Qué es el feminismo?.- Doctrina y
movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades
y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres. Presencia
en una persona de sexo masculino de caracteres secundarios femeninos, debido a
una alteración hormonal. El
movimiento feminista ha creado un amplio conjunto de teorías sociales; una
teoría feminista que ha dado lugar a la
aparición de disciplinas de estudio como por ejemplo la teología feminista, la historia del feminismo o los estudios de género, Sociología del feminismo,
entre muchas otras. Gracias a la influencia del movimiento feminista, se han
conseguido logros de trascendental importancia como el voto femenino,
la igualdad ante la ley o los derechos reproductivos, entre muchos
otros. Alternativamente, y desde una
óptica masculinista,
algunos autores, como el ex feminista Warren
Farrell, critican que el movimiento feminista, a pesar de que busca
la igualdad de derechos entre varones y mujeres, ha hecho logros para liberar a
las mujeres del papel
femenino pero no ha hecho nada por liberar al varón del papel masculino.
Feminismo es, según Celia Amorós, la lucha por la
igualdad de las mujeres y los varones en tanto que seres genéricamente
humanos, que se articula sobre el eje de las vindicaciones de
mujeres que piden, para sí, lo que se ha definido como genéricamente humano.
En la medida en que nociones como individuo,
ciudadano,
se han definido por los varones como genéricamente humano, se dice que las
mujeres piden la igualdad con lo genéricamente masculino. Pero esto no debe
confundirse con pedir lo identitariamente masculino.
Nancy Cott
define feminismo: "creencia en
la importancia de la igualdad de género, invalidando la idea de jerarquía de género como concepto construido por la
sociedad". [ ]El
feminismo es una teoría crítica, cuyo origen teórico está en la Ilustración,
lo que no significa que la Ilustración fuese en sí feminista sino que se
configura como un proyecto emancipatorio, en torno a las ideas de autonomía,
igualdad. En palabras de Amelia Valcárcel, el feminismo es un hijo no querido de la Ilustración.
Como movimiento de
transformación de la sociedad, (ojo, ojo?) tiene una vocación de
influencia sobre la forma en la que se conceptualiza la realidad y en el discurso
científico. A medida que el movimiento feminista adquiere relevancia
en el mundo académico, se va generando un cuerpo teórico independiente con herramientas
conceptuales propias.
Mujeres Famosas en el Movimiento Social Feminista.
En su consideración de movimiento social,
el feminismo se conceptúa como un proceso, una sucesión de etapas o
fases, también llamadas "olas". Es importante tener en cuenta que la cronología
del feminismo estadounidense no coincide con la de los estudios feministas europeos, entre
los que destacan los que se realizan en idioma
español. En cada fase u "ola"
se han desarrollado ideas y conceptos, teorías, estrategias, acciones,
corrientes muy diversas, así como una teoría feminista que ha dado lugar a la
aparición de disciplinas como, por ejemplo, la geografía feminista, la historia del feminismo o los estudios de género. El feminismo es un movimiento de transformación de las relaciones de poder entre varones y mujeres,
para ello, realiza una crítica en términos feministas
de la sociedad, crítica que entra en conflicto directo con esta visión androcéntrica,
a la que debe atacar para conseguir sus objetivos. Además están las modalidades
de feminismo, entre otras: el feminismo cultural, el feminismo
liberal, el feminismo radical, el ecofeminismo,
el anarcofeminismo, el feminismo de la diferencia, el feminismo de la igualdad, el feminismo marxista, el feminismo socialista, el feminismo separatista, el feminismo filosófico, el feminismo islámico, el feminismo lésbico y el transfeminismo.
Todo ello hace que se
hable de "feminismos" (en plural) y no de un solo
"feminismo". En
esta línea, se define feminismo como el conjunto heterogéneo[8]
de ideologías
y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la
igualdad de derechos entre varones y mujeres. Por su parte, el Diccionario de la lengua española
define feminismo como 'doctrina social
favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a
los varones'. En su segunda acepción, es el movimiento
que exige para las mujeres iguales derechos que para los varones. Gracias a la
influencia del movimiento feminista, las mujeres lograron el acceso a la educación, el ejercicio del derecho al sufragio activo y pasivo, la protección de
sus derechos sexuales y reproductivos, entre muchos
otros que configuran la noción de ciudadanía
en la democracia.
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Un grupo de mujeres indígenas participan en uno de los debates de la V Asamblea Continental de Mujeres del Campo, en el marco de VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía Campesina, celebrado en la localidad argentina de Ezeiza, en el Gran Buenos Aires. Crédito: Fabiana Frayssinet /IPS.
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CAMPESINAS LATINOAMERICANAS ABREN SURCOS DE UN FEMINISMO PROPIO.
