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Luego de un proceso de casi una década de discusión y construcción
llegamos a la I Asamblea Continental
de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos de América Latina y
el Caribe, instancia desde la que esperamos lograr mayor coordinación de luchas
y acciones en torno a la construcción de la Soberanía Alimentaria como un eje estratégico, imprescindible para
fortalecer el proceso de integración Latinoamericana con carácter popular, con
Soberanía popular y democracias fortalecidas ante las arremetidas de las transnacionales
y el imperio. El contexto, requiere de máximos esfuerzos de articulación y
unidad del campo popular, las crisis, sobre todo la crisis alimentaria y la ambiental están estrechamente ligadas al
modelo de la agricultura Industrial y de los agro-negocios. Este modelo presenta las consecuencias de la ofensiva del capital financiero y las
transnacionales en la agricultura que tuvo comienzo en la post guerra con
la Revolución Verde, pretexto para lograr que
las transnacionales bélicas que
fabricaron armamentos, maquinarias y químicos puedan obtener mercados en el mundo agrícola. Desde ese momento vemos
el desenlace de diversos mecanismos de destrucción de sistemas locales de
producción de alimentos, de desplazamientos
de millones de campesinos y campesinas, de mercantilización de la tierra,
los bienes naturales y los alimentos. La
globalización y la consecuente hegemonía del capital financiero aceleró
este proceso, surgieron tecnologías funcionales a las transnacionales como las semillas transgénicas y resistentes a agro-tóxicos.
Por primera vez en la historia de la humanidad llegamos a tener
mayor población
urbana que rural, muchas ferias y mercados locales fueron
reemplazados por hipermercados, y los
comoditties subordinando territorios nacionales a las transnacionales, los
alimentos cotizando en bolsa y sus precios en un aumento sostenido por la
presión de los fondos especulativos. El
mercado global de alimentos en manos de un puñado de corporaciones que dominan
todos los eslabones de la misma.
La agroecología es una
disciplina científica relativamente nueva (década de los setenta del siglo XX),
que frente a la agronomía convencional se basa en la aplicación de los
conceptos y principios de la ecología, al diseño, desarrollo y gestión de
sistemas agrícolas sostenibles.
***
En la cumbre mundial de la Alimentación de 1996 , la cifra de 800
millones de hambrientos resultó un escándalo, sin embargo, el lobby
empresario, instaló la idea de que el problema era falta de tecnología,
proponiendo multiplicar las acciones de promoción
y desarrollo de la Agricultura Industrial y su paquete destructor. En
cuanto a la urgencia del hambre, esta tendencia de lucro por encima de la vida,
propone alcanzar la Seguridad
Alimentaria, es decir, terminar con el hambre por medio de donaciones
caritativas de alimentos desde los países ricos a los subdesarrollados. En ese
momento, en la misma Cumbre se alzó la voz de La Vía Campesina Internacional. En completo desacuerdo con estas “propuestas de la FAO”. Los pueblos
tienen el derecho de producir sus propios alimentos, las campesinas y
campesinos han alimentado a la humanidad durante 10 mil años, y aun hoy con tan solo 1/3 de la tierra, alimentamos al 75% de la población mundial, difícil que exista justicia y
democracia en pueblos que no tienen autonomía alimentaria. Allí surgió la
propuesta de la Soberanía
Alimentaria, como respuesta a las evidentes mentiras del capital. La
Soberanía Alimentaria, es un
plateo político, que considera que los pueblos tienen derecho a producir y
consumir sus propios alimentos. Para ello la tierra debe estar en función del
bien común, es un bien social y son campesinos, campesinas, pueblos
originarios, trabajadores quienes pueden garantizarlo.
“La soberanía alimentaria es el derecho fundamental de todos los pueblos, naciones
y Estados a controlar sus alimentos y sus sistemas alimentarios y a decidir sus
políticas asegurando a cada uno alimentos de calidad, adecuados, accesibles,
nutritivos y culturalmente apropiados. Ello incluye el derecho de los pueblos
para definir sus formas de producción, uso e intercambio, tanto a nivel local
como internacional”.
La población de los Pueblos Originarios,son permanentes defensores de la alimentación sana, las semillas criollas y sustentabilidad productiva con la Madre naturaleza.
