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La indignación social se ha globalizado, producto de la incapacidad
del sistema democrático, la democracia liberal representativa, única,
dominante y hegemónica en el mundo, no asumió la gran responsabilidad social de
escuchar la voz de los de abajo, de no
ver con claridad y transparencia que las políticas de la globalización están
formando un mundo de extrema desigualdad económico/social, donde toda la
juventud desde los 90 del siglo pasado, el capitalismo les negó, expropió o
simplemente desconoció todos sus derechos sociales ( laborales, estabilidad,
negociación colectiva, derecho de sindicalización, derecho de huelga)
recortó los derechos a la educación, salud, vivienda, alimentación, abandonó y privatizó la atención de los servicios
públicos, etc. Las políticas centrales
de la globalización simplemente están hasta hoy forjando un mundo de
profunda desigualdad, un mundo de miedo y desesperación, de indignación, violencia,
salvajismo, hiper-individualista, donde
los poderes facticos de la propia globalización benefician a un reducido grupo,
una élite financiero/especulativa,
corporaciones transnacionales.
El carácter asimétrico, desigual, injusto de sus políticas globales,
han sido trabajadas en beneficio de las corporaciones transnacionales, donde el
lucro, la codicia y el fundamentalismo
han sido y son hoy el principio rector de modelo financiero/especulativo, e
igualmente estas políticas en su totalidad han sido y siguen siendo hoy las
grandes responsables de estar liquidando y envenenando socialmente a toda una
generación. El castillo capitalista con
pies de barro se sigue construyendo teniendo como “fortaleza” la corrupción, la farsa, la mentira, la
explotación, la miseria, es decir, la desigualdad económico/social. Esta profunda,
extensa, compleja, múltiple realidad económico social, nos permite en el ámbito
de la investigación científico social, La
Sociología de las Ausencias, tomando en cuenta el Cambio de Época, Histórica /
proceso multidimensional presente en el epicentro de la crisis sistémica, tener
presente que hoy conjuntamente con la propia crisis final del modelo financiero/ especulativo / la economía
de casino, el capitalismo salvaje, el capitalismo del desastre, / emergen nuevos escenarios complejos,
desiguales, multipolarizados producto de la propia crisis estructural. Nuevos Sujetos
Sociales Históricos, con
nuevas formas de hacer política, están hoy rescatando el espacio público / que nos fue
expropiado en los 90 por el neoliberalismo /, la calle, la plaza pública / el Ágora griega esta hoy con nosotros
después de 25 siglos/ es el nuevo
escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases / es la nueva
sociedad civil, real, popular, emergente y democrática que hoy se ha
mundializado, transformado en el “hogar” de los nuevos movimientos sociales, contexto social donde hoy se forja una Nueva Ciudadanía Intercultural y nuevos
Líderes sociales y humanistas, con
la capacidad de conducir a sus pueblos en el conjunto de sus reclamaciones,
pero aún siguen transitando en la construcción de un Programa o Plataforma de Lucha
Histórica que vaya más allá de los programas sociales de inclusión
social, lucha contra la pobreza, pero que al final mantienen al propio sistema
capitalista.
El origen, la causa principal de la mundialización del desempleo, la desigualdad económico social y la globalización de los movimientos sociales. En tiempos del Cambio de época histórica, estamos forjando y construyendo una nueva civilización humana.
***
Se profundiza la crisis del sistema democrático / la democracia pierde confianza, credibilidad, legitimidad /
es profundamente cuestionada y la propia gobernabilidad que se crea en su
estructura de representación, también es rápidamente devorada por la
desconfianza, la violencia y la falta de solución a las necesidades,
reivindicaciones y derechos de los pueblos y los ciudadanos. A medida que se cierran
las puertas del diálogo y la negociación, se extienden los vínculos de la
corrupción, el desmadre de las
multitudes está cada vez más presente, así como la anomia política se observa
en el horizonte. Cómo en su totalidad las políticas que implementan los
gobiernos otrora democráticos de Europa
/ políticas de ajuste, reajuste, salvataje y ahora austeridad / los ciudadanos
analizan que en vez de solucionar sus problemas fundamentales, estos están siendo
destruidos y liquidados, e incluso que la propias políticas de salvataje
favorece íntegramente a los bancos / y no a ningún
ciudadano o que perdió su trabajo o que fue botado de su vivienda porque perdió el juicio con el banco /. Pero lo peor de lo peor, es que
los ciudadanos tienen que pagar esos grandes préstamos de miles de millones de
euros que abultan más el bolsillo de los multimillonarios.