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Fabiana Frayssinet.
IPS.- Agencia de Noticias, miércoles 15 de abril del
2015.
EZEIZA, Argentina, 15 abr 2015 (IPS) -
Organizaciones campesinas de América Latina intentan definir los conceptos de
un feminismo “campesino y popular”, que incorpore una cosmovisión rural,
no siempre coincidente con la de las mujeres urbanas, o modelos económicos
alternativos.
Para Gregoria Chávez, una
veterana campesina de la noroccidental provincia argentina de Santiago del
Estero, el feminismo incluye “las luchas y el apoyo de los compañeros para
defender las tierras”.
Hasta hace poco, para ella
el feminismo era un concepto extraño. Pero como otras tantas campesinas
latinoamericanas en sus localidades, ahora protagoniza las batallas en su
provincia contra el avance del monocultivo de la soja y el desalojo de
pequeños productores.
“A veces arrastramos esa
concepción del feminismo como lo habíamos aprendido, de que para enfrentar al
machismo hay que tener una actitud opresora también. Pero aquí no se trata de
predicar eso, sino un feminismo con una actitud de solidaridad entre compañeras
y compañeros”: Deolinda Carrizo. “Yo pienso que la mujer es
importante en el campo porque tiene más coraje que el varón. Yo no tengo miedo
a nada. Siempre les digo a mis compañeras que sin coraje no vamos a conseguir
nada”, relató a IPS.
Definir un feminismo propio
no es tarea fácil para la Coordinadora
Latinoamericana de Organizaciones del Campo-Vía Campesina, que
celebra su VI Congreso entre los días 10 y 17 de este mes, en el
municipio argentino de Ezeiza, que forma parte del Gran Buenos Aires.
Pero sus integrantes tienen
claro que no se limita a una “simple agenda de igualdad de género”.
La profundización del
feminismo en el ámbito rural fue parte del debate de la V Asamblea
Continental de Mujeres del Campo, un foro en el marco del Congreso
que congregó a 400 delegadas de 18 países latinoamericanos y caribeños y se
clausuró el martes 14.
Como ilustró Deolinda
Carrizo, del argentino Movimiento
Nacional Campesino Indígena, en la Asamblea al menos se intentó
“abrir esos surcos cada vez más”.
El término de feminismo
asusta a muchas campesinas, según Rilma Román, delegada de la
Asociación Nacional Agricultores Pequeños de Cuba. Ella también integra la
coordinación de la organización internacional Vía Campesina, donde la mitad de sus
líderes son mujeres, según destacó.
“Asusta porque muchas veces
se piensa que feminismo es que las mujeres estemos solas luchando contra
los hombres, que somos dos bandos”, explicó a IPS. “Es un tema
prácticamente nuevo en nuestros debates. Creo que hay que darse un tiempo para
poder explicar y llegar a un consenso”, opinó la delegada cubana.
Hay que explicar, por
ejemplo, temas como el de la diversidad sexual. “Antes era muy difícil que en
una comunidad campesina encontraras travestis que se manifestasen. Había mucha
auto represión y represión que existe todavía”, relató Carrizo.
“A los más viejos les
cuesta mucho entender que hay compañeros que tienen otra opción sexual. Poco a
poco vamos viendo cómo abordar el tema y a animarlos a que lo acepten”,
agregó.
Tres generaciones de mujeres rurales recolectan vainas de algarroba en
el pueblo de San Gerónimo, en la noroccidental provincia de Santiago del
Estero, en Argentina. Las campesinas latinoamericanas producen la mitad de los
alimentos de la región. Crédito: Fabiana Frayssinet/IPS.
La V Asamblea de mujeres rurales reconoce la
“contribución histórica” del feminismo, pero parte de un concepto diferente al
del “capitalismo” que, interpretó Carrizo, impuso la explotación,
inclusive la de género.
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Prefieren definirlo bajo la
lupa de la reforma agraria, la disputa contra las corporaciones transnacionales
agrícolas, la concentración de tierras y agua, el agro negocio y la mega
minería, que excluye y margina a hombres y mujeres.
La inequidad en
cifras.
Según la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 58 millones de
mujeres viven en zonas rurales de América Latina y representan una pieza clave
de la seguridad alimentaria regional, de la preservación de la biodiversidad y
de la producción de alimentos saludables.
Pero, pese a que producen la mitad de los alimentos de la región, las mujeres rurales viven en situación de desigualdad social, política y económica. De aquellas de más de 15 años, solo 40 por ciento cuentan con ingresos propios y ostentan apenas 30 por ciento con la titularidad de la tierra, 10 por ciento de los créditos y cinco por ciento de la asistencia técnica.