***
La crisis ambiental, también está directamente relacionada al modelo
agropecuario, casi el 50%
de las emisiones de gases con efecto
invernadero provienen de la cadena agroindustrial, por el enorme consumo de
combustibles fósiles, agro-tóxicos y
fertilizantes, y plásticos para el packing. Por eso sostenemos que la Agricultura
campesina Enfría en planeta. Nos encontramos en un momento más que
interesante en América Latina, con un proyecto de integración , de construcción
de la patria grande, bajo principios anti-imperialistas,
anticolonialista, con horizonte al socialismo, que se enfrenta en una disputa sin
cuartel con proyecto del imperialismo yanqui, del capital reinando con su
lógica egoísta y donde todo tiene su precio. En ese marco entendemos que la Soberanía Alimentaria es una piedra fundamental del proyecto
popular. Y entonces la disputa de Agricultura campesina vs Agricultura En el
continente, se ha agudizado el acaparamiento
de Tierras, los desalojos y
asesinatos de dirigentes campesinos, indígenas, millones de hectáreas de
bosques y selvas son destruidas, aguas contaminadas, pueblos enteros fumigados.
Empiezan
a morir las abejas... y como dijera Albert Einstein, «Cuando
se muera la última abeja, cuatro años después, desaparecerá la especie humana».
Según la FAO 1000 millones de
hambrientos aproximadamente hay en el mundo hoy, sumando a 500 millones de obesos, esto se
acompaña también según la FAO, con
que más del 40% de los alimentos de
la cadena agroalimentaria industrial se desperdician por descomposición. La soberanía Alimentaria es una propuesta
política, económica social y cultural, que solo puede ser alcanzada en el marco del avance del
proyecto popular. Industrial – Agro-negocios hace parte de las contradicciones
fundamentales.
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La
agroecología es una reacción de la sociedad frente a los abusos en la
alimentación. Su campo de influencia es muy amplio ya que parte de un derecho
básico que, con suerte, realizan todos los seres vivos a diario. Sin embargo,
especialmente en las sociedades más desarrolladas económicamente, el
desconocimiento
respecto a nuestra alimentación es alarmante. En este panorama comienza una
lucha valiente y eficaz para recuperar la soberanía y la seguridad alimentaria
de los pueblos.
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SURGE la ALIANZA por la
SOBERANÍA ALIMENTARIA.
Declaración de la I Asamblea: Alianza por
la Soberanía Alimentaria. América Latina y el Caribe.
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María
Noel Salgado.
ALAI.
América Latina en Movimiento.
La Soberanía
Alimentaria está socavada por las instituciones multilaterales
y por el capital especulativo. El control cada vez mayor de las empresas
multinacionales sobre las políticas agrícolas ha sido facilitado por las
políticas económicas de las organizaciones multilaterales tales como la
Organización Mundial del Comercio -OMC-. Frente
a esto y desde hace más de una década, los movimientos sociales de pequeños productores
de alimentos, han comenzado un proceso de articulación en todos los continentes
para defender la Soberanía Alimentaria frente al capitalismo que renueva y
recrea formas para condenar a los alimentos a la mera etiqueta de mercancía,
sometiendo de esta forma a los pueblos. En este contexto nace, en este
proceso de articulación, el Comité Internacional de Planificación por la
Soberanía Alimentaria (CIP) como espacio internacional para articular
políticamente estas fuerzas.
Las organizaciones
y movimientos sociales en nuestra
América Latina fueron pioneras/os en este proceso, entendiendo que la
restitución de derechos colectivos y sectoriales a los pequeños productores de
alimentos es condición clave y necesaria para retomar la soberanía de los pueblos.
La crisis económica-financiera, pero sobre todo ética, marca en el 2006 un alza de los
precios de los alimentos, sumiendo aún más en la pobreza a millones de personas
del Sur.
En una estrategia manejada por las grandes corporaciones, se hace detonar
abruptamente el sistema agroalimentario a nivel mundial, lo que les facilita a
ellas y a los gobiernos aliados disparar una serie de medidas especulativas que
tienden a fortalecer el control sobre los alimentos con instrumentos avalados
por el sistema de gobernanza internacional, como los mercados de futuro, los
bancos privados de alimentos, etc.
