LULA AVISA QUE NO SERÁ CHANTAJEADO. “ME QUEDO EN BRASIL PARA AYUDAR”
En
un reportaje desde la cárcel embistió contra la sumisión del gobierno frente a
Washington, criticó al presidente y al ministro de Justicia.
Desde Brasilia.
Darío Pignotti.
Página/12. Domingo 28 de abril del 2019.
Luiz
Inácio Lula da Silva incomoda al régimen. En un reportaje –el primero en un año
y diecinueve días de prisión– reiteró su decisión de
permanecer arrestado si éste el precio a pagar por mantenerse firme en sus
convicciones. Avisó que no aceptará chantajes. “Si me ofrecen ir a vivir a
Bahamas, bebiendo agua de coco todos los días y con todas las comodidades a
condición de no hacer política, yo les digo no. Que me voy a quedar en este
país para ayudar a que la gente mejore y levante la cabeza, para volver a
conquistar derechos. Por eso hay mucha gente a la que no le gusto.”
El efecto inmediato de la
entrevista fue enfadar a Jair Bolsonaro.
“Lula
no debería hablar (...) creo que fue un error de la justicia haberle dado
derecho” a la palabra, reaccionó el capitán retirado vencedor
de las elecciones presidenciales de 2018 en las que el líder del PT fue víctima
de una proscripción blanca por parte de la justicia, especialmente por la corte
electoral. De no haber sido así posiblemente hoy el presidente sería otro.
Ayer, durante un breve encuentro con periodistas en la periferia de Brasilia, Bolsonaro apenas disimuló su
contrariedad frente a los dichos de quien, pese a su arresto, es el líder de la
oposición. Apelando a un tono burlón dijo que Lula es un
“cachacero”, bebedor de cachaza.
En el reportaje a los diarios El
País de Madrid y Folha de Sao Paulo Lula repasó lo ocurrido en 2018, cuando
tenía el 40 por ciento de intenciones de voto contra el 20 de Bolsonaro, a un mes de los comicios.
“Hay que recordar que después de ser preso crecí 16 puntos en las
encuestas, mismo sin
poder hablar con los medios, allí cuando el ministro Roberto Barroso (Tribunal Electoral) hizo aquella locura (prohibió
candidatura) en ese momento comencé a sentir el riesgo de no ganar, porque la
transferencia de votos a Fernando Haddad
(candidato del
PT) no es automática. Tuvimos
una elección atípica, las fake news fueron algo enloquecido”. Luego
embistió contra la sumisión gobierno frente a Washington. “Nunca vi un presidente (brasileño) diciendo ‘yo amo a Estados
Unidos’ (...) nunca vi a un
presidente cuadrándose frente a la bandera de Estados Unidos”. “¿Cómo va a
avanzar el país si no hay gente que se haga respetar?” ante la Casa Blanca.
Recordó que, durante sus dos mandatos, entre 2003 y 2011, tuvo
encontronazos con la primera potencia mundial, especialmente luego del
descubrimiento de yacimientos gigantes de petróleo en las costas de Rio de
Janeiro y San Pablo, en un área de aguas profundas conocida como pre-sal.
“Bastó con que anunciemos el decubrimeintos de los yacimientos de pre-sal y los
norteamericanos reactivaron la IV Flota. Y allí mi respuesta fue crear el
Consejo de Defensa (UNASUR) contra
la intromisión de Estados Unidos”.
Para Lula desde el 1º de enero,
cuando asumió la administrción bolsonarista, Brasil enfrenta una suerte de
acefalía.
“No puede ser que el país esté gobernado por esta banda de locos, el
país no merece, el pueblo no merece (...), hay que ver la familia que él tiene
(tres hijos influyentes), la locura que él tiene, el enemigo central de él es
el PT y después es el vicepresidente (general Hamilton Mourao”.
La entrevista de poco más de dos horas fue realizada en la
Superintendencia de la Policía Federal
en Curitiba en una sala custodiada por agentes armados, uno de los cuales
no sacó la vista del preso de 73 años, que llevaba un saco gris y una camisa
celestes, aparentemente bien planchados.
Se mostró confiado en la recuperación de su partido.