Pero, pese a que producen la mitad de los alimentos de la región, las mujeres rurales viven en situación de desigualdad social, política y económica. De aquellas de más de 15 años, solo 40 por ciento cuentan con ingresos propios y ostentan apenas 30 por ciento con la titularidad de la tierra, 10 por ciento de los créditos y cinco por ciento de la asistencia técnica.
“Pero las mujeres,
especialmente las del medio rural siempre fueron más excluidas”, contextualizó
Marina dos Santos, del brasileño Movimiento de
los Trabajadores Rurales Sin Tierra.
También lo están de las políticas públicas de salud o educación, destacó
a IPS.
“En Brasil están cerrando escuelas
rurales. Los puestos de salud, cuando los hay, no tienen médicos, enfermeras o
medicinas. Muchas mujeres en el campo comienzan su trabajo de parto y por falta
de hospitales o transporte terminan muriendo”, subrayó.
También se margina a las
mujeres de la titularidad de la tierra o el acceso al crédito rural.
“La mujer es la que más
trabaja pero es la última que tiene acceso a la tierra y la más explotada como
mano de obra barata. El éxodo rural hizo que los hombres salgan cada vez más a
trabajar fuera, y las mujeres se quedaron con la parte de subsistencia de sus
familias”, ejemplificó Santos.
“Los terrenos se adjudican
primero al hombre. Las mujeres que somos cabeza de familia, que no tenemos
compañeros, no tenemos posibilidades porque debemos tener como referente a un
hombre”, agregó Luzdari Molina, de la Federación Sindical Agropecuaria de
Colombia.
“Otra particularidad, como
sucede en Colombia, es que las mujeres del campo todavía están muy poco
escolarizadas, porque tenemos que ocuparnos del hogar”, detalló a IPS
Las participantes en la V
Asamblea destacaron como a las faenas domésticas y el cuidado de la familia, a
las mujeres se les suma el peso de la producción de alimentos.
“En Santiago del Estero,
hay épocas que tienen que ir al corral a atender los cabritos o vacas.
Cuando los hombres se van (como trabajadores temporeros a otras
provincias), la mujer se queda sosteniendo el trabajo del hogar y de la
tierra”, añadió Carrizo.
“Las campesinas no somos
reconocidas como trabajadoras. En mi región (el departamento colombiano de
Boyacá) desde las tres de la madrugada estamos levantadas para ordeñar vacas,
cuidar la casa, preparar el desayuno para obreros, atender nuestra propia
producción y el día se nos va”, planteó Molina.
Las mujeres rurales,
según la argentina Carrizo, son también las que han ejercido
históricamente el rol de “guardianas de las semillas” y por ello viven como
“violencia” los intentos de “privatización de las semillas”.
Igualmente sienten como
violencia, aseguró la lideresa campesina argentina, las fumigaciones con
pesticidas, porque afectan “la salud de nuestros hijos y nuestra, porque causan
abortos espontáneos, malformaciones, y acumulación de estos venenos en la
leche materna”.
Además, la brasileña Santos
destacó que en aquellos problemas de género que son comunes con las mujeres
urbanas, la situación se agrava para quienes viven en el campo. Citó como
ejemplo el caso de la violencia doméstica, que empeora porque las comisarías
especializadas de la mujer están en las ciudades.
En Colombia, añadió
argumentos Molina, “no hay nada que les garantice a las mujeres alejarse
del territorio donde han sido agredidas”, lo que evita las denuncias.
“Los vecinos dicen no me
meto, las cosas de pareja se arreglan debajo de las cobijas (mantas). Pero
cuando se llega a los extremos, la comunidad va al entierro y hace misas para
que le salven el alma del pobre marido. Es muy triste pero es real”, lamentó.
La cuestión es cómo abordar esos temas, a veces aceptados como naturales.
“En el campo hay
mucho machismo y muchas mujeres lo traen incorporado desde que nace”, observó
la cubana Román. “Hay compañeras o compañeros que creen que queremos que
se separen las familias, o el divorcio”, agregó.
Por eso, planteó Carrizo,
debería considerarse la “diferencia de cosmovisión de cada pueblo”. “La mujer campesina en
Colombia, por ejemplo, no se siente identificada como feminista. Lo que les
choca (de la mujer urbana) es una cuestión de clase, que tienen ciertas
comodidades y actividades diferentes a las suyas”, acotó Molina. “A veces arrastramos esa
concepción del feminismo como lo habíamos aprendido, de que para enfrentar al
machismo hay que tener una actitud opresora también. Pero aquí no se trata de
predicar eso, sino un feminismo con una actitud de solidaridad entre
compañeras y compañeros”, argumentó Carrizo.
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