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“Políticas activas de empleo: ampliar
recursos presupuestales del programa
Trabaja Perú (Llamkasun) para generar una mayor cantidad de
empleos/ingresos temporales para los más vulnerables, a nivel urbano y rural,
considerando el significativo incremento de la pobreza; aplicar un subsidio
temporal a la seguridad social en salud y pensiones para incentivar la
contratación formal y estable en MYPEs,
sobre todo de jóvenes, segmento al que le cuesta acceder a empleos formales; y
dotar de mayores recursos presupuestales al programa de mejora de la
empleabilidad del MTPE para ampliar
significativamente su cobertura a nivel nacional, así como fortalecer el
impacto de sus intervenciones (dicho programa incluye tres componentes:
capacitación laboral para el empleo dependiente y autónomo, certificación de
competencias laborales adquiridas durante la trayectoria ocupacional y gestión de la inserción laboral de los
beneficiarios vía la bolsa de empleo del MTPE y una mayor articulación con el
sector productivo).
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LA
TRISTE REALIDAD DEL EMPLEO EN EL PERÚ,
por
Fernando Cuadros Luque.
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“Los subempleados por ingresos y los desempleados se incrementaron en
41,7% y 14,5%, respectivamente”.
Por Fernando Cuadros. Economista. Universidad del Pacífico.
Fuente la República lunes 15 de septiembre del
2025.
Hoy analizaremos la situación del empleo y los
ingresos laborales, sin duda, uno de los temas que más preocupa en nuestro
país.
Según la Encuesta Permanente de Empleo Nacional del
INEI, el empleo agregado (dependiente e independiente, formal e informal)
se incrementó apenas 0,8% en el
segundo trimestre del 2025 respecto
al mismo periodo del 2024, mientras
que los inactivos laborales (personas en edad de trabajar que no trabajan ni
buscan trabajo) crecieron 2,1% y la
tasa de desempleo se mantuvo en 5,9%.
Respecto a la informalidad general
(tributaria y laboral), esta se ubica en un valor similar al del periodo prepandemia del COVID-19 (70,7%),
reflejando la incapacidad de la economía nacional para generar empleo
asalariado formal de manera masiva.
Por otro lado, el ingreso laboral
promedio de S/ 1806 (considerando la
ocupación principal y secundaria, de ser el caso) no permite cubrir la canasta
básica de consumo familiar (S/ 1816).
En Lima metropolitana, si bien el empleo agregado
creció 13,3% en el trimestre mayo-junio-julio del 2025 en
relación al mismo periodo del 2019
(prepandemia) los inactivos laborales también lo hicieron en un preocupante
25,5%; mientras que los subempleados
por ingresos (trabajadores cuyos ingresos no les permiten cubrir ni siquiera la
mitad de la canasta básica de consumo familiar) y los desempleados se
incrementaron en 41,7% y 14,5%,
respectivamente.
Además,
el ingreso laboral
promedio recién ha podido recuperar el poder adquisitivo que tenía el 2019 (con una ligera mejora de 3,8%), el cual se había reducido
significativamente como consecuencia de las recesiones 2020 y 2023, así como del proceso inflacionario 2021-2023.
En cuanto al empleo formal privado (dependientes declarados en
planilla), en enero-mayo del 2025 creció
6,9% a nivel nacional respecto al mismo periodo del 2024, alcanzando los 4,2
millones de trabajadores, según la planilla electrónica del MTPE.
No
obstante, más del 90% de
los nuevos empleos formales se basan en contratos temporales, lo cual limita el
ejercicio de la sindicalización y la negociación colectiva, principales
mecanismos para acceder a mejoras remunerativas y en las condiciones laborales
en general.
En esa línea, el poder de compra de
bienes y servicios de
la remuneración promedio en el sector privado formal apenas mejoró 2% entre enero-mayo del 2025 y el mismo periodo del 2024; mientras que la remuneración
mínima neta (S/ 983) no permite
cubrir ni siquiera el componente alimentario de la canasta básica familiar (S/ 1024), es decir, se ubica por
debajo de la línea de pobreza extrema.
A partir de lo señalado, podemos concluir que los principales indicadores laborales reflejan la precariedad en la que se desempeña la gran mayoría de trabajadores en nuestro país; situación que incluso ha empeorado en muchos casos respecto al periodo prepandemia.
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¿Qué hacemos para generar más empleo de calidad?
Para comenzar a solucionar de manera
estructural la problemática de la precariedad laboral son fundamentales las
siguientes políticas:
Diversificación productiva: planificar e implementar un
conjunto de incentivos económicos (que no impliquen el recorte de derechos
laborales y tampoco promuevan la subdivisión empresarial) para contribuir al
desarrollo de sectores con potencial de generación masiva de empleo asalariado
formal, como la agroindustria, textiles
y confecciones, metalmecánica, turismo y sus ramas vinculadas (alojamiento,
restaurantes, servicios recreativos y transporte).
Fomento del crecimiento de la productividad: requiere
diseñar y aplicar un conjunto de mecanismos articulados para el acceso masivo
de MYPES a crédito barato,
capacitación laboral, innovaciones, nuevos mercados, compras estatales,
articulación productiva, simplificación administrativa, medidas tributarias
promocionales, etc.
Fortalecimiento de la fiscalización laboral: implica
otorgarle más competencias (como la facultad de incorporar directamente en
planilla a los trabajadores encontrados fuera de ella y declarar como estables
a aquellos con contratos temporales desnaturalizados) y presupuesto a la SUNAFIL (para incrementar el personal
que integra el proceso inspectivo), con el fin que pueda ampliar su cobertura y
mejorar su efectividad. Asimismo, se deben generar sinergias entre la SUNAFIL y SUNAT.
Reforma laboral integral: que promueva el empleo formal, estable y productivo. Implica aprobar, vía el CNTPE y el Congreso, una nueva Ley General de Trabajo, que limite la contratación temporal y tercerización laboral con destaque de personal, vincule el despido a causas objetivas con un procedimiento adecuado, fomente el ejercicio de la sindicalización y la negociación colectiva, precise la regulación aplicable a los trabajadores de aplicaciones, etc.
Política monetaria expansiva y funciones del BCRP: ya controlada la inflación dentro del rango meta del BCRP, resulta clave disminuir gradualmente la tasa de interés de referencia con el fin de reducir el costo del crédito y con ello incentivar la reactivación de la demanda interna, vía el incremento de la inversión y el consumo privado, lo cual llevará a una mayor generación de empleo formal.
Por otro lado, se podría evaluar la posibilidad de incluir metas de
empleo formal en la política monetaria del BCRP,
tomando como referencia lo que hace la FED
de USA a través de las metas de desempleo.
Política fiscal expansiva: el MEF debería
liderar una política fiscal expansiva que, fundamentalmente, acelere la
inversión pública en infraestructura productiva, lo cual, además de impulsar la
demanda interna y el empleo, permitiría incrementar el PBI potencial del país
vía mejoras en la productividad.
Para retomar el orden en las finanzas
públicas, ello debe ir
acompañado de una reforma tributaria para incrementar la recaudación. Dicha
reforma debe buscar ampliar la base tributaria, pero también que quienes
generen más rentas contribuyan con mayores tasas impositivas; además de
eliminar las exoneraciones tributarias ineficientes.
Políticas activas de empleo: ampliar recursos presupuestales del programa Trabaja Perú (Llamkasun) para generar una mayor cantidad
de empleos/ingresos temporales para los más vulnerables, a nivel urbano y
rural, considerando el significativo incremento de la pobreza; aplicar un
subsidio temporal a la seguridad social en salud y pensiones para incentivar la
contratación formal y estable en MYPEs,
sobre todo de jóvenes, segmento al que le cuesta acceder a empleos formales; y
dotar de mayores recursos presupuestales al programa de mejora de la
empleabilidad del MTPE para ampliar
significativamente su cobertura a nivel nacional, así como fortalecer el
impacto de sus intervenciones (dicho programa incluye tres componentes:
capacitación laboral para el empleo dependiente y autónomo, certificación de
competencias laborales adquiridas durante la trayectoria ocupacional y gestión de la inserción laboral de los
beneficiarios vía la bolsa de empleo del MTPE y una mayor articulación con el
sector productivo).
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