“Con el PT reconocemos que perdimos las elecciones, pero hay que
recordar la fuerza del PT, que no fue destruido, que es el único partido que
existe en este país en tanto partido, el resto son siglas de interés electoral.
Debemos haber cometido errores.”
Con la voz ronca de siempre pronosticó un futuro incierto a la flamante
administración, algo que ayuda a explicar la ira del mandatario.
“O Bolsonaro construye un partido político sólido o no va a perdurar
mucho, va a
necesitar mucha capacidad de articulación, el pueblo tiene paciencia, pero no
tiene toda la paciencia del mundo... Brasil está desgobernado, quien dicta las
reglas es el ministro de Economía Paulo Guedes, todo está centrado en la
reforma de la previsión social, y si se aprueba la gente se va a embromar.”
En otro tramo hizo una reconstrucción del proceso iniciado con su
condena en julio de 2017 por parte del
juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia, y la caída de Dilma Rousseff. El “golpe” tenía como objetivo acabar
con su arresto, señaló Lula. Lula no ahorró cuestionamientos hacia el ex
magistrado Moro por sus “mentiras” de las que también responsabilizó al fiscal de Curitiba, Y asoció el desempeño de éstos con una
maniobra mayúscula de Estados Unidos como verdadero titiritero de la causa Lava
Jato.
“Algún periodista de investigación podría ir
a Estados Unidos para saber cuál fue la intromisión del Departamento de
Justicia norteamericano en este proceso, cuál es el interés de los
norteamericanos en
Petrobras, ellos nunca aceptaron que yo haya dicho que Petrobras es nuestra,
que el petróleo es nuestro”, remató.
/////
/////
DILMA ROUSSEFF: “ESTOS TIEMPOS NOS EXIGEN, ANTE TODO, CORAJE”.
Reportaje exclusivo a la Presidenta brasileña derrocada en el 2016.
*****
Estuvo en Buenos Aires para el lanzamiento del Comité Argentino Lula
Libre y Justicia para Marielle, por la concejala de Río de Janeiro asesinada en
2018. Aquí explica qué grupos hay en el gobierno de Bolsonaro y qué cambió para
peor en Brasil.
Nicolás Trotta.
Página /12 domingo 28 de abril del 2019.
En
medio de sus actividades en la Argentina, que incluyeron un gran acto por la
libertad de Lula y por justicia para la legisladora local de Rio MARIELLE FRANCO, asesinada por sicarios
profesionales, DILMA ROUSSEFF dialogó
sobre el tablero completo de su país y las relaciones exteriores.
–Dilma, ¿cuál es tu expectativa en el corto plazo?
¿Tenés esperanzas?
–Debemos
cumplir con nuestra parte: encuentros, discusiones, resistencia. Debemos estar
preparados porque la lucha no es de corta duración. Será larga. Además de
resistir hay que insistir. Como decía la madre de Lula hay que “teimar”. Es una
expresión que se usa en el nordeste. “Mi hijo, usted tiene que teimar.” Teimar
es insistir al límite.
–Es la lucha. Es la política.
–Es
es la vida, no sólo la política. Hay un escritor brasileño que cité en mi
primer discurso como presidenta, João Guimarães Rosa: “El transcurso de la vida
envuelve todo. La vida es así: se calienta y se refresca, aprieta y ahí afloja.
Inquieta y tranquliza. Lo que exige de nosotros es coraje.” Estos tiempos nos
exigen, ante todo, coraje.
–¿Cómo evaluás los primeros cuatro meses de la
gestión de Jair Bolsonaro?
–Todo
lo que se esperaba que pasara pasó. Pero peor. Es un gobierno de gente
inestable. Crean conflictos incluso entre ellos mismos. Hay cuatro grupos. Uno
es Bolsonaro, el clan Bolsonaro. Sus tres hijos, el ideólogo Olavo de Carvalho
y toda el ala neopentecostal-evangélica. Tiene un núcleo militar que es muy
dominante. Llega a más de cien personas de alto rango. Generales, coroneles,
generales de dos, tres, cuatro estrellas. Después está el núcleo de la escuela
de Chicago que es neoliberal y son adeptos a las teorías de Milton Friedman,
incluso a las teorías de Friedman aplicadas en Chile según las cuales es
necesario aprovechar la crisis porque la gente en la crisis está dispersa.