Frente a esto, el Foro Mundial de Nyeleni, en el año 2007, marca un punto de
inflexión en la acumulación de fuerzas continentales y mundiales, y apuntala a
los movimientos que recobran energías y redoblan la apuesta de fortalecer
nuestras acciones de lucha estratégicas y una profundización del concepto, a
partir de las experiencias de luchas y construcción en territorio, ampliando la
base social y sectorial de organizaciones que defienden la Soberanía Alimentaria para la Soberanía de los Pueblos.
Los
movimientos amplían sus campañas y luchas contra el acaparamiento de tierras,
contra la OMC, como órgano supremo de la mercantilización agroalimentaria
que destruye las semillas campesinas, contra el sistema de Naciones Unidas que
se ensordece ante la voz de los pueblos y va cercando, en forma cómplice con
las transnacionales, las agriculturas locales ricas en conocimientos resilientes a los embates del capitalismo.
Se fortalecen transversalmente los movimientos, con
acciones y propuestas por la Reforma Agraria, por la Agro-ecología, por las semillas campesinas, por los derechos colectivos de nación, por los
derechos campesinos, por el acceso libre al agua, por la lucha por la biodiversidad.
Las costumbres ancestrales, el indígena, el campesino, las semillas criollas, la alimentación sana, todos juntos en la forja de su Identidad cultural colectiva.- Ese modelo prosperó por millares de años y siempre consiguió producir
alimentos y convivir armoniosamente con la naturaleza y los demás seres vivos.
***
Fortalecemos nuestras acciones en defensa de
nuestros derechos de acceso a la información y a participar de los procesos de
toma de decisiones. Y estos derechos forman la base de una buena gobernanza, responsabilidad e igualdad de participación en la
vida económica, política y social, libre de cualquier forma de discriminación.
Los productores de alimentos a pequeña escala deben
tener el derecho a participar directa y activamente en la formulación e implementación
de políticas agroalimentarias en
todos los niveles. Con esta consigna es que vimos con buenos ojos los
cambios que comienzan a generarse, a partir de 2009, en el sistema de Naciones Unidas, reformas que atraviesan
todas sus agencias, pero especialmente aquellas que tiene que ver con la Agricultura y
Alimentación, la FAO, que, en un aliento de apertura y para salvar
su mandato (exigida por los pueblos del mundo), abre sus puertas a la sociedad civil, en el marco de la
reforma del Comité de Seguridad Alimentaria (CSA). Así, por primera vez, los movimientos sociales llegan, con voz organizada y sostenida, a una
asamblea de Naciones Unidas.
En este contexto, los movimientos articulados en el CIP comienzan un tiempo de análisis
y reorganización de estrategias regionales y mundiales para profundizar la
articulación política y operativa.
En nuestro continente, durante 2 años, se lleva a
cabo este proceso mientras aprendimos a participar en forma organizada en este
nuevo marco del CSA de la FAO. Este
proceso para Latinoamérica culmina con la “III
Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria de los Movimientos Sociales
y Organizaciones de la Sociedad Civil”, previa a la 32a. Conferencia Regional
de la FAO para América Latina y el Caribe, en la que, por unanimidad,
acordamos constituir una instancia de coordinación y articulación a fin de
fortalecer las propuestas, acciones y luchas. Allí, las organizaciones
lanzamos un nuevo paso en el proceso de fortalecimiento de la lucha: se había
creado la Alianza por la Soberanía
Alimentaria de los Pueblos de América Latina y el Caribe. La noticia
se presentó en el marco de la Asamblea a más de 150 delegados y delegadas de 30
organizaciones regionales y continentales.
En esa oportunidad, organizaciones como CLOCVC, MAELA, COPROFAM, CITI, Amigos de la
Tierra LAC, UITA, RAP-AL(1), animaron e invitaron a unirse a todas las
organizaciones allí presentes, a articular juntas para ampliar la lucha frente
al avance arrollador y sin escrúpulos del sistema imperante, diciendo: somos
una alianza política y social de
organizaciones, de movimientos y redes regionales y subregionales de
Latinoamérica y el Caribe que representan a campesinos, agricultores
familiares, a pueblos indígenas, a pescadores, a trabajadores rurales, a
campesinos agroecológicos, ambientalistas, consumidores, de mujeres, de jóvenes
comprometidos con la lucha por la Soberanía Alimentaria.
