INESTABLE
CORRELACIÓN DE FUERZAS.
"Si bien la iniciativa política en la disputa
estratégica de los proyectos de integración favorece en la coyuntura al grupo
de gobiernos conservadores y neoliberales de PROSUR tanto por su número como por su peso económico y
geopolítico, es también cierto que varios de estos gobiernos son débiles como
el del interino del Perú que se encuentra
en una situación de alto rechazo del pueblo, el de Colombia con un proceso de paz muy frágil o el de Argentina que ha destrozado la economía
del país y de la gran mayoría de la población, la misma que deberá elegir
nuevos gobernantes en octubre de 2019".
"La potencia
y peso mundial de Brasil lleva a su Estado a la contradicción entre
encabezar un bloque poderoso con todos los países de la región, como en la
década pasada, o a convertirse en peón político de Estados Unidos a pesar de la gran dimensión e influencia económica
de China. Bolsonaro encuentra
fuertes críticas de sectores empresariales, académicos, políticos y militares
ante esta situación que pone el territorio amazónico en manos de Estados Unidos
y al mismo tiempo crea malestar social por sus posiciones reaccionarias y
antipopulares.
"A su vez, la crisis provocada en Venezuela
por el bloqueo y el boicot comercial, financiero y económico ha
influido en sus iniciativas de integración, aunque se mantienen sólidos PETROCARIBE y ALBA, en tanto que Bolivia
y Uruguay apoyan con firmeza la integración sin exclusiones y, en el caso del
primero, ha manifestado sin tapujos su total apoyo y solidaridad con el
gobierno de Maduro y con el proyecto de integración emancipadora.
"En el marco
de CELAC, se mantienen su estructura y principios, particularmente con la clara
posición de Manuel López Obrador de
México de impulsar el acercamiento de los pueblos y países de la región
frente a las agresiones norteamericanas, aunque en los últimos dos años se ha
tratado de dañar la influencia de CELAC
con las acciones impulsadas por el Secretario General de la Organización de
Estados Americanos (OEA), Luis Almagro,
contra el gobierno democrático de Venezuela, sin lograr su objetivo".
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LA DISPUTA ESTRATÉGICA SOBRE EL DESTINO
DE AMÉRICA LATINA. BOICOT A LA INTEGRACIÓN EMANCIPADORA.
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Eduardo Paz Rada.
Rebelión miércoles 17 de abril del 2019.
El empuje conservador y neoliberal en América
Latina y el Caribe, aliado a los intereses imperialistas, ha desarrollado en
los últimos meses nuevas iniciativas orientadas a establecer un nuevo tablero
geopolítico regional y mundial buscando frenar y destruir los empeños de
liberación nacional y continental de los procesos de integración y unidad
emancipadora de la Patria Grande elaborados en los pasados quince años por los
gobiernos nacionalistas, progresistas y de izquierda.
Se ponen, de esta manera, frente a frente dos
proyectos estratégicos de la región: el de la liberación o el de la dominación.
La reciente
creación —22 de marzo pasado— del Foro Para el Progreso de América del Sur
(PROSUR), impulsada apresuradamente por los presidentes de Colombia, Iván Duque,
y de Chile, Sebastián Piñera, y aceptada por los de Brasil, Jair Bolsonaro,
Argentina, Mauricio Macri, Ecuador, Lenin Moreno, de Paraguay, Mario Abdo, y de
Perú, Martín Vizcarra, en la cumbre de Santiago de Chile, fue precedida por la
acción de Macri y Bolsonaro de debilitar a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) con la suspensión de su
participación en la misma y continuada por Moreno con el despojo de su sede en
Quito.
Si bien estos presidentes reconocieron el 23 de
febrero, con gran repercusión en los grandes medios de comunicación
empresariales, como presidente de Venezuela al fantoche de Donald Trump, Juan
Guaidó, evitaron hacer el ridículo mayor impidiendo su presencia en la reunión
de Santiago. Esto no significa, de ninguna manera, que la conspiración
imperialista contra el gobierno revolucionario bolivariano y chavista de
Venezuela presidido por Nicolás Maduro deje de contar con el concurso de los
gobiernos de estos países, entre ellos sobresale el de Colombia que cuenta con
nueve bases militares norteamericanas en su territorio.
QUEBRAR
EL PROCESO DE LA INTEGRACIÓN DE LA PATRIA GRANDE
El Foro Para
el Progreso PROSUR, cuyo nombre rememora la Alianza Para el Progreso
de los años sesenta impuesta por Estados Unidos en varios países de América
Latina para afianzar su control regional en la Guerra Fría e impedir la influencia
de la Revolución Cubana, busca
desmantelar los avances revolucionarios de la Patria Grande. La formación y fortalecimiento, desde 2004, de PETROCARIBE, Alternativa Bolivariana de
los Pueblos (ALBA), Unión de
Naciones Sudamericanas (UNASUR) y
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) permitió a América Latina y el Caribe convertirse no
solamente en un proyecto profundo de integración regional al margen del control
de Estados Unidos, sino en una fuerza con peso propio en estrategia mundial de
la multipolaridad.
