PORQUE
NORUEGA Y SUECIA SON NACIONES CADA VEZ MÁS RICAS Y ESPAÑA ES UNO DE LOS PAISES
MÁS VULNERABLES AL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL?.- Países
con Regiones FRÍAS - Noruega Suecia han salido beneficiados
con el calentamiento, Países con temperaturas TEMPLADAS Y CÁLIDAS, como España las consecuencias son dramáticas,
porque, veamos que dicen las investigaciones científicas sobre las consecuencias
del calentamiento global.
El cambio climático es una de las causas de la creciente
desigualdad económica en zonas templadas y cálidas del planeta. Muchos de los países
situados en regiones hasta ahora frías están registrando beneficios
económicos asociados al calentamiento mientras que otros países tropicales o subtropicales padecen el
rigor del aumento de las temperaturas en forma de daños económicos. Esta realidad se hace todavía más dramática
si se observa que buena parte de la responsabilidad del cambio climático (por la emisión de gases de efecto invernadero durante
décadas) corresponde a los países más
ricos, que en parte se pueden beneficiar ahora del calentamiento.
Estos son algunos de los datos destacados de un estudio publicado por expertos de la Universidad
Stanford (California,
Estados Unidos) en la revista Proceedings de la Real Academia de Ciencias de
Estados Unidos (PNAS). Los cambios de temperatura causados por las crecientes
concentraciones de gases de efecto
invernadero en la atmósfera de la Tierra han
enriquecido a países fríos como Noruega y Suecia, al
tiempo que frenan el crecimiento
económico en países cálidos como India y Nigeria, destacan los autores.
”Nuestros resultados muestran que la mayoría
de los países más pobres de la Tierra son considerablemente más pobres de
lo que hubieran sido sin el
calentamiento global; al mismo tiempo, la mayoría de los países ricos son más ricos de lo que hubieran
sido”, explica
Noah Diffenbaugh, autor principal del estudio.
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EL CAMBIO CLIMÁTICO ESTÁ AQUÍ Y ESPAÑA ES
UNO DE LOS PAÍSES MÁS VULNERABLES.
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Xavier Caño Tamayo.
Nueva Tribuna. Viernes 26 de abril del 2019.
Noches tropicales, las de calor prolongadas,
desertización... Urge tomar medidas.
Cada día que pasa, la
necesidad de la transición energética para prescindir de los combustibles
fósiles (gasolina, gasóleo) y del carbón es más apremiante. Tras dos años y
medio del encuentro del clima en París , en el que se supone se acordó
reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto
invernadero, éstas siguen siendo muy elevadas. Demasiado.
¿Es normal que haga calor en febrero? No lo es, pero
también es muy preocupante que en febrero de 2018 hubiera heladas en toda la
península ibérica hasta alcanzar los 10 grados bajo cero y en febrero de este
2019, en las últimas semanas del invierno en el lluvioso norte y noroeste del
país, la gente haya podido ir a la playa con más de 20º con cielos despejados y
días soleados. También hay más noches tropicales, olas de calor prolongadas y
más intensas, más alta temperatura del agua del Mediterráneo, desertización...
Son realidades que constata la Agencia Estatal de Meteorología. El cambio
climático ya está aquí y España es uno de los países más vulnerables, con 32
millones de españoles afectados, el 70% de población. Quienes más riesgos
corren son los habitantes de las zonas costeras y de las grandes ciudades.
Causas del cambio climático
En
España, en 2017 aumentaron las emisiones de gases de efecto invernadero un
4,4%, respecto a 2016, el mayor aumento anual desde 2002
Conocemos las causas del cambio climático desde hace
años. Como la producción de grandes volúmenes de dióxido de carbono (CO2) ,
el más abundante y perjudicial de los gases de efecto invernadero, por el uso
creciente de combustibles de origen fósil por el transporte individual privado,
colectivo y de mercancías. Por la industria y por la propia producción de
energía. Más la deforestación que también contribuye a que haya más dióxido de
carbono porque al talar árboles al por mayor se destruyen bosques y se elimina
una de sus funciones más necesarias: reducir e incluso eliminar naturalmente el
dióxido de carbono.
Asimismo, hay cultivos y usos de la tierra que generan
gases de efecto invernadero, además de los que provoca la ganadería intensiva.
También perjudican los refrigeradores y neveras que emiten clorofluoro-carbonos,
al igual que lo hacen los aerosoles, los espumantes de la industria de embalaje
y la elaboración de productos químicos y de limpieza.
Las emisiones de dióxido de carbono, principal causa
del cambio climático, alcanzaron en 2018 cifras récord, según la Agencia
Internacional de la Energía. Aumentó un 3%, la cantidad más alta desde que hay
registros. Según la Organización Meteorológica Mundial, el nivel de los
mares y su temperatura también alcanzaron el año pasado sus cifras más
altas. La temperatura fue la más elevada en un año y el nivel del mar fue el
más alto desde que hay registros. En España, en 2017 aumentaron las emisiones
de gases de efecto invernadero un 4,4%, respecto a 2016, el mayor aumento anual
desde 2002. Una cifra que demuestra que este país se aleja de sus objetivos en
la lucha contra el cambio climático.
