domingo, 3 de marzo de 2019

PROYECTOS EDUCATIVOS Y MOVIMIENTOS POPULARES EN NUESTRA AMÉRICA.

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Los Movimientos Sociales en América latina, entre los más importantes - no coyunturales, sino históricos - como MÉXICO y el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional, BRASIL en Movimiento de los Sin Tierra. MST, CHILE. Movimiento Estudiantil Chileno en 2011 y Después: «No Somos Hijos de la Democracia, sino Nietos de la Dictadura» ECUADOR El Movimiento Indígena. Como Movimiento Social, Desde hace más de tres décadas, el movimiento indígena ecuatoriano ha sido y –no obstante su crisis en los últimos años– sigue siendo uno de los actores sociales más importantes del Ecuador y de América Latina. Su característica específica, la de basarse en la identidad étnica, parece haber complicado una interpretación coherente de este movimiento social como tal desde las teorías de movimientos sociales.  Todos estos Movimiento Sociales, tienen propuestas de carácter EDUCATIVO, frente a los programas impuestos por las políticas Neoliberales, con la finalidad de iniciar los Grandes Cambios Sociales, desde la propia estructura del sistema, mediante la EDUCACIÓN. Y trabajar por el desarrollo de su propia CULTURA, fundada en su propia IDENTIDAD ÉTNICA, propuesta y  proceso que definitivamente choca frontalmente con todo el Programa impuesto por las Políticas Neoliberales en América latina, desde los inicios de 1990 y las Políticas del Consenso de Washington. Ahora  presentamos un resumen del Programa Educativo en Ecuador TiNi. Programa de Educación Ambiental tierra para todos, de Rosa María Torres.


TINI: PROGRAMA DE EDUCACIÓN AMBIENTAL TIERRA PARA TODOS (ECUADOR) de Rosa María Torres, Niños y jóvenes están perdiendo contacto con la naturaleza. El ideario de la "educación del siglo 21" rebosa pantallas y teclados. El asunto es particularmente preocupante en contextos urbanos. Esta es una experiencia inspiradora que busca recuperar el contacto con la tierra para niños, adolescentes y jóvenes. El Programa de Educación Ambiental "Tierra para Todos", ofrece a niños y jóvenes escolares la posibilidad de acceder a un espacio de tierra - desde medio metro cuadrado e incluso desde una maceta - en el que pueden sembrar, crear, interactuar, jugar, aprender al aire libre y en contacto con la naturaleza.


Dependiendo de su tamaño y condiciones específicas, la TiNi - Tierra de niños y jóvenes para el Buen Vivir - puede adoptar diversas formas y funciones: un pequeño huerto o jardín, un parque, una plaza, un vivero, un espacio lúdico, un taller, un rincón de lectura, etc. La TiNi se puede organizar en el hogar, en la escuela, en la comunidad o en cualquier otro lugar. En ella intervienen los alumnos con ayuda de profesores y directivos. Participan también los padres de familia y la comunidad.  La TiNi está pensada como una metodología de educación ambiental y de empoderamiento de los alumnos en su relación con el medio ambiente. El contacto con la naturaleza tiene múltiples beneficios: cognitivos, físicos, emocionales y sociales. Desarrolla la creatividad, el sentido de asombro, la cooperación, la empatía y la resolución de problemas.


La metodología TiNi ha sido desarrollada por la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA), una asociación privada sin fines de lucro fundada en Lima en 1995. 





En 2015-2016 la metodología TiNi fue institucionalizada por el Ministerio de Educación del Perú como Proyecto Educativo Ambiental Integrado (PEAI), denominado “Espacio de Vida- EsVi”.  En 2016 se adoptó en más de 3.200 instituciones educativas públicas en 18 regiones del país. Con apoyo del sector privado, la metodología TiNi se ha implementado en más del 50% de regiones del Perú y en otros 10 países, uno de ellos el Ecuador.
Año 2012 la UNESCO declaró de interés público esta metodología. La reconoció como una actividad oficial dentro del Decenio de Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible, coordinado por la UNESCO (ver la carta de Reconocimiento de la UNESCO, del Ministerio del Ambiente y del Ministerio de Educación del Perú).


