“Búsqueda de opciones.- Hasta
aquí seguimos, baste decirlo, en una suerte de análisis al viejo
estilo de la guerra fría, digamos, del
tablero de ajedrez de Brzezinski; que no es
otro que el de la guerra fría. Pero dicho esquema se acabó, no solo por Brzezinski,
sino por la realidad actual. Valga decir que se requieren nuevas herramientas,
o revisar la complejidad mediante la geopolítica. También, se requiere
armar otra visión con el método geopolítico: pasar de la teoría del ajedrez de Brzezinski a otra, y no hay muchas
opciones. Es decir,
que necesitamos pasar del viejo enfoque geopolítico a otro en construcción, como
es el mismísimo mundo que está mudando de piel. Revisemos por ahora las tesis
del ruso Daniel Estulin —el autor del clásico libro El Club Bilderberg—.
Él sostiene que vivimos el fin del modelo neoliberal, que se basó en el crecimiento
ilimitado del planeta. Y eso se acabó”.
“Que
el principal problema a escala global
es que no hay
ningún modelo financiero que pueda sustituir al actual liberal banquero y
financista; un
reto para la élite que requiere
encontrar para sustituir lo viejo e inservible con lo nuevo. Estulin sostiene
que tanto EUA como Rusia y China están en el mismo costal, y que los
tres países tienen los mismos retos. Nosotros decimos que no. No es la misma problemática de los gringos que la de los rusos o los chinos. Ni económicamente, porque quien tiene una economía
desbordada son los estadounidenses, no así Rusia y menos China. Los tres países con
dinámicas económicas distintas. En otra ocasión abordaremos la situación
económica de los tres”.
/////
China- Estados Unidos, pugnan por el dominio de los Mares.
EEUU, EN JAQUE Y LA PUGNA HEGEMÓNICA ENTRE LOS CENTROS DEL PODER
MUNDIAL.
*****
Salvador
González Briceño.
ALAI.
América Latina en Movimiento.
Lunes
22 de abril del 2019.
-Causales que afectan los cambios a escala global
-La
crisis toca a la puerta: sacudida liberal financista
-Los
seis proyectos globales de Estulin, en la disputa
“Si he podido ver más allá
es porque me encaramé a hombros de gigantes”, aforismo atribuido a Isaac
Newton, pero el lingüista, escritor y filósofo italiano Umberto Eco
(1932-2016), en su compilación de ensayos A hombros de
gigantes (2009),
rastrea hasta Prisciliano en el siglo IV, porque habla de “enanos y gigantes”,
lo que no descubre (¡claro que no!) es si se trata de los descritos en la Biblia (Reina Valera:
Génesis 6-4).
¿Qué es lo que
está cambiando la distribución del poder imperial a escala mundial? ¿Será tanto
el desprecio como la debacle funcional
de la globalización, y el neoliberalismo tras ella? ¿Es el resurgimiento de Rusia como potencia al estilo de la
guerra fría de la URSS, a lo que le temen los países de Occidente? ¿Acaso la pretendida neo-Guerra Fría que ha estado promoviendo en todos los foros su
titular Jens Stoltenberg, tratando de relanzar a la OTAN desde la vieja Europa?
¿Acaso es la
llegada de Donald Trump al poder en los Estados Unidos de América (EUA), y
su reiterado desprecio por la relativa estabilidad internacional que funcionó
para mantener ciertos “equilibrios”
durante la guerra fría, y otro tanto hasta la llegada al poder en Rusia de Vladimir Putin? ¿Resultará que es culpa del resurgimiento de China en el contexto
globalizador, que ha estado arrasando con el resto de las economías del
mundo, al grado de amenazar incluso el poderío de los propios EUA?
¿O son los conflictos a flor de piel, regionales como en Siria, ¿Ucrania,
Corea del Norte, Turquía, ¿Irán, Arabia Saudí, Israel, Taiwán, Paquistán, la
India? ¿Algún africano o Latinoamericano como Venezuela, Cuba, Colombia o
Brasil? ¿Por ninguno o por todos a la vez?
