciones se tornó más importante
que cambiar las estructuras arcaicas de nuestros países.
¿Qué temas deben ser ineludibles para cualquier
proceso emancipador que se defina a sí mismo como anticapitalista?
Primero, fortalecer la democracia a través de la
valorización de los movimientos populares, ambientales, de defensa de los
derechos humanos. Segundo, tener el coraje de implementar iniciativas de
economía solidaria, cooperativas, del Buen Vivir. Igualmente, priorizar el acceso de la gente a
bienes sociales (salud, educación, vivienda, transporte, trabajo, saneamiento)
y no a los bienes personales (celulares, carros, fogón, televisor, entre
otros).
¿Por qué le resulta más fácil aparentemente
reciclarse al capitalismo que al socialismo?.-Porque el socialismo está demonizado por la cultura
predominante en la sociedad neoliberal. No se puede olvidar que el modo de
pensar de una sociedad es generalmente el modo de pensar de la clase que domina
esta sociedad. Y el capitalismo corresponde a lo más fuerte en nosotros: el
egoísmo. Él prioriza la competencia, y no la solidaridad; la apropiación
privada de la riqueza, y no compartir los bienes; los placeres, y no los
derechos. En cambio, el socialismo es el nombre político del amor. La humanidad
no tiene futuro fuera del socialismo, cuyos valores están más cerca del Evangelio
de Jesús.
/////
Frei Betto y Fídel Castro."El Socialismo es el nombre político del amor".
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“EL SOCIALISMO ES EL NOMBRE POLÍTICO DEL
AMOR”.
Entrevista a Frei Betto, teólogo,
filósofo, antropólogo y escritor
*****
Javier Larrain.
Correo del Alba.
Miércoles 13 de marzo del 2019.
Frei Betto
nació en Minas Gerais, Brasil, en 1944, y siendo joven estudió
periodismo, se hizo fraile dominico, colaboró
con la guerrilla de la Acción Libertadora Nacional – fundada por Carlos Marighella–, cayó preso durante
la dictadura y, una vez liberado, se adentró en las favelas, para vivir con los
pobres el Evangelio de Jesús.
Teólogo,
filósofo, antropólogo y escritor, es autor de 64 libros. Además fue
asesor en materia eclesial de numerosos Gobiernos socialistas, al tiempo que
cultivó durante más de tres décadas una estrecha relación de amistad con el comunista cubano
Fidel Castro. Actualmente oficia de
educador y asesor de movimientos pastorales y populares, y para hablar de la
contingencia regional Correo del Alba le comunicó, accediendo
generosamente Betto a responder nuestras preguntas.
¿Qué ocurre con los procesos progresistas que no
logran cautivar al electorado latinoamericano? ¿Cuáles han sido los límites de
sus proyectos y de su poder?
Más allá de la ofensiva de la derecha en nivel
mundial, sobre todo por el control de las redes digitales, hay factores
subjetivos que explican las derrotas electorales, como ha ocurrido en Brasil,
Argentina, Ecuador y, ahora, en El Salvador.
Nuestros gobiernos progresistas han promovidos
avances importantes, como reducir la desigualdad social, garantizar la defensa
del medio ambiente, proteger los derechos humanos, priorizar los servicios de
salud y educación, y tantas otras conquistas. Sin embargo, hemos cometido
algunos equívocos: no hicimos alfabetización política del pueblo, creamos en la
nación una mentalidad de consumismo y no de protagonismo social y político,
confiamos demasiado en los commodities y no tratamos de fomentar el
mercado interno, tampoco hemos valorado y fortalecido los movimientos
populares, entre otras cosas.
¿Cree que hay una contraofensiva derechista global?
En caso afirmativo, ¿por qué se produce?
Sí, hay una contraofensiva mundial. Para mí las
causas son: el desencanto con los partidos políticos, la corrupción
gubernamental, el uso intensivo de las redes digitales para difundir fake
news y campañas para desacreditar a la izquierda y a los progresistas, la
manipulación de la religión dentro del marco del moralismo (homofobia,
machismo, prejuicios con extranjeros, negros e indígenas), entre otras.
En el último lustro, la intelectualidad instauró un
debate en torno al “ciclo progresista” en nuestro subcontinente. ¿Cree que la
historia pueda evaluarse en términos de “ciclos”?
Sí, parece que los “ciclos” se confirman, a pesar
de que no se les puede considerar como una fatalidad.
¿Cuáles son las deudas pendientes en materia
ideológica, filosófica y política de los gobiernos progresistas, nacionalistas
y de izquierdas de los últimos años?
Las deudas pendientes son muchas. Nosotros,
izquierda y progresistas, no hemos sido radicalmente éticos, y no siempre hemos
sancionado a nuestros compañeros comprobadamente involucrados en actos de
corrupción. No tratamos de organizar políticamente a los sectores pobres
beneficiados con nuestras políticas sociales. No hemos sabido trabajar bien con
los medios de comunicación de masas, en especial en la Internet.