Entonces se les puede quitar sus derechos básicos y transformar el mercado en
la gran referencia del momento. Y el cuarto grupo es el Poder Judicial de la
llamada “República de Curitiba”. Es por el ministro Sergio Moro, aquel que como
juez condenó a Lula e impidió que participar de las elecciones, lo que
benefició a Bolsonaro y lo posicionó como principal líder. Además, tiene una
visión del lawfare punitiva y criminalizadora como su mayor instrumento. El ala
bolsonarista incluye tres ministros. La ministra de Mujeres, Derechos Humanos y
Familia propone cosas absurdas como que las mujeres vistan de rosa y los
hombres de azul. Que las mujeres sean sumisas a los hombres. Se oponen a que la
Comisión de la Verdad sobre la dictadura identifique cuerpos. El canciller
propone romper con el MERCOSUR porque dice que no sirve para nada. Quiere
romper la política comercial hacia los países árabes porque acepta trasladar la
embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén.
–Todavía no pasó.
–No.
Es lo que quieren que pase. El canciller también quiere romper con China porque
según él China es parte de un movimiento comunista. En cambio Donald Trump
representa la conciencia occidental y hay que seguirlo. Es un sometimiento
ciego a los Estados Unidos. Hasta el agronegocio sufrió grandes pérdidas por
esos cambios. También los industriales, relacionados con la Argentina y hoy
perplejos.
–Ciertos sectores del esta-blishment pensaban que
podrían condicionar a Bolsonaro.
–Pensaban
así: “Bolsonaro
hace el omelette de las reformas; acaba con los derechos de los trabajadores,
con los derechos previsionales, destruye una parte de Petrobras, privatiza
todo, quita las regulaciones ambientales de tierras indígenas y después lo
domamos”. Pero Bolsonaro, un neofascista, no tiene el chip de la
moderación. Entonces vienen las contradicciones. Los militares se pelean con el
ala bolsonarista pura. Los hijos de Bolsonaro y Olavo atacan a los militares.
Los militares replican. Los medios de comunicación que coincidían con la teoría
de la moderación –“es posible moderar”–
se encuentran con que Bolsonaro se basó sobre todo en las redes sociales y no
los tuvo en cuenta a ellos. Aunque los grandes medios fueron muy proactivos. Su
modelo es Trump. Se gobierna por Twitter.
–Sin intermediarios…
–Sin
intermediarios. Directamente. Y es más, hace amenazas no veladas, claras para
los medios de comunicación: “Si ustedes piensan que continuaré
transfiriéndoles dinero de pauta publicitaria se equivocan”. El mercado
financiero pasa todo el tiempo amenazando a la población con el ministro de Economía Guedes. Dicen que
si no hay una reforma previsional habrá una catástrofe económica. Es una gran
mentira. Incluso considerando que haya una recuperación ahora, todos los datos
muestran que el PBI se mantendrá por debajo del uno por ciento. Y el dólar
aumenta. No es como acá, que cuando el dólar aumenta, aumentan los problemas.
El dólar aumenta como una señal de que el mercado financiero no está contento.
Es mentira que una reforma provisional atraerá inversiones. Si fuera así, en
muchos países no habría inversiones. En Brasil la demanda está deprimida y la
demanda pública no aparece. Hay un cuadro en Brasil de paralización económica.
–Y este escenario de inestabilidad política por las
disputas hacia adentro del gobierno y por este paro económico, ¿es una
oportunidad para el campo popular, para rearmarse? ¿Cómo está encarando el PT
este proceso?
–Yo
no diría que es una oportunidad para rearmarnos, pero les deja muy claro a muchos
que apoyaron a Bolsonaro que no hubo un debate electoral verdadero. No es una
carrera de cien metros, es una maratón. Algunos dicen que si Bolsonaro se va
asumirá el vice, que según ellos es más moderado. Lo cual también es un
equívoco. Es otro que no tiene el chip de la moderación. De la tradición
militar nacionalista no tiene nada. Tampoco desarrollista. Está a favor del
ministro Paulo Guedes y sus reformas para quebrar el Estado brasileño, para
acabar con las empresas estatales, vender Petrobras… Ya aceptaron la venta de
Embaer y la entrada de Estados Unidos en la base de Alcántara.
