martes, 2 de julio de 2013

BRASIL: CUANDO LA DEMOCRACIA DIRECTA TOMÓ LAS CALLES. “La Revolución Social”.

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BRASIL Y LA REVOLUCIÓN SOCIAL.- "Cuando cientos de miles de brasileños salieron a las calles de Sao Paulo (400 mil personas), Río de Janeiro (300 mil) y otras grandes ciudades brasileñas para protestar contra el alza en las tarifas del transporte público y denunciar la corrupción de los políticos, la noticia causó sorpresa en todo el mundo. Luego, la represión policial del 13 de junio detonó un asombroso proceso de masas comparable con el de 1992, cuando los brasileños tomaron las calles al grito de “Fuera Collor” (contra el ex presidente Collor de Mello). Las dimensiones de las movilizaciones evidenciaron que la situación política nacional entraba en una nueva etapa. Un factor diferenciador de las movilizaciones brasileñas respecto de las que se han venido sucediendo con cada vez mayor frecuencia en diversas partes del mundo se apreció en que éstas han tenido lugar en un país gobernado por líderes que disfrutan de un alto grado de aprobación popular y han tenido innegables éxitos en sus políticas sociales con programas de bienestar popular muy apreciados por las masas humildes. En el plano internacional, se les reconoce el mérito por haber situado a la nación entre las diez primeras economías del mundo y se evidencia el papel protagónico que ellos desempeñan en la promoción de la unidad latinoamericana".

"Otra diferencia ha sido que el discurso oficial de respuesta ha tenido un carácter inusualmente receptivo, respecto a lo acontecido en otros países en circunstancias comparables. Dilma Rousseff se declaró orgullosa de las movilizaciones y Lula señaló que “esas voces de las calles deben ser escuchadas porque nadie con sano juicio puede estar contra ellas”. Ha sido como si se estuviera evidenciando en las masas, no una voluntad de detener al gobierno sino, por el contrario, de empujarlo. Se aprecia que Brasil vive un proceso cuyas características están aún tomando forma. Si bien todas las corrientes políticas parecieron sorprendidas, enseguida éstas comenzaron a disputarse la orientación del movimiento en un contexto en el que la izquierda –aunque sumamente fragmentada- es el conductor principal indiscutible y por ello las masas le imponen el deber de evitar que la derecha se apropie del mando de las movilizaciones en función de sus objetivos y en perjuicio de las aspiraciones del pueblo y los intereses más generales de la nación".


Brasil. Marchas se replican en 30 ciudades de Brasil. Domingo 30 de junio.  Las protestas en Brasil se multiplican, este domingo en el marco de la final de la Copa Confederaciones que se celebra en esta Nación, tarde en que diversas organizaciones rechazan el gasto de recursos que se ha asignado para las justas deportivas, Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos, en lugar de dirigirlos a áreas de salud, transporte público y Educación.
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"Brasil no ha hecho una revolución social. Aunque las masas populares hayan logrado imponerse por su número en los procesos electorales que han puesto el poder político formalmente en manos de la izquierda, el poder real es compartido con otras fuerzas. Entre estas últimas están las que representan al empresariado capitalista nacional, no siempre dispuestas a subordinar sus intereses económicos propios en aras de objetivos patrióticos, aunque coyunturalmente participen en alianzas con la izquierda como fuerzas políticas nacionalistas, en base a concesiones recíprocas. De hecho, ni Lula da Silva ni Dilma Rousseff recibieron, al obtener sus altos cargos en las respectivas elecciones, mandato popular alguno para hacer la revolución social. Incluso, Lula se vio obligado a firmar una especie de compromiso público a “respetar los contratos”, lo que equivale a obligarse a mantener los fundamentos del sistema económico neoliberal y la democracia representativa burguesa".

