UBERIZACIÓN DEL TRABAJO, PRECARIZACIÓN DE LA
VIDA.
La primera ola de automatización de las industrias a
principios de los años 60 prometía un aumento del crecimiento económico y del
empleo, sin embargo, lo que se observa es una pérdida masiva de puestos de
trabajo y un recrudecimiento de las políticas de flexibilización laboral y de
reforma previsional.
Hoy, en la era de los dinámicos avances tecnológicos de la industria
4.0, la llamada “uberización del mercado del trabajo” ya
es una realidad y sigue la tendencia mundial de digitalización de los vínculos
en todos los niveles. Estas nuevas formas de vincularse, atravesada por
una lógica de libre competencia y poca preocupación con los cuerpos que hacen
el trabajo concretamente, hacen surgir una precarización y explotación
colectiva.
Las evidencias son visibles desde el inicio
de los servicios de Uber, sin embargo, se extiende a las empresas de entrega de
comida y de oferta de servicios en los cuales poco importa la profesión de
quienes los realizan. La forma
aparentemente colaborativa, donde supuestamente las partes se ponen de
acuerdo con los valores, métodos y condiciones para la realización de la compra
y venta de servicios, significa la eliminación de los intermediarios entre
quien consume y la empresa –en este caso las plataformas digitales– utilizando
la mano de obra como simple accesorio para la realización de la transacción. No hay vínculo, obligaciones o seguridad
que garantice a la persona que está realizando este trabajo un mínimo de
respaldo.
Las plataformas
digitales, además, dan una falsa idea que quienes están ofreciendo su fuerza de
trabajo están siendo beneficiados con la tecnología desarrollada y disponible
para que cualquiera la pueda utilizar. La idea de ser empresaria o empresario
de si mismo arrastra la masa de personas desempleadas a conformarse con la
lógica de reorganización social en la cual hay proveedores y consumidores
dispuestos a la negociación sin límites.
Si por un lado esta opción permite la supervivencia, por otro también
genera una suerte de impactos a los distintos sectores de la economía que se
ven perjudicados por la velocidad en que estos cambios se dan; no permitiendo
una adaptación a las nuevas formas establecidas. Las
modificaciones en el comportamiento de los consumidores que buscan menores
costos, sin importar cómo esta disminución en los precios es posible,
profundizan la lógica neoliberal e inaugura el sentido que todos son
competidores potenciales y, por lo tanto, enemigos. En el caso específico
del Uber, los hechos de violencia directa entre las personas que
trabajan vía plataformas y las que trabajan en los taxis convencionales están
creciendo: registros de amenazas, persecuciones y violencia física son comunes.
Mientras tanto, las grandes empresas del sector de la Big Data aprovechan
la nueva tendencia para desarrollar
nuevas tecnologías que crean una reestandarización del consumo y forman el
perfil del consumidor del siglo XXI. A partir de estos cambios, el control
sobre la producción es cada día mayor y en un futuro próximo significará la
criminalización de las formas distintas de prestación de servicios y comercio
de productos, ya que los Estados son
funcionales a las corporaciones y responden a sus demandas. En este sentido,
es importante también analizar los impactos de estos cambios teniendo en cuenta
que –según informe de la ONU del año 2015– un 57% de la población mundial no
tiene acceso a la Internet, sobre todo en los países dichos subdesarrollados. Asimismo, estas corporaciones
pagan sus impuestos en sus lugares de origen, generalmente EE.UU. o en paraísos
fiscales. Fuente. La Tinta. Periódico Virgina Bolten
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UBERIZACIÓN DEL TRABAJO. LOS TRABAJADORES DE PLATAFORMAS.
INFORME ESPECIAL. El modelo RAPPI, GLOVO Y PEDIDOS YA: Postsalario,
flexiseguridad y antisindicalización.
CUIDADO: Con la falsa Economía Colaborativa.
Construir “Los Sindicatos del futuro”.
*****
La uberización causa una subordinación laboral a la que se suma la
incertidumbre que generan los algoritmos de asignación de pedidos, el salario
asociado a una productividad que ya no depende del trabajador sino de un
software, y un contrato de hora cero con jornadas ilimitadas. Hubo fallos de la
Justicia para limitar los abusos de Rappi, Glovo y Pedidos Ya.
Natalia
Zuazo y Natalia Aruguete.
Página/12
domingo 14 de abril del 2019.