Igualmente, muchas veces cambiamos un proyecto de
país por un proyecto de poder. Vencer en las elecciones se tornó más importante
que cambiar las estructuras arcaicas de nuestros países.
¿Qué temas deben ser ineludibles para cualquier
proceso emancipador que se defina a sí mismo como anticapitalista?
Primero, fortalecer la democracia a través de la
valorización de los movimientos populares, ambientales, de defensa de los
derechos humanos. Segundo, tener el coraje de implementar iniciativas de
economía solidaria, cooperativas, del Buen Vivir.
Igualmente, priorizar el acceso de la gente a
bienes sociales (salud, educación, vivienda, transporte, trabajo, saneamiento)
y no a los bienes personales (celulares, carros, fogón, televisor, entre
otros).
¿Por qué le resulta más fácil aparentemente
reciclarse al capitalismo que al socialismo?
Porque el socialismo está demonizado por la cultura
predominante en la sociedad neoliberal. No se puede olvidar que el modo de
pensar de una sociedad es generalmente el modo de pensar de la clase que domina
esta sociedad. Y el capitalismo corresponde a lo más fuerte en nosotros: el
egoísmo. Él prioriza la competencia, y no la solidaridad; la apropiación
privada de la riqueza, y no compartir los bienes; los placeres, y no los
derechos. En cambio, el socialismo es el nombre político del amor. La humanidad
no tiene futuro fuera del socialismo, cuyos valores están más cerca del Evangelio
de Jesús.
¿Cuál es el valor de la Revolución bolivariana?
¿Cuál sería el costo de su caída para el conjunto de las fuerzas de izquierda
de este lado del mundo?
Sería una grave derrota más para quienes creemos en
la Revolución bolivariana. Y, claro, los pobres siempre pagan las cuentas de
nuestros fracasos.
Llevándolo a su país, ¿por qué ganó Jair Bolsonaro?
Ganó Bolsonaro por la ola antipetista que se creó,
sobre todo por la vía de las redes digitales, ganó por la movilización de las
iglesias neopentecostales conservadoras, mientras las iglesias Católica y
protestantes no hicieron –como aquellas– trabajo de base popular, ganó porque
se victimizó después de la cuchillada y no participó de los debates
electorales, ganó por la incapacidad de los progresistas de hacerse una
autocrítica y sancionar con rigor a los corruptos.
¿Cuál es el balance que hace del primer mes de
gestión de Bolsonaro?
En este primer mes de gobierno, todo se parece a
una casa de locos, con ministros diciendo los más increíbles disparates y con
una evidente falta de rumbo. Además, las denuncias de corrupción del hijo de
Bolsonaro han desmoralizado el discurso ético que como candidato hacía. El
desmoronamiento del Gobierno es tan grande que, en este momento, no hace falta
oposición.
¿Cuál es el papel que juega América Latina en el
mundo?
Somos el continente más desigual del mundo. Pero
tenemos muchas riquezas naturales y espirituales que no se encuentran en otras
partes del planeta, como el bioma amazónico y la mezcla entre indígenas, negros
y blancos. Y aquí, a pesar de todo, hay algo que ya no se halla en otros
continentes: esperanza.
¿Qué es ser de izquierda hoy? ¿Qué características
humanas deben tener las y los sujetos revolucionarios?
Según Norberto Bobbio, son de izquierda todos los
que se indignan frente a la desigualdad social. Y son de derecha todos los que
creen natural la desigualdad social.
Los sujetos revolucionarios tienen que tener al
menos dos características: vincularse a los pobres y mantener una rigorosa
postura ética. Fuera de eso, sufrimos desmoralización.
¿Se puede ser de izquierda y promover ideales
emancipatorios sin ser anticapitalistas?
Quien promueve ideales emancipatorios acaba por ser
anticapitalista. No hay posibilidad de emancipación dentro del capitalismo.
En su 60 aniversario, ¿cuáles cree que son los
aportes y enseñanzas fundamentales que ha dejado la Revolución cubana?
La Revolución cubana nos enseña que hay que dejar
al pueblo gobernar, y no gobernar para el pueblo. Y hacer una autocrítica
constante, que en Cuba tuvo diferentes nombres: emulación, lineamentos,
rectificación, entre otros.
¿Por qué EE.UU. no invade Cuba, como hizo con Irak
y Afganistán? Porque aprendió en Vietnam que puede echar a abajo un gobierno,
pero jamás a un pueblo.
Por último, quisiera pedirle se exprese sobre Hugo
Chávez Frías.
Un
líder del mismo rango de Bolívar y Fidel.
(Publicado
en la revista Correo del Alba No. 83, Marzo de 2019 / www.lacorreo.com).
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