–¿La geopolítica internacional le perdona a Brasil
haber dado pasos con los gobiernos del PT en el sentido de rediscutir el poder
global? Pienso en el Brasil de los BRICS y lo comparo con los enormes
retrocesos a partir del golpe parlamentario y de la propia proscripción de
Lula, una farsa que se terminó de confirmar con la designación de Sergio Moro
como ministro de Justicia.
–Claro,
es como si fuese una confesión de culpa
–¿Fue un error o un acierto, en términos de
resultados, haber querido jugar en una liga a la que quizás el mundo no nos
autoriza jugar a los latinoamericanos?
–¿De
qué mundo estás hablando?
–… de los Estados Unidos y el capital internacional.
–Con
el golpe Brasil debía ser re encuadrado. Incluso geopolítico. Y culturalmente
también. ¿Económicamente por qué? Porque no solo teníamos todo un Estado con
capacidad e instrumentos de desarrollo. Teníamos, por ejemplo, el Banco
Nacional de Desarrollo, que en ciertos momentos llegó a ser mayor que el Banco
Mundial por los fondos. Además de esto Brasil, económicamente, tenía una gran
empresa de petróleo -la séptima- y como sabrás hoy las mayores reservas
de petróleo están a manos de Estados nacionales. Tener acceso a las reservas de
Petrobras era algo muy importante. No es Medio Oriente, una zona de conflicto.
Nuestras posiciones incomodaban mucho. ¿Cuáles son? No solo los Estados Unidos
y Europa eran nuestros socios. También MERCOSUR,
UNASUR, LA CELAC. Construimos una cierta independencia dentro de un
continente que, estratégicamente, los Estados Unidos consideraban suyo. Con la
Argentina por siglos nuestras vías de tren no estaban conectadas, y tampoco el
sistema energético. Trabajamos para hacerlo. Con África sucede lo mismo. Y con
los BRICS, que evidentemente
incomodaban porque era la época en que se consolidaba China, en que Rusia
emergía como potencia internacional y en que crecieron la India y Sudáfrica.
Llegamos a crear en el marco de los BRICS
y fondo de contingencia de reservas que funcionan como una especie de FMI.
Además, Brasil no votaba a favor de las guerras cuando fue parte del Consejo de
Seguridad. En la cuestión palestina, en la cuestión israelí, siempre defendimos
la idea de que hay dos Estados. Siempre tuvimos una postura clara en favor de
los derechos humanos y el medio ambiente. Fuimos independientes y respetuosos.
Y quisimos ser respetados.
–Dilma, hoy el único punto clave no son los recursos
naturales. Los datos también se vinculan y tienen un impacto en la política de
nuestro país.
–Totalmente.
–El 80 por ciento de los datos que se producen y que
se intercambian en América latina pasa por un nódulo en los Estados Unidos.
–Pasan
por un nódulo estos datos que se intercambian con el resto del mundo. Pasan por
Miami. Pero, también tienen otro problema. Todos sus equipamientos tienen lo
que se llaman “puertas traseras”, “back doors”, de los cuales uno puede grabar
lo que quiera. Pero insisto que en la cuestión del uso político. Doy un ejemplo
de WhatsApp en Brasil. Fue usado por robots que emiten noticias siguiendo
algoritmos. Hubo muchas “fakes news”, absurdas “fake news”.
–¿Y cómo afectan las “fake news” y su multiplicación
extrema la voluntad popular?
–¿Cómo
fue electo un candidato con derecho a 38 segundos de tiempo en televisión y no
tenía partido nacional? ¿Y que no hizo campaña por la televisión, y que no
aceptaba ir a ningún debate? Fue electo por las redes. Manipulando los datos, haciendo
una comunicación unidireccional. O sea, no hay diálogo, no hay debate, no hay
contraste de ideas. Entonces, ¿qué ideas le hacen llegar al pueblo? Que la
inseguridad pública destruye a las familias. Que los derechos de las mujeres
destruyen la familia. Que también son destructivos los derechos de los homosexuales.