No obstante, la complejidad que representa la
situación mundial descrita, hay quien sugiere que se trata de algo más que eso.
El tema no es fácil. Porque no fue sino hasta la llegada de Trump que se puso
disruptivo, como cabeza de playa y contra el mundo, que su verdadera
intencionalidad salió a flote, y que comenzaran a delinearse todos los frentes
contra los cuales se compite por el poder a nivel mundial.
Amenaza la crisis, no el “loco”
Es el riesgo en el que se encuentra la cabeza imperial
mundial de una crisis económica tan inevitable como cierta, un estallido que
sería superior a la de 1929 del siglo anterior y cuyas reminiscencias serían de
mayor alcance a las del 2008, que no acaban de extirparse y no se ve por dónde.
Ello es lo que ha obligado a Trump a replantearse las
cosas, tanto al interior como hacia afuera. Intentarlo siquiera demanda
liderazgo. Y sea lo que sea el presidente estadounidense, ni está loco (hay
quienes aseguran que opera a nivel internacional por la “teoría del loco” de
Kissinger) y, valga reconocer que se ha atrevido a retar la presión de los
promotores del grupo financista especulador, los culpables de la mega burbuja
de la cual el mundo no se recupera.
Es la línea de Bernanke y la Reserva Federal: el
rescate de los grandes bancos (Lehman Brothers en 2008 al igual que la
debacle), el mantener tasas de interés bajas (el crecimiento 0), que solo
alientan la especulación.
Todavía más, que como empresario el propio Trump
intenta desarrollar la economía real de los EUA. Alentar la dinámica interna
desde la propia industria con creación de empleos, hasta retrotraerse como país
—de su pretendida estrategia de seguridad nacional contra el vecino del sur,
México— al grado de tirar todo por la borda, como la arquitectura internacional
de la posguerra fría con el fin de mantenerse como hegemón global.
Pero eso no es todo, porque ya decimos que los temas
son complejos, o mejor dicho que la realidad es complicada. EUA apenas
representa uno de los polos entre los que se desarrolla la disputa por el
control mundial, porque los otros son precisamente China y Rusia, o viceversa.
Ambos países le disputan a los EUA tanto la supremacía internacional como el
mismísimo reinado neoliberal, del cual reniega ya Trump.
Por dos simples motivos: Rusia se está proyectando
como actor geopolítico principal en el escenario mundial, ya no como país
socialista desde la caída de la URSS; China, por su parte, ni es abiertamente
socialista, ni un país capitalista estilo occidental. Pero esa suerte de
capitalismo de Estado o de la dictadura del partido chino (de control férreo
del PCCH y su líder Xi Jinping), sí que está avanzando rápidamente y alcanzará
pronto en crecimiento y desarrollo a los propios EUA.
Putin, Trump y Xi Jinping, Presidentes de Rusia, Estados Unidos y China, pugnan hoy - una nueva Guerra Fría Global - por el control de los Centros de Poder Mundial, pero con 2 Proyectos Políticos Diferentes. El Proteccionismo, nacionalista, supremacista blanco, del sr. TRUMP y la Nueva Ruta de la Seda de Oriente hacia Occidente y la "Globalización Inclusiva" conducida por el Estado del Gobierno Chino y apoyada por el Gobierno Ruso.
***
Búsqueda de opciones
Hasta aquí seguimos, baste decirlo, en una suerte de
análisis al viejo estilo de la guerra fría, digamos, del tablero de ajedrez de
Brzezinski; que no es otro que el de la guerra fría. Pero dicho esquema se
acabó, no solo por Brzezinski, sino por la realidad actual. Valga decir que se
requieren nuevas herramientas, o revisar la complejidad mediante la
geopolítica. También, se requiere armar otra visión con el método geopolítico:
pasar de la teoría del ajedrez de Brzezinski a otra, y no hay muchas opciones.