"Además, ellos representan no solo al partido en que militan sino a la coalición de varios partidos que les propició la victoria y, por tanto, se deben mover en sus actuaciones de gobierno dentro de los límites que les permitan tales agrupaciones partidistas. De todo ello se desprende que, para lograr un mandato suficiente para hacer la revolución social que es necesidad de su pueblo y vocación y voluntad de sus dirigentes más altos, el camino podría ser el de una formidable movilización popular como la que parece estarse incubando. Se requerirá para ello de grandes líderes, de los que, además de Lula Da Silva y Dilma Rousseff, dispone ampliamente la izquierda brasileña que, además, tendrá que disponerse a actuar como frente único contra las tentativas de la derecha de adueñarse del movimiento así como para propugnar salidas anticapitalistas en los impredecibles contextos que se les presenten. La “crisis” brasileña no tiene más salida que por el camino de la izquierda. De la inteligencia y habilidad de los revolucionarios de ese país dependerá cuánto se logre o cuánto se deje de obtener en las circunstancias actuales. Como recordara en alguna ocasión el propio Lula, la política es el arte de lo posible para, en algún momento, intentar lo imposible. Y ese momento pudiera haber llegado".
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La presidenta Dilma Rousseff, dijo que las manifestaciones llevadas a cabo en varias ciudades grandes de Brasil durante las últimos días “comprueban la energía de la democracia”, y señaló que su Gobierno está comprometido con la transformación social del país.
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BRASIL: CUANDO LA DEMOCRACIA DIRECTA TOMÓ LAS CALLES.

“La Revolución Social”.
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Lunes 1 de junio del 2013.

Juan Luis Berterretche (especial para ARGENPRESS.info)

La democracia “representativa” vigente en Brasil se manifiesta en una alianza de la ultraderecha ruralista, la “centroderecha” del PMDB, la “centroizquierda” de partidos envilecidos menores como el PCdoB, y la “izquierda” del PT, juntos en un gobierno de coalición para aplicar un programa anti-popular impuesto por la dictadura del mercado. Cualquier semejanza del PT actual con el que protagonizó las luchas sindicales y anti dictatoriales, es pura fantasía.

Una respuesta muy oportuna

Era tal el convencimiento que el gobierno tenía de que habían desarticulado y desmovilizado a los movimientos populares por medio del consumismo, del clientelismo electoral y el asistencialismo social, que ante el levantamiento multitudinario se declararon “atónitos” y “perplejos”.

En el presupuesto para 2013 el gobierno destinó al pago de intereses y amortizaciones de la deuda pública -con que lucra el capital financiero- 12 veces más que a la Educación, 10 veces lo concedido a la Salud, 40 veces más que a “Bolsa Familia” que alimenta a más de 4 millones de hogares y 180 veces lo otorgado a la reforma agraria. Desde 2011 vienen frenando las expropiaciones para la reforma agraria y centenares de miles de familias esperan sobreviviendo bajo cubiertas negras de plástico, el postergado otorgamiento de tierras. Este año detuvieron la demarcación de tierras indígenas y pretenden extender la minería a cielo abierto a toda la Amazonia. Ningunearon a los servidores públicos de la Salud y la Enseñanza que pedían aumentos y más recursos para sus sectores. Dejaron deteriorarse el transporte colectivo, cedieron a la avidez de los empresarios del sector subiendo el boleto, mientras incentivaban la compra de automóviles. Luego de aumento tras aumento en los alimentos y el transporte, Dilma anunció que el segundo semestre de este año haría un “festival de licitaciones” para represas, autopistas, puertos y otras obras de infraestructura que enriquecen empresas constructoras y que atropellan, tierras indígenas, campesinos pobres, pescadores ribereños y quilombolas. El “festival” comenzó en el primer semestre, adjudicando en mayo a las multinacionales, bloques de explotación petrolera en el territorio de 76 asentamientos de la reforma agraria y comunidades quilombolas, en el nordeste del país. El gobierno da un impulso descarado a la minería multinacional, a la agroindustria y la transgenia agrícola /1 en el camino de una contra-reforma agraria provocando múltiples conflictos con pequeños productores, pobladores y trabajadores rurales y ambientalistas. En las grandes ciudades, con la coartada de los mega-eventos deportivos, en favelas y barrios periféricos han lanzado una contra-reforma urbana favorable a la especulación inmobiliaria y destructora de las organizaciones comunitarias. Y el Congreso amenazaba con una enmienda constitucional que impediría a la fiscalía investigar la corrupción (PEC 37) y con otra que pondría freno definitivo a la demarcación de tierras indígenas (PEC 215). Y todo esto en medio de un “festival” de coimas y sobornos en las obras de los mega-eventos deportivos.

