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“Una
primera lectura indicaría que el ganador en esa interna fue Axel Kicillof quien impuso su voluntad
de adelantar a septiembre esta contienda provincial, separándola de las elecciones parlamentarias de octubre próximo. Las urnas mostraron que esa decisión
política de alto riesgo era correcta.
Sin embargo, la victoria del
peronismo-kirchnerismo también deja
una lección esencial: sin unidad en
la diversidad no hay victoria contra el proyecto de Milei. El gran desafío de
los próximos meses y años consistirá no solo en mantener esa frágil unidad dentro del campo nacional y popular sino extenderla y ampliarla a otros sectores
para que el resultado exitoso que se vivió
en Buenos Aires logre superar, a nivel
nacional, el 50% de las simpatías
electorales, condición para destronar este peligroso laboratorio de genocidio social que impulsa el Gobierno de Milei.
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Fuentes: Rebelión. Axel Kicillof Gobernador de Buenos Aires, el gran ganador en las elecciones, Unidad del Peronismo y Kirchnerismo.
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UNA
VICTORIA ELECTORAL CONTRA EL
«GENOCIDIO
SOCIAL» DE MILEI.
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Por Sergio Ferrari | 13/09/2025 | Argentina.
Fuentes
Revista Rebelión sábado 13 de septiembre del 2025.
Por casi 14 puntos de diferencia, el domingo 7 de septiembre el
peronismo-kirchnerismo propinó en la Provincia de Buenos el primer golpe
político de envergadura al Gobierno de Javier Milei y su proyecto antisocial.
Fue una “paliza electoral”, titularon diversos medios nacionales e
internacionales, comentando los resultados que ninguna de las empresas de
sondeos había pronosticado.
Casi
dos años después de la victoria de Milei en 2023, la elección de parlamentarios provinciales bonaerenses constituía el test más relevante del estado de humor
político de la ciudadanía en general.
La
provincia de Buenos Aires,
con más de 17 millones de habitantes
-el doble de la población de Suiza-, reúne casi una tercera parte del electorado argentino. Históricamente, los resultados de ese gigante habitacional de 307.000 kilómetros cuadrados (más extenso que Italia),
constituye uno de los indicadores de referencia
de las tendencias electorales a nivel nacional.
El
próximo 26 de octubre será el otro momento clave para evaluar la
marcha del proyecto “anarco-liberatorio-antisocial”
de Milei: las elecciones
parlamentarias a nivel nacional. En ellas se elegirá la mitad de los diputados y un tercio de
los senadores. De ahí la trascendencia
de la pulseada en las urnas del pasado 7
de septiembre
Resultados contundentes.
Fuerza
Patria, que reúne al peronismo-kirchnerismo y sus aliados,
con más de 3.800.000 votos (47.3% de
los votos) fue la clara vencedora.
Con 2.700.000 (33.7%) quedó en segundo
lugar La Libertad Avanza de Javier
Milei que en esta elección fagocitó a
la Propuesta Republicana (PRO)
del antiguo presidente derechista Mauricio Macri. Es decir, Milei congregó en esta contienda electoral a todo el espectro de la derecha-extrema derecha.
Muy
lejos de las dos primeras fuerzas, quedaron con algo más del 5%,
Somos Buenos Aires (un sector del antiguo Partido Radical de centro) y como cuarta fuerza electoral el Frente
de Izquierda y Trabajadores – Unidad que alcanzó el 4.7% de los votos. Una decena
de otras pequeñas fuerzas se ubicaron con menos de 2% cada una, no llegando, en total, al 10% de los sufragios.
Dos conclusiones principales.
Más
allá de la aritmética y
de la mayoría parlamentaria neta que
mantendrá por cuatro años el peronismo-kirchnerismo
en la provincia más grande de Argentina, surgen dos principales elementos de análisis a nivel de conclusiones provisorias.
En
primer lugar, y
el más contundente, la victoria
incuestionable del peronismo-kirchnerismo sobre La Libertad Avanza del presidente
Milei. En términos más globales se puede interpretar como un rechazo claro de un
sector mayoritario del electorado bonaerense al proyecto de duro ajuste antisocial que viene ejecutando el dirigente
libertario con el beneplácito del
Fondo Monetario Internacional.
Si
bien Milei logró un relativo control de la inflación, el costo social del ajuste que
aplica, el desmantelamiento acelerado
del Estado social, la dependencia total del Fondo Monetario
Internacional, así como su alianza
ciega con Donald Trump y Benjamín
Netanyahu (como principales referentes de su visión geopolítica) le pasan
una costosa factura política. A lo que se suma el rechazo popular al negacionismo de Milei sobre derechos humanos y el cambio climático. Y la condena popular a la constante acción
represiva que el Gobierno Milei
vienen aplicando contra toda forma de oposición, en particular contra los jubilados que encabezan desde meses el
reclamo social en las calles.
Por
otra parte, el triunfo de Fuerza Patria lleva al análisis de las dinámicas actuales internas
de ese gran conglomerado político peronista-kirchnerista.
En el mismo confluyen tres sectores
principales: el de Axel Kicillof (53 años), actual gobernador de Buenos Aires, hijo político del kirchnerismo pero que reclama autonomía en la gestión. El sector kirchnerista encabezado por Cristina
Fernández de Kirchner (72 años), hoy proscripta,
detenida en prisión domiciliaria
pero que continua como presidenta del
Partido Justicialista (peronista) a
nivel nacional. Y la centrista
Renovación Peronista del ex candidato
Sergio Massa (53 años).
Sin
embargo, más allá de estas fuerzas estructuradas, el peronismo-kirchnerismo integra muy diversos sectores sociales lo que complejiza aún más la conducción unificada
de ese amplio movimiento: las principales
centrales sindicales del país; movimientos
sociales urbanos y rurales; los gobernadores
provinciales peronistas –muchas veces
con proyectos e intereses propios y dispuestos a negociar con el Gobierno
Nacional – e incluso, los intendentes
municipales. Como ejemplo, solo en
Buenos Aires, el peronismo ganó el pasado 7 de setiembre
en casi un centenar de las 135
intendencias que existen en esa provincia,
ya que también se elegían concejales
(parlamentarios municipales) y consejeros
escolares.
Una
primera lectura
indicaría que el ganador en esa interna
fue Axel Kicillof quien impuso su voluntad de adelantar a septiembre esta
contienda provincial, separándola de las elecciones
parlamentarias de octubre próximo.
Las urnas mostraron que esa decisión política de alto riesgo era correcta. Sin embargo, la victoria del peronismo-kirchnerismo también deja una lección esencial: sin
unidad en la diversidad no hay victoria contra el proyecto de Milei.
El
gran desafío de los próximos meses y años consistirá no solo en mantener esa frágil unidad dentro del campo nacional y popular sino extenderla y ampliarla a otros sectores
para que el resultado exitoso que se vivió
en Buenos Aires logre superar, a nivel
nacional, el 50% de las simpatías
electorales, condición para destronar este peligroso laboratorio de genocidio social que impulsa el Gobierno de Milei.
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