"El Gobierno chino estableció una meta de entre el 6
y el 6,5% como objetivo de crecimiento económico para el presente año en el que
Pekín dio a conocer fuertes inversiones en infraestructuras entre otras
políticas de estímulo para apoyar un mayor crecimiento, reducir las barreras a
la financiación y garantizar una mayor liquidez. De allí que el país asiático superó las
expectativas de 2018 pese al pesimismo que rodeaba a una coyuntura económica
marcada por la desaceleración económica mundial proveniente de Estados Unidos y
Europa, la guerra comercial comenzada por EE.
UU. y otros factores internos como la demanda doméstica, factores clave del
modelo económico sugerido por Pekín".
"A la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), uno de los
símbolos del capitalismo a escala global, le preocupa que el ciudadano de a pie
solo pague un 1% de impuestos a la renta. Mientras que los que perciben
ingresos altos y que trabajan en empresas privadas deben tributar por encima
del 20%. En concreto, sólo las personas que ganan 14,5 veces el salario medio
nacional en las empresas públicas y 23,5 en las firmas privadas son los que
están sujetos al tipo impositivo más elevado, cuestión que es correcta e
incluso debiera ser más alta, para que se note, que la torta se está
repartiendo de manera más justa, pero que a los señores capitalistas le cuesta
aceptar. Lo cierto es que las previsiones de la OCDE eran menores y ahora se encuentran anonadados y sorprendidos
ante los repuntes de la economía China.
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CHINA SIGUE SIENDO UNA ECONOMÍA PRÓSPERA.
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Eduardo Andrade Bone.
Rebelión jueves 18 de abril del 2019.
A pesar de toda la campaña mediática y de la
satanización de China, de parte de los Estados Unidos y las mafias de las
grandes corporaciones de este país, lo cierto, es que la economía China sigue
siendo una de las más prosperas a escala global y ya diversos medios de prensa
a través de sus secciones económicas, califican al país asiático como la
primera economía mundial, superando a Estados Unidos y la Unión Europea.
China se destaca entre otra cosas, por desplegar en
diversas áreas, una serie de acuerdos comerciales (negocios) bilaterales con
los más diversos países del globo terráqueo, contribuyendo al desarrollo de los
países e incidiendo en la reducción del desempleo. Es la preocupación central
del gigante asiático, el que además toma distancia de los conflictos
geopolíticos promovidos por Estados Unidos y algunos de sus aliados más
serviles de la Unión Europea y otros lugares del mundo.
Mientras Estados Unidos alienta los conflictos
bélicos, impulsa la carrera armamentística, estrena y financia mercenarios y
terroristas, instaura golpes de estado (Sudan) establece sanciones a los países
que no se someten a sus dictados y busca desestabilizar democracias como la
venezolana, China continua de forma gradual ocupando un lugar cada vez más
relevante en el impulso de la economía mundial.
Lo cierto es que la economía china a pesar de todas
las defenestraciones de los Estados Unidos, supera las expectativas y crece un
6,4% en el primer trimestre, informo el Buró Nacional de Estadísticas (BNE). Lo
que refleja que se mantiene el ritmo de crecimiento del último trimestre de
2018 y se superan las previsiones de la mayoría de los analistas del sistema
capitalista que apuntaban a un crecimiento del 6,3% de la ya primera y mayor
economía mundial. Mientras que la economía estadounidense y de acuerdo con
informaciones de marzo del presente año, esta comienza a ralentizar y solo crece
a un 2,6% anual, con más reflujos que flujos.
En el caso de China, los últimos indicadores
expresan un repunte de la producción industrial, la modernización del sistema
agropecuario y una inversión degasto en infraestructura, además de un
mejoramiento cualitativo de los productos que proceden del país asiático. En
concreto, el crecimiento de la economía china entre enero y marzo refleja un
buen resultado, producto de las acertadas medidas de estímulo aplicadas por
Pekín , cuyo importe ronda los 4 billones de yuanes (528.000 millones de
euros). El crecimiento económico también se vio disparado por la relajación de
la política monetaria del Banco Popular de China , así como por el alivio de
las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos .
Como estaba establecido, el sector servicios fue el
que más avance registró en este periodo, con un 7% (un 0,6% más). La industria
avanzó un 6,1% y la agricultura un 2,7%.La BNE también destacó el crecimiento
del consumo, que registró una contribución del 65,1% al crecimiento de la
economía en los tres primeros meses del año.
Asimismo, se hicieron públicos otros datos, como
las ventas minoristas, que aumentaron en China un 8,3% en el primer trimestre
del año, o la producción industrial, que se incrementó un 6,5%.
El Gobierno chino estableció una meta de entre el 6
y el 6,5% como objetivo de crecimiento económico para el presente año en el que
Pekín dio a conocer fuertes inversiones en infraestructuras entre otras
políticas de estímulo para apoyar un mayor crecimiento, reducir las barreras a
la financiación y garantizar una mayor liquidez.
De allí que el país asiático superó las
expectativas de 2018 pese al pesimismo que rodeaba a una coyuntura económica
marcada por la desaceleración económica mundial proveniente de Estados Unidos y
Europa, la guerra comercial comenzada por EE.
UU. y otros factores internos como la demanda doméstica, factores clave del
modelo económico sugerido por Pekín.
A la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ( OCDE ), uno de los
símbolos del capitalismo a escala global, le preocupa que el ciudadano de a pie
solo pague un 1% de impuestos a la renta. Mientras que los que perciben
ingresos altos y que trabajan en empresas privadas deben tributar por encima
del 20%. En concreto, sólo las personas que ganan 14,5 veces el salario medio
nacional en las empresas públicas y 23,5 en las firmas privadas son los que
están sujetos al tipo impositivo más elevado, cuestión que es correcta e
incluso debiera ser más alta, para que se note, que la torta se está
repartiendo de manera más justa, pero que a los señores capitalistas le cuesta
aceptar. Lo cierto es que las previsiones de la OCDE eran menores y ahora se encuentran anonadados y sorprendidos
ante los repuntes de la economía China.
Lo cierto es que la economía del país asiático y su proceso de crecimiento gradual, está al servicio
del Estado, del país y sus ciudadanos, mientras que en el sistema capitalista
mundial la riqueza obtenida solo la disfruta el 3% de la población de cada
país. China en su camino económico
silencioso, en el lapso de 30 años, ha sido capaz de sacar a 400 millones de
sus habitantes de la pobreza y hoy la misma prensa al servicio del sistema
habla ya, de la aparición de estratos socioeconómicos medios. Mientras que el
sistema capitalista mundial, en 300 años de existencia, ha sido incapaz de
derrotar la pobreza, el desempleo, el subdesarrollo y las grandes desigualdades
sociales que hoy afloran con fuerza en muchos de estos países, desde Suecia
hasta Haití.
Cabe destacar que el gigante asiático ha estado
desplegando estímulos que le permitan asegurar un crecimiento en el rango de 6%
y 6,5%, meta trazada por las autoridades del país. Los más recientes fueron los
recortes de aranceles que entraron en vigor el pasado 9 de abril, dirigidos a
una serie de productos como artículos deportivos, textiles, aparatos
electrónicos y bicicletas, con el objetivo de impulsar tanto las importaciones
como el consumo interno.
De allí, que ya no es raro que muchos países
comienzan procesos de acercamiento con el país asiáticos y poder arribar a
acuerdos comerciales bilaterales, ante el enorme mercado que significa China y
sus más de 1300 millones de habitantes. Lo que también hace más relevante el
papel que juega China en los BRICS,
cuestión que genera confianza, como países prometedores en el futuro inmediato
de la economía global.
Finalmente, nadie puede desconocer que lo alcanzado
en materia económica por China,
transformándose ya en la primera economía global más estable, obedece a la
acertada dirección del Partido Comunista
chino y que también ha tenido una incidencia de vital importancia, en el mejoramiento gradual de las condiciones de vida del
pueblo chino.
Eduardo
Andrade Bone, comunicador social, analista político. Corresponsal de
prensa AIP.
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