La sorpresa para los tres poderes de la institucionalidad es que Brasil no tiene tradición de “violencia revolucionaria” y no obstante ocupó pacífico las calles, creciendo en cantidad y descontento, resistió los ataques y las provocaciones de la policía militar, que de inmediato pasó a ser el símbolo de la brutalidad anti-democrática. La Policía Militar no tenía en el manual que su enfrentamiento a las enormes movilizaciones populares no podía equipararse al vandalismo impune con que actúan hace décadas contra las protestas puntuales en la periferia y la brutalidad con que tratan a los pobres, los indigentes y excluidos.

Las intensas movilizaciones en más de 400 ciudades ya tienen en su haber un freno total a los aumentos del transporte y en Porto Alegre se impuso una “tarifa cero” parcial. El martes 25/06 la cámara de diputados asustada enterró la PEC 37 que intentaba preservar la corrupción impidiendo investigaciones de la fiscalía (Ministerio Público). Pero mantiene la amenaza de la PEC 215 que permitiría el avance sin límites del agro-negocio y la minería en las tierras indígenas, para presionar sobre la promesa que les hizo el PT en mayo pasado, de detener la demarcación. Ahí la mordida de plusvalía es demasiado grande como para renunciar a ella de inmediato. De cualquier forma estamos frente a grandes victorias de la movilización que la imponen como la forma legítima y efectiva de alcanzar demandas populares.

Las propuestas de Dilma

Las cinco propuestas de la presidente Dilma para responder a las demandas de la calle son en verdad un truco para ganar tiempo sin dar en efectivo nada. El gobierno intenta desmovilizar y apaciguar el movimiento. Es sintomático que la primera propuesta reitera la subordinación de su gobierno a la Responsabilidad Fiscal. Éste es un mensaje dirigido al capital financiero y al imperialismo. La disciplina presupuestaria a la que adhiere la Ley de Responsabilidad Fiscal es la primera obligación de un Estado sumiso al Consenso de Washington, un programa económico de USA para esquilmar al continente.

La Cámara de diputados sabía que algo debía otorgar a la rebelión callejera que exigía más recursos para los gastos sociales y aprobó en la madrugada del 26/06 destinar el 75% de los royalties del petróleo del Pre-sal para Educación y el 25% para Salud. Se distribuye “con generosidad” algo que todavía está a 6 kilómetros de profundidad en el océano. Pero además los royalties que obtendría el Estado brasileño es apenas el 8% de la renta petrolera, el 92% restante va para las transnacionales que se apropian del crudo brasileño en las licitaciones.

Los recursos que le faltan a los servicios sociales, se los lleva la Deuda Pública que absorbe el 42% del presupuesto en 2013, un mecanismo para enriquecer al capital financiero y a rentistas nacionales y extranjeros. Sólo revocando la Ley de Responsabilidad Fiscal, eliminando la generación de mega-superávits primarios que funcionan como variable de ajuste de las cuentas públicas e iniciando una auditoría para rechazar toda la deuda ilegítima, se estaría actuando con soberanía nacional respecto a los recursos públicos y a favor de las necesidades sociales de la población brasileña.

La propuesta de una Constituyente para debatir la reforma política fue el primer globo que se pinchó. El sistema judicial fue quien de inmediato saltó en contra, nada de soberanía popular, la conducción del Estado es privativa de la élite oligárquica. Enseguida el PMDB, aliado de “centro-derecha” del PT rechazó cualquier posibilidad de una Constituyente. Con las experiencias de Venezuela, Bolivia y Ecuador al respecto, la Constituyente se transformó en el leviatán para la burguesía y el imperialismo en América Latina. La Constituyente entonces fue rebajada a un referéndum o plebiscito con 3 preguntas. Para Correio da Cidadanía “separada de cambios sustanciales en el pacto de poder existente”...”cualquier reforma política es pura perfumería.” Y concluyen: “En el pronunciamiento de la presidente Dilma, de concreto y palpable apenas la reafirmación de los compromisos de mantener la austeridad fiscal. Puesto contra la pared por la población, el gobierno del PT se esmeró en tranquilizar al gran capital y al gran hermano del norte: aquí en las tierras de Brasil todo continuará como antes.” /2