Estas son las herramientas que la ANIA pone a disposición para trabajar con la TiNi:


Metodología TiNi virtual


- Kit TiNi (materiales didácticos para crear una TiNi)

- Cuento “El Gran Tesoro de la Naturaleza” (inspira la creación de TiNi)

- Ficha de comprensión lectora del cuento (promueve la comprensión lectora)

- Guía – cuento: Creando una TiNi (orienta en pasos sencillos como crear TiNi)

- Guía para docentes de cómo aplicar la metodología TiNi

- Guía TiNi de flora y fauna en Lima (orienta sobre las especies de plantas y animales que existen en Lima y el Callao y que pueden habitar en la TiNi

- Centro de Promoción TiNi (lugar implementado para observar una TiNi en “vivo”)

- Talleres de capacitación TiNi

Además de la TiNi, la ANIA promueve otras estrategias e iniciativas: Bonos de Servicios Ambientales por Valores y Educación (SAVE), Ecohogar, EL MUNDO DE ANIA Y KIN, Y ARBOLES COMO MONUMENTOS NATURALES.

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PROYECTOS EDUCATIVOS Y MOVIMIENTOS POPULARES EN NUESTRA AMÉRICA.
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Oscar Soto.

La Tinta. Rebelión.

Sábado 2 de marzo del 2019.

Comenzamos el debate sobre algo que nos inquieta, inquietud que se expresa en términos teóricos, pero que se enuncia, sobre todo, en sentidos prácticos y políticos: ¿por dónde pasa el conflicto social y las reinvenciones de los movimientos sociales-populares en este presente político de América Latina?

Sin la intención de agotar un tema que especialistas ya habrán sistematizado unas cuantas veces, aventuramos algunas reflexiones al respecto.

En primer lugar, habría que decir que la cuestión del fin de la política o la ´desaparición´ de las clases trabajadoras como sujeto histórico en las ciencias sociales y cierta perspectiva teórica de los años 80′ estuvo ligada al auge del análisis de los “nuevos movimientos sociales” como “protagonistas privilegiados” de la protesta social contra el neoliberalismo. En cierta medida, la clave de lectura social de estos fenómenos buscaba escapar al determinismo economicista típico de años anteriores y, no pocas veces, derivó (y deriva aún) en la idealización de la espontaneidad en la organización de la sociedad civil.

La resistencia social se organiza.

Lo segundo que podemos resaltar, si pensamos en los movimientos sociales latinoamericanos, es que existe, hoy -en pleno 2019, atravesados por todas las formas de explotación posibles-, la necesidad de avanzar por sobre la textualidad dicotómica que contrapone la perspectiva de la constitución subjetiva de los movimientos sociales, frente a la miradas que enfatizan los condicionamientos económico/estructurales. Es decir: ni todo es el sujeto/sujeta que hace y deshace per se, como tampoco lo es todo la estructura y cierto mandato esencialista o fatalista que nos condena a estar oprimidos o “hacer la revolución”. El análisis de los movimientos sociales en Nuestra América debe implicar una doble ruptura epistemológica y política en relación a las escuelas de pensamiento tradicionales.

En tal sentido es que pensamos que la noción de movimientos sociales, como sujetos educativos-políticos y espacios de construcción de “epistemes” (que producen saberes alternativos y proyectos políticos contrahegemónicos), puede ser una característica definitoria de los movimientos sociales y populares latinoamericanos en la actualidad. Las organizaciones de base en resistencia se hacen en la ocupación del conflicto territorial concreto y en la resignificación de la problemática de la explotación como clases sociales oprimidas en el actual sistema capitalista neoliberal.

Veámoslo con más claridad.

Movimientos sociales y proyectos educativos.