Pero hay más, que incendia la indignación, cuando evaluando la
causas dramáticas de la crisis al quedarse sin empleo /
millones en el mundo / al quedarse sin hogar/, debe pagar con sus impuestos el dinero que favoreció a los
banqueros/ pero ahora como Ciudadano
Republicano, Cívico, Informado, Moderno, lee en el portafolio de la deuda
externa, que también debe pagar la deuda privada convertida por arte de
birlibirloque en deuda pública. El
Estado, con dinero de todos los ciudadanos debe pagar íntegramente toda la
deuda y en el proceso ya lo está ejecutando porque disminuyeron miles de
millones en educación, salud,
alimentación, privatizan los servicios públicos y con esos supuestos
(ahorros) en el Presupuesto Público, comienza cancelar la deuda, sino el país
en crisis / Espana, Grecia, Chipre, Portugal, Irlanda, etc, no es pasible de
nuevas y más grandes sumas de miles de millones de Salvataje.
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Esta es la democracia al contado, novelada, elitizada, ciega, sorda, punto al cual llegó en sus extremos la democracia liberal representativa, dinamitada internamente por las propias políticas asimétricas, desiguales, injustas, que impone en el mundo el neoliberalismo. Se cae a pedazos. Quién lo salvará?.
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LAS REVOLUCIONES DEL SIGLO XXI RECIÉN ACABAN DE EMPEZAR.
Grecia, España, Turquía, Brasil, Egipto son parte de la crisis del
sistema capitalista mundial.
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Lunes 8 de julio del 2013.
MPU (especial para ARGENPRESS.info)
Mientras se desarrollaba la Copa Confederaciones de
fútbol, muy seguida por los espectadores panameños, la ciudadanía se impresionó
con las multitudinarias movilizaciones populares en las ciudades brasileñas.
Los comentarios sobre las protestas brasileñas fueron tan apasionados como los
que se hacían respecto de los juegos. Las imágenes de la juventud brasileña
confrontándose con la policía se mezclaron en los noticieros con las de otros
jóvenes de un país un poco más distante, Turquía,
donde la juventud también salía a la calle por otros motivos, o casi que por
los mismos. No acababan de cantarse los goles en el Maracaná y de escucharse
los ecos de las protestas brasileñas,
cuando millones se lanzaron a las calles en Egipto contra el gobierno de Morsi, del partido de la Hermandad
Musulmana, protestando contra la crisis económica y exigiendo democracia y
laicismo.
1./ Liberales de derecha y reformistas de
izquierda usan los mismos argumentos.
Como ha dicho en un artículo reciente el
intelectual norteamericano Inmanuel
Wallerstein: "Levantamientos aquí, allá y en todas partes". ¿Cómo
interpretar las protestas en tantos países? ¿La participación masiva de la
juventud en Brasil, Turquía, Santiago de Chile, El Cairo, igual que antes en
Grecia, o en la "primavera árabe" de hace dos años, tiene algo en
común o se trata de hechos inconexos?
Es curioso que la explicación que arriesgan
diversos analistas, tanto de la derecha del sistema como Francis Fukuyama (Wall Street Journal Americas, 2/7/13), como de la
izquierda reformista de América Latina, se parecen mucho. Parten por una afirmación falsa, pero asumida como axioma: que el
crecimiento económico produjo una mejoría del nivel de vida de esos países,
donde supuestamente la mayoría de la población salió de la pobreza y, por ende,
a primera vista no hay razón para estar descontentos. Segundo, asumen que estos jóvenes que encabezan las protestas no
son ni pobres, ni pertenecen a la clase trabajadora, sino son la nueva "clase media", fruto de la
prosperidad capitalista, según Fukuyama,
o de la política social, según los reformistas latinoamericanos. Tercero, entonces lo único que explica
que los jóvenes protesten es que "quieren más" ("democracia,
libertad individual y tolerancia", a decir de Fukuyama).
Esas explicaciones son falsas porque el mundo
"globalizado" de hoy no es mejor que hace 20 años, sino peor. La
globalización neoliberal del "sistema mundo capitalista" (Wallerstein) ha producido una realidad
social internacional en la que impera: más
desigualdad, mayor concentración de la riqueza, más exclusión y
superexplotación del trabajo, pérdida de poder adquisitivo de los salarios,
carestía de los alimentos y la canasta básica, precariedad laboral (incluida
la informalidad), depredación y destrucción de la naturaleza. Todo ello para
garantizar a un puñado cada vez más chico de la humanidad, los capitalistas, la
concentración de la riqueza social a través de "la ganancia".
En
Latinoamérica el dilema es: o estancarse en reformas dentro del capitalismo, o
avanzar hacia medidas revolucionarias
En América Latina, los efectos nocivos del
neoliberalismo hicieron crisis en los años 90, produciendo estallidos sociales
que impusieron gobiernos de izquierda, de moderados a radicales, dependiendo
del grado alcanzado por las explosiones sociales. Dichos gobiernos adoptaron
importantes programas sociales para reestablecer algo del equilibrio social
perdido. La fuente de financiamiento de esos programas sociales han sido los
buenos precios internacionales de las materias primas, principalmente el gas y
el petróleo, pero también la soja. Sin embargo, esos programas no han ido más
allá de las llamadas políticas de "transferencias"
recetadas por los organismos de crédito internacional, y que también aplican
los gobiernos de derecha.
Aunque hubo
nacionalizaciones, sigue incólume el sistema capitalista dependiente
latinoamericano. Los programas sociales
han sido sólo paliativos que no han cambiado la esencia de la explotación de
clase y la desigualdad social capitalista. El dilema que enfrenta los gobiernos
"progresistas" latinoamericano
(Brasil, por ejemplo) son los efectos
de la crisis económica mundial, la desaceleración de las exportaciones y caída
de los precios de las materias primas, la inflación, etc., que se empiezan
a sentir. La crisis achicará los fondos destinados al área social, y las
burguesías nacionales aspirarán a un pedazo mayor de la renta nacional a costa del estado y los derechos de la clase
trabajadora.
Esa disputa económica se va a trasladar a lo político, como se aprecia en Venezuela,
escalando los conflictos de clases y abriendo las puertas a golpes de estado
contrarrevolucionarios o a nuevas revoluciones democráticas y socialistas. Por
ende, el dilema es o profundizar los procesos revolucionarios, o estancarse en
las reformas. Y esta última opción siempre ha terminado trágicamente en la
historia del continente.
Europa, millones de trabajadores se movilizaron en noviembre del 2012, en contra de las políticas de austeridad implementadas en contra de los derechos sociales y laborales de trabajadores, ciudadanos y la comunidad en su conjunto.
***
2./ La miseria del sistema capitalista
mundial
Los socialistas panameños del M.P.U., repudiamos la mentira que pretende embellecer el sistema
capitalista, ya que lo haga la derecha liberal o la izquierda socialdemócrata. Capitalismo no es sinónimo de bienestar,
sino de explotación de clase y miseria social. Fruto de la
"globalización neoliberal" son los bellos edificios de Dubai, pero
también los mil obreros carbonizados en una fábrica de ropa en Bangladesh;
capitalismo son los millones de automóviles que circulan por la autopistas
norteamericanas quemando combustibles fósiles, pero también los jóvenes
pandilleros de Los Ángeles, Nueva York o Detroit que no encuentran trabajo; el
gobierno panameño, para hablar de sus "éxitos" muestra los edificios
de la Bahía de Panamá, pero esconde los niños que mueren de hambre en las
comarcas indígenas y en los barrios marginales; muestra obras y construye
(porque ahí está el negocio) hospitales, pero no hay medicinas en las farmacias
del Seguro Social, la atención
primaria es deficiente, cientos de pacientes fueron envenenados con
dietyleneglicol, otras decenas han sido afectados por bacterias nosocomiales o
han muerto niños en salas de neonatología de manera inexplicable. Ni hablemos
del sistema educativo.
Este es una parte actual de la democracia en el Perú. Una nueva ley del Servicio Civil, que arrasa con los sociales ( Laborales ) de los trabajadores del Estado, ley alentada y presionada para su aprobación por quien gobierna la CONFIEP.
***
3./ El sujeto social de estas
revoluciones en proceso: la juventud de la clase trabajadora.
La principal víctima de esas desigualdades sociales
y males del capitalismo "postmoderno", es la juventud de todos los países. A los jóvenes de hoy no sólo
les han robado los empleos sino todos los derechos sociales con que contaba la
generación anterior, nacida bajo el "estado
de bienestar". La juventud actual, de cualquier país, no conoce lo que
es un empleo estable y bien remunerado, tampoco va a tener jubilaciones dignas,
ni una buena cobertura de seguro médico, etc. La mayoría de los jóvenes tienen
dificultades para hacer sus propias familias e independizarse de los padres,
porque no pueden acceder a una vivienda, porque les niegan de plano acceso al
crédito hipotecario o deben pagar altos intereses. En muchos países su única "esperanza" de una vida
"mejor" está en unirse a la mafia, pandillas o maras. Millones de
jóvenes se están convirtiendo en lo que llaman "ninis", "ni estudian, ni trabajan", es decir, una generación sin futuro dentro del
sistema capitalista.
Se miente también cuando se habla unilateralmente
de disminución del desempleo, en
particular en América Latina, donde la crisis económica no ha llegado a fondo,
por contraposición a Europa donde la crisis está en su apogeo. Cualquiera que
revise los datos que ofrece la Organización Internacional del Trabajo (OIT) puede comprobar que en nuestros
países (incluyendo Panamá) la mayor parte los nuevos empleos son empleos precarios y que, al menos la
mitad o más de la fuerza laboral, se encuentra en la informalidad. Además, las
tasas de desempleo abierto se duplican entre los menores de 25 años y entre las
mujeres.
Esa es la
juventud que estalla en ira: desde
Londres a Estocolmo, desde Madrid a Estambul, del Cairo a Río de Janeiro.
Es una juventud pobre y obrera. Obrera, porque carece de medios de producción
propios y debe vender su fuerza de trabajo por un salario para poder vivir (ver
el Manifiesto Comunista). No porque tenga teléfonos móviles y use
"facebook" pertenece a la "clase
media", esos aparatos son bienes de consumo al alcance de las masas y
no "símbolos de status".
Esa juventud protesta porque el sistema capitalista le niega el derecho
a una vida digna, cuando destruye un parque público en Turquía para construir un centro comercial (donde no podrá comprar
la mayoría) o cuando le suben 20
centavos al pasaje en Brasil, porque esos centavos son vitales en estos
tiempos, y son la diferencia entre poder ir a estudiar o vegetar en el barrio.
Esa juventud está sometida a un
dilema objetivo: o se vuelve protagonista de las revoluciones del siglo XXI o
está condenada a padecer una vida de miseria, como era habitual para sus
tatarabuelos antes de la Revolución Rusa de 1917.
No se olvide que, si durante buena parte del siglo
XX la clase trabajadora europea y
norteamericana tuvo derechos sociales
y recibieron salarios que pagaban el valor real de su fuerza de trabajo, fue
porque existió la Unión Soviética y el llamado "bloque socialista",
contra el que el capitalismo occidental quería competir, no porque los
capitalistas se volvieran dadivosos por voluntad propia. La juventud actual nace bajo el signo de la "caída del muro", no sólo por la aparente falta de
alternativas al sistema capitalista, sino porque el capitalismo ya no necesita
su careta de "estado benefactor" y puede mostrar su cara explotadora
sin ambages.
La Democracia europea, las políticas de salvataje en su integridad a favor de los bancos, verdaderos responsables de la crisis estrcutural.
***
4./ ¿"Clase media" o
trabajadores empobrecidos?
La otra falacia es la de los pobres que llegaron a la "clase
media". Los cantores del capitalismo hacen trampa cuando hablan de
pobreza porque reducen el concepto a una de sus aristas: "la pobreza extrema" o "indigencia" o "pobreza
absoluta", la cual se refiere a las personas o familias que no tienen
ingresos suficientes para pagarse una canasta de alimentos básica. Una vez que
los tecnócratas han hecho este reduccionismo, los gobiernos aprueban algunas "ayudas" (transferencias) que
supuestamente (cuantificadas) hacen llegar los ingresos de las familias
indigentes a superar la "línea de pobreza". En el caso de Panamá en eso consisten los programas
como el PRODEC, "cien a los
setenta", "ángel guardián", "la beca universal", etc.