Fue un llamado a la profundización de acciones
conjuntas y de enriquecimiento conceptual de las organizaciones en torno a su propia historia de lucha y su
interacción con la soberanía de los pueblos, para fortalecer el alcance de la Soberanía Alimentaria frente al modelo
opresor. Por esto, nuestras acciones van dirigidas a contribuir a la
unidad y organización de los pueblos en la lucha por la Soberanía Alimentaria
como elemento sustancial en la construcción de un nuevo modelo de sociedad con identidad y Buen Vivir. Ello
implica también la resistencia al modelo de desarrollo imperante que
artificializa y privatiza los sistemas agroalimentarios a favor de grandes
corporaciones, imponiendo estilos de consumo que acarrean desnutrición, hambre,
mala distribución y acaparamiento de bienes de la naturaleza en manos de unos pocos para especular con el hambre de muchos
y con el derecho a la alimentación, privatizando los alimentos.
Nuestra acción conjunta se basa en defender el Derecho Humano a la
Alimentación, a concebirnos en un territorio
con identidad local, a tener una
tierra para trabajarla por derecho, a (defender
los bienes de la naturaleza (semillas,
agua, tierra, biodiversidad) como patrimonio
de la Humanidad, a proveer alimentos sanos para los pueblos bajo nuestras
identidades agroalimentarias. Defendemos nuestro derecho a movilizarnos
como organizaciones que mantenemos nuestras plataformas en el ejercicio libre
de un marco democrático y en resistencia a todo proyecto que nos afecte,
incluyendo la lucha contra la
criminalización y represión de la movilización social y popular. Aspiramos
a participar,
en forma directa, en las políticas públicas sobre alimentación y
agricultura, a defender la tierra para que nuestros jóvenes no emigren a las
ciudades, a revalorizar la cultura rural
de los pueblos y su historia alimentaria, a articular acciones con las
organizaciones de consumidores y a sembrar luchas en las urbes.
Nos urgen las líneas centrales de nuestra acción:
necesitamos y vamos por una Reforma
Agraria Integral, por la transformación del modelo agroalimentario de monocultivo y mono-consumo y por la propuesta de
la agro-ecología,
que integra a las diversas agro-culturas
campesinas e indígenas bajo los principios de biodiversidad, organización territorial, entramados productivos de
alimentos sanos y soberanos, los sistemas de recuperación y restitución de
semillas, los sistemas de regeneración de agua, así como la reivindicación de
la acción política articulada para defender nuestros intereses y la
reorganización del comercio de alimentos partiendo de los procesos locales y
solidarios.
Nuestra primera Asamblea se realizará en agosto de 2013, en Bogotá, Colombia, donde se definirán los lineamientos políticos que
guiarán la articulación, las alianzas, los espacios de representación
internacional, así como las principales acciones para fortalecer la lucha
coordinada por la Soberanía Alimentaria
en el continente. Nos encontramos renovados en la fuerza, en los liderazgos de compañeros y compañeras
que han asumido, con fuerza y tesón, el desafío lanzado, que nos imprimen valor
y coraje para animar el cambio desde las fuerzas populares.
Desde la Alianza
entendemos que la Soberanía Alimentaria no es solo una alternativa al modelo capitalista, es el pilar fundamental para la supervivencia de la
sociedad.
*****
- Maria Noel Salgado es delegada
del Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe -MAELA- en el Comité
Coordinador de la Alianza.
Artículo publicado en la Edición de julio (487) de
la revista América Latina en Movimiento, titulada "La alternativa
agroecológica":
Nota:
1.- ) La
Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo -CLOC Vía Campesina-;
Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe -MAELA-, la
Confederación de Productores Familiares -COPROFAM-, el Consejo Internacional de
Tratados Indios -CITI-, Amigos de la Tierra/Latinoamérica y Caribe, la Unión
Internacional de Trabajadores de la Alimentación -UITA- y la Red de Acción
contra Plaguicidas América Latina y Caribe -RAP-AL-.