Un
fallo reciente de la justicia laboral obliga a la empresa Rappi a reincorporar
a un grupo de trabajadores de la Asociación de Personal de Plataformas (APP),
que habían sido bloqueados. Se puede presentar este hecho como una noticia
episódica que describe un evento puntual o como parte de un fenómeno que crece
a nivel mundial: la creciente uberización del mundo del trabajo y su consecuente
deslaboralización, flexiseguridad y
antisindicalización. La Justicia porteña también le ordenó al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta prohibir de
“forma inmediata” el funcionamiento de Rappi,
Glovo y Pedidos Ya por incumplir con los requisitos mínimos de seguridad
establecidos en el Código de Transporte, que afectan principalmente a los
repartidores. La administración Larreta apeló esa medida, lo que suspendió esa
medida.
Derechos
El
bloqueo de los trabajadores es una acción sancionatoria extrema que forma parte
de decisiones estructurales de las empresas de plataformas relativas a las
modalidades de asignación de pedidos. Y representa, además, una “conducta antisindical” hacia
trabajadores que acreditaron prestar servicios para una compañía que tiene
control sobre la asignación de pedidos, la tarifa, el cobro de salario y los
términos y condiciones, según expresa el fallo de la Justicia Nacional del
Trabajo.
El sindicato de plataformas APP es
parte de un esfuerzo a escala internacional para dar respuesta a los mecanismos
de deslaboralización de la mal llamada
economía colaborativa. Lejos de la promesa “sé tu propio jefe”, la uberización causa una efectiva subordinación laboral a la que se suma
la incertidumbre que generan los algoritmos de asignación de pedidos, el
salario asociado a una productividad que ya no depende del trabajador sino de
un software, y un contrato de hora cero con jornadas ilimitadas.
APP se funda en esta encrucijada
entre los desafíos de la tecnología y las necesidades de trabajadores y
trabajadoras de plataformas. En su comunicado fundacional advierte que
construir los “sindicatos
del futuro” no significa ceder en la
protección de los derechos laborales.
Miembro de su junta directiva y uno de los reincorporados por Rappi,
Julio Olivero
reconoció que la decisión de la justicia laboral es “un paso histórico para los trabajadores de plataformas”. Y agregó:
“Tenemos que soportar horas interminables de trabajo sin protección porque las
aplicaciones dicen que no estamos trabajando. Nos organizamos sindicalmente
para reclamar por nuestros derechos y esta es la primera vez que nos reconocen
como lo que somos”.
En diálogo con Cash, Olivero
describió la puja entre la propuesta empresaria de tener asociados y el reclamo
de los trabajadores de contar con la seguridad que supone ser un empleado en
relación de dependencia.
La
empresa plantea que ustedes son trabajadores independientes, ¿cómo lo viven en
la cotidianeidad?
–Cuando
ingresamos a trabajar para la aplicación nos prometieron que íbamos a ser
nuestros propios jefes, pero a medida que pasaba el tiempo notamos que nos
estaban engañando, que lo que nos dijeron no era así. Rápidamente notamos que
nos controlaban y nos sancionaban si no funcionábamos como la plataforma lo
deseaba.
¿Qué
rol juegan los algoritmos en el desdibujamiento de la relación laboral de
dependencia?
–Al
principio, el algoritmo te arrojaba pedidos cercanos a los establecimientos y
uno los elegía con lo que entre los trabajadores llamamos la “ley del dedo”: el
primero que lo aceptaba se quedaba el pedido. Pero hace unos meses modificaron
la aplicación y nos comenzaron a asignar directamente los pedidos a más de 3 km
en bici y más de 5 km en moto. Esa distancia no nos conviene a nosotros y
muchas veces nos negamos y liberamos (cancelamos) los pedidos.
Negarse
a llevar un pedido, ¿implica algún tipo de sanciones?
–Si
nos negamos a llevarlos porque no nos conviene la distancia –porque es mucha o
vemos que tiene mucho costo y no nos rinde–, nos bloquean por media hora o por
una hora. Eso implica que no recibimos
pedidos y no podemos trabajar. Es como una suspensión. Otra medida que toma
la empresa es bajarte la tasa de aceptación, es decir que cada repartidor tiene
una suerte de ranking (medido en términos de productividad) y la empresa puede
bajar el nivel que uno alcanza en el ranking. Otra medida de la empresa es que
nos deja de enviar pedidos hasta que nos veamos en la obligación de aceptar los
pedidos que ellos nos asignan.
¿Cómo
se imagina un “sindicato del futuro” que sea
eficaz con las economías de plataforma y ampare los derechos laborales?
–Desde
la Asociación de Personal de Plataformas
(APP) estamos haciendo todo lo posible por velar en el futuro por la
seguridad de todos los trabajadores y trabajadoras de las diferentes
plataformas. Queremos ser reconocidos como tales y no vistos como socios, como
nos presentan desde la empresa.
¿Qué
buscan concretamente en términos de seguridad laboral?
–Queremos
los beneficios de la normativa laboral argentina, que ampara a los
trabajadores. También queremos sentarnos en una mesa de negociación para
obtener los derechos que nos corresponden como trabajadores: salario digno, jornada limitada y seguro de riesgos. No queremos
que estas empresas se vayan. Al contrario, queremos que se queden.
¿Cuáles
son los desafíos de crear un sindicato de trabajadores de plataformas
digitales?
–Los
desafíos son grandes, ya que vimos que no existía un sindicato que abarcara a los trabajadores de plataformas, porque
este tipo de trabajo es nuevo en la Argentina. Al ver el crecimiento de estas
empresas y sufrir en carne propia sus fallas, estudiamos la posibilidad de
crear el primer sindicato de trabajadores de plataformas. Nosotros vamos
a seguir reclamando y organizándonos porque queremos que se nos reconozca como
lo que somos, trabajadores y trabajadoras. Es la única manera que tenemos de
protegernos.
¿Por
qué armaron el sindicato solo para trabajadores de plataformas en lugar de
optar por incluirse en un sindicato ya establecido? ¿Sumarse a otro sindicato
les daría más fuerza o les restaría?
–Decidimos
formar el sindicato porque en Argentina
no hay un gremio que abarque a los trabajadores de los distintos medios de
plataformas que hay en el país. Es la primera vez que esto ocurre en la
Argentina. Estamos buscando con qué sindicato
agruparnos, pero aún no llegamos a una respuesta concreta. Pienso que no resta
fuerza el hecho de que APP esté
integrado solo por trabajadores de plataformas. Simplemente que aún estamos en
la búsqueda de esa unión entre los trabajadores que cuentan con empleos
formales desde hace tiempo y los que trabajamos para empresas de plataformas.
¿Observan
alguna actitud de la empresa por haberse agremiado?
–La
actitud de la empresa ha sido muy agresiva. La última vez que nos movilizamos a
las oficinas con el apoyo de la CTEP
pedimos una reunión e ingresó nuestro secretario
general, nuestro asesor legal y el secretario de la CTEP. Los ejecutivos de
Rappi nunca dieron la cara y
enviaron a tres empleados administrativos de la empresa a dialogar con
nosotros.
¿Corren
riesgos de perder el trabajo por pertenecer al sindicato de APP o el hecho de
estar agremiados les da mayor seguridad?
–Sí.
Ocurrió con aquella manifestación, puntualmente. Al no recibir respuestas sobre
nuestros reclamos, decidimos retirarnos. Más tarde nos conectamos con la
plataforma para trabajar y nos encontramos con que, sorpresivamente, la junta directiva provisoria de APP había
sido bloqueada. Es decir que virtualmente
despidieron a sus miembros en represalia por la movilización que se había
realizado esa mañana. Cuando les preguntamos por el motivo de esa decisión, la
respuesta que nos dieron fue que éramos parte de una lista que había realizado
una de las autoridades de la empresa. Entendemos que esta empresa actúa bajo un
marco de ilegalidad porque no respeta a los trabajadores agremiados; le tienen miedo a la organización de los
trabajadores.
¿Qué
respuestas han encontrado desde el Estado a partir del reclamo del sindicato?
–Hace
algunos meses nos movilizamos a la Secretaría
de Trabajo de la Nación y presentamos la inscripción del sindicato. Aún no
hemos recibido ninguna respuesta concreta. Queremos que nos den respuestas
porque no podemos permitir que estas empresas sigan imponiéndose en nuestra
forma de trabajar. Nos prometieron ser nuestros propios jefes y nos sentimos
esclavos. Como respuesta, me parece importante aclarar que hace poco la Justicia Nacional del Trabajo ordenó a la
empresa Rappi que reincorpore inmediatamente a un grupo de trabajadores de la APP que habían sido
bloqueados luego de aquella reunión con la empresa en ocasión de nuestro
reclamo por seguridad laboral. Es un
paso histórico para los trabajadores de plataformas. Tenemos que soportar
horas interminables de trabajo sin protección porque las aplicaciones dicen que
no estamos trabajando. Nos organizamos
sindicalmente para reclamar por nuestros derechos y esta es la primera vez que
nos reconocen como lo que somos. Sufrimos despidos arbitrarios, nos hacen caer
como moscas en una pantalla. Este es un antecedente importante porque ahora sabemos que
tenemos derecho a reclamar lo que nos corresponde.
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