El proceso de resistencia social y política latinoamericana (siguiendo a Lía Pinheiro Barbosa) que proponen, por ejemplo, los pueblos campesinos, indígenas, afrodescendientes, como aquellos desplazados y empobrecidos en las grandes ciudades, constituye el reverso de las secuelas que ha dejado la colonización iberoamericana, como así también la agudización de las contradicciones y antagonismos sociales actuales. En esa dirección, al re-pensar América Latina, lxs sujetxs sociales organizadxs en movimientos populares representan la emergencia de un gran puñado de rebeldías. Rebeldías que se expresan en otras semánticas y dispositivos de lucha ideológica, a tal punto que sus prácticas logran desafiar la unilateralidad hegemónica de la colonialidad, al tiempo que exponen la continuidad histórica de una “profunda contradicción estructural subyacente al y propia del capital”.

Es decir que, en nuestros sures, los movimientos en lucha no solo desafían al capitalismo, sus gobernantes y poderes fácticos, sino que también ponen en tela de juicio opresiones más lejanas. Ahí están el movimiento campesino, indígena, feminista y tantos otros.

Las demandas articuladas que encarnan esos pueblos organizados en movimientos sociales expresan la centralidad de las clases sociales en contextos de dependencia. Es decir, tanto las formas de resistencia como las alternativas pedagógico-políticas que los movimientos sociales desarrollan en América Latina, resultan una forma de impugnación al modelo económico-político del capitalismo, al tiempo que elaboran una crítica del tipo de relaciones ideológicas que atraviesan, de múltiples maneras, las modalidades de conciencia y voluntad de los sujetos.

Dicho en los términos de Barbosa: “Denuncian, de par a par, las múltiples formas de sojuzgar propias de un modelo político-económico que edificó su dominación más allá del campo económico, haciendo raíces profundamente arraigadas a esquemas simbólico-ideológicos que dan sostenimiento a la dominación vivida en nuestros días”.

En otras palabras, decimos: solo la educación popular y nuestra alfabetización política militante puede empezar a desmontar las opresiones que cargamos en nuestras realidades concretas.

Desplazamiento semántico

En los últimos años, se ha dado, en la región, tanto en el estudio de los movimientos sociales como en la práctica misma de las luchas populares, un cierto desplazamiento semántico desde la noción de movimiento social a la caracterización de movimientos populares latinoamericanos. Con el tiempo, hemos constatado que, en el acontecer de las resistencias en América Latina, los proyectos políticos-educativos de estos movimientos apuntan a poner en cuestión la pasividad hegemónica que la misma pedagogía tradicional les asigna bajo el imperio del capital. Dicho de otra manera, una vía de expresión del antagonismo social y la tensión de clases, en la actual coyuntura regional, se materializa en las disputas pedagógico-políticas de los movimientos.

“Un mirar panorámico sobre el continente nos permite vislumbrar los indicios de un proyecto emancipador, vinculado a un papel político conferido a la Educación, manifiestos en: la trayectoria del Sector de Educación del MST; en la propuesta de creación de la Universidad del Sur; en la expresiva experiencia del Método de Alfabetización cubano, ‘Sí, Yo Puedo!’, sobre todo, con los pueblos originarios; en las Escuelas Autónomas Rebeldes Zapatistas, entre otras propuestas que se han consolidado y avanzado gradualmente, testigos vivos de que el ‘paradigma emancipador para América Latina’ tiene un pie en la Educación, camino de transformación cultural radical y necesaria a nuestro continente”, explica Barbosa.

Así presentados, los movimientos sociales desde América Latina se estructuran en torno de una disputa de sentidos comunes, en términos gramscianos. Los mismos representan una erosión a las formas de dominación del capital, pero llevadas a cabo por vía de la puesta en cuestión de sus elementos ideológico-políticos. En el caso de los movimientos populares latinoamericanos, entre los que el campesinado o los movimientos indígenas resaltan por sus luchas políticas, la cuestión de las propuestas educativo/políticas re-crean formas de articulación social y una praxis política disruptiva.

Finalmente, nos jugamos y reafirmamos nuestra hipótesis: los movimientos sociales, en particular, el conjunto de organizaciones de base campesinas e indígenas, mujeres, trabajadores precarizados, excluidas y excluidos en América Latina constituyen fuertes experiencias de clase social devenidas en movilización política, articuladas en torno a proyectos políticos que prefiguran otros espacios y construyen saberes populares para encontrar salidas a esta injusticia perfecta que padecemos llamada capitalismo.

Óscar Soto es politólogo y militante social.

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