Otra las propuestas de Dilma era catalogar a la corrupción como crimen hediondo. La votación aprobatoria del Congreso no significa gran cosa. La corrupción es un aspecto inseparable y un fundamento básico del sistema capitalista. Y los integrantes de la Institucionalidad siempre encuentran mecanismos de evasión de ese tipo de leyes e incluso cuentan con la complicidad de la justicia burguesa para defender su impunidad.

Pero no está todo dicho.

A partir de este enfrentamiento de los movimientos que han tomado las calles ejerciendo la “democracia directa” contra los poderes del Estado y su vacía, elitista, corrupta, “democracia representativa”, se abre una situación muy favorable para que la rebelión popular obtenga otras conquistas.

La gran incógnita es cuál será el camino para que estos movimientos multitudinarios no sean corroídos y terminen extinguiéndose sin pena ni gloria. O sean absorbidos por la institucionalidad burguesa, cercenando su potencial transformador. Por el momento hay un atributo alentador de los movimientos: su horizontalidad democrática y su tendencia al debate abierto. Estos movimientos, con sus debilidades e imprecisiones, son una superación respecto a rebeliones del pasado en el continente, con líderes mesiánicos y autoritarismo sustentado por burocracias siempre ineficientes, despóticas y a la larga, prostituidas.

¿Cómo articular a los componentes de esos movimientos para que puedan enfrentar con éxito a la actual “democracia representativa corrompida”? ¿En partidos y sindicatos? Con diferencias de región a región, hay una gran desconfianza hacia partidos y sindicatos porque en su mayoría, hasta ahora, han jugado la carta de la indiferencia frente al golpe de timón a la derecha que dio el gobierno del PT. Hay excepciones: en Florianópolis en la movilización del movimiento por el pase libre (MPL) el jueves 27/06 hubo presencia con banderas del Sindicato de los Trabajadores del Transporte Urbano (Sintraturb), una alianza esencial para el MPL.

Pero esa división impuesta por la socialdemocracia en el siglo XIX entre lo social y lo político es la razón principal de que la central única de trabajadores (CUT), que representa especialmente a la élite del movimiento obrero brasileño, y otras centrales menores se hayan mantenido al margen de las movilizaciones. Durante los gobiernos del PT han aceptado la subordinación a la institucionalidad burguesa y se han demostrado incapaces de defender los intereses populares. Los movilizados intentan superar esas instituciones imprimiéndole a los movimientos un carácter social-político indivisible: las reivindicaciones son defensivas, económicas, democráticas y también políticas. La realidad les ha mostrado que en esta nueva época, ni los sindicatos ni las centrales han defendido con firmeza sus derechos. Y los partidos supuestamente de “izquierda” han sido incapaces de resistir las tentaciones y privilegios de la institucionalidad capitalista. Las pocas excepciones confirman la regla.

En la agitación callejera, algunos abucheos o forcejeos contra los portadores de banderas del PT u otros partidos del gobierno como el PC do B, son explicables. Los petistas de inmediato responsabilizaron de la agresión a la derecha y los grandes medios por sus consignas contra la corrupción y la demanda de que el movimiento fuera “sin partidos”. La Rede Globo -el gran partido político del capital que ya sufrió ataques de los movilizados en las semanas pasadas-, trata de desvirtuar las demandas y desviar el descontento hacia el anti-partidismo y el nacionalismo patriotero de derecha /3. Pero, el rechazo al PT de muchos jóvenes proviene sobre todo de su ejercicio del poder en alianza con ruralistas y otros personajes nefastos y aplicando una política que no pone en primer lugar las necesidades populares. Los petistas que se suman a las movilizaciones deben dejar la susceptibilidad a un lado e integrar el movimiento con humildad sin intentar aparatearlo. Es claro que muchos de ellos no apoyaban la derechización del partido y mantenían en alto su visión programática “socializante”. Pero la desconfianza de algunos jóvenes con el PT es legítima y solo se diluirá cuando vean que sus activistas apoyan las demandas y sus militantes están codo con codo con quienes marchan en las calles por cambios radicales.

