Política y Ciencia Política.
Difusa parece ser la frontera entre la ciencia y su objeto de estudio, en este caso entre la Política y la Ciencia Política. Mientras la Política ocupa el ámbito social, comunicacional y virtual de las relaciones de poder que se establecen en el espacio público entre actores políticos, en función de determinados intereses, la Ciencia Política se ocupa de describir, analizar, contextualizar y comprender críticamente esas relaciones de poder y situarlas en el marco de los procesos políticos e instituciones que tienen lugar en la sociedad, en un determinado momento de la historia
El "Socialismo del siglo XXI" se construye social y políticamente forjando una Nueva Democracia, Directa - el Poder Popular - Participativa - el Poder Ciudadano es la columna vertebral de los nuevos procesos revolucionarios - La Información es Poder. El Espacio Público - la calle, la plaza pública - hoy es el núcleo donde esta presente la Nueva Sociedad Civil , el Poder Local y la Nueva Ciudadanía.- el escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases -. La Nueva Política, los partidos políticos y los nuevos movimientos sociales representan también el Nuevo Poder Ciudadano, fortaleza de los procesos revolucionarios en Nuestra América que no son ni copia ni calco, son creación heroica de cada pueblo.
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Ciencia Política
y Ciudadanía en el Siglo XXI.
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Manuel Luis Rodríguez U.
Domingo 4 de mayo del 2014.
Las transformaciones
tecnológicas, sociales y políticas en curso en nuestra sociedad contemporánea,
desde fines del siglo XX, constituyen retos mayores para la Ciencia Política.
La mundialización de los
intercambios, de la información y del uso de las tecnologías TICS, la dilución
de las fronteras y las soberanías, la crisis del Estado nacional, la emergencia
de nuevos movimientos sociales y ciudadanos y las nuevas formas de ciudadanía y
de identidades, el surgimiento de nuevos actores en la escena internacional
(regiones de países, naciones sin Estado), son parte del escenario fluido y
cambiante que caracteriza a la Política en las primeras décadas del siglo XXI.
De todos los cambios que
ocurren en la escena política, puede afirmarse que las dos transformaciones
mayores, son la expansión del uso de las TICS y el surgimiento de nuevas formas
de ciudadanía al interior de cada sociedad. Las nuevas formas de
ejercicio de la ciudadanía, se inscriben en la lógica de exceder los límites
del sufragio y se despliegan asociadas al territorio, a las identidades, a las
pertenencias de género, a los nuevos patrones culturales de referencia, a la
vinculación histórica con los espacios geográficos.
Ambos procesos ponen en
cuestión algunos de los fundamentos de la Ciencia Política tal como ha sido
entendida hasta el presente: por un lado, el análisis y la comprensión de los
procesos políticos necesita ahora de nuevos parámetros y premisas, para dar
cuenta de la complejidad, de la realidad y del funcionamiento de las
instituciones políticas en su relación con la ciudadanía y las exigencias de
legitimidad y eficiencia; y por el otro, el surgimiento de nuevas formas de ciudadanía,
pone en tensión la lógica Estado-nación y la unidad de ambos componentes.
Hoy resulta que la
legitimidad de las instituciones políticas y de los mandatarios elegidos no
resulta solamente del carácter democrático de su elección, sino también de la calidad
de las decisiones que adoptan, en relación con las aspiraciones, urgencias y
necesidades de la ciudadanía.
La Ciencia Política del
siglo XXI apunta hacia una ciencia de la ciudadanía, a una ciencia de la
política y de lo político que expanda el foco del análisis hacia las nuevas
formas de relación y de poder entre los ciudadanos y el aparato del Estado, que
invierta del sentido analítico de la ciencia politológica, poniendo al
ciudadano en el centro de las categorías de análisis.
El poder está en manos de
los ciudadanos, aunque el Estado se haga más omnipresente y aunque los
ciudadanos no lo sepan.
La política del futuro es una política en red y en movimiento.
Ciudadanía e información: la nueva ecuación del poder.
El ciudadano del siglo XXI
entiende la política y el rol de las instituciones no solo desde la lógica
¨demandas-soluciones¨ o del clientelismo, sino también desde la necesidad de la
transparencia y del acceso a la información y a los procesos de toma de
decisiones, cuestionando de paso las modalidades de participación limitada
existentes al presente.
La interrogante si los
ciudadanos de hoy están más o menos informados que en décadas pasadas resulta
casi irrelevante en las condiciones de la política real, en las primeras
décadas del siglo XXI: si está más informado, reclamará más y mejor
información, y si no lo está hoy, estará más informado en un futuro cercano.
Para la nueva Ciencia
Política, la interrogante del poder sigue vigente. El poder sigue
residiendo en instituciones y aparatos organizacionales complejos, pero la toma
de conciencia de los ciudadanos acerca de su propio poder constituyente y
soberano, es parte del proceso de formación de nuevas formas de ciudadanía y de
la formación de nuevas formas de hacer política. El poder es ahora
información y se manifiesta en redes de creación, elaboración y
distribución/circulación de la información, las que permiten poner en
movimiento a los ciudadanos hacia el logro de sus aspiraciones.
Hay poder donde hay
organización capaz de ponerse en movimiento, y donde hay información capaz de
poner a la organización en movimiento.
El poder en el siglo XXI
será un poder ciudadano, basado en la información y ejercido en forma de
movimientos y de redes construidas sobre la base de la circulación de la información
y de la capacidad de influir e incidir en la toma de decisiones.
Las identidades
(nacionales, regionales, locales), entendidas como conjunto de valores,
creencias, relatos, historia, geografía y costumbres comunes y compartidas,
se vuelven esenciales para comprender a los ciudadanos y su asentamiento en el
territorio, a contrapelo de la globalización y de sus lógicas universales.
El ciudadano puede pensar global, pero siente y vive local. La
geografía se inscribe en la historia y en el presente, y gira alrededor de las
identidades como expresión de culturas subyacentes y subalternas respecto de
los patrones de referencia nacionales y globales.
Colocado el ciudadano en el centro de la reflexión política, las interrogantes para la Ciencia se vuelven diferentes: cuales son los grados de poder y de influencia de los ciudadanos en la política?, cómo inciden los ciudadanos en la toma de decisiones de las instituciones políticas?, cuál es el sentido de la política con los ciudadanos involucrados en la decisión de los asuntos políticos?, es la política un asunto de expertos y de especialistas o también es una dimensión irreemplazable de la vida social?, lo público es político?, son las instituciones representativas suficientemente legítimas desde el punto de vista de la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones?, la participación ciudadana es un trámite o es una necesidad permanente de las instituciones del Estado?…
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