GRECIA Y LA CRISIS HUMANITARIA.- Grecia ante el mundo. Grecia y el futuro de la Unión Europea. Grecia
y su lucha tenaz, digna y soberana contra la prepotencia dominante, hegemónica
y con fuertes tendencias "neo-coloniales" de la troika europea (la
alianza político-financiera del Banco Central Europeo. BCE. Comisión Económica
Europea. CEE- y el Fondo Monetario Internacional. FMI.) esta "trilogía
imperial”, la troika, que gobierna Europa, depende en absoluto del Banco
Central Alemán (Bundesbank) y las políticas de la Sra. Canciller Ángela Merkel - hoy una verdadera dictadura
político-financiera - del capital corporativo global a impuesto en especial
para la zona-euro, la política de la austeridad - después del fracaso de las
políticas del ajuste, reajuste y salvataje -otro fracaso absoluto - que ha
originado en España, Grecia, Portugal,
Irlanda, Francia, Italia, etc.- el más amplio e inhumano desempleo - en
muchos países por encima del 30% de su PEA y lo peor ha sacrificado ya una
generación de su juventud, con un desempleo casi cercano al 50%, pobreza
absoluta, en muchos países, con cifras de "horror" (30%) - no vista
después de la Segunda Guerra Mundial
y los tiempos políticos e históricos del Estado de Bienestar - precisamente su "liquidación
política" con las políticas actuales de austeridad de la troika europea.
Usted desea saber cómo llegó
al gobierno actual el Syriza y su Primer Ministro
Alexis Tsipras -
de la Izquierda radical griega - en un escenario convulso de deuda gigante,
desempleo, pobreza absoluta, juventud desempleada por encima del 50%, servicios públicos privatizados, salarios de los
bajos de Europa, tercera edad y jubilados castigados como enemigos de los
gobiernos de derecha, partidos políticos de derecha sometidos totalmente por la
troika, una deuda externa la más amplia y gigante de Europa, y lo peor que
atentaba contra su Soberanía Nacional, se obligó a Grecia - pero felizmente no
se cumplió - a vender sus hermosas Islas patrimonio territorial y fuente de
turismo internacional. En esas condiciones nacionales en Grecia asumió la Gobernadora de
Atica, la región más poblada de Grecia, una dirigente del Syriza -
la prueba política de fuego - Rena
Dourou, joven mujer,
militante de izquierda, que puso el piso y los cimientos políticos del nuevo
proceso democrático para el ingreso nacional del Syriza en el mes de enero del
presente año, y forjar un Nuevo
Paradigma Europeo como ellos definen frente a la crisis que lo
devora, - no es solo una crisis económico-financiera, social, política, institucional
- sino que va más allá es una CRISIS HUMANITARIA. Veamos
como lo abordan y como se pretende sacar a Grecia del inmenso lodazal de la
troika y los poderes facticos globales.
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RENA DOUROU: Lo más importante es evitar que la
deuda sea un obstáculo para el crecimiento y el empleo”.
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GRECIA: “QUIERO UN NUEVO PARADIGMA PARA EUROPA”
Diálogo con
la dirigente griega Rena Dourou, gobernadora del Syriza en la Región de Atica.
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Gobierna desde septiembre la región más poblada de Grecia
y es una de las principales caras del partido izquierdista que ganó las
elecciones en enero. Sus prioridades son un nuevo orden económico y la
democratización de las instituciones.
Flor Ragucci
Página/12 En Grecia
Desde Atenas miércoles 15 de abril del 2015.
Antes de que Syriza gobernara Grecia, Syriza ya gobernaba
en Grecia. Rena Dourou, íntima colaboradora de Alexis
Tsipras desde hace veinte años, asumió el pasado septiembre la presidencia de
la región más poblada del país, Atica, casi cinco meses antes de que su partido
ganara las elecciones generales. En Atenas, su capital, tiene el despacho esta
mujer que apenas se acuerda de los inmensos ventanales que la separan de la
Acrópolis porque no para ni un segundo en su vertiginoso día a día. No es para
menos si se tiene en cuenta que, a sus 40 años, lleva al mando un territorio
casi tan extenso como Bélgica –en el que vive el 40 por ciento de los 11
millones de griegos– y donde, pese a generarse el 40 por ciento del PIB
nacional, uno de cada tres habitantes no tiene trabajo, miles de jóvenes
emigran y el cierre de las pequeñas y medianas empresas es una constante.
En diálogo con Página/12, Rena Dourou respira por un momento y se detiene a
reflexionar sobre las causas de la crisis que sufre Grecia, los efectos de las
políticas de austeridad que implementaron los gobiernos anteriores y los pasos
a seguir por Syriza ante el delicado desafío de conciliar las negociaciones con
el Eurogrupo y las demandas de un pueblo asfixiado por los recortes sociales y
décadas de corrupción política.
–Usted llegó al gobierno de Atica con un objetivo:
reparar la crisis humanitaria que vive la región a raíz de los recortes y el
desempleo. ¿Por dónde ha decidido empezar para llevarlo a cabo?