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Declaración de la I Asamblea de la
Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe.
*****
Lunes 8 de julio del 2013.
ALAI, América Latina en Movimiento.
En representación de 23 redes, movimientos y organizaciones de América Latina y el
Caribe y acompañados por 11 organizaciones nacionales, hemos llegado a Bogotá mujeres y hombres integrantes de
organizaciones continentales y regionales de campesinos y campesinas, de la
pesca artesanal, la agricultura familiar, trabajadores
y trabajadoras rurales, jóvenes, pueblos originarios, afro-descendientes,
movimientos agroecológicas, de derechos humanos y ecologistas, para sellar
nuestro compromiso de culminación de la creación de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el Caribe.
Nuestra
Alianza emerge de un proceso histórico. Tenemos una historia de
encuentro de más de 16 años. Tenemos una historia que abonamos con esfuerzo y
con luchas que data de mediados de los 90. Donde en medio de una crisis que nos
condenaba al hambre y a la desnutrición, los gobiernos y la FAO nos daban como
respuesta la seguridad alimentaria, propuesta que no daba cuenta ni de nuestras
demandas ni dimensionaba la crisis por la que el planeta atravesaba. Desde el
nacimiento del concepto de Soberanía Alimentaria que se discute y define por
primera vez en la II Conferencia Internacional de la Vía Campesina, realizada
en Tlaxcala, México, en abril de 1996, hemos recorrido un largo camino
enriqueciendo este concepto para convertirlo en un legado.
Cuando hace un año decidimos realizar esta Asamblea
en Colombia lo hicimos con la decisión de apoyar a las organizaciones sociales
colombianas y al pueblo de Colombia que desde la resistencia y la articulación
buscan una salida justa y definitiva al conflicto armado, a los desplazamientos
de millones de campesinos, indígenas y afro-descendientes y a la devastación
ambiental y territorial. Lo hicimos con plena consciencia de la importancia que
tenía reunirnos en un país atravesado por conflictos y disputas por los
territorios desde hace décadas que resultan emblemáticos del modelo de
apropiación de territorios, destrucción de la naturaleza y expulsión de
nuestros pueblos que con diferentes matices e intensidades son llevados
adelante por los poderes corporativos en todo el continente. Esto cobra hoy
mucha mas relevancia ante la posibilidad cierta de la finalización del
conflicto armado con la concreción de la puesta en marcha de las negociaciones
de paz.
Estamos seguros que los próximos meses pondrán a
Colombia en el centro de la escena latinoamericana en la cuestión de tierras y
la agricultura frente a los escándalos por el acaparamiento de tierras por
parte de corporaciones como Cargill que demuestran la continuidad del modelo de
despojo y apropiación apoyado por el gobierno nacional.
Desde el 2002 a la fecha participamos de tres
Conferencias Especiales donde logramos llevar la voz de la sociedad civil y la
posición política a los gobiernos y la FAO, participamos de la Conferencia de
Reforma Agraria y Desarrollo Rural, de las Directrices Voluntarias por la
Tierra y el Territorio, de la Conferencia Interparlamentaria sobre derechos a
la seguridad alimentaria, de los Mecanismos de la Sociedad Civil del Comité de
Seguridad Alimentaria Mundial. En cada una de estas Conferencias llevamos a
cabo Foros Paralelos de articulación y debate donde elaboramos nuestras propias
propuestas, iniciativas y fortalecimos nuestros mecanismos de articulación
logrando en el año 2012 que la FAO se comprometa a discutir la soberanía
alimentaria, entre otros logros.
Campiña,
la andenería ancestral es parte del territorio de nuestra Región, aún no
valorado en su verdadera importancia y trascendencia de la vida diaria del campesino, agricultor , ganadero y artesanos de nuestro país..
*****
Todo este transitar nos sirvió como organizaciones
y movimientos que promovemos y defendemos la soberanía alimentaria para
fortalecer nuestras alianzas, construir confianza y propuestas. Como resultado
de este proceso, sentimos central profundizar la acumulación de fuerzas
populares para nuestra soberanía alimentaria. Para ello entendimos necesario
transformar la forma de organizar la articulación y en marzo de 2012 fundamos,
en Buenos Aires, la Alianza por la Soberanía Alimentaria de América Latina y el
Caribe.