Que una familia con la madre y sin el padre fabrica criminales. Después, en
economía, no explican la falta de crecimiento por la estructura financiera
distorsionada que no invierte. Dicen: “Ah, es porque hubo corrupción”. Entonces
el desempleo y todo lo demás se deberían según ellos a la corrupción. El
punitivismo del Lava Jato tuvo un papel muy importante. Primero, sacó a Lula
del medio; él era el enemigo número uno. Y las balas perdidas del punitivismo
invadieron el espacio político. Los partidos tradicionales no sobrevivieron.
Para que emergiera Bolsonaro antes debía haber tierra arrasada de la derecha
hacia el centro.
–¿Y no se tomó conciencia de esa estrategia de
tierra arrasada por parte del campo popular en Brasil?
–Una
parte de los que fueron arrasados no tuvieron conciencia de esto. Nosotros
estábamos siendo objeto principal de los tiros. Sabíamos lo que pasaba. Y ellos
pensaban que era con solo con nosotros.
–¿Cómo lo viste a Lula?
–Muy
bien, todas las veces. Lula es una persona excepcional y siempre lo
menospreciaron. Se dieron cuenta de quién era en el segundo mandato. Lula tiene
una gran capacidad de aprendizaje. Tuvo poca educación formal, pero aprende y
tiene una memoria fantástica. Todo lo que oye y lee, pasa por un análisis
profundo. No repite porque sí, racionaliza las cosas. Incluso en la prisión.
Tiene una gran fuerza personal. Pero es muy triste llegar a verlo y encontrarse
con que está encarcelado ex presidente de Brasil que más contribuyó a la
evolución material de la población. Está limitado a un cubículo. No le dejaron
tener ni una heladera. Guarda el yogur en una caja de telgopor. Tuvo un gran
impacto en él la muerte de su nieto, porque él había perdido a su hermano y no
lo dejaron ir al funeral. Un impacto tan grande como la pérdida de Marisa (su
esposa), fue el nieto, su nieto preferido. Admiro que encare la prisión con
tanta fuerza. No acepta menos que la inocencia. Lula no negocia su libertad.
Tiene la dignidad de renunciar a negociar su propia libertad.
–Esta última reducción de pena para muchos fue vista
como una oportunidad para esa prisión domiciliaria. ¿Existe la posibilidad de
un Lula afuera de la cárcel?
–El
carácter de esta decisión es intentar normalizar la prisión de Lula y que vean
que la Justicia de Brasil es plena. Pero quieren condenarlo en otros procesos y
que la prisión de hecho sea perpetua. La salida de Lula sería una modificación
de la correlación de fuerzas. No sueltan a Lula porque Lula altera la
correlación de fuerzas, entonces nosotros tenemos que generar los cambios para
que Lula salga de la cárcel, no va a salir solo por medidas institucionales.
Tendremos que combinar medidas institucionales con medidas de movilización, de
participación, por eso la solidaridad internacional es tan importante.
–¿Cuánto puede ayudar una victoria popular en
Argentina en la correlación de fuerza en Brasil?
–Ayuda
en un cambio para toda la América Latina que está en una situación muy
desfavorable. Sólo tenemos los países de México, de Bolivia y de Uruguay con
gobiernos que están comprometidos con América Latina y con sus pueblos. Yo creo
que la Argentina cambiará esa correlación, porque la Argentina es uno de los
países más desarrollados, más fuertes de Latinoamérica, con gran importancia en
influencia cultural, política y económica. Un gobierno popular en la Argentina
influiría porque Brasil es su gran socio y buena parte de la dirigencia
política brasileña es fraterna hacia la Argentina. Sería una esperanza, una luz
no al final sino en medio del túnel. La luz del final túnel es la que nos
llevará a una efectiva democracia nuevamente.
–¿Como ves una candidatura de Cristina Kirchner?
