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Si la gran mayoría de los franceses
sufren la crisis económica, las categorías más adinerados nunca han sido tan
ricas. En efecto, las primeras 500 fortunas de Francia
vieron su riqueza global crecer un 25% en un año. Ésta se establece ahora en 330.000 millones de euros y nunca ha
sido tan elevada. Incluso aumentó en un 300% en los últimos diez años y
representa ahora más del 15% del PIB y
el 10% del patrimonio financiero del país. Así, el 0,000001% de la población posee el 10% de la riqueza nacional, dicho de otra manera, el 1/10 de la riqueza se encuentra entre
las manos del 1/100.000 de la
población. Esta
oligarquía financiera cuenta con 55 personas cuya fortuna supera los 1.000
millones, o sea 10 más que el año pasado. El más pobre de los 500 millonarios posee 64 millones de euros
de patrimonio. El top 10 de la
clasificación vio su riqueza aumentar en 30.000
millones de euros en apenas un año para alcanzar 135.000 millones de euros. Ejemplo: Bernard Arnault, director
general de LVMH, posee una fortuna de 24.300
millones de euros, un incremento de 3.100
millones con respecto al año anterior. Liliana Bettencourt, heredera de l’Oréal, presenta un
patrimonio de 23.300 millones, un aumento de 7.900 millones.
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EN
FRANCIA: los ricos son cada vez más ricos y los pobres …. cada vez más pobres.
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Viernes 23 de agosto del 2013.
Salim
Lamrani (OPERA MUNDI, especial para ARGENPRESS.info)
Mientras la crisis golpea a las capas populares
y a las clases medias, en Francia, las grandes fortunas aumentaron su riqueza
en 25% en apenas un año.
Urgente: analicen e interpreten: Magnífica conclusión.
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Con una
producción anual superior a 1,9 billones de euros, Francia, quinta potencia mundial,
jamás ha sido tan rica en su historia. No obstante, desde 1945, el país nunca
ha tenido a tantos desheredados con más de 8,6 millones de personas que viven
debajo del umbral de pobreza, o sea más del 14% de la población. Un informe
gubernamental elabora esta alarmante constatación y reconoce “la masificación
de una precariedad que alcanza a hogares antes protegidos”.
Los niños y jóvenes en general son las primeras víctimas de la pobreza. “Cada vez más jóvenes adultos y niños sólo conocen la pobreza como condición de futuro”, admite el gobierno francés de François Hollande. En efecto, dos de cada tres nuevos pobres, o sea el 65%, son niños de menos de 18 años. La pobreza de los menores de edad alcanza el 19,6%. En total, 2,7 millones de niños viven debajo del umbral de pobreza. Además, el 21,9% de los 18-24 años, o sea más de un millón de jóvenes, viven en la indigencia. La situación es aún más dramática en las zonas urbanas sensibles (ZUS) donde el 49% de los niños y el 42,5 de los 18-24 años viven en un hogar pobre.
Los niños y jóvenes en general son las primeras víctimas de la pobreza. “Cada vez más jóvenes adultos y niños sólo conocen la pobreza como condición de futuro”, admite el gobierno francés de François Hollande. En efecto, dos de cada tres nuevos pobres, o sea el 65%, son niños de menos de 18 años. La pobreza de los menores de edad alcanza el 19,6%. En total, 2,7 millones de niños viven debajo del umbral de pobreza. Además, el 21,9% de los 18-24 años, o sea más de un millón de jóvenes, viven en la indigencia. La situación es aún más dramática en las zonas urbanas sensibles (ZUS) donde el 49% de los niños y el 42,5 de los 18-24 años viven en un hogar pobre.
Por otra
parte, el 12% de los jóvenes no dispone de un diploma y cada año más de 130.000
salen del sistema escolar sin ninguna calificación. Más del 10% de los jóvenes
de 17 años presentan dificultades para leer.
Las
mujeres de más de 75 años son también las más vulnerables a la indigencia
material. En efecto, el 14,1% de ellas viven debajo del umbral de pobreza. El
gobierno reconoce que “la situación de las mujeres de más de 75 años se [ha]
deteriorado de modo significativo”.
Lo mismo
ocurre con las familias monoparentales, en la mayoría de las cuales el cabeza
de familia es mujer. Cerca del 32,2% de ellas viven en la pobreza, o sea un
total de más de 1,8 millones de personas.
Poseer un
trabajo no es una protección frente a la pobreza. Así, cerca de 1,5 millón de
personas activas, o sea el 6,2% de los trabajadores, viven debajo del umbral de
pobreza. Varios factores, como la precariedad del empleo, el poco tiempo de
trabajo o el nivel de los salarios, explican esta situación.
Entre los
inmigrantes en situación regular, la tasa de pobreza supera el 40%. El informe
señala que “las personas procedentes de la inmigración siguen siendo las más
vulnerables al riesgo de pobreza monetaria”.
A la
pobreza se agrega la extrema pobreza (menos del 40% del salario medio, 1.605
euros) que afecta a 2,1 millones de personas, o sea el 3,5% de la población
francesa. Las autoridades reconocen que “las situaciones de extrema pobreza se
extienden desde hace varios años”. “El incremento la tasa de pobreza al 40% […]
ilustra también un deterioro de la situación de los más pobres”, según el
informe.