La Alianza que hoy consolidamos en esta primera
Asamblea constituye una confluencia de redes regionales y subregionales que se
propone ser una fuerza de unidad de los pueblos que luchan por la Soberanía Alimentaria como elemento
sustancial en la construcción de un nuevo modelo de sociedad basada en el Buen Vivir y la Soberanía Popular. Nuestra
Alianza está llamada también a contribuir a la resistencia al modelo de
desarrollo imperante que privatiza los sistemas alimentarios, la cultura,
saberes y conocimientos a favor de las grandes corporaciones. Desde estas
posiciones nos definimos autónomos, miembros del Comité Internacional de
Planificación para la Soberanía Alimentaria CIP y con voluntad de diálogo para
con los gobiernos y los organismos internacionales.
Nuestra compromiso es llevar adelante la lucha por
la Soberanía Alimentaria asumiéndola como principio, visión, legado,
derecho y deber construido por los Pueblos Indígenas, campesinos, agricultores
familiares, pescadores artesanales, mujeres, afro-descendientes, jóvenes y
trabajadores rurales, que se ha convertido en una plataforma
aglutinadora de nuestras luchas y en una propuesta para la sociedad en su conjunto.
Asumimos la defensa de nuestros Territorios que
incluyen las tierras, los océanos, las aguas y los bosques, para fortalecer la
lucha contra el acaparamiento y la explotación a gran escala; el extractivismo y privatización de bienes;
la agricultura industrial a gran escala, fomentada desde la lógica del
sistema capitalista es el modelo predominante en nuestros países que
mercantiliza la vida y precariza las relaciones laborales, debilitando las
condiciones de vida de los asalariados. No nos resignamos a ver nuestros
territorios, nuestros mares y nuestros ríos contaminados y degradados por la
aplicación de agro-tóxicos, medicamentos y miles de productos químicos
producidos por este modelo de muerte y seguiremos luchando contra su imposición
y para mantener libres de ellos a los mismos.
Trigo, más trigo, semilla criolla, ancestral - casi en proceso de desaparición en nuestra Región y país. En el siglo XIX y mitad del siglo XX, fuimos grandes productores de trigo. Vino la agricultura industrial y desapareció: Porque? A quienes les interesó?. Hoy somos importadores absolutos.
***
Esta lucha por el Territorio conlleva el
derecho a la autodeterminación y el derecho al Consentimiento libre, previo e
informado de los pueblos. Y va ligada indisolublemente a la lucha por una
Reforma Agraria Integral que impulse la restitución y reconstrucción
territorial, rural, urbana y acuática, y la tenencia de la tierra de los
pueblos indígenas, originarios.
En este caminar nos hemos encontrado en la defensa
de nuestra Biodiversidad a partir de las prácticas agrícolas
tradicionales de nuestros pueblos con base agroecológica que son una respuesta
concreta a los graves problemas globales que sufre nuestro planeta. Nuestros
sistemas productivos tienen la capacidad de enfriar el planeta, de producir
alimentos respetando y alimentando la biodiversidad y nuestros bosques y de
cuidar y alimentar nuestros suelos que están siendo desertificados gravemente
como consecuencia de la imposición de la agricultura industrial.
La lucha por la Biodiversidad incluye la
protección de las semillas y el conocimiento tradicional, libre de patentes y
de propiedad intelectual. Nos manifestamos contra las tecnologías tales como
los transgénicos, la geo-ingeniería, etc., que amenazan, socavan, destruyen los
ecosistemas terrestres y acuáticos y se apropian o contaminan los saberes
ancestrales. Así mismo, estamos definitivamente comprometidos en recuperar y
defender la diversidad silvestre y cultivada, especialmente de las semillas y
animales como patrimonio de los pueblos.
Ello implica también contribuir a la resistencia al
modelo de desarrollo imperante que artificializa, privatiza y mercantiliza los
sistemas alimentarios. Rechazamos el sistema capitalista, patriarcal, y
cualquier tipo de discriminación, reafirmando nuestro compromiso en lograr una
equidad total entre hombres y mujeres. Este sistema es el que hoy produce como
resultado la violencia, la militarización y la criminalización de nuestras
luchas y resistencias.