–Cristina
tuvo un papel importantísimo, no solo en Argentina, sino también en América
Latina. Quiero hablar de la Cristina que yo conozco. Presencié la lucha reñida
de Cristina para superar el castigo de cuando a la Argentina le retiraron todo
el crédito, como para matar de sed a una persona. Cristina luchó contra los
fondos buitres porque consiguió resolver la cuestión estratégica de la deuda
externa argentina, y faltaba una parte que eran los fondos buitres, que tenían
claramente una disputa y querían reabrir toda la negociación llevada adelante
por Cristina. Cristina estaba en eso cuando finalizó su mandato. Negociaba de
forma dura y clara y tenía el apoyo de los demás países de América Latina, de
todos. Buscaba una solución que hubiese librada a la Argentina de esta
catástrofe que es la vuelta del endeudamiento, que fue la aceptación de los
términos que impusieron los fondos buitres y que llevaron a una crisis fiscal y
la intervención del FMI. Yo tengo la certeza de que con Cristina no hubiese
ocurrido. La otra cuestión que le vi defender a Cristina es la necesidad de
integración regional, que nuestro sector industrial fuese integrado, en la
industria naval, en el sector automotriz, una política tecnológica común, que
tengamos una experiencia común en la industria farmacológica. Conozco también
el costado social, con la AUH. Y le observé actitudes soberanas en el G-20, en
la cuestión Malvinas. Es una estadista.
–¿Cómo analizás la crisis argentina?
–Veo
con mucha tristeza la vuelta al Fondo Monetario Internacional. Nosotros sabemos
que no tiene salida por allí. No hubo nunca salida por allí en nuestra
historia. La salida no está en las políticas austericídicas, las salidas son
políticas de desarrollo. El interés no puede crecer por encima del crecimiento
del PBI. Si no no hay como resolver la cuestión de la deuda. Tanto en Estados
Unidos como en la Unión Europea, los intereses son casi cero. Y esto fue lo que
permitió que ellos girasen la mayor deuda hecha en el mundo en la crisis
financiera de 2008. ¿Por qué hacen esto? Por qué nunca Estados Unidos se aplicó
a sí mismo una política de austeridad, ¿Por qué el dólar es una moneda fuerte?
¿Es por esto? No es por esto. Es porque nunca hizo una política de
contención de demanda. Al contrario. Siguió los lineamientos de Franklin Delano
Roosevelt. Y cuando hizo lo contrario, algunas veces, le fue muy mal. No creo
que la política de Mauricio Macri sea una solución. Me pone muy triste.
–Dilma, Lula Libre, Justicia por Marielle Franco,
¿qué simbolizan para la lucha en Brasil?
–Lula
libre significa la lucha por la democracia, contra el lawfare, el uso de la ley
como arma para criminalizar la política y para destruir la reputación y la
capacidad de lucha de quienes ellos consideran sus enemigos. Lula con su lucha,
con su resistencia y su dignidad representa una clara manifestación de que
ustedes no me destruyeron, ustedes pueden encarcelarme, pero no me destruyen a
mí. Mis políticas no pueden ser encarceladas. Lula representa la reacción al
neoliberalismo en el Brasil. Fueron nuestros gobiernos los que bajaron el
neoliberalismo que venía de Cardoso, no dejamos que siguiese. Lula representa
una afirmación de que es posible hacer cosas distintas y de un modo diferente
con prioridad en resolver la desigualdad. Con políticas cuyo eje fue la
reducción de la desigualdad y el aumento de las oportunidades para su
población. Lula representa democracia, antiliberalismo y la afirmación de que
Brasil tiene que tener soberanía, fuerza. Por eso Lula libre es una lucha
democrática.
–¿Y Marielle?
–Representa
la lucha contra violencia, la violencia del Estado, pero sobre todo la
paraestatal, la de las milicias que son hoy en Brasil, principalmente en Rio de
Janeiro, los grandes ejecutores de una política que quieren ahora transformar
en institucional, el derecho de matar. El Estado no puede tener el derecho de
matar, mucho menos milicias privadas. Marielle fue una mujer negra que tuvo un
componente muy importante en la lucha de las periferias y representó muy bien
todas las cuestiones que importan a eses poblaciones. La cuestión de la
vivienda, por eso lucho, luchó por el transporte, representa una lucha social
de la mujer y del colectivo LGBTI. Fue una defensora de los derechos humanos en
las periferias.
* Rector de la Universidad Metropolitana para la
Educación y el Trabajo. En Twitter, @trottanico.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario