lunes, 15 de septiembre de 2025

LA TRISTE REALIDAD DEL EMPLEO EN EL PERÚ, por Fernando Cuadros Luque

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Políticas activas de empleo: ampliar recursos presupuestales del programa Trabaja Perú (Llamkasun) para generar una mayor cantidad de empleos/ingresos temporales para los más vulnerables, a nivel urbano y rural, considerando el significativo incremento de la pobreza; aplicar un subsidio temporal a la seguridad social en salud y pensiones para incentivar la contratación formal y estable en MYPEs, sobre todo de jóvenes, segmento al que le cuesta acceder a empleos formales; y dotar de mayores recursos presupuestales al programa de mejora de la empleabilidad del MTPE para ampliar significativamente su cobertura a nivel nacional, así como fortalecer el impacto de sus intervenciones (dicho programa incluye tres componentes: capacitación laboral para el empleo dependiente y autónomo, certificación de competencias laborales adquiridas durante la trayectoria ocupacional y gestión de la inserción laboral de los beneficiarios vía la bolsa de empleo del MTPE y una mayor articulación con el sector productivo).

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LA TRISTE REALIDAD DEL EMPLEO EN EL PERÚ,

por Fernando Cuadros Luque.

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“Los subempleados por ingresos y los desempleados se incrementaron en 41,7% y 14,5%, respectivamente”.

Por Fernando Cuadros. Economista. Universidad del Pacífico.

Fuente la República lunes 15 de septiembre del 2025.

Hoy analizaremos la situación del empleo y los ingresos laborales, sin duda, uno de los temas que más preocupa en nuestro país.

Según la Encuesta Permanente de Empleo Nacional del INEI, el empleo agregado (dependiente e independiente, formal e informal) se incrementó apenas 0,8% en el segundo trimestre del 2025 respecto al mismo periodo del 2024, mientras que los inactivos laborales (personas en edad de trabajar que no trabajan ni buscan trabajo) crecieron 2,1% y la tasa de desempleo se mantuvo en 5,9%.

Respecto a la informalidad general (tributaria y laboral), esta se ubica en un valor similar al del periodo prepandemia del COVID-19 (70,7%), reflejando la incapacidad de la economía nacional para generar empleo asalariado formal de manera masiva.

Por otro lado, el ingreso laboral promedio de S/ 1806 (considerando la ocupación principal y secundaria, de ser el caso) no permite cubrir la canasta básica de consumo familiar (S/ 1816).

En Lima metropolitana, si bien el empleo agregado creció 13,3% en el trimestre mayo-junio-julio del 2025 en relación al mismo periodo del 2019 (prepandemia) los inactivos laborales también lo hicieron en un preocupante 25,5%; mientras que los subempleados por ingresos (trabajadores cuyos ingresos no les permiten cubrir ni siquiera la mitad de la canasta básica de consumo familiar) y los desempleados se incrementaron en 41,7% y 14,5%, respectivamente.



Además, el ingreso laboral promedio recién ha podido recuperar el poder adquisitivo que tenía el 2019 (con una ligera mejora de 3,8%), el cual se había reducido significativamente como consecuencia de las recesiones 2020 y 2023, así como del proceso inflacionario 2021-2023.

En cuanto al empleo formal privado (dependientes declarados en planilla), en enero-mayo del 2025 creció 6,9% a nivel nacional respecto al mismo periodo del 2024, alcanzando los 4,2 millones de trabajadores, según la planilla electrónica del MTPE.

No obstante, más del 90% de los nuevos empleos formales se basan en contratos temporales, lo cual limita el ejercicio de la sindicalización y la negociación colectiva, principales mecanismos para acceder a mejoras remunerativas y en las condiciones laborales en general.

En esa línea, el poder de compra de bienes y servicios de la remuneración promedio en el sector privado formal apenas mejoró 2% entre enero-mayo del 2025 y el mismo periodo del 2024; mientras que la remuneración mínima neta (S/ 983) no permite cubrir ni siquiera el componente alimentario de la canasta básica familiar (S/ 1024), es decir, se ubica por debajo de la línea de pobreza extrema.

A partir de lo señalado, podemos concluir que los principales indicadores laborales reflejan la precariedad en la que se desempeña la gran mayoría de trabajadores en nuestro país; situación que incluso ha empeorado en muchos casos respecto al periodo prepandemia.


Arequipa la Tasa de empleo es de 41%   el desempleo 9%   y la Informalidad 59% según el INEI.

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¿Qué hacemos para generar más empleo de calidad?

Para comenzar a solucionar de manera estructural la problemática de la precariedad laboral son fundamentales las siguientes políticas:

Diversificación productiva: planificar e implementar un conjunto de incentivos económicos (que no impliquen el recorte de derechos laborales y tampoco promuevan la subdivisión empresarial) para contribuir al desarrollo de sectores con potencial de generación masiva de empleo asalariado formal, como la agroindustria, textiles y confecciones, metalmecánica, turismo y sus ramas vinculadas (alojamiento, restaurantes, servicios recreativos y transporte).

Fomento del crecimiento de la productividad: requiere diseñar y aplicar un conjunto de mecanismos articulados para el acceso masivo de MYPES a crédito barato, capacitación laboral, innovaciones, nuevos mercados, compras estatales, articulación productiva, simplificación administrativa, medidas tributarias promocionales, etc.

Fortalecimiento de la fiscalización laboral: implica otorgarle más competencias (como la facultad de incorporar directamente en planilla a los trabajadores encontrados fuera de ella y declarar como estables a aquellos con contratos temporales desnaturalizados) y presupuesto a la SUNAFIL (para incrementar el personal que integra el proceso inspectivo), con el fin que pueda ampliar su cobertura y mejorar su efectividad. Asimismo, se deben generar sinergias entre la SUNAFIL y SUNAT.

Reforma laboral integral: que promueva el empleo formal, estable y productivo. Implica aprobar, vía el CNTPE y el Congreso, una nueva Ley General de Trabajo, que limite la contratación temporal y tercerización laboral con destaque de personal, vincule el despido a causas objetivas con un procedimiento adecuado, fomente el ejercicio de la sindicalización y la negociación colectiva, precise la regulación aplicable a los trabajadores de aplicaciones, etc.

Política monetaria expansiva y funciones del BCRP: ya controlada la inflación dentro del rango meta del BCRP, resulta clave disminuir gradualmente la tasa de interés de referencia con el fin de reducir el costo del crédito y con ello incentivar la reactivación de la demanda interna, vía el incremento de la inversión y el consumo privado, lo cual llevará a una mayor generación de empleo formal.



Por otro lado, se podría evaluar la posibilidad de incluir metas de empleo formal en la política monetaria del BCRP, tomando como referencia lo que hace la FED de USA a través de las metas de desempleo.

Política fiscal expansiva: el MEF debería liderar una política fiscal expansiva que, fundamentalmente, acelere la inversión pública en infraestructura productiva, lo cual, además de impulsar la demanda interna y el empleo, permitiría incrementar el PBI potencial del país vía mejoras en la productividad.

Para retomar el orden en las finanzas públicas, ello debe ir acompañado de una reforma tributaria para incrementar la recaudación. Dicha reforma debe buscar ampliar la base tributaria, pero también que quienes generen más rentas contribuyan con mayores tasas impositivas; además de eliminar las exoneraciones tributarias ineficientes.

Políticas activas de empleo: ampliar recursos presupuestales del programa Trabaja Perú (Llamkasun) para generar una mayor cantidad de empleos/ingresos temporales para los más vulnerables, a nivel urbano y rural, considerando el significativo incremento de la pobreza; aplicar un subsidio temporal a la seguridad social en salud y pensiones para incentivar la contratación formal y estable en MYPEs, sobre todo de jóvenes, segmento al que le cuesta acceder a empleos formales; y dotar de mayores recursos presupuestales al programa de mejora de la empleabilidad del MTPE para ampliar significativamente su cobertura a nivel nacional, así como fortalecer el impacto de sus intervenciones (dicho programa incluye tres componentes: capacitación laboral para el empleo dependiente y autónomo, certificación de competencias laborales adquiridas durante la trayectoria ocupacional y gestión de la inserción laboral de los beneficiarios vía la bolsa de empleo del MTPE y una mayor articulación con el sector productivo).

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