Elegimos la vía de la Agro-ecología como
modo de vida que recupera todo lo que hemos perdido, una conexión con los
saberes ancestrales. Es una fuerza que enfrenta al modelo capitalista; rescata
los mercados locales como parte fundamental de preservar los valores, saberes
de las comunidades; pone en discusión los precios, fomenta el intercambio y el
trueque como modelo económico de una economía social y solidaria basada en la
sustentabilidad, redistribución y la reciprocidad. Es una propuesta alternativa
al cambio climático que afecta principalmente a los productores de alimentos
locales.
La alimentación no es una mercancía sino un derecho
humano reconocido por los Estados a partir de diversos instrumentos jurídicos
internacionales. Reconocer este derecho plantea la obligación de los Estados de
respetar, proteger y garantizar el Derecho a la Alimentación de los pueblos y
en especial de los productores de alimentos, que se garantice el derecho al
trabajo y empleo dignos, al salario justo basado en los principios de justicia
social y dignidad humana.
“La agroecología se
ocupa de mantener una agricultura productiva que optimice el uso de recursos
locales y minimice el negativo impacto medioambiental y socioeconómico de las
nuevas tecnologías. En los países industrializados, la agricultura moderna con
su maximización de rendimientos y alto uso de insumos genera problemas
medioambientales y a la salud que a menudo no suplen las necesidades básicas ni
de productores ni de consumidores. En países en desarrollo, además de promover
la degradación ambiental, las tecnologías agrícolas modernas han desconsiderado
las circunstancias y las necesidades socioeconómicas de un gran número de
agricultores de escasos recursos”.
***
El camino que hemos emprendido, tal como lo hemos
compartido, es fruto de casi dos décadas de construcciones colectivas en
diferentes ámbitos que hoy nos permiten asumir este nuevo desafío que dejando
de lado diferencias puntuales nos hace unirnos en la diversidad para fortalecer
y lograr un potente accionar colectivo transformador.
Un componente estratégico en estas luchas por
Soberanía Alimentaria desde los territorios es la comunicación, entendida en su
rol transformador, unificador, creador de sentidos y valores que representan
nuestros objetivos políticos y no como mercancía como la entiende el mercado
informativo. En ese sentido, la Alianza reivindica el papel de la comunicación
desde los movimientos sociales y comunitarios, que visibilice los procesos de
resistencia y la construcción de propuestas, con carácter colaborativo,
solidario y complementario.
Asumimos plenamente el compromiso de seguir a
partir de hoy fortaleciendo esta Alianza y alimentarla con la integración de
nuevas articulaciones para desde el internacionalismo, la solidaridad, la
defensa del bien común, el respeto por la autonomía y la autodeterminación de
los pueblos lograr las transformaciones que la crisis presente y el compromiso
con las futuras generaciones nos demandan.
Expresamos nuestra solidaridad y compromiso con
todos los movimientos sociales de Colombia con el convencimiento de que una paz
duradera solamente será posible cuando se escuche la voz de las organizaciones,
su demanda por una Reforma Agraria Integral basada en el respeto por los
derechos colectivos territoriales y libres de explotación de proyectos de
agronegocio o extractivistas donde la restitución de las tierras a las
comunidades desplazadas se haga efectiva sin artilugios que legitimen la
usurpación.
Celebramos con entusiasmo el renacer de la unidad
de los movimientos sociales en América Latina en lucha por la Soberanía
Alimentaria y en lucha por la vida durante la última década y los logros que
hemos tenido en el camino de reivindicar la dignidad, la justicia y el buen
vivir de nuestros pueblos. El paso que estamos dando es trascendental en la
lucha por lograr las transformaciones profundas que nuestro Continente requiere
frente al agotamiento de un modelo de desarrollo que sobre la base del
extractivismo en sus diferentes formas marca la continuidad de siglos de
despojo y exterminio.
*****
¡Construyendo
la Unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños para la Soberanía Popular
y Alimentaria!
5 y 6
de agosto de 2013, Bogotá, Colombia.
*****
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