La suma de esas ayudas, transferencia o subsidios, según el gobierno, sacó a la
mayoría de las familias de la pobreza. Pero los montos que reciben las personas
apenas son un paliativo que no cubre las necesidades básicas. Además, se
establece un mecanismos de dependencia de la voluntad política del gobierno de
turno y no una solución permanente.
Ese criterio de "pobreza" reducida a los indigentes, excluye el sentido
amplio de pobreza, que abarca a familias y personas que, si bien reciben
ingresos superiores a una canasta de alimentos (en Panamá en estos momentos
alrededor de 300 balboas), no les
alcanza para cubrir el resto de las necesidades (vivienda, transporte, salud, vestido, educación, etc.). En esta
situación de "pobreza
relativa" se encuentra la amplia mayoría de la clase trabajadora de
todos nuestros países. Si se observa el Censo
de 2010 en Panamá, la mayoría de las familias tienen ingresos inferiores a 700 balboas mensuales, con lo que es
difícil pagarse una Canasta Básica General. Por ende son pobres. Y de esos pobres
es que nacen las protestas
Trabajadores y sindicalistas griegos en pie de lucha contra las nuevas formas de dominación neocolonial - ya no es sólo de salvataje - sino de imposición de nuevas formas de explotación, expropiación y atentar contra la soberanía nacional.
***
5./ La única salida a la crisis sistémica
capitalista: la revolución socialista.
El combustible de estos "levantamientos en todas partes" (Wallerstein) es la
profunda crisis económica del sistema capitalista mundial. Crisis que ha pasado
de crónica a permanente, porque ni Europa, ni Estados Unidos, han superado el "crack" de 2008. Crisis que,
ante un mundo globalizado, no encuentra nuevos mercados que conquistar. Al
capitalismo solo le queda el aumento de las desigualdades sociales, la super/explotación de la clase trabajadora,
la expoliación al máximo de la naturaleza, el saqueo de naciones enteras, la
marginalidad e incluso la guerra. Un sistema social en estas condiciones se ve
obligado a recortar y violar los derechos
democráticos constantemente, y a tratar de vigilar a sus ciudadanos, como
ha mostrado el Sr. Snowden.
Las
revoluciones del Siglo XXI recién acaban de comenzar. Todavía
están a nivel de la conciencia en
una fase de búsqueda y ruptura. Esta juventud
indignada rechaza de manera rotunda la corrupción
e hipocresía de los partidos políticos que han gobernado y son los
responsables del actual estado de cosas, tanto de derechas como de "izquierdas".
De ahí que a veces la protesta adquiera formas "apolíticas" o de rechazo a todo lo político. La
maduración de esta juventud trabajadora indignada continuará forjándose en la
lucha y más temprano que tarde comprenderá que la única solución real a sus
problemas vitales está en convertir su movilización en una acción política que
eche del poder a quienes representan los intereses de la clase capitalista.
Los socialistas comprendemos que nuestra tarea es acompañar a esta juventud trabajadora en lucha, para ayudarla a construir los organismos amplios y democráticos en que confluyan todos los explotados, las organizaciones políticas nuevas y los nuevos programas que guíen a las generaciones del siglo XXI hacia las revoluciones que liquiden el anacrónico sistema capitalista y construyan la nueva sociedad: justa, equitativa, democrática, ecológica y socialista. Como dijo Rosa Luxemburgo hace cien años, la alternativa vital de la humanidad es: SOCIALISMO O BARBARIE.
MPU: Movimiento Popular Unificado.
Los socialistas comprendemos que nuestra tarea es acompañar a esta juventud trabajadora en lucha, para ayudarla a construir los organismos amplios y democráticos en que confluyan todos los explotados, las organizaciones políticas nuevas y los nuevos programas que guíen a las generaciones del siglo XXI hacia las revoluciones que liquiden el anacrónico sistema capitalista y construyan la nueva sociedad: justa, equitativa, democrática, ecológica y socialista. Como dijo Rosa Luxemburgo hace cien años, la alternativa vital de la humanidad es: SOCIALISMO O BARBARIE.
MPU: Movimiento Popular Unificado.
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