A la
pobreza monetaria y a la extrema pobreza se añade la pobreza en condiciones de
vida. Cerca del 12,6% de los franceses no tiene acceso “a los principales derechos
fundamentales, como el acceso a una vivienda, al sistema de salud, al sistema
bancario, al sistema educativo o a la formación”. Así, 3,5 millones de personas
declaran padecer frío en su vivienda por no poder pagar la factura energética,
y “el 15% de la población metropolitana declara renunciar a cierta atención
médica por razones económicas”. La Fundación Abbé Pierre señala que existen
3,65 millones de personas sin una vivienda decente en Francia. Así, en total,
el 26,6% de la población francesa sufre pobreza monetaria o pobreza en
condiciones de vida.
A guisa
de conclusión, el informe gubernamental señala con sobriedad que “sólo las
categorías más acomodadas se libran del estancamiento o la disminución de su
nivel de vida”. No se extiende sobre el tema y hay una razón para ello.
Los ricos son cada vez más ricos.
Si la
gran mayoría de los franceses sufren la crisis económica, las categorías más
adinerados nunca han sido tan ricas. En efecto, las primeras 500 fortunas de
Francia vieron su riqueza global crecer un 25% en un año. Ésta se establece
ahora en 330.000 millones de euros y nunca ha sido tan elevada. Incluso aumentó
en un 300% en los últimos diez años y representa ahora más del 15% del PIB y el
10% del patrimonio financiero del país. Así, el 0,000001% de la población posee
el 10% de la riqueza nacional, dicho de otra manera, el 1/10 de la riqueza se
encuentra entre las manos del 1/100.000 de la población.
Esta oligarquía financiera cuenta con 55 personas cuya fortuna supera los 1.000 millones, o sea 10 más que el año pasado. El más pobre de los 500 millonarios posee 64 millones de euros de patrimonio. El top 10 de la clasificación vio su riqueza aumentar en 30.000 millones de euros en apenas un año para alcanzar 135.000 millones de euros. Bernard Arnault, director general de LVMH, posee una fortuna de 24.300 millones de euros, un incremento de 3.100 millones con respecto al año anterior. Liliana Bettencourt, heredera de l’Oréal, presenta un patrimonio de 23.300 millones, un aumento de 7.900 millones. Gérard Milliez del grupo Auchan con 19.000 millones, Bertrand Puech de Hermès con 17.400 millones, el vendedor de armas Serge Dassault del grupo Marcel Dassault con 12.800 millones, François Pinauld del grupo Kering con 11.000 millones, Vincent Bolloré del grupo Bolloré con 8.000 millones, Pierre Castel (cerveza) con 7.000 millones, Alain Wertheimer de Chanel con 7.000 millones y Xavier Niel de Free con 5.900 millones, completan la lista.
Esta oligarquía financiera cuenta con 55 personas cuya fortuna supera los 1.000 millones, o sea 10 más que el año pasado. El más pobre de los 500 millonarios posee 64 millones de euros de patrimonio. El top 10 de la clasificación vio su riqueza aumentar en 30.000 millones de euros en apenas un año para alcanzar 135.000 millones de euros. Bernard Arnault, director general de LVMH, posee una fortuna de 24.300 millones de euros, un incremento de 3.100 millones con respecto al año anterior. Liliana Bettencourt, heredera de l’Oréal, presenta un patrimonio de 23.300 millones, un aumento de 7.900 millones. Gérard Milliez del grupo Auchan con 19.000 millones, Bertrand Puech de Hermès con 17.400 millones, el vendedor de armas Serge Dassault del grupo Marcel Dassault con 12.800 millones, François Pinauld del grupo Kering con 11.000 millones, Vincent Bolloré del grupo Bolloré con 8.000 millones, Pierre Castel (cerveza) con 7.000 millones, Alain Wertheimer de Chanel con 7.000 millones y Xavier Niel de Free con 5.900 millones, completan la lista.
Esta
concentración extrema de riqueza contrasta con la explosión de la pobreza y de
la extrema pobreza en Francia e ilustra la imperiosa necesidad de una justa y
equitativa repartición de las riquezas. Semejante poder financiero en manos de
una ínfima minoría de opulentos le da una influencia considerable sobre las decisiones
políticas que toman los gobernantes y un poder desmesurado sobre los destinos
de la nación. Ya en 1789 Maximilien Robespierre advirtió de los peligros que
representaba la oligarquía para la democracia y denunció “el yugo de la
aristocracia de los ricos, la más insoportable de todas”: “Los ricos quieren
todo, quieren invadir todo y dominar todo. Los abusos son la obra y el dominio
de los ricos, son las plagas del pueblo: el interés del pueblo es el interés general, el de los ricos
es el interés particular”. Quizás sea tiempo de meditar estas palabras…
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Salim Lamrani es Doctor en Estudios Ibéricos y
Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV,
profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de
las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula The
Economic War Against Cuba. A Historical and Legal Perspective on the U.S.
Blockade, New York, Monthly Review Press, 2013, con un prólogo de Wayne S.
Smith y un prefacio de Paul Estrade.
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