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“También
quedó claro que el repudio a los
ataques al Estado Democrático de Derecho no es una pauta exclusiva del
gobierno y los partidos de la
coalición, dado que la defensa de
las instituciones democráticas
se transformó en una demanda
fundamental para la ciudadanía
que se rebeló con vehemencia ante un
proyecto fraudulento y
antipopular, que no resuelve las
necesidades de las personas,
sino que, por el contrario, entrega
más poder e impunidad a quienes dicen
ser fieles representantes del pueblo. En ese sentido, las demostraciones masivas de malestar no se deben confundir con una deslegitimación de la política y si más bien con una valorización de la Política
con mayúscula, la cual ha sido ultrajada por un Congreso corrupto,
irresponsable y autocentrado. Desgraciadamente,
algunos
parlamentarios insisten en resucitar la propuesta que los protege
bajo un nuevo ropaje más digerible. Es
de esperar que estas movilizaciones sean el anuncio de un nuevo ciclo en que los ciudadanos
se mantengan unidos y vigilantes para descartar de plano cualquier arremetida que ponga en peligro la democracia y la
soberanía del país.
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Fuentes: Rebelión / Socialismo y Democracia [Imagen: Manifestación por las calles de São Paulo el día 21 de septiembre de 2025 en contra de la amnistía a los golpistas. Créditos: Paulo Pinto/Agência Brasil].
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EL
IMPACTO DE LAS MOVILIZACIONES POPULARES CONTRA LA IMPUNIDAD.
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Por Fernando de la Cuadra | 27/09/2025 | Brasil.
Fuente.
Revista Rebelión sábado 27 de septiembre del 2025.
En
este artículo el autor reflexiona sobre la fuerza de la movilización popular
como estrategia para ‘guiar’ las votaciones en el legislativo; en este caso el
tema central es la desconsideración de la «Propuesta de Enmienda Constitucional
(PEC) destinada a blindar a los parlamentarios de posibles condenas por
diversos tipos de crímenes».
La Propuesta
de Enmienda Constitucional (PEC) destinada a blindar a los parlamentarios de
posibles condenas por diversos tipos de crímenes tuvo un estrepitoso fracaso en
el Senado. Ahora, muchos de los diputados –incluidos algunos del PT- que aprobaron el mentado documento la
semana pasada, se dicen arrepentidos
de haber suscrito el mismo. El proyecto en cuestión era una aberración, ya que entregaba total impunidad al Congreso, pues
exigía que la apertura de procesos contra parlamentarios tenía que
tener el aval de la respectiva Casa en
votación secreta.
El texto
aprobado en la Cámara de Diputados
era considerado insustentable, pues abría el peligroso precedente de que
todos los crímenes cometidos por los parlamentarios -inclusive en el caso de crímenes hediondos-
podían ser relegados al olvido, una
consecuencia lógica del indudable espíritu
corporativo que prima en el Poder Legislativo.
El resultado fue que esta proposición, escabrosa desde sus orígenes, se convirtió en el blanco del descontento de la población
que se manifestó de manera inmediata y
masivamente durante el fin de semana. El impacto que tuvieron las últimas
manifestaciones en las principales
capitales y ciudades de Brasil ha
sido enorme. Millares de personas se
reunieron en plazas y parques para
demostrar que las verdaderas disputas
por justicia y democracia se
producen en las calles, en la solidaridad
que surge de la sinergia de los cuerpos
y las mentes reunidas en un mismo espacio. Nadie ha quedado impasible ante tamaña demostración de indignación y hartazgo por los desvaríos de una Cámara de
Diputados que legisla de espaldas
para la población.
De hecho, acusando recibo
del malestar popular la propuesta fue rechazada en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) del Senado, aprobando por unanimidad
el parecer elaborado por el relator
Alessandro Vieira, quien expone
en una de sus partes que la referida PEC
“no solo es inconstitucional, sino que
sobre todo supone abrir las puertas para la transformación del Legislativo en
un abrigo seguro para criminales de todos los tipos. Confío en que el plenario de esta Comisión rechazará esta propuesta inmoral, que es una página triste
de nuestro Legislativo y homenajeando la nítida voluntad popular que clama por
más Justicia”.
De manera
inédita, hasta los senadores de la extrema derecha y de la
base bolsonarista votaron por sepultar el cuestionado proyecto que consagraba el crimen y el
perdón a priori.
Fueron 26 votos por aclamación en
contra de la propuesta, que seguidamente fue sepultada por el presidente
del Senado, quien sancionó su archivamiento definitivo.
Por otra parte, las pautas que le interesan a vastos sectores de la población han sido postergadas injustificadamente por la Cámara. Entre ellas destaca la aprobación de la exención tributaria para aquellas familias que ganan hasta 5 mil reales (US$ 930) o el aumento de impuesto para los Bancos, Billonarios y empresas de apuestas. Ahora, los partidos del Centrão quieren acelerar la aprobación de una Ley de Amnistía para todos los condenados por la tentativa de Golpe de Estado, incluido el ex presidente Bolsonaro. Como ahora el eslogan de una “amnistía amplia, general e irrestricta” tiene fuerte oposición de la mayoría de los congresistas, algunos sectores de derecha plantean una salida más factible por medio de la dosificación de las penas aplicadas a los reos.
En los actos
del último domingo, enormes banderas brasileñas fueron abiertas entre la multitud,
demostrando el verdadero sentido de
defensa de la soberanía nacional, diferente
al entreguismo descarado de los seguidores del ex capitán que el día 7 de septiembre –de la Independencia-
plegaron banderas estadounidenses en
una demostración inequívoca de la
sumisión y permanente postura abyecta
que tienen frente a los intereses de
Estados Unidos, personificados actualmente
en el gobierno de Donald Trump y los
empresarios de las Corporaciones financieras, empresas petroleras y Big
Techs que le dan sustento.
Sin embargo, otros sectores
de la derecha tradicional brasileña consideran
absurdo apoyar las sanciones comerciales
impuestas por el gobierno Trump,
pues al final dichas medidas vienen
generando desempleo entre los habitantes del país y, consecuentemente, aumentando el malestar contra la familia Bolsonaro que sigue en campaña para que la administración norteamericana aumente
las presiones sobre toda la nación, aunque particularmente ellas sean más intensas sobre el Poder Judicial y algunos ministros del
Supremo Tribunal Federal.
También quedó claro que el repudio
a los ataques al Estado Democrático de Derecho no es una pauta exclusiva del gobierno y los partidos de la coalición, dado que la defensa de las instituciones
democráticas se transformó en una demanda fundamental para la ciudadanía que se rebeló con vehemencia ante un proyecto fraudulento y antipopular, que no
resuelve las necesidades de las personas,
sino que, por el contrario, entrega
más poder e impunidad a quienes dicen
ser fieles representantes del pueblo.
En ese
sentido, las demostraciones masivas de malestar no se deben confundir con
una deslegitimación de la política y si más bien con una valorización de la Política con mayúscula, la cual ha sido ultrajada
por un Congreso corrupto, irresponsable y autocentrado.
Desgraciadamente, algunos parlamentarios insisten en resucitar la propuesta que los protege
bajo un nuevo ropaje más digerible. Es de esperar que estas movilizaciones sean
el anuncio de un nuevo ciclo en que los ciudadanos se mantengan unidos y
vigilantes para descartar de plano cualquier arremetida que ponga en peligro la
democracia y la soberanía del país.
Fernando de la Cuadra es
doctor en Ciencias Sociales, editor del blog Socialismo
y Democracia, autor del libro De
Dilma a Bolsonaro: itinerario de la tragedia sociopolítica brasileña (editorial
RIL, 2021) y coeditor del libro EP Thompson en Chile: solidaridad, historia y
poesía de un intelectual militante (Ariadna Ediciones,
2024).
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