–En realidad, nuestro propósito era doble. Primero, hacer
frente a la altísima tasa de desempleo y ayudar a las miles de pequeñas y
medianas empresas que quebraron a causa de las políticas de austeridad. En ese
sentido, ya implementamos medidas humanitarias como el programa Electricidad
para todos, con el que queremos asegurar que ningún ciudadano se quede sin luz
por no poder pagarla. Segundo, darle un nuevo significado a la política para
restaurar la credibilidad de los políticos que, especialmente a nivel de los
gobiernos locales, se ha visto destrozada por el reinado de los dos principales
partidos, los conservadores de Nueva Democracia y los socialistas de Pasok.
Ambos se sirvieron del clientelismo para estar en el poder el mayor tiempo
posible y, por supuesto, ninguno abordó el problema de la corrupción. Por eso
nosotros estamos tratando, desde el principio, de modernizar ese paradigma de
poder en nuestra administración, introduciendo el trabajo duro, la
“meritocracia” y la transparencia.
–¿Cuál fue el mayor obstáculo que encontró Syriza en
Atica para poner en marcha su programa?
–Con lo primero que tuvimos que luchar fue con la
burocracia que, de la manera en que acá funciona, no ayuda a los ciudadanos a
superar la crisis, sino todo lo contrario. Más difícil que el problema
económico, créame, es el cambio de la mentalidad de la gente.
–Usted fue el primer miembro de Syriza en ocupar un alto
cargo en la administración pública, antes de la asunción como presidente de
Alexis Tsipras. ¿Cree que la experiencia en Atica se tomó como una prueba de lo
que podría suceder con su partido al mando de todo el país?
–Al principio, el gobierno anterior de los conservadores
trató de usar la nueva administración de Atica para probar que Syriza no sería
capaz de gobernar el país si ganaba las elecciones generales. Pero pronto se
dieron cuenta de que sus pronósticos habían fracasado y de que el “test” daba a
favor de la nueva autoridad regional. Igualmente no hay comparación entre los
desafíos que están asumiendo el presidente y los nuestros: el gobierno central
es el que tiene que negociar con sus compañeros europeos y liderar a un país
entero en este período tan difícil.
–En Europa están emergiendo también otros partidos
políticos que proponen una democracia más participativa y transparente. ¿Está
usted en contacto con ellos?
–Sí, Europa necesita fuerzas políticas como Syriza, como
Podemos, enfocadas hacia un continente marcado por la democracia, el
crecimiento, la solidaridad, el empleo y la cohesión social. Tenemos que
trabajar juntos por una Europa que respete los derechos sociales de la gente,
sus derechos a un trabajo digno y al acceso a la cultura.
–¿Cómo ve la situación en España? ¿Cree que allí también
se concretará un giro a la izquierda?
–Tenemos que tomar en consideración la gran foto de la
política europea –no sólo lo que pasa en el sur– y entonces, además de impedir
que las políticas de austeridad continúen llevándonos a la quiebra social,
reflexionar sobre las causas de la crisis democrática que vive Europa. Las
nuevas generaciones no son conscientes de asuntos claves relativos a la
historia moderna de nuestro continente, de cómo se creó el proyecto europeo
durante los años ’50, y eso no es un tema menor porque define la percepción
actual de las políticas europeas.
–Muchas voces dentro de la izquierda defienden que el
impago de la deuda a la Troika es el único camino para la recuperación griega.
¿Cómo lo ve usted? ¿Un cambio real es posible sin modificar las reglas de juego?
–Lo más importante es evitar que la deuda sea un
obstáculo para el crecimiento y el empleo. Necesitamos relanzar nuestra
economía y liberarnos de los problemas del pasado. Si no actuamos en esta
dirección, aunque la deuda se cancele ahora totalmente, en pocos años las cosas
volverán a ser iguales.
–La historia reciente de Argentina mostró un recorrido
que se asemeja bastante al que atraviesa ahora Grecia. ¿Qué puntos en común ve
usted entre ambos países?
–Grecia y Argentina comparten algunas experiencias
comunes relativas al alto endeudamiento y las consecuencias sociales y
económicas de ello. Pero existen muchas diferencias entre los dos casos,
principalmente que Grecia es parte de la unión monetaria del euro y eso lo
cambia todo. Aun así, hay un punto importante en común: la fortaleza de los dos
pueblos para mantenerse en pie y luchar, pese a todo, por recobrar su dignidad.
–¿La recuperación de Grecia se dará fuera o dentro de la
Eurozona?
–Grecia no tiene nada que ganar yendo hacia atrás,
volviendo al pasado, porque es exactamente ese pasado dominado durante cuarenta
años por los conservadores y los socialistas –su manera de hacer política,
basada en el clientelismo y la opacidad– lo que nos condujo a la actual crisis
económica e institucional. Por eso, nosotros estamos tratando de darle un nuevo
significado a la política, restaurando la credibilidad perdida en la acción
pública, al mismo tiempo que procuramos fijar nuestra economía dentro de la
Eurozona. Estamos convencidos de que el problema no es la moneda, sino lo que
se hace en su nombre, así que queremos promover las políticas de crecimiento y
empleo para abrir camino hacia un nuevo paradigma económico y político. Nuestro
objetivo es la reconstrucción productiva de Grecia con la gente, para la gente
y por la gente.
–¿Cree que la crisis griega servirá de impulso para una
reestructuración global de la Unión Europea?
–Sin un cambio, sin democracia, no hay futuro para
Europa. La crisis griega no es sólo monetaria, sino también institucional, así
que para sobrevivir, el continente debe virar hacia la democracia, la solidaridad
y la justicia social.
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