Luego de derrotar al proyecto imperialista del Área de Libre Comercio de las Américas
(ALCA) defendido por el entonces presidente de EEUU, George Bush, en la Cumbre de Mar del Plata en noviembre de
2005, se aceleró el proceso de integración emancipadora bajó el liderazgo de Hugo Chávez de Venezuela,
Lula Da Silva de Brasil, Fidel Castro de Cuba, Néstor Kirchner de Argentina,
Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua y José Mujica, entre otros, y con un
claro discurso bolivariano por la segunda independencia, se procedió a crear
las instituciones correspondientes con el apoyo de los movimientos populares.
En 2008 se
formalizó la existencia de UNASUR con todos los países de América del Sur y una estrategia integral que desarrolló políticas
de comercio e integración económica y financiera, incluidos un fondo monetario
y una moneda propios; de defensa militar con autonomía de Estados Unidos; de
libre tránsito, migración y reconocimiento de la ciudadanía sudamericana; de
lucha contra las droga y el terrorismo internacional; y de educación, salud,
ciencia, tecnología y planificación conjuntas.
Por otra parte alcanzó logros de envergadura como
la defensa de la democracia en la región, la solución de conflictos entre
Venezuela y Guyana, la defensa de los gobiernos democráticos de Bolivia y
Ecuador ante lo intentos de guerra civil y golpe de Estado y la pacificación en
Colombia.
En 2010 se
consolidó la CELAC como instancia de debate y consenso político entre
los 33 países de América Latina y el
Caribe, con la exclusión de Estados Unidos y Canadá, avanzando por primera
vez en la construcción de la integración del conjunto de la Patria Grande como soñaron Simón Bolívar, José de San Martín,
Francisco Morazán, José María Morelos o José Martí y estableciendo el
principio de declarar a América Latina y el Caribe como zona de paz,
cooperación e integración.
INESTABLE
CORRELACIÓN DE FUERZAS.
Si bien la iniciativa política en la disputa
estratégica de los proyectos de integración favorece en la coyuntura al grupo
de gobiernos conservadores y neoliberales de PROSUR tanto por su número como por su peso económico y
geopolítico, es también cierto que varios de estos gobiernos son débiles como
el del interino del Perú que se encuentra
en una situación de alto rechazo del pueblo, el de Colombia con un proceso de paz muy frágil o el de Argentina que ha destrozado la economía
del país y de la gran mayoría de la población, la misma que deberá elegir
nuevos gobernantes en octubre de 2019.
La potencia
y peso mundial de Brasil lleva a su Estado a la contradicción entre
encabezar un bloque poderoso con todos los países de la región, como en la
década pasada, o a convertirse en peón político de Estados Unidos a pesar de la gran dimensión e influencia económica
de China. Bolsonaro encuentra
fuertes críticas de sectores empresariales, académicos, políticos y militares
ante esta situación que pone el territorio amazónico en manos de Estados Unidos
y al mismo tiempo crea malestar social por sus posiciones reaccionarias y
antipopulares.
A su vez, la crisis provocada en Venezuela
por el bloqueo y el boicot comercial, financiero y económico ha
influido en sus iniciativas de integración, aunque se mantienen sólidos PETROCARIBE y ALBA, en tanto que Bolivia
y Uruguay apoyan con firmeza la integración sin exclusiones y, en el caso del
primero, ha manifestado sin tapujos su total apoyo y solidaridad con el
gobierno de Maduro y con el proyecto de integración emancipadora.
En el marco
de CELAC, se mantienen su estructura y principios, particularmente con la clara
posición de Manuel López Obrador de
México de impulsar el acercamiento de los pueblos y países de la región
frente a las agresiones norteamericanas, aunque en los últimos dos años se ha
tratado de dañar la influencia de CELAC
con las acciones impulsadas por el Secretario General de la Organización de
Estados Americanos (OEA), Luis Almagro,
contra el gobierno democrático de Venezuela, sin lograr su objetivo.
ESTRATEGIAS
GEOPOLITICAS EN LA REGION
La agresiva
política de Washington (Trump y CIA) en América Latina y el Caribe con la
finalidad de recuperar terreno perdido frente a su notable retroceso mundial
choca con la emergencia de un mundo multipolar, en el cual las potencias
económicas y comerciales de China e
India se hacen muy fuertes, la fortaleza militar de Rusia es incuestionable como en los casos de Ucrania, Siria o Venezuela, o la insubordinación de Turquía, la Unión Europea, Corea del Norte
o Irán hacen muy difícil que el dominio norteamericano recupere el lugar
estelar que tenía en el pasado.
Con la mirada puesta en las próximas décadas y
hacia fin de siglo, cuando la influencia Estadounidense,
China y Rusa en América Latina y el Caribe alcanza niveles de disputa y
choques de estrategia geopolítica global es pertinente reiterar nuevamente la
disyuntiva para nuestros pueblos: “el
siglo XXI nos encontrará unidos o dominados” como afirmara Juan Domingo Perón y argumentaran Jorge
Abelardo Ramos, Andres Soliz Rada y Norberto Galasso.
PROSUR no
tiene identidad ni raíces en la lucha emancipadora y se inscribe en la lógica
de la relaciones de dominación Norte-Sur, en tanto que UNASUR y CELAC son
propuestas de unidad en el espíritu de la Patria Grande en la concepción de la
Cooperación Sur-Sur.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de
la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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