Y consecuencias
Si
no reducimos a la mitad las actuales emisiones de dióxido de carbono en diez
años se superará el máximo aumento de temperatura aceptable
También conocemos las temibles consecuencias del cambio
climático. Según estudio de la entidad Actas de la Academia Nacional de
Ciencias (PNAS por sus siglas en inglés), cada año mueren en el mundo tres
millones y medio de personas por causas relacionadas con la contaminación
atmosférica . Que, a su vez, es consecuencia del uso de combustibles
fósiles. Además, el aumento de las temperaturas que supone el cambio climático,
permite que aumenten los mosquitos que transmiten enfermedades tropicales
graves (dengue y zika), que, más allá de sus hábitats habituales localizados
hasta ahora, se reproducirán en todo el mundo habitado hacia 2080 lo que afectará
a la salud de 1.000 millones de personas más que hoy.
Hay más letales consecuencias del cambio
climático. Esta primavera, el ciclón Idai arrasó grandes zonas de Malawi,
Mozambique y Zimbabwe en África. Y al menos 23 personas han muerto y 200 han
resultado heridas en las inundaciones de la ciudad de Shiraz, al sur de Irán. Y
hay que tener en cuenta el informe de la Agencia Atmosférica y Oceánica de EEUU
que avisa de que las inundaciones que se esperan en el medio oeste del país “no
tendrán precedente” por lo enormes que serán. Además, la intensidad y fuerza de
las tormentas tropicales y huracanes por el aumento de temperatura dañará
severamente las masas forestales, lo que a su vez acelerará el cambio
climático, según un estudio de Nature Communications...
Dos años y medio después de las conversaciones de París
sobre el clima, las emisiones de dióxido de carbono y las concentraciones
atmosféricas de gases de efecto invernadero son muy elevadas. Demasiado. El
clima cambia hacia temperaturas cada vez más extremas y, en España, uno de los
países europeos más afectados por el cambio climático, en los próximos años
habrá aún más sequías, abundarán los cambios bruscos de temperatura, las olas
de calor y habrá menor disponibilidad de agua . No son rumores, son hechos
contrastados científicamente y es suicida negarlos. Y de hecho se niegan al no
hacer casi nada.
Según la comunidad científica, lo peor es que acaso
solo dispongamos de 11 años para salvar el planeta y evitar que el cambio
climático llegué a un punto sin retorno. Más claro, para que no haya error ni
duda: si no reducimos a la mitad las actuales emisiones de dióxido de carbono,
en diez años se superará el máximo aumento de temperatura aceptable de un grado
y medio centígrado más que en la era preindustrial.
Avanza el desierto
El
mar está también cada vez más caliente y la temperatura media del Mediterráneo
en las costas españolas ha aumentado 0,34 grados centígrados desde los años 80
El cambio climático es, sin el menor atisbo de duda, el
mayor problema de la humanidad. En España, por ejemplo, las estaciones de la
Agencia Estatal de Meteorología, distribuidas por todo el territorio, han
registrado un aumento constante de la temperatura media en la superficie
terrestre desde los años 80. Aumentan en frecuencia e intensidad las épocas de
calor en las últimas décadas y el verano ya dura cinco semanas más que hace
cuarenta años. La desertización es considerable en varias zonas del país
y las áreas de clima semi-árido ya ocupan un 6% más de territorio nacional que
en los últimos treinta años. Las regiones más afectadas por el avance del
desierto son el valle del Ebro, el sureste de la Península (Almería, Murcia y
Jaén) y Castilla-La Mancha.
El mar está también cada
vez más caliente y la temperatura media del Mediterráneo en las costas
españolas ha aumentado 0,34 grados centígrados desde los años 80. Y desde 1993
el nivel del mar ha subido 3,4 milímetros. Tal vez alguien considere que es una
cantidad pequeña, pero en realidad no lo es porque es síntoma de una amenaza
mucho mayor: la subida del nivel de las aguas del mar que, de seguir, inundaría
muchas tierras costeras e insulares.
Sin embargo, los gobiernos del mundo parecen no
enterarse de lo que se nos viene encima. El ejecutivo español que se forme tras
las elecciones generales próximas, por ejemplo, deberá empezar a tomar
enseguida las medidas necesarias para que, en once años como máximo, la
electricidad de este país se produzca íntegramente con energías renovables ,
además de que en 2025 todas las centrales energéticas de carbón y nucleares
estén cerradas a cal y canto.
Por ahora, los gobiernos del mundo no parecen hacer lo
necesario para detener el cambio climático y permiten que las grandes empresas
sigan contaminando, en tanto que los vehículos a motor movidos por combustibles
de origen fósil se mueven a sus anchas echando a la atmósfera cantidades
ingentes de gases de efecto invernadero.
Es un suicidio ante el que urge reaccionar . Y la primera media
sería mantener enterrado en el subsuelo más del 80% de las reservas conocidas
de combustibles fósiles si queremos tener alguna posibilidad de frenar el
cambio climático.
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