Es decir, que necesitamos pasar del viejo enfoque
geopolítico a otro en construcción, como es el mismísimo mundo que está mudando
de piel. Revisemos por ahora las tesis del ruso Daniel Estulin —el autor del
clásico libro El Club Bilderberg—. Él sostiene que vivimos el fin del modelo
neoliberal, que se basó en el crecimiento ilimitado del planeta. Y eso se
acabó.
Que el principal problema a escala global es que no
hay ningún modelo financiero que pueda sustituir al actual liberal banquero y
financista; un reto para la élite que requiere encontrar para sustituir lo
viejo e inservible con lo nuevo. Estulin sostiene que tanto EUA como Rusia y
China están en el mismo costal, y que los tres países tienen los mismos retos.
Nosotros decimos que no. No es la misma problemática
de los gringos que la de los rusos o los chinos. Ni económicamente, porque
quien tiene una economía desbordada son los estadounidenses, no así Rusia y
menos China. Los tres países con dinámicas económicas distintas. En otra
ocasión abordaremos la situación económica de los tres.
Los “proyectos globales”
En lo que coincidimos con Estulin es en la tesis
—novedosa para el análisis, pero que sienta bases nuevas para la geopolítica—
de los seis “proyectos globales” que están en pugna por la supremacía mundial.
1° La llamada
“Nueva Babilonia”: Wall Street, los banquero-financistas y clan
Rockefeller.
2° “Nuevo
Jerusalén”: Londres, imperio británico, Casa Windsor, Casa
Rothschild.
3° “Gran
Europa”: La Europa de las órdenes, con el Vaticano y la
aristocracia europea.
4° “Gran
Eurasia”: Moscú como epicentro.
5° “Nuevo
Califato Rojo”: Sufí desde Turquía.
6° “Datung”:
Con China en alianza con los Rothschild y Windsor,
Como puede verse, no son países sino proyectos
globales, ciertamente, que estarían luchando entre sí por la supremacía o
hegemonía mundial, para aplicarla al resto del mundo. Es claro que, a la
cabeza, porque son o serían los países más activos, resultan los tres últimos
proyectos, con Eurasia que no pierde terreno como corazón del Heartland en la
teoría clásica de Mackinder. Con Datung por el dinamismo chino en prospectiva
por la nueva ruta de la seda. Ambos países con predominio, el uno energético y
el otro en inversiones a nivel global.
Los otros tres, Babilonia, Jerusalem y Gran Europa, si
bien activos resultan las principales víctimas de sus propias políticas o
dinámicas tanto geoeconómicas como geoestratégicas, y también geopolíticas. Por
lo tanto, sin contradecir a Daniel sino colocando nuestra propia postura, es
claro que la dinámica de Trump y sus aliados —acaso Londres desde luego—, ni
están en condiciones de imponerse ni lo lograrán, salvo que decidan por la
alternativa de la guerra, que desde luego a nadie conviene.
Nuevos equilibrios
Lo otro es perder terreno cada vez, me refiero a Trump
ante Putin por una parte y Xi por el otro. Salvo que nos sorprendan con algún
tipo de alianzas geoestratégicas, para una recomposición geopolítica del mundo,
pero bajo otras reglas ya. Esto significaría el fin pacífico del imperio
estadunidense, así como el surgimiento de un nuevo terreno de equilibrios en el
mundo, pero bajo otras reglas. Esto es lo ideal, pues lo otro es el
Apocalipsis.
En síntesis, la disputa por el poder hegemónico
mundial en nuestro tiempo pasa por distintos escenarios, todos en confrontación
tal que están forzando el rompimiento de las reglas internacionales heredadas
tras la guerra fría. Ello precisamente porque el mundo está cambiando de piel,
son los viejos poderes globales. El caso es que todos corremos con la misma
suerte y, o nos sumamos o nos arrastran. Lo mejor será subirse al carro, pero
no de la guerra sino del cambio pacífico. ¿Lo permitirá la bestia herida? Habrá que domarla.
Al parecer Trump es un aliado de eso. Y la otra
geopolítica, como mejor herramienta.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario