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“Un partido de izquierda que llega al
poder no puede cometer el error que cometió en otros lugares”, dijo Lula. “No puede perder su relación con el
pueblo.” Ironizó al decir que “el
poder es una cosa mágica” porque algunos llegan al poder y dejan de pensar
que la gente en la calle es un fenómeno positivo. En cambio, dijo estar
convencido de que “el pueblo evoluciona
cada día, también en Brasil”. “Estoy
convencido de que, respetando la cultura y la política de cada país, tenemos
condiciones de presentar una nueva cultura de izquierda”, afirmó. “No podemos quedarnos llorando y quejándonos
por los grandes medios conservadores”, dijo en un tramo de su discurso, y
llamó a “usar Internet para llegar a
millones de personas”. “¿La integración puede ser solo comercial?”, se
preguntó Lula. “¿Y el movimiento sindical, los parlamentarios, los partidos, la
juventud, los científicos?” Entonces prometió ser un “animador” de la
coordinación regional y dijo: “Por el hecho de que Brasil es el país más grande del
continente y la mayor economía, tiene más responsabilidad en la integración”.
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Lula estuvo en el
último Foro de San Pablo con el mismo entusiasmo que puso en el primero, el de
1994.
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SAO PAULO: En el Foro la política no hizo
mutis.
Un debate en paralelo a los preparativos
para el Consejo de Seguridad.
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Mientras los cancilleres preparaban el escenario
para discutir sobre la ONU, la UNASUR y
CELAC, dirigentes de fuerzas gobernantes de América latina discutieron en
el Foro de San Pablo cómo cumplir con una idea expresada por Lula: “Que no haya retroceso”.
Página /12 Domingo 11 de
agosto del 2013.
Martín Granovsky
Se
lamentó porque eran las nueve y diez de la noche y no había podido llegar a las
ocho al cumpleaños de uno de sus nietos, pero igual se quedó y dijo un discurso
en el que sobresalió una idea: “Que no haya ningún retroceso en las conquistas
que logramos hasta ahora”. Como ex presidente, Lula estuvo en el último Foro de
San Pablo con el mismo entusiasmo que puso en el primero, el de 1994, cuando
faltaban nueve años para su asunción en Brasilia. La diferencia en los 19 años
que pasaron es que muchos de quienes lo escucharon la última vez eran
dirigentes de fuerzas políticas que están en el gobierno.
Por la Argentina, entre
otros, estuvieron el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la
Cámara de Diputados, Guillermo Carmona, referente mendocino de la Corriente por
la Militancia; el dirigente del Frente Transversal y funcionario de la
Cancillería Oscar Laborde, y Alejandro Rusconi, del Movimiento Evita.
El Foro coincidió con la
preparación, por parte del canciller Héctor Timerman, de la masiva presencia de
colegas suyos de la región el 6 de agosto en el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, cuando Cristina Fernández de Kirchner presidió la sesión sobre
cómo debía relacionarse la ONU con organismos regionales y subregionales.
Llorando, no.
“Un partido de izquierda
que llega al poder no puede cometer el error que cometió en otros lugares”,
dijo Lula. “No puede perder su relación con el pueblo.” Ironizó al decir que
“el poder es una cosa mágica” porque algunos llegan al poder y dejan de pensar que
la gente en la calle es un fenómeno positivo. En cambio, dijo estar convencido
de que “el pueblo evoluciona cada día, también en Brasil”.
“Estoy convencido de
que, respetando la cultura y la política de cada país, tenemos condiciones de
presentar una nueva cultura de izquierda”, afirmó.
“No podemos quedarnos
llorando y quejándonos por los grandes medios conservadores”, dijo en un tramo
de su discurso, y llamó a “usar Internet para llegar a millones de personas”.
“¿La integración puede
ser solo comercial?”, se preguntó Lula. “¿Y el movimiento sindical, los
parlamentarios, los partidos, la juventud, los científicos?” Entonces prometió
ser un “animador” de la coordinación regional y dijo: “Por el hecho de que
Brasil es el país más grande del continente y la mayor economía, tiene más
responsabilidad en la integración”.
Una de las creaciones
fue la Red de Parlamentarios del Foro de San Pablo. “Veníamos trabajando en
esto desde hace mucho tiempo”, dijo a Página/12 Carmona, un peronista que se
metió en el Foro con el mismo interés que habían demostrado antes dirigentes
como Ruperto Godoy y Mariano West. “Apuntamos a que haya una fuerte
articulación entre los parlamentarios que están comprometidos con los gobiernos
nacional-populares, progresistas y de izquierda de la región en los distintos
parlamentos regionales”, dijo. Y nombró al Parlamento de Mercosur, Parlamento
Andino, Parlamento Latinoamericano, Parlamento Centroamericano o en un
Parlamento Suramericano. Para Carmona, la propuesta de trabajar en red “es óptima
porque conjuga organización, pertenencia y flexibilidad”.
Los parlamentarios
hicieron un aparte en el que además de Carmona abrieron la discusión el Doutor
Rosinha (así es conocido el diputado federal del PT Florisvaldo Fier), el
senador del Frente Amplio uruguayo Roberto Conde, el diputado Samuel Ortega del
Partido Socialista Unificado de Venezuela y el parlamentario de Mecosur del
Frente Guasú paraguayo Ricardo Canese.
Suspensión.
Laborde, representante
especial para la Integración en la Cancillería, rescató el debate sobre el
punto. “También le dará más solidez al Foro haber suspendido del Grupo de
Trabajo del Foro, su órgano más ejecutivo, al Partido Socialista de la
Argentina”, dijo en alusión al análisis sobre las declaraciones de Hermes
Binner cuando comentó que para Venezuela prefería a Henrique Capriles antes que
a Nicolás Maduro.
El Grupo de Trabajo emitió un documento de varios
puntos:
1.- El rescate de la “influencia positiva” del
Foro porque “la diversidad es nuestra fortaleza, no un obstáculo que nos impide
tener posiciones claras en las batallas decisivas trabadas en nuestra región”.
2.- El recuerdo de que el FSP apoyó en 2012 la
candidatura de Hugo Chávez y en 2013 la de Maduro.
3.- La constatación de que “no siempre el Foro
adopta posiciones unitarias sobre procesos electorales”.
4.- El criterio según el cual “cuando todos los
partidos nacionales apoyan a una sola candidatura, como ocurrió en Venezuela en
los casos mencionados, se espera la solidaridad de los partidos del Foro
actuantes en los demás países de la región”.
5.- La idea de que “ningún partido del Foro
manifieste su apoyo, directa o indirectamente, a las fuerzas de derecha”,
especialmente “cuando esta posición nunca fue presentada, defendida, sustentada
o explicada en ningún espacio del Foro”.
Dilma mandó un mensaje
de apoyo filmado y envió a su consejero de asuntos internacionales Marco
Aurélio García, que ocupó el mismo puesto con Lula y también participó antes de
la primera edición del Foro.
De los presidentes
sudamericanos estuvo presente Evo Morales, que pidió “tener cuidado con las
letras c, como corrupción o cocaína” y no aislarse de las fuerzas sociales
porque de otro modo “un partido de izquierda es sectario y no tiene futuro”.
Sobre la Alianza del Pacífico entre México, Colombia, Perú y Chile dijo que
“quieren dividir y debilitar la UNASUR” y eso sería “como retomar el ALCA para
liberalizar el comercio y los servicios”. “¿Cómo vamos a aceptar el libre
mercado?”, dijo Evo. “Van a defender las privatizaciones, no los servicios
públicos, que son un servicio humano y parte de los derechos humanos. No habrá
entonces estabilidad democrática y política porque los pueblos se levantarán
para enfrentar a los gobiernos.”
ALIANZA y UNASUR.
En el mano a mano entre
los delegados del continente la Alianza del Pacífico: ALPA, fue uno de los
temas más trajinados. Según pudo saber este diario, la opinión mayoritaria
señaló que la Alianza del Pacífico, sobre todo en Sudamérica, es decir sin
considerar a México, no tiene poderío económico pero si el Mercosur se fisura
podría debilitar y dividir la UNASUR. Cuando en el Foro se habló de fisura
aparecieron temas como la forma de que Paraguay regrese con plenos derechos al
Mercosur, y que acepte a Venezuela, y las relaciones a menudo delicadas entre
la Argentina y Uruguay.
No hubo planteos
dramáticos aunque tampoco un tono exitista, lo cual pareció un reflejo de
fuerzas políticas que gobiernan en algunos casos desde hace 14 años (Venezuela)
o 10 como sucede en Brasil y la Argentina. Pero en Venezuela a Maduro le cuesta
consolidar la estabilidad, en Brasil el Partido de los Trabajadores encara cómo
abordar las presidenciales del 2014, discusión sobre el sistema de alianzas
incluida, y en la Argentina el kirchnerismo vive con la incertidumbre del 2015.
Si la vida cotidiana tiene algo que ver con la
política, conviene saber que Lula llegó tarde al
cumpleaños del nieto en Sao Bernardo do Campo, pero llegó.
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