Una visión utópica

La Comuna de Paris no abandonó ni el sistema democrático representativo ni el sufragio universal. La diferencia fundamental con las elecciones parlamentarias burguesas era el carácter de revocables en todo momento de los representantes. Es decir no se los elegía por un plazo de años y durante ese plazo eran inamovibles. La revocabilidad indicaba que la democracia representativa estaba subordinada a la voluntad de la mayoría y si no se cumplía su mandato el representante era destituido. Además de esa revocabilidad en todo momento de los delegados o representantes se estipuló que todos ellos se hallarían obligados por el mandat impératif, (mandato imperativo) es decir instrucciones precisas de sus electores que no podrían cambiar o modificar. Lo opuesto a lo que rige en la democracia burguesa, donde los parlamentarios pueden desvirtuar o contradecir los deseos de sus electores en sus decisiones, con total impunidad.

Lejos de perder validez, las lecciones que nos legaron los comuneros a través de los textos de Marx y Engels /4, siguen siendo un horizonte democrático de la humanidad, totalmente vigente.

Por ahora la única tendencia definida, entonces, es que los jóvenes se nuclearon alrededor de una serie de consignas que son social-políticas y democráticas pero aún no se tiene una clara definición programática.

Las movilizaciones en Brasil todavía no alcanzaron a formular un programa que dé sustento a una visión utópica. Según David Harvey: “Hay varias maneras de construir una visión utópica. Creo que siempre existe la necesidad de tener en mente una visión utópica, de una manera u otra, un lugar al que deseamos llegar, aunque al final no lleguemos, en cierto sentido no importa mucho si se llega o no. Si se tiene una visión, tratando de cambiar las cosas, estas se mueven en una dirección u otra”...“Y creo que necesitamos un modo de construcción por la negación. Si se comprenden los aspectos del capitalismo que no nos gustan, ¿qué rechazaríamos?, cómo sería una sociedad que ya no funcionara sobre la base del valor de cambio, sino sobre la base del valor de uso...” /5

No obstante no esté formulada aún una visión utópica los movimientos ya aplicaron un modo de construcción por la negación (no al aumento del transporte, no a la obras de los mega eventos, no a la impunidad de la corrupción, etc.) del cual se desprende un esbozo de programa. Para los activistas sociales y políticos independientes o partidarios no es el momento de centrarse en el derecho a portar banderas, aunque eso sea una justa reivindicación democrática. Es tiempo de intervenir en las movilizaciones junto a los jóvenes, colaborar en su organización y defensa, ganar su confianza y -con humildad y sin preconceptos- ayudar a formular una visión utópica nacional del movimiento en base a sus consignas movilizadoras.
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Notas:

1) Brasil es el segundo mayor productor de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) del mundo, perdiendo solamente para Estados Unidos. Un estudio realizado por la Céleres, consultoría enfocada en agro-negocios, divulgó que Brasil posee 37,1 millones de hectáreas destinados a la plantación de transgénicos. Esa cantidad representa más de la mitad del territorio destinado a actividades agrícolas que, según o IBGE, representa 67,7 millones de hectáreas en 2013. En Brasil, el producto que mas posee variedades transgénicas es la soja. A Céleres analizó también que 88,8% del cultivo total de soja para la zafra 2012/13 es genéticamente modificado.

2) Dilma o povo não está para brincadeiras. Correio da Cidadanía 3) El miércoles 26/06 los movimientos que defienden la democratización de los medios de comunicación citaron un acto frente a la Rede Globo en Sao Paulo para el miércoles 03/07 y es posible que el rechazo al monopolio informativo de Globo se intensifique

4) Karl Marx, La Guerra Civil en Francia 1871 y Federico Engels, Introducción a La Guerra Civil en Francia, Edición de 1891.

5) David Harvey, Spaces of hope (Espacios de esperanza) (California Studies in Critical Human Geography) Apéndices